TARTESSOS OFICIALISTA

 

                                                     

LOS IBERITÁNICOS SON IBÉRICOS PROTO-TARTESSIOS

-otra pista-

 

   

 

 

 

Fuente: "Tartessos y Europa". Autor: Miguel Romero Esteo
Enlace:   Tartessos y Europa

 

Con respecto a los gaélicos pues tampoco habría que olvidar que en esa especie de extensión cultural tartesia que a veces parecen ser borrosamente las ahora tierras de Marruecos arqueológicamente asoman por allá y acullá puntas de lanzas tartesias, las lanzas a modo de alabardas, y desde remotos tiempos, la lengua beréber en la que los filólogos especialistas detectan una componente de la familia celta —se la denomina así— o familia en la que una rama son los gaélicos y otra rama los celtas-galos que remitían su origen borroso a la isla de Sicilia, y cuya lengua sobrevive en la de los británicos galeses —en el oeste de Inglaterra - por enfrente ya de Irlanda- y en la de los bretones franceses — la Bretaña o gran cuerno oceánico, una tierra del proto-tartesio estaño misterioso— y que ya y finalmente pues bastante residual. Para rematar el fantasmal celta asunto, habría que recoger que, según nos especifica Estrabón, el auténtico y antiguo nombre de los celtas hispanos -los celtíberos- fue el de ibero-skytes y así y no más. O sea, una especie de iberoescotos, y que ibero-escitas si latinizado el asunto. Los escitas oceánicos y occidentales, tan "lejos" de los escitas orientales en las ahora costas ucranianas del Mar Negro, y con el río Hispanis y sus manadas de salvajes caballos en la cabecera del río. Y blancos los caballos.

 

La demasiada extensión geográfica ibero-peninsular que parecen ocupar los pre-caucásicos khazunzaq en cuanto que oceánicos kunetes pero también mediterráneos kynetes hasta más o menos la valenciana desembocadura del río Sikar, hoy Júcar. Y que más incluso, si tenemos en cuenta que sus ribereños sikano colonizaron la isla de Sicilia. Acaso un sikano fue -lo dicho- el proto-siciliano e ibero rey Kókalo que le dio legendariamente muerte al famosísimo y cretense gran rey Minos, el hijo primogénito de la diosa Europa, que legendariamente una mera princesa. O que todavía se extendieron más si tenemos en cuenta a los mediterráneos konios que -y con o sin geográficamente vinculados vascones como unos uas-konios sobre poco más o menos- y pues río Ebro arriba tranquilamente se asentaron de koniscos y cántabros en el alto curso del río. Pues que con todo esto resulta inevitable que, con el asunto del kalay o estaño, también los ibero-peninsulares khaunzaq o everes, y alvares y albanos, navegaran a por el estaño a las británicas islas con o sin meter en el asunto a los iberitanes o iberitanos cherkessios, que ya pues tranquilamente algo iberitánikos y británicos pues a la menor oportunidad- y que por allí pues se asentaran. Con lo cual pues ya no sólo el que en la lengua inglesa asomen de substrato iberas palabras hispanas -lo dicho, el tal asunto pues asoma ya en ingleses manuales universitarios de la lengua inglesa- ni el que asomen de substrato acaso palabras cherkessias en las británicas lenguas gaélicas y galesa, y en la lengua bretona, sino que no menos pues muy tranquilamente les asomen también dispersas palabras de los pre­caucásicos e iberos khaunzaq tanto si albanes o alvares corno si meramente everes y tan espesos. O en otras palabras, que tanto el muy pre-romano nombre de Albión para la isla de Gran Bretaña corno no menos el muy pre-romano nombre de Albania, para lo que luego y finalmente Escocia, pues remitiéndonos a los tales khaunzaq albanes o alvares y que ibero­peninsulares. Empezando con lo de la finalmente inglesa Cornwall -precisamente la tierra del tan vital estaño. Corno un corno-kalay o marino cabo del estaño. Y si es que no un kornk-alvares o kornk-albanes previo al Cornwall corno fulminante contracción fonética del nombre. Que variante de un kunetes fue un kurnetes, y un kuretes. Y remitiendo acaso hacia que un lingüísticamente proto-indoeuropeo corno y para significar cabo o tierra que se adentra en el mar, y así el asunto, es lo que pudiera haber etimológicamente por adentro de lo de los iberos khaunzaq o kunetes. Y por adentro de la palabra keanu variante de un kaunios si con respecto al nombre del okeanu para el océano. Me supongo que el tal corno pues ese gran cuerno, el hispano suroeste oceánico que, adentrándose en las oceánicas aguas atlánticas, fue la inicial tierra de los proto-tartesios. A los que borrosamente vinculados resultan lo kunetes hispano-oceánicos. Y descaradamente no menos vinculados también los kunetes mediterráneos o kynetes que igualmente tartesios según el muy viajado Trogo Pompeyo, y ya dicho quedó. Queda de cabo suelto el que de los a lo que parece indoeuropeizados iberos síkulos de proto­valenciano río Sikar, o Sikal, se origina el nombre de Sikilia que finalmente Sicilia.

 

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