TARTESSOS

 
                                                     

LOS PUEBLOS DEL MAR... OCCIDENTAL

 

  Habis

 

 

 

ANÉCDOTAS MITOLÓGICAS

En el relato que Solon escuchó de los sacerdotes de Sais acerca de la mítica Atlantida, se habla de un imperio de mas allá de las columnas (¿la civilización del Bronce Atlantico?), que penetró en el Mediterráneo y avanzó sobre las costas del Mediterráneo Occidental sometiendo a sus pobladores y menciona que este imperio fue aniquilado por una especie de tsunami tras una derrota del único pueblo que les hizo frente, los atenienses. Tanto estos como los saitas veneran a la misma diosa, Atenea-Neith (Th-N/N-Th, tanto monta, monta tanto cuando se cambia el sentido de la escritura de griegos y semitas) de origen libio, y es curioso que también fuese Atenas la única ciudad que no se destruyó a la caída de Micenas.


En el mito fundacional ateniense, el Atica se la disputan Poseidon (pariente de numerosos "monstruos" occidentales y dueño del mar en el reparto olímpico) y Atenea (la tritonida, o sea libia). Esta, que paradojicamente parece fuera del panteón griego por cuanto no se relaciona genética o sexualmente con el resto de dioses y nunca es vencida por los otros, vence porque mientras el virulento dios de los mares arrasa las costas, ella causa a los áticos el máximo beneficio que es la introducción del olivo (como así esta atestiguado).

OLEADAS DE PUEBLOS EN LA HISTORIOGRÁFICA EGIPCIA

A mediados del reinado de Meremptah (1224-1204 a.C.), avanzan desde Libia los llamados por los egipcios Pueblos del Norte (y el norte de Libia es el Mediterráneo Occidental), que ya se había encontrado Ramses II en sus expediciones al occidente y cuyos componentes llevan los sospechosos nombres de shardana (¿sardos?), shekelesh (¿siculos?), ekwesh, luka (¿licios?) y teresh o thursa (¿tartessios? ¿el Tirás biblico?). Aun faltan bastantes años para que caiga Troya, y tanto la civilización micénica como el emporio de la Troade son estados sólidos.

En el año 5 de Ramses III (es decir 1179 a.C.) vuelven a invadir desde occidente una serie de pueblos. Esta vez son los libu (antecedentes de los libios), meshewesh y los seped (¿de hesperides, sefarad, occidente en todo caso?). Troya ya ha caído, pero no hay rastro de pueblos del mediterráneo oriental en esta segunda invasión. Si se apunta una tónica: Mientras son extrapolables sus denominaciones nos salen nombres preferentemente occidentales o desconocidos (es decir, occidentales, por cuanto no hay escritura más acá del Golfo de Sirte en el II mil a.c.).

En el año 8 (1176 a.C.), llega una tercera, pero esta vez desde el norte. Por lo visto los Pueblos del Norte por un lado y los tracofrigios y dorios por otro, ya han hecho estragos en la arruinada Troya, en la exhausta Micenas, y en su población indígena sometida. Por tanto, a los shekelesh de la primera oleada se suman ahora los peleset (¿pelasgos/filisteos?), los thekel, los denien (¿danaenos?) y weshesh (¿aqueos?), ahora llamados Pueblos del Mar. Estos avanzan desde Asia Menor por la costa cananea y por mar siendo derrotados en ambos casos por las tropas de Egipto (que acusará el esfuerzo humano y militar durante las siguientes generaciones).

Finalmente en el año 11 (1173 a.C.) hay una ultima oleada desde Libia. Los meshesh (¿mesenios?, ¿el Mesec bíblico?), junto a esbet (¿denominación alternativa de seped?), keykesh, shaihes y bekem. Esto es solo el inicio de la presión libia sobre el Nilo durante toda el imperio medio. De nuevo se mantiene la tónica de que cuando vienen desde Libia suelen ser nombres evocadores del occidente o claramente desconocidos, propios de un occidente sin historiográfica.

UNA CONCLUSIÓN RÁPIDA

A fines del II mil. a.c. se da en todo el ámbito Euromediterráneo unos movimientos poblacionales sólo comparables a los producidos durante la caida del Imperio Romano.


En primer lugar las tecnicamente muy maduras civilizaciones del Bronce Atlantico expanden su influencia sobre el sur de Europa. Su penetración en el área del estrecho y mas allá provoca una sucesión de invasiones en dominó a lo largo de las islas del mediterráneo occidental por el norte, y de la costa libia por el sur, hasta topar con el entorno micénico y egipcio respectivamente.
En segundo lugar, la guerra de Troya hunde economicamente toda la costa minorasiatica y apuntilla al ya débil reino hitita, a la vez que debilita a los vencedores, incapaz de contener la presión de sus pueblos vecinos y de los nuevos invasores.


En tercer lugar, los cambios climáticos en el continente europeo repercuten positivamente en las poblaciones del interior que se extienden hacia el oeste (protoceltas) y el sur (dorios sobre Grecia, tracofrigios sobre Anatolia). Algunos de los pueblos habitantes de esas regiones invadidas, ante el fracaso de la economía de producción y comercio, deciden darse al saqueo y el ataque sobre las principales potencias económicas (Hatti, Ugarit, Egipto, Creta, Chipre...) acompañados por una migración masiva, todos juntos, pero no revueltos (como sucedió con los germanos), dejando espacio para una ocupación mas paulatina de sus primitivos asentamientos (como sucedió con los eslavos).
Solo el estado mas potente del Mediterráneo sobrevive al maremoto poblacional, el Egipto de los ramesidas. En el resto de zonas, la destrucción y la posterior reocupación es patente, dando lugar a nuevas entidades estatales que dos o tres siglos mas tarde, superados los efectos del desastre, florecerán como los principales estados de la primera mitad el I mil. a.c.: Tartessos, Etruria, Libia, la Grecia Arcaica, Fenicia, Palestina, Lidia, Frigia, etc, dando ventaja a los estados del interior, que desde este momento serna hegemónicos: Assur, Persia y el sempiterno Egipto.