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PALEOGEOMORFOLÓGICA DE LA PENÍNSULA IBÉRICA,

Y LOS PRIMEROS POBLADORES

 

 

IBERIA CUNA DE LA HUMANIDAD    PRINCIPAL

     Fernando Ledesma Rubio (Geógrafo) 2005


 

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INDICE

Las glaciaciones condicionan la habitabilidad planetaria. Efectos globales.

 

La división final del Mioceno, en el piso "Messiniense”; entre 6 mill. a y 5 mill. a., presentó problemas en la década de 1960, para su redefinición y la interpretación de sus secuencias estratigráficas. En esta década fue objeto de estudios profundos y diversos en el marco de programas de la Comisión Internacional Estratigráfica (ICS) y del Programa Internacional de Correlación Geológica. Se estudiaron numerosos yacimientos de mamíferos fósiles en España y otras regiones, con importantes novedades; entre ellas, diversos intercambios intercontinentales, que añaden cuestiones de interés, además de obligar a la correlación entre la estratigrafía basada en series marinas y la bioestratigrafía continental. A las singularidades de estas series se añade el descubrimiento reciente de homínidos fósiles con indicios de bipedia. Como dijimos, en este período de tiempo se produjeron graves eventos paleogeográficos, geodinámicos, paleoambientales y paleoclimáticos, que plantean nuevas líneas de investigación. Comienza esta nueva etapa de remodelación de la Tierra con cuatro series de episodios glaciares, de los que ya se está cuestionando que fueron ocho. Debido a que una gran parte del mar se ha congelado el nivel de las aguas disminuyó considerablemente dejando al descubierto partes de la plataforma continental marina. Al disminuir el nivel de los mares y océanos, las lluvias también disminuyeron en todo el planeta, por tanto, a pesar de que el clima es muy frío las lluvias, al contrario de la lógica, disminuyeron.

 

Figura nº 8- Representación de los casquetes polares en las glaciaciones.

Fuente: Antón Uriarte Cantolla , 2003

Antón Uriarte Cantolla publicó en el año 2003 el libro dedicado a la climatología: Historia del Clima de la Tierra, 2003, que divulga de forma magistral, como en el dibujo anterior, la extensión de los casquetes glaciares en el hemisferio norte, durante los períodos glaciares. En la figura de Uriarte se ve la extensión de los mantos de hielo Laurentino y Finoescandinavo en el hemisferio norte durante el Ultimo Máximo Glacial, hace 22.000 años.

 

Figura nº 9- Representación circumpolar atmosférico, en las glaciaciones.

Fuente: Antón Uriarte Cantolla , 2003

Se aprecia la circulación marina superficial en el Atlántico (líneas blancas) y el frente oceánico polar (línea roja), donde llegaban los icebergs antes de derretirse. Es posible que al comienzo de la glaciación hubiese existido un manto de hielo sobre los mares de Barents y KaraA medida que masas de aire muy frío superficial (en punteado blanco) son expulsadas hacia el sur desde el manto Laurentino y desde la región ártica, se crean flujos de retorno por sus bordes orientales (líneas rojas), que llevan hacia el norte aire cálido y húmedo, el cual suministra abundante nieve a los mantos de hielo. En la costa norteamericana del Pacífico, el relieve de las Rocosas (en marrón) facilita este retorno .


Figura nº 10- Unión de los continentes Asia y América, en las glaciaciones.

Fuente: Antón Uriarte Cantolla , 2003

El descenso del nivel del mar hizo que la región de Beringia, entre Siberia y Alaska, quedase emergida durante la Ultima Glaciación, uniéndose los continentes de América y de Asia.

 

Figura nº 11- Extensión de la banquisa polar en las glaciaciones.

Fuente: Antón Uriarte Cantolla , 2003

El norte Europa, en el Último Máximo Glacial. quedaba cubierto por los mantos de hielo Finoescandinavo y Británico. Las tierras emergidas en el Mar del Norte y en el canal de la Mancha unían Francia con Inglaterra. El estrecho de Gibraltar conectaba fácilmente Andalucía con Marruecos al reducirse sensiblemente la distancia entre ambos.


