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EL DISPARATADO MUNDO DE LA CUÁNTICA

 

 

 

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Este articulo está extractado del Libro "La batalla de Gandalf en el puente", está basado en una serie de grabaciones magnéticas sobre las conferencias y enseñanzas de Ramtha.


 

"¿Donde sobrevive la voluntad?

La voluntad no es parte del cuerpo emocional. El cuerpo emocional le suplica al cerebro la continuidad: la continuidad del pasado, la continuidad de la condición de uno en la vida. Se lo ruega al cerebro, y éste se lo concede. Pero el día que despertamos es el día que empezamos a oír las voces. Y como es un hábito, le seguiremos la corriente a las voces por un tiempo. Pero llegará una mañana en la que decidamos que por encima de nuestra humanidad somos realmente seres soberanos. Y ese día despertamos a la sabiduría eterna y pertenecemos a la eternidad."

Ramtha

 

"Cuando el maestro profesor se encuentra sobre un puente sumamente endeble delante de un monstruoso nigromante, tan siniestro y aterrador que te haría estremecer y le dice: "No puedes pasar", - un pequeño maestro contra un enorme nigromante- este es el pasaje que capta el mito del OBSERVADOR y de las voces del nigromante más genialmente que ninguna otra obra escrita. Esa es la verdadera historia de un maestro.

Esto es lo más profundo del mensaje: El nigromante podría, con toda seguridad despedazar al maestro en el puente puesto que es mil veces más grande. Pero el maestro tiene algo que el nigromante no tiene: Voluntad". Ramtha

 


Viene de La Alquimia del Ser

 

EL DISPARATADO MUNDO DE LA CUÁNTICA


¿Qué puedo decir entonces sobre el Observador? Que ha sido indiscreto o discreto, silencioso, reservado, permisivo. Esto es lo que sí sabemos: todas las emociones del cuerpo siempre regresan al lóbulo frontal para recibir algún tipo de aprobación. Nunca lo supiste, pero los sentimientos son una súplica de aprobación; eso es lo que son. Los sentimientos son una súplica de aprobación, y en el momento en que recibimos la aprobación, nos reconciliamos con el sentimiento. Ese es el proceso de sentirnos bien; el proceso de la redención. La redención ni siquiera sería parte del idioma humano si no existiera. Pero para ser redimido, tienes que tener sentimientos fuertes de los cuales redimirte.


Entonces, ¿quién es el redentor? Esto es lo que Cristo representaba; el redentor absoluto. «Yo soy tu estrella de la mañana, brillante y resplandeciente. Yo soy el pastor que ha ido tras los que se han extraviado y los ha rescatado. Yo soy el redentor.» El redentor no era Jesús ni Mahoma ni Buda, sino el símbolo que representaban dentro de cada persona. Los sentimientos buscan redención, pero ¿de quién busca obtener la redención el cuerpo emocional? Del redentor.


¿Y sabes una cosa? Para poder ser el rojo todos los días de tu vida siempre has tenido que tener sentimientos, para seguir esos sentimientos, para poder reconciliarte, para mantener tu vida en equilibrio. Pero ¿quién les da permiso? Alguien tiene que hacerlo. ¿Sabes por qué lo sabemos? Porque, ¿realmente piensas que en esta escuela podríamos haber creado, de repente, una red neuronal andrógina y superpuesta en el cerebro, a la cual se tienen que dirigir todos los sentimientos? ¿Se trata de un fenómeno nuevo o siempre ha estado ahí? Ha estado siempre ahí. Es sólo que tú estás empezando a escuchar las voces; tú. ¿Quién eres tú? « Tú» es cuando le preguntan a Dios: «¿Y quién eres tú?» Y él dice: «Yo soy aquel que yo soy». No dice: «Yo soy aquel al que le robaste. Soy aquel al que maltrataste. Yo soy aquel al que abandonaste.» Nodice eso. Dice: «Yo soy el que soy; aquel que yo soy.» Yeso es lo que es. ¿Y de qué otra manera puedes describir al Observador que no sea con estas breves palabras?


Pero quiero que razones esto: si ha habido alguna vez una prueba de la divinidad del hombre y la mujer, ¿quién la plantea de forma más clara? La ciencia, la mecánica cuántica. La mecánica cuántica dice que no podemos evitarlo, que no importa qué experimento hagamos ni cómo lo diseñemos; no importa lo que hagamos, incluso podemos hacer el del gato que está vivo y muerto...(1) Nosotros creamos la trampa en la que se derramaba el veneno y el gato moría o vivía. Pero puede estar vivo y muerto al mismo tiempo; nosotros creamos esa paradoja. ¿Y qué hizo el cuanto? Se convirtió en ambos. Sin importar lo que hagamos, se convierte en eso.


Si al disparar con una pistola un fotón de luz, éste se divide, y una parte va hacia una dirección y la otra parte hacia otra completamente distinta, en el momento en que una se colapsa, se colapsa también la otra, sin importar dónde esté. (2) ¿Quién creó esto? Este es el disparatado mundo de la mecánica cuántica; es muy extraño. No importa qué nueva teoría conciban los científicos, el cuanto siempre se comporta de acuerdo con ella.


Incluso les da una crisis nerviosa al pensar que cuando piensan que están creando nuevas partículas o que las están descubriendo, en realidad, lo que están haciendo es creadas. No saben dónde empieza ni dónde termina. No saben si cuando buscan nuevas partículas más allá del cuanto -están buscando nuevas partículas más rápidas que la velocidad de la luz­ si están ahí porque han decidido buscadas o si siempre han estado ahí. Ya no están seguros. Les está dando una crisis nerviosa a todos.


Sin embargo, es la ciencia, no la religión, la que dice: mira, da igual lo que pienses que vas a crear, nos convertiremos en cualquier cosa que tú crees. ¿Ya quién obedecen los fotones de luz, los electrones y los paquetes de cuanto? Al Observador del científico. Ahí lo tienes. ¿Es de extrañar, entonces, que la mecánica cuántica sea solamente una rama del gran árbol de la ciencia, ya que los científicos son solamente la rama? Ahora, si fueran el árbol, obtendríamos resultados verdaderamente dinámicos, pero debido a que son científicos, son verdaderamente limitados así que representan tan sólo una rama. Pero si se convirtieran en el árbol, entonces las partículas de la realidad se convertirían en todo lo que el árbol dijera que deben convertirse.


Lo que te estoy diciendo es esto: ¿dónde encontramos la mejor prueba de que tú eres Dios? La ciencia dice que es el Observador que afecta el campo atómico; esa gran bola de carne denominada «tú», que ni siquiera puede ver un átomo. Pero ya sea que puedas vedo o no, se moldea de acuerdo a tu voluntad. Esto sólo puede ser obra de Dios.

El noventa por ciento del cerebro que no utilizamos

 

Entonces pregúntate: ¿Quién está escuchando realmente? ¿Quién soy yo que escucho las voces? No te digo que lo hagas en voz alta, simplemente que te detengas por un momento y pienses: ¿Quién soy yo que escucho las voces de mis emociones? Obviamente no puedo ser mis emociones, porque sólo puedo ser lo que soy analógicamente. Evidentemente no soy el color rojo después de todo, sino algún otro color.


Soy otro color que escucha: «Dime, rojo: ¿quiero continuar siendo rojo? ¿O quiero ser lo que nunca he sido?
A lo mejor me gustaría ser yo mismo. Nunca lo he experimentado. No se de qué color se trata, pero es mejor que el rojo». ¿Entiendes?


El día que hagas esto, será el día que te bajes de la roca, pues eso es lo que significa «una espléndida mañana» (3) en el libro; de eso trata toda la historia.


Una bella mañana me levanté de mi lecho, me acerqué a la ventana cubierta con la escarcha de la mañana y al mirar al Este contemplé un cielo que resplandecía con los tonos rosados y violetas de la mañana temprana, a la espera de la salida de Ra, que se elevaría sobre los picos de las montañas y alumbraría los valles cubiertos de neblina con sus brillantes rayos dorados. Esa fue la mañana de mi despertar. Ese es el significado de la historia. Y es lo que yo comprendí. Comprendí que en realidad nunca fui Ramtha. Por eso pude vivir mi vida sin arrepentirme. Por eso pude vivir mi vida apreciando lo que yo era. Pero no continué siéndolo, sino que me elevé para ser algo distinto y para crear el espacio que me permitiera hacerla. ¿ y por qué las partículas subatómicas no habrían de comportarse de acuerdo con la realidad de mi Observador una vez que mi Observador se volvió más grandioso que Ramtha? Si mi Observador se volvió más grandioso que Ramtha, y lo único que yo sabía era que me había convertido en el viento, ¿por qué habría de ser yo una excepción a la ley? Yo sería la ley. ¿Entiendes?

¿Dónde sobrevive la voluntad? La voluntad no es parte del cuerpo emocional. El cuerpo emocional le suplica al cerebro la continuidad: la continuidad del pasado, la continuidad de la condición de uno en la vida. Se lo ruega al cerebro, y éste se lo concede. Pero el día que despertamos es el día que empezamos a oír las voces. Y como es un hábito, le seguiremos la corriente a las voces por un tiempo. Pero llegará una mañana en la que decidamos que por encima de nuestra humanidad somos realmente seres soberanos. Y ese día despertamos a la sabiduría eterna y pertenecemos a la eternidad.


¿Qué pasa cuando le dices al nigromante: «no puedes pasar»? ¿Qué pasa cuando tus emociones y tu pasado te rodean completamente? ¿Qué pasa cuando ya ni siquiera puedes comunicarte con tus amigos porque no sabes cómo comunicarte con ellos? Por, que de lo único que hablabas con ellos era de encontrar las piezas del rompecabezas; de lo único que hablabas con ellos era de tu victimismo, de tus preocupaciones, tus problemas, de las dificultades por las que estabas pasando. ¿Qué pasa cuando te despiertas por la mañana y ya no puedes comunicarte con ellos? ¿ Das marcha atrás e intentas comunicarte en aquel nivel? ¿O simplemente dices «ya no puedes pasar»? ¿Qué tienes en común con ellos? ¿Cuál es vuestro pacto?


El maestro permaneció solo en el puente; verdaderamente solo, defendiendo a la gente pequeña que acababa de pasar. Ese maestro estaba solo y no necesitaba a nadie más. ¿Qué tipo de pacto tienes con esas personas? ¿Qué tipo de acuerdo tenéis entre vosotros? ¿Está vuestra comunión basada en la carencia? ¿ Está basada en vuestro miedo y vuestras tragedias? ¿Estás dispuesto a renunciar a ellos para quedarte solo? Si lo estás, mereces quedarte de pie en el puente y decir: «no puedes pasar». Si no es así, no te hagas ilusiones, porque no eres más que uno de los que se pusieron a salvo mientras otro se quedó y dijo: «no puedes pasar».


¿Qué clase de comunicación tienes con los que te rodean? ¿De qué manera, como el Observador, pones fin a esto? Lo haces cuando ya no puedes reunirte con esas personas basándote en el acuerdo que tienes con ellos y eliges no hacerlo. ¿Te convierte eso en una persona popular? Probablemente no. ¿Pero cuánta gente se enfrenta a un nigromante? Probablemente no mucha. Eso es algo que tienes que sopesar personalmente. Cuándo llegará el día en que los mires y les digas: «Ya no quiero ni hablar de mi pasado, por' que está muerto y, en realidad, eso es lo que hemos tenido en común. He perdido mucho tiempo intentando ser rojo cuando realmente soy dorado. Ya no lo necesito. Estoy muy agradecido por mi vida y por lo que soy hoy en día, pues me ha convertido en el maestro sobre el puente. Así que dejemos de hablar de tonterías sólo para mantener nuestra amistad.» ¿Y qué clase de comunicación vas a tener a partir de ahí? Probablemente ninguna. No lo sé. ¿Puedes hacer eso?
 

