TARTESSOS OFICIALISTA |
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ARIAS MONTANO Y TARTESSOS
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Erich K. Hartmann 2007 |
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IX. Las Estatuas del Llano de los Tesoros.
El mapa del capitán turco Piri Reis y una foto satélite de Google Earth desde una altura de 16.272 km.
Varios hallazgos como las mapas de Piri Reis, cimentaciones ciclópes en Baalbeck, ciudades neolíticas como Lixus en Marruecos, el ordenador megalítico de Stonehendge y la misma Gran Piramide de Cheops nos hacen pensar, que pueden haber existido grandes culturas antes de que empezaba lo que llamamos historia. Quizás habría que escribir la historia de la humanidad de nuevo, empezando en Tharsis, en el Llano de los Tesoros, en Aracena con la Gruta de las Maravillas y su castillo y en las cuevas de Alájar y su Peña de Arias Montano ..........
Una pieza en el puzzle del pasado de nuestra planeta podrían ser las estatuas encontradas tan cerca de la Peña de nuestro Gran Sabio. Como muchas cosas, están olvidadas en un museo, La Posada del Moro en Torrecampo de Córdoba. El museo esta siendo renovado (2006/7) y no hay acceso a lo que denominaría " La Octava Maravilla del Mundo."
El siguiente articulo es de Tartessos.info y me parece lo bastante interesante para reproducirlo en el contexto.
“En 1974, en la zona conocida como “Llano de los Tesoros”
del área minera de Río Tinto (Huelva) cuando se estaban
realizando obras de desmonte para descubrir la roca madre
del mineral aurífero, en un terreno en donde abundan las
cuevas y galerías subterráneas, la máquinas excavadoras
horadaron la cubierta de una cueva sellada extrayendo con su
pala huesos, cerámicas y esculturas. La empresa constructora
ordenó inmediatamente que fueran arrojados a los escombros
ante el temor de que pudiese intervenir la administración y
ordenase la paralización de las obras.Tres empleados de la
contrata que se hallaban trabajando en el lugar con su
maquinaria recogieron las esculturas y posteriormente las
trasladaron en camiones, cubiertas de arena, a una finca de
Córdoba en donde han permanecido ocultas hasta que pudo
hacerse cargo de ellas el geólogo Esteban M. Triguero y
llevadas a Torrecampo (Córdoba) para ser estudiadas. Este
hallazgo arqueológico puede significar uno de los mayores
revulsivos tanto para la ciencia como para la historia. Las
setenta esculturas recuperadas de las más de doscientas que
fueron extraídas de la cueva, representan la diversidad
racial del planeta; pero además, entre ellas se encuentran
unas esculturas paleoantropoides y otras más extrañas aún ya
que son auténticas reproducciones de las conocidas figuras
de alienígenas de rostro triangular, boca menuda y ojos
oblicuos. Lo extraordinario de este conjunto escultórico es
que fue realizado hace más de 11.000 años. La pregunta que
surge ante este descubrimiento es inevitable: ¿cómo pudieron
ser representados juntos estos personajes, por un escultor
de hace más de 11000 años?. Demostrada la autenticidad por
las Universidades de Córdoba y Granada el conjunto
escultórico de Torrecampo ha sido analizado por los
departamentos de Mineralogía y Petrología de dos
Universidades, la de Granada y Córdoba. En ellas se
aplicaron diversas técnicas, entre otras la de Difracción de
Rayos X y Espectroscopia de Inducción de Plasma. De este
modo se confirmó mediante el siguiente informe -“que la roca
de la que están labradas procede de las antiguas canteras
del Mioceno Superior de Niebla (al este de Huelva) y que su
cortificación exterior está compuesta por óxidos y sulfatos
de las aguas residuales del área minera, así como de una
gama de elementos químicos de los criaderos minerales tales
como hierro, cobre, plomo, cobalto y otros que se asocian a
ellos como el litio, vanadio, bario, lentano (este elemento
da autenticidad a la escultura) y zirconio, procedentes, tal
vez, de la actividad humana, tanto minera como metalúrgica.
Las esculturas concentradas hoy en Torrecampo ( Córdoba ) en
la Casa-Museo Posada del Moro podrían haber querido ser una
fiel representación de las razas humanas existentes en
aquella época: europeoides, negroides, mongoloides y
amerindia; una especie de ONU de nuestros antepasados, pero
además, esta muestra incluye un número variado y extenso de
representaciones de homínidos: varios tipos de
Australopithecus y Neanderthales, algo así como una
manifestación documental de dos especies surgidas de troncos
diferentes que fueron coetáneos con lo que el sapiens no
descendería de los de ellos sino que convivieron y que lo
hicieron en condiciones de igualdad, a pesar de las obvias
desigualdades fisiológicas. Todas estas figuras estaban
dentro de un contexto de necrópolis
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