TARTESSOS BEREBER

 
                                                     

INSCRIPCIONES LIBIAS DE CANARIAS

  Antonio Cubillo Ferreira

 

 

 

 

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NOTA DE LECTURA Y CRITICA.

Titulo:.- Ensayo de interpretación líbica. Autor: Profesor D. Juan Álvarez Delgado, Catedrático de la Universidad de La Laguna. Tenerife. Islas Canarias. 1964.-

 

El profesor Álvarez Delgado de la Universidad de La Laguna en las Islas Canarias es un gran filólogo, especialista en cuestiones canarias. Desde hace más de treinta años se interesa a los problemas que conciernen al Archipiélago Canario y a sus habitantes. Se puede decir que es el principal investigador de la filología del antiguo idioma de los guanches, habitantes autóctonos de Canarias. Aunque tengamos en cuenta que importantes bereberólogos como Marcy, Marçais, Wölfel etc., se hayan ocupado de la filología guanche, el hecho de que el Profesor Álvarez Delgado haya nacido en Canarias y sea de origen guanche, da más valor a sus trabajos.

 

Para estudiar el idioma antiguo de los Guanches de Canarias es necesario profundizar en el conocimiento del bereber puesto que el guanche es una rama o dialecto del antiguo libio ya que los guanches son de origen bereber. La escritura encontrada en las Canarias se parece mucho a las inscripciones líbicas recogidas en el Maghreb, aunque sean de origen más antiguo. Dicha escritura ha permanecido indescifrable hasta nuestros días, a pesar de las informaciones que se poseen sobre el tifinagh, el líbico y el sahariano.

 

Para estudiar y analizar los petroglifos de Canarias, el Profesor Álvarez Delgado hace un estudio de todas las inscripciones líbico-púnicas, líbicas y saharianas del África del Norte. En la introducción de su libro analiza todos los problemas del alfabeto líbico y hace un estudio comparado del líbico y del bereber, método empleado anteriormente por C. Meinhof y E. Zyhlars y también por Fr. Beguinot y G. Marcy. Si este método fue criticado por el Abate Chabot, el Profesor Álvarez Delgado admite que dichas críticas " no afectan al sistema incluso si su aplicación es impropia.

 

El primer problema que estudia es el del alfabeto líbico antiguo en tanto que tronco común de otros alfabetos, ellos mismos arcaicos;

a) Numídico (inscripciones antiguas de Thugga y similares, Túnez, Argelia oriental y central);

b) Marusio ( Mauritania Tingitania y Cesarea y actual Mauritania del Sahara occidental );

c) Getúlico ( Getulia de los Romanos al sur del Atlas ).

 

El segundo problema evocado es el del origen del protolíbico, alfabeto original importado en África, de donde derivan las diferentes formas de escritura posterior. Según el autor los " alfabetos líbicos no derivan ni de la escritura jeroglífica o demótica de los Egipcios ni de los alfabetos ibéricos, ni de las escrituras latinas, púnica, griega o cretense". "Me parece- prosigue el autor- que el alfabeto líbico es un derivado del alfabeto cuneiforme de Ugarit, fuente de todos los alfabetos cultos pero en contacto con una cultura o fase paralela a la que empleó el alfabeto sud-arábico también llamado sabeo o himiarita.

 

La cuestión siguiente, que es importante de desarrollar, es la de conocer el vehículo o el medio de entrada del alfabeto líbico en África. Álvarez Delgado da una gran importancia a la tradición himiarita de los habitantes primitivos de Túnez, recogida por Procopio en el siglo VI y por Ibn Khaldum en el s. XIV, y desarrolla su tesis sobre esta misma tradición para concluir que el alfabeto líbico no viene del fenicio o del cartaginés sino que está en relación inmediata con el Ugarítico y el sud-arábico.

 

Aunque habitando la península arábica, los Himiaritas no eran árabes sino sud-arábicos en contacto con el célebre reino de Saba. Fueron llamados por los antiguos Egipcios, puaniti, pieles rojas o habitantes del país del Punt, conocidos por ser los famosos comerciantes del Mar Rojo durante el segundo milenario antes de nuestra era. El nombre de Puaniti, Punt, tiene un valor etimológico de rojo y se aplica a la púrpura, tintura roja para los tejidos, que era la base del del comercio de los Himiaritas. Parece ser que los Himaritas llegaron a Túnez hacia el siglo XII antes de nuestra era; conocían ya el alfabeto que trajeron con ellos en África. Los Himiaritas, parece ser, eran de la misma étnia que los Cananeos; es por eso que la tradición recogida por Procopio relata las persecuciones sufridas por los Himiaritas cuando fueron expulsados de su tierra por Josué, jefe de los Hebreos. La verdad es que la tradición mezcla la llegada de los Himiaritas del Mar Rojo con la de los habitantes originarios de Canaan o de la Sidón primitiva destruida por los Hebreos. Punt, Puaniti fenício y púnico derivan de una misma raíz lingüística aunque ignoramos por que vía. Fenicio deriva del griego , foinis-foinos; en latín poenus, púnico y phoenices tienen el valor etimológico de rojo. Púnico en latín se aplica a los Cartagineses y al color granate. En semítico la raíz HMR quiere decir rojo, lo mismo que Puaniti en egipcio antiguo; la concordancia es notable.

 

Para establecer su conclusión, es decir que el alfabeto líbico procede del himiarita y no del cartaginés o del fenicio, D.J. Álvarez Delgado presente para ello un cuadro detallado de los diferentes alfabetos donde se puede ver los paralelismos que intenta establecer entre el Ugarítico, el sud-arábico y el líbico.

 

En el capítulo IV de su introducción desarrolla el tema interesante de la interdependencia de los alfabetos numídicos y tifinagh así como la evolución de los fonemas laringales en las dos ramas del líbico. Después, para hacer más clara la continuación de su exposición, el Prof. Álvarez Delgado coloca el capítulo V que primitivamente debía ser el último.

 

La base de todo el estudio es en realidad las nuevas transcripciones que él da de las diferentes inscripciones líbicas del África del Norte. He aquí el gran valor del libro del Prof. Álvarez Delgado: fundar una nueva lectura de las insripciones líbicas a partir de un nuevo método y de un análisis moderno.

 

En el capítulo VI de su introducción desarrolla el estudio completo del libio antiguo, en su estructura gramatical, cosa que no había sido hecha hasta nuestros días. La comparación de los textos de Thugga y del bereber actual, separados por veinte siglos, le obliga a establecer un proceso genético para aclarar las coincidencias y las divergencias.

"La segunda parte de su libro está consagrada al estudio de las inscripciones bilingües libio-púnicas ya coleccionadas en otros lugares. Estudia de una manera detallada siete de entre ellas, a saber :

1) Mausoléo de Atabán en Thugga ( Dougga ), Chabot, RIL, 1 ).

2) Dedicatória del templo a Massinissa en Thugga ( Chabot, RIL, 2 ).

3) Estela de Tubursidum ( Tebursuk ) ( Chabot, RIL, 12 ).

4) Estela funeraria de Maktar ( Chabot, RIL, 31 ).

5) Estela de Simittu ( Chemtu ) ( Chabot, RIL 72 ).

6) Estela de Mugel en Duvivier ( Chabot, RIL, 451 ).

7) Estela de Lixus ( Larache) ( Chabot, RIL, 881 ).

 

El valor histórico de las nuevas lecturas y la nueva cronología que ha establecido merece la pena de retener toda la atención de los especialistas.

 

La tercera parte del libro estudia y analiza once inscