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IBERIA: CUNA DE CIVILIZACIONES

 

 

 

 

 

 

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CAPÍTULO 12:

LAS GESTAS DE HÉRCULES

Los historiadores antiguos decían que con Hércules vinieron a España diversos pueblos de Oriente Medio. Pues bien, a este propósito "debe señalarse que los antiguos consideraban a los Bebrices y a los Saefes como arameos de la Armenia Menor, a los que perteneció Carcaa, citada por Estrabón y Plinio... Dionisio Bizantino habla de los Bebrices, que vivían a orillas del Bósforo y eran oriundos de Tracia... Cuenta Herodoto, que de la Tracia pasaron de Europa al Asia los Briges o Brices, donde se les conoció con el nombre de Frigios, siendo una de sus colonias los arameos" (Amador de los Ríos, p.235). Por su parte, Adolf Schulten también reconoce que a los Bebrices se les ha asimilado la tribu frigia, si bien para él son celtas. El Periplo massaliota indica que eran pastores y Schulten llega a decir que los Beribraces "son los celtas de la parte oriental de la meseta y formaron la capa inferior étnica de los celtíberos", encontrándose durante la época de El Periplo, hacia el 500 a.d.C, "los Beribraces están en España, en la meseta celta" (Fontes Hispaniae Antiquae, Barcelona, 1922, Tomo I, pp. 119-120, y Tomo II, pp. 110 y 21). Homónimos son también los bibraige de Irlanda y los bibroici de Bretaña ("Las fuentes históricas más antiguas para el conocimiento de los celtas peninsulares", F.J. Lomas, Historia de España Antigua, tomo I, Cátedra, Madrid, 1988, p.69).

La Iberia del Cáucaso se encuentra citada ya en Estrabón, según afirma Plinio los Bebrices eran íberos venidos del Cáucaso, mientras que Ptolomeo de Alejandría asegura que pertenecían a los volcos tectosagos cuya capital era Toulouse. Con el nombre de Beribraces se conoce a un pueblo asentado en el territorio que va desde el Turia hasta el escalón de la Meseta, y que pudo llegar al somontano del Moncayo, donde siglos más tarde vivieron los lusones (¿pueblo de Lug?): en Pozalmuro hay una inscripción dedicada a este gran dios celta-ligur, como en Uxama). En la extensa cueva de Lombrives, en el valle del Ariége occitano, sitúan las leyendas las tumbas de Hércules y de su amada Pyrene, hija de Bebrix, rey de los bebrices (Soria-Francia... A. Almazán, pp. 32-34). Recordemos además que en el Cáucaso perviven los urritas y su lengua, el urrita, forma parte de la misma familia de lenguas preindoeuropeas que el tartesio, el bereber, el íbero, el vasco, el cretense, etc... lo cual establece una íntima conexión entre este pueblo del Cáucaso con los habitantes primigenios de la península ibérica, los primeros íberos (atlantes).

Si los Bebrices-Beribraces provenían de Tracia, no sería extraño que conocieran el culto desenfrenado a Sabaceo-Dionisos, originario de Tracia, que luego se trasplantaría a Grecia de forma más civilizada -debido a los sacerdotes de Apolo, sus impulsores y difusores- y donde tendría otra ramificación en los cultos órficos de Dionisos Zagreo, subsistiendo siempre su simbolización emblemática como toro. Dionisos y Apolo llegarían incluso a confundirse en algunos aspectos rituales, asimilándose diversos elementos (Rhode, pp. ).

Los mercenarios de Lobetania representan a las tribus celtíberas ulteriores procedentes de Lobetania, cuya capital era Lobetum, la cual estaba situada en el sureste de la actual sierra de Albarracín, (Cuenca).
Los historiadores nos relatan la subdivisión de pueblos que pertenecían a las tribus celtíberas ulteriores (los más alejados de Roma), siendo las siguientes:
- Olcades.- Vivían en tierras de Cuenca, hasta la vista de La Mancha.
- Turboletas.- Vivían en Teruel.
- Arévacos.- Vivían en el Alto Duero, avanzando como en cuña, por las comarcas de Atienza y Sigüenza, en dirección a Hita.
- Pelendones.- La delimitación de esta tribu es muy difícil ya que su territorio se confunde con el de los Arévacos, los cuales pudieron reducir a los Palendones a la montaña (sierras riojanas, burgalesas y sorianas) mientras ellos labraban las tierras más bajas.
- Lobetanos.- Que son la tropa que nos ocupa, siendo Celtas del viejo tronco de "Bebrices o Beribraces".
Eran pueblos guerreros que vivían de la caza y se vestían con pieles que ellos mismos curtían.

Entraron a formar parte de las tropas mercenarias que Aníbal fue contratando en su marcha hacia Roma.

A cambio de los servicios recibían el pago pactado en plata, procedentes de las explotaciones mineras del "Cabezo Rajao", en Qart-Hadast, cuyo filón de galena argentífera afloraba al exterior.

En su símbolo representan a la diosa Astarté en la figura del "domador de caballos", que a su vez era representativa del jefe del clan o de la tribu, también tienen la figura del lobo, el cual lo llevan en sus escudos hasta el punto que la puerta de su campamento está custodiada por dos enormes lobos tallados en piedra.

Así pues queda descubierto al fin el misterioso origen de los celtíberos. Las tribus celtíberas son las tribus de Íberos del Cáucaso, los Beribraces, que se unieron a y se asimilaron a las tribus celtas, siendo conocidos tras ello como los celtas-íberos o Lobetanos, quienes se dirigieron a Toulouse i de ahí pasaron a la Península Ibérica para más tarde alistarse en las legiones de Aníbal para atacar Roma.

Numancia fue primero pelendona y luego arévaca. Investigadores hay que opinan que tras la derrota del 133 a.C., los romanos devolvieron Numancia a los pelendones. Los arqueólogos han encontrado un centenar de objetos líticos y otros materiales (figuras fálicas estilizadas, incluidas) de un presunto poblado del neolítico final y eneolítico, así como unos fragmentos y vasos (uno de ellos con decoración de la cerámica excisa) que unos han fechado hacia el 850 a.C., aunque Taracena los fecha entre los siglos V-VI a.C (Manuel Salinas de Frías, p.93). Una de las últimas guías turísticas sobre Numancia afirma que los primeros restos de ocupación humana en el cerro numantino de La Muela de Garray corresponden a los momentos finales del Calcolítico e inicios de la Edad del Bronce (segunda mitad del tercer milenio y primera mitad del segundo milenio a.C.); la siguiente ocupación humana transcurriría un milenio después, a comienzos del siglo VII a.C (Numancia. Guía del yacimiento, AA.VV., Almazán, 1990, p. 13).

Schulten relaciona a los pelendones con los Belendi que Plinio sitúa en Aquitania. Taracena, antes que Ortego Frías, habló de la relación Belenos-Belendi-Pelendones. Belenos es Abellio, el Apolo celta. Como Belenos tiene al mismo tiempo una connotación solar y acuática (asociada a fuentes medicinales), aunque curiosamente existen los epítetos (tan próximos a pelendon-pelendones) Marte Belandon o Belandonis, "el destructor", en los Bajos Alpes, si bien Marte tenía un culto acuático en la Galia (J.C. Bermejo Barrera, pp. 174 y 176)
Su gran festividad es el 1 de mayo (dia de Beltane, "Fuegos de Bel" , día en el que tuvieron lugar las grandes invasiones míticas de Irlanda, incluidas las de los Tuatha Dé Dannan y Milesios.

Abellio solía representarse, cual buda, con las piernas cruzadas, como la famosa representación de Cernunnos en Gundestrap. Asimismo, "en todas las estatuas y altares de Abellio que se han encontrado en los Pirineos aparece la cruz swástica, símbolo religioso, como se sabe, de los budistas. Aún hoy día los montantes de las puertas de los viejos caseríos vascos llevan tales cruces gamadas, a fin de mantener alejado de la casa y de sus habitantes el influjo del maligno" (Cruzada contra el Grial, Otto Rhan, Hiperion, 3ª ed., Madrid, 1993, p. 74). La swástica -símbolo mágico por excelencia -no solar, sino "polar", según Guénon- y repartido por el mundo en gran número de culturas- se puede ver en las piedras del suelo de algunas puertas de Numancia.

Lo cierto es que no voy aquí a entrar en detalles, pero no existe duda alguna acerca de la íntima conexión entre el culto a Abellio (Apolo-Dionisos), el culto a la diosa Astarté y el culto a los cabiros (los misterios de Samotracia) o el mito de Cástor y Pólux .

Nótese a su vez el parecido entre Abellio y "abella", abeja en catalán, y recordemos que en el 3000 a.C. los faraones de las I y II dinastías egipcias, los tinitas, tenían como emblema real el de la abeja. Igualmente el catalán se considera originario del Sur Francés, del "Pays de Langue d´Óc" o lo que es lo mismo, Occitánia, la parte oriental de las tierras al norte de los pirineos, mientras que a la parte occidental se la llama Aquitánia (de fuerte parecido con Occitánia y vertebradas ambas alrededor de Toulouse, desde donde llegaron hasta la Península los celtas llamados Lobetanos o Bebrices) y es de ahí , de Aquitánia de donde se considera origiarios a los gascones, pertenecientes al histórico Ducado de Vasconia que se extendía por la actual Gascuña (Gascogne), cuyo nombre deriva de "Vasconia" o "Basconie": otros nombres romances del País vasco.

Fueron sin duda los descendientes de los primeros pueblos arios de la Península Ibérica, quienes tras conquistar todo el norte de África y sentar las bases de las cultura egipcias y hebrea entre otras, alcanzaron finalmente las montañas del Cáucaso desde donde iniciaron su regreso a la antigua tierra de Eber, Iberia, (la tierra de sus antepasados), esta vez por el norte, atravesando Turquía y Grecia, completando así el camino de la swástika dextrógira. Estos pueblos fueron a su regreso conocidos como Bebrices o Beribraces (nótese el parecido con bereberes, así como con hebreos, íberos o con las raíces (E)BER-IBRIS-)

Fernández Guerra, y en alusión a la expansión de los antiguos íberos, añade: "Solamente el Océano, añade, pudo parar y oponerse como un dique a las invasiones de este pueblo audaz y aventurero".


La leyenda del rapto de Europa

 

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