¿Cuánta importancia tiene para ti que los que están a tu alrededor te amen? Si es una verdadera necesidad para ti, no puedes quedarte en el puente. Todavía no estás listo. Y poder decir eso es igualmente sincero. «Realmente necesito hablar de mi pasa, do, porque siento que todavía no he terminado con él.» Eso es ser sincero. Pero si por otro lado le sigues dando vueltas a esto y dices: «He descubierto que cuanto más lo hacía, más negaba mi futuro. Y pienso que tal vez, para ser más sincero todavía, no tenía nada que decir sobre mi futuro, porque no hay nada que decir sobre él. Y tenía miedo de no darte conversación, así que arriesgué un montón de emoción sólo para darte conversación. No sé lo que vaya ser; lo que sé es que no seré lo que tú pensabas que era.» Repítelo en tus propias palabras.


¿Entiendes lo que te he enseñado hasta ahora? Que así sea. Así que ahora nos acercamos a esa maravillosa entidad que ha eludido a muchos de vosotros. ¿Cómo puede Dios ser una entidad jubilosa, bulliciosa, un ser que vive en el momento? Porque para ser Dios primero tienes que ser el maestro que conquista la humanidad a fin de manifestar a Dios. Dios no tiene pasado ni es una víctima. ¿Cuál es el estado natural de un Dios? Una entidad muy alegre, feliz y hermosa, el tipo de entidad que amas y que te encantaría ser. Y seres de este tipo naturalmente afectan a la salud del cuerpo, y así es como lo hacen. Porque ahora entendemos que si un maestro puede mantenerse firme en el lóbulo frontal y decir no, lo que se produce es un dolor emocional cuya sensación es la misma que el dolor físico. Cuando te cortas o te pinchas, de repente la ruptura de ese circuito nervioso le envía un mensaje al cerebro de que se ha producido una ruptura en el sistema de circuitos. En eso consiste el dolor físico: es una ruptura en el sistema de circuitos neurológico del cuerpo. Eso es lo que es.


Pues bien, el dolor emocional es exactamente lo mismo. Se produce cuando hay una ruptura en el sistema de circuitos, pero la ruptura no ocurre en el pie, en la oreja o el abdomen; la ruptura se produce en el lóbulo frontal. El lóbulo frontal no permite el paso de la información del pasado. Cuando recuerdas algo y se lo envías al cuerpo, lo sientes, lloras, sufres. El cuerpo le envía al cerebro las sustancias químicas que indican que estás llorando y sufriendo. Y ahora empiezas a buscar redención; buscas una salida y experimentas la redención. La redención se produce al decir «te comprendo», y cuando «comprendes» completas el circuito y queda conectado.


En otras palabras, se ha conectado una red neuronal que distribuye esas sustancias químicas a cada célula, y cada célula imita la actitud. Y cuando imita la actitud, envía mensajeros químicos de vuelta al cerebro que dicen: «Estamos de acuerdo contigo». El dolor emocional se origina cuando se produce una ruptura en el circuito. Y esta ruptura ocurre en el lóbulo frontal y el mensaje es: «Estamos sufriendo y queremos recordar nuestro dolor.» Y el lóbulo frontal dice: «no puedes pasar». Y se frustra, porque necesita comunicarle a las células que estamos redimidos, pero en vez de eso dice que no.


¿Entonces qué sucede? La célula continúa enviando la señal de su mensajero a todo el cuerpo. Ahí es donde se encuentran los sentimientos: en todo el cuerpo. y continúan subiendo y bombardeando al lóbulo frontal. Y la voz continúa hablándote ahí arriba. Y tienes que aferrarte al Observador y decir: «No, no puedes pasar. En otras palabras, no voy a concederte el derecho de paso sólo para satisfacerte. No vamos a volver al pasado para sentir pena de nosotros mismos. Te vas a mejorar». Y debido a que no se produce la redención, regresa, y la célula sigue enviando el mensaje de vuelta. Esto es lo que ocurre finalmente: la ley de la voluntad tiene sus propias neuronas en el lóbulo frontal, y ese otro noventa por ciento del cerebro que no se está usando responde y configura la ley del lóbulo frontal. Recuerda que el lóbulo frontal, la voluntad, el maestro en el puente, no está configurado en la red neuronal normal. Lo único que está configurado en la red neuronal normal es un ciclo continuo, un derecho de paso; lo haces una y otra vez. Necesitamos una parte nueva en el cerebro.


