TARTESSOS BEREBER

 
                                                     

EL ESTADO ACTUAL DE LA INVESTIGACIÓN DE

LA PREHISTORIA DEL NORTE DE ÁFRICA Y DEL SAHARA.

 

  ALMAGRO BASCH, Martín. Instituto de Estudios Africanos, Madrid.

 

 

 

 

 

LA INVESTIGACIÓN PREHISTÓRICA Y LA RECONSTRUCCIÓN HISTÓRICA DEL ÁFRICA DEL NORTE

 

El origen y desarrollo del Neolítico en el Sahara

Una de las aportaciones claras que debemos a las más recientes investigaciones ha sido esclarecer los ricos y variados documentos del período Neolítico que el inmenso Sahara ha ido ofreciendo del Este al Oeste y del Sur al Norte.

Podemos hoy asegurar, como ya hemos señalado en páginas anteriores, que entre el 5000 y el 4000 la nueva vida que para el hombre representa el Neolítico avanzó no sólo por las regiones costeras del Africa del Norte, sino siguiendo el valle del Nilo. Allí, tras el Neolítico Antiguo de Merinde, del Fayum y de otros lugares, vemos aparecer focos nuevos de esta cultura en el Alto Egipto, como Deir Tassa. Unos 1000 años, hasta el 4000 a. de J. C., se puede establecer que dura la ocupación del borde del valle antes de la penetración de las colonias de agricultores a lo largo de la zona que alcanza la inundación en el Valle del Nilo. Poco a poco transformaron la región en el inmenso vergel que alimentara la numerosa población que nos ofrece ya el Egipto Predinástico. A lo largo de este período, que duró todavía otros 1000 más, transcurren las culturas del Nagada; el Amratiense, el Gerziense y el Semainiense, hasta que Menes, más o menos hacia el 3000, funda la Primera Dinastía y el Egipto faraónico nos ofrece el rápido desarrollo de su cultura moral y artística. Mejor que los tiempos neolíticos conocemos el desarrollo cultural de los periodos predinásticos o culturas de Nagada. El Amratiense o Nagada 1 se desarrolló entre el 4000 y el 3500. Tenemos dos fechas de Carbono 14 para esta cultura que dan el 3790 ± 300 años y 3627 ± 300 a. de Jesucristo: el -Gerziense o Nagada II que le sucede iría entre el 3500 y el 3200 a. de J. C.; el Semainiense o Nagada III entre el 3200 y el 3000, dejando paso a las, dinastías predinásticas, y, finalmente, al establecimiento desde el Alto Egipto del estado faraónico unificador fundado por Menes.

 

Más al Sur le la Primera Catarata no llega el Neolítico al parecer sino muy tarde. La Baja Nubia entre Asuán y la Segunda Catarata al sur de Wadi Halfa parece poderse asegurar que pueblos mesolíticos cazadores siguen desarrollando su cultura hasta que en tiempos de la cultura de Nagada I o Amratiense se inicia la presencia de la primera cultura de agricultores y pastores que denominamos de Bahan y `que sólo deberá fijarse su desarrollo a partir del 3500 a. de J. C., sin que tengamos aún fechas absolutas seguras.

 

Más al sur de la Segunda Catarata el Neolítico nos ofrece, ya en el Sudán, la cultura de Gezira Dabarosa, que parece relacionarse y derivarse de un foco cultural muy antiguo y personal, cuyos yacimientos principales aparecen en Jartum y en la región cercana. El mejor conocido es el de Es-Shaheinab, con su cerámica ricamente ornada con peine, ruedecilla, en zonas de rayas paralelas onduladas con la típica ornamentación cerámica llamada de "waby line". La cronología que el Carbono 14 ha concedido a este yacimiento es el 3495 ± 380 a. de J. C. Entonces las regiones desérticas del Sudán estaban más regadas y abundaba la celtis integrifolia entre una flora de sabana húmeda.

 

Nada se opone a que el hombre neolítico de Es-Shaheinab proceda de más al norte y sea una lejana influencia de los neolíticos de la cultura Bahan, aunque su personalidad sea muy acusada, pero el período anterior neolítico al que llamamos Jhartum Primitivo de más al sur, inclina a muchos prehistoriadores a sostener un origen diverso tal vez indígena para este neolítico tan típico de las sabanas del Sudán que se nos ofrece también luego en Wannyanga, en el Enedi, en el Acacus y hacia todo el sur del Sahara. Es evidente que una corriente neolítica desde el Alto Nilo alcanzó la región al sur de la zona sahariana septentrional extensísima donde se desarrollaba el Neolítico de Tradición Capsiense. El neolítico que podríamos llamar sudanés contrasta con el Neolítico de Tradición Capsiense. Este último se extiende desde el Norte del Tibesti y del Hoggar hasta el Atlas y se caracteriza por la pobreza de su cerámica, la riqueza de su silex y la abundante aparición de arte mobiliar, sobre todo de los huevos grabados de avestruz. La provincia neolítica del sur del Sahara o del Neolítico Sudanés es una provincia caracterizada por un rico y bello arte rupestre grabado y sobre todo por una gran riqueza y variedad de pinturas rupestres apareciendo también en los yacimientos una cerámica muy bella. Su industria lítica por el contrario, es algo mediocre, pobre en microlitos y en puntas de flechas.

 

También aparece bastante industria de hueso que ofrece peines y punzones, cuentas de huesos de avestruz y hasta arpones decorados. En algún caso ha llegado esta cultura -a poseer, al norte del Chad, cerámica decorada zoomorfa de un estilo muy particular, según los hallazgos publicados por Courtin; los arpones en hueso y en marfil encontrados en diversos yacimientos desde Es Shaheinab al Atlántico nos dan idea de que estos neolíticos recorrieron el Enedi, el Tassili, el Air, el Acacus, y el Hoggar, hasta llegar al Sahara español, como veremos.

 

A esta facies neolítica del sur del Sahara se quiere llamar ahora "teneriense" por la riqueza ofrecida por el yacimiento de Adrar-Buss en el Tenérè, aunque también se nos ofrece en otros yacimientos más hacia el sur, como Meniet en el Immidir. Muy importantes son las fechas obtenidas en algunos de los más ricos y típicos yacimientos de este neolítico sahariense.

 

El ya citado de Meniet ha proporcionado la fecha de 3450 ± 150 años a. de J. C. Es decir, más o menos la de Es-Shaheinab. Entonces crecían en el desértico Tenéré, llamado hoy "el desierto dentro del desierto", el ciprés, el pino de Alepo, el cedro, el roble y otros arbustos de selva húmeda mediterránea como la celtis afr. australis, el Zizyphus sp., el Tamaris cf. gallica y otros.

 

La misma flora nos ofrecen los análisis polínicos del ya célebre yacimiento de Adrar-Bus III, en pleno Tenéré; su cerámica es igualmente de tipo sudanés, debiendo haber atravesado el Tenéré viniendo del Zuarké y el Kordofan, donde hallamos sus mismos tipos que difieren de otros que se ven en el Sahel sudanés más al sur, aunque todos debieron tener un origen común en el neolítico sudanés del Alto Nilo, aún poco conocido.

 

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