Figura nº 12- Teoría de la desecación del Mar Negro en las glaciaciones.

Fuente: Antón Uriarte Cantolla , 2003

Existen algunas pruebas de que hace aproximadamente 5.500 años se produjo un período de enfriamiento y de aridificación del clima en el sur de Europa, de tal forma que el nivel de las aguas del Mar Negro bajó, y además perdió el contacto con el Mar Mediterráneo, convirtiéndose en un gran lago hundido de agua dulce. Es posible que, hace unos 5.000 años debido a este proceso de desecación, el Mar Negro quedara aislado del Mediterráneo y se convirtiese en un lago (azul oscuro). Posteriormente, y de forma brusca, se abrió de nuevo la comunicación con el Mediterráneo a través del Bósforo y las aguas anegaron una gran extensión (azul claro) de las costas de aquel efímero lago, provocando una inundación catastrófica. El estrecho del Bósforo forma parte del territorio afectado por el cinturón de sismos que se generan con el desplazamiento de la placa de Anatolia. En este lugar de Turquía se han producido en nuestros días trágicos terremotos, que ocasionan el movimiento de las fallas locales. La falla que atraviesa el Bósforo pudo poner en contacto nuevamente el mar Negro con el Mediterráneo. Tras una ligera subida del nivel del Mediterráneo hizo que de nuevo se abriese por el Bósforo una grieta de contacto entre los dos mares. Al estar la superficie del Mediterráneo muy por encima del nivel del Mar Negro, la erosión hizo que la grieta se convirtiese pronto en una enorme cascada de agua salada. Esto explicaría la aparición súbita de moluscos halófilos en los sedimentos del Mar Negro correspondientes a esa fecha. Un torrente de agua, semejante a 200 veces las cataratas del Niágara, se vertió durante 1.000 días sobre aquel lago, haciendo que su nivel se elevase 150 metros. Durante este episodio, el ritmo de subida fue de 15 centímetros por día e hizo que la línea de costa se retrasase diariamente en algunos lugares centenares de metros. Se ha especulado que el mito del diluvio universal radique en aquella catástrofe natural y que aquella gran inundación impulsase la expansión de la agricultura hacia Europa Central, motivada por la emigración de los pueblos que habitaban las riberas del lago. Recientemente, el oceanógrafo Robert Ballard, utilizando robots submarinos, ha encontrado indicios de anteriores habitaciones humanas en aquellas zonas recubiertas hoy por las aguas del Mar Negro. Este acontecimiento se confirma con el descubrimiento de estructuras portuarias y muelles marinos sumergidos en las aguas del mar Negro. Entre las fases de glaciación y deshielo pasaron, de forma intercalada, períodos de clima benigno y parecido al actual. Durante estas fases los hielos de los casquetes glaciares se retiraron a latitudes septentrionales. En el nuevo espacio se adaptaron nuevos tipos de vegetación y con ella diferente fauna y los primeros habitantes de Europa y del planeta Tierra.

 

Cuando regresaba otro ciclo glacial, todos los seres emigraban a regiones más cálidas al sur, en la ribera del Mediterráneo, que fue el refugio de la fauna y los primeros pobladores de Europa. La fauna de estas regiones se representó en las bóvedas de las cuevas de Altamira, Lasceau, Niaux y en las estepas de Tassilli, etc. Hay que tener en cuenta que, durante las glaciaciones las variaciones climáticas se acentuaron, en la Tierra, con la aparición y acumulación de miles de metros cúbicos de hielo, -agua dulce-, en un gran casquete glaciar de miles de metros de espesor, que llegaba hasta cerca los 47º de latitud en el hemisferio norte, entre el Canal de La Mancha y París. Las condiciones climáticas de las glaciaciones fueron los principales agentes erosivos que remodelaron las cumbres montañosas de las cordilleras de Europa, América y Asia. Este fenómeno de la formación del agua en hielo produjo una enorme merma de masa de agua en los océanos y mares, dando como resultado, en unos casos: el retroceso de la línea de costa en los mares y océanos; y en otros, un intrusismo marino en los continentes.

 

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