¿Qué pasa entonces? Una nueva parte del cerebro despierta y aprueba la ley. Una vez que aprueba la ley, el sistema límbico fabrica los péptidos y las hormonas que segregan las glándulas endocrinas y que llegan hasta cada parte de las células a través del riego sanguíneo. Entonces las células reciben nuevos neuropéptidos en sus receptores, y cuentan con receptores para ellos. ¿Qué ocurre entonces? El receptor activa el aspecto núcleo de la célula, y entonces el ADN se abre para configurar el mensaje que llega desde el cerebro. La célula puede estructurar el mensaje y lo envía en una configuración llamada ARN a través de aquello que se llama la fábrica alquímica. Luego pasa por la fábrica pequeña que crea esos aminoácidos en forma de secuencias de proteínas y se los da a la célula, y entonces toda la composición química de la célula cambia.


Una vez que la célula cambia, envía un aminoácido mensajero de vuelta al cerebro. Y una vez que esa sustancia química llega al cerebro y a la red neuronal, se vuelve una conexión fija y se convierte en memoria a largo plazo. ¿Qué le pasa entonces al antiguo cerebro? Lentamente se desconecta. Cuando el cerebro antiguo se desconecta, tenemos sabiduría. Eso es lo que vinimos a hacer aquí. Por eso tienes un no, venta por ciento de masa cerebral para decir «no». Sólo tenemos un diez por ciento para el sí; el noventa por ciento es para el no. ¿Entiendes?
Cada vez que la ley se sitúe ahí arriba, las voces solamente discutirán hasta que les demos a las células nueva información. Eso es dolor emocional. Al darle información nueva, la célula cambia y ya no actúa como si la hubieran cortado, herido o maltratado. ¿Entiendes? Porque, claramente, todos tenéis la opción de regresar al pasado. En lugar de quedarte aquí sentado lamentándote, gimiendo y llorando mientras bebes vino, regresa y vívelo de nuevo. Regresa al hospital y vuelve con tu familia para que te maltraten. Vívelo de nuevo. Encuentra a alguien que te abandone; siéntete abandonado. No te quedes aquí sentado hablando de ello todo el día. Es aburrido. No me importa quién seas, eres aburrido. ¿Realmente lo quieres? Corre a hacerlo. Te enviaré los mensajeros. Regresa y hazlo de nuevo. Es muy fácil.

 

Doble personalidad y el efecto de la mente en el cuerpo físico


¿Y qué le sucede a la salud del cuerpo? Si pudieras crear el «no» sin personas, lugares, cosas, momentos y sucesos, crearías nueva materia cerebral que se re, conectaría a las células, y las células mutarían con, forme al «no». ¿Entiendes? La enfermedad sólo vive en el pasado, no puede vivir jamás en la mente de un maestro; nunca lo hará. Solamente vive en la mente de las víctimas. Existen muchas pruebas de esto. En las personas con doble personalidad, puede que una de las personalidades sea optimista, saludable y maravillosa, mientras que la otra es una víctima y padece todo tipo de enfermedades. Y pueden cambiar en un segundo. Al cambiar de personalidad, tienes un cuerpo diferente. Quítate y pon un nuevo Dios en tu cuerpo, no tendrás ningún problema en absoluto; él sabrá exactamente cómo manejar tu cuerpo.


¿Piensas que no tienes suficiente energía? Se debe a que en verdad no la tienes. ¿Cómo podrías tener energía si vives en el pasado? No importa cuántas vitaminas tomes, tu salud no mejorará si sigues lamentándote y pensando que has perdido algo. Nunca pierdes nada; es una ilusión. Nunca posees a nadie, nunca; a menos que te comas a esa persona como si fueras un caníbal, la digieras y nutras tu cuerpo con sus proteínas. Nunca has poseído a nadie. ¿No lo entiendes? Y nunca nadie te ha poseído a ti. Son ilusiones tuyas.


Bueno, si esto no es una diatriba, entonces no sé si alguna vez he lanzado una. Lo estoy haciendo esta noche.


Y todo el mundo dice: no es tan simple como parece. Sí lo es. Es muy sencillo. Simplemente tienes que llegar a un acuerdo con el que ha estado escuchando. ¿Qué quieres hacer al final de tu vida? Tú quieres venir conmigo adondequiera que vaya, pero ¿estás preparado para hacerlo? ¿Sabes cómo sé que no estás preparado? Porque sigues aferrándote a cosas que son como la escarcha en el cristal de tu ventana que se disuelve con el calor. Te aferras a cosas tan superficiales... ¿Cómo puedes venir conmigo a un lugar en el que te volverás invisible si estás tan ensimismado en tu cuerpo, en tu sexualidad, tu dolor, tu sufrimiento y tu carencia? ¿Cómo podrías convertirte en el viento si te pasas cada instante del día ensimismado en lo que no eres? ¿Cómo cambias eso? Te he enseñado todas las disciplinas maravillosas del mundo, pero la disciplina más maravillosa es quedarse en el puente y decir: «No. No me importa quién seas ni que te creas enorme y malvado. No vas a pasar. No me vas a convencer por más que me ruegues pasar. Yo digo que no y de aquí no me muevo. ¿Quieres guerra?»


Eso es un maestro. Puede que sea un maestro muy pequeño o un maestro grande; no importa. ¿Y sabes cómo sé que vive en ti? Porque alguien ha estado escuchando las voces, y esa es la entidad en la que tienes que decidir convertirte, y no en una mujer confundida o un hombre confundido. ¡Qué tontería! Tu cuerpo es como la túnica que llevo puesta. Te lo puedes quitar.


¿ Y entonces quién serás? Esa es la gran pregunta. ¿De qué cosas superficiales vas a hablar? «¿Cómo está el clima hoy en el puente?» «Tormentoso... Agradable. . .» ¿Qué excusas vas a poner de ahora en adelante? «No me siento digno.» ¿Por qué? «No lo sé. Es un hábito. »


Y, en realidad, lo que hace el elixir, el León Rojo, es que el Observador se presente con toda su fuerza. Eso es lo que hace. Por eso te digo que yo no usé nada en mi vida. No pensaba que mi pasado fuera tan importante como para oscurecer mi futuro.


Entonces, ¿quién es el Observador? Él ha sido todo el mundo, ¿no es así? ¿Cuántas vidas has vivido en cuerpos diferentes, y él ha sido el Observador? ¡Tan' tas vidas...! ¿Qué es lo que no has sido? Lo has sido todo. En esto consiste amar a Dios. Yo seré siempre la voz de Dios, porque es mi ley y mi mandamiento. Eso es verdad. ¿Cómo será tu cuerpo después de eso? ¿Quién sabe? ¿A quién le importa? Lo que sí sabemos es que ahora verdaderamente tiene la oportunidad de vivir eternamente. Por primera vez tiene la oportunidad. Otra cosa que sabemos es que nunca más lo vamos a utilizar como excusa, y por lo tanto sabemos que nunca volverá a estar enfermo. Eso sí que lo sabemos. ¿Quiénes seremos? Esa es la aventura. Entonces, ¿para qué ir corriendo a enredar con el pasado para así sentirte un poco más seguro? ¿Por qué lo haces ? Ya no tienes que hacerla nunca más. Y qué bonito es ya no tener que fingir. Explícalo en tus palabras.

 

 

1 Se refiere a la paradoja del gato de Schrodinger, propuesta en el artículo «La Situación Actual de la Mecánica Cuántica», publicado en 1935 por Erwing Schrodinger.

 

2 Se refiere a la serie de experimentos creados por Aspect, Grangier y Roger que demostraron la no localidad de las par­tículas cuánticas descritas en la paradoja de Einstein-Podolsky­Rasen. Los resultados de esos experimentos se publicaron en 1982.

 

3 RAMTHA: «Una espléndida mañana» en El Libro Blanco, edición corregida y aumentada, Arkano Books, Madrid, 2003; pp. 221-223.

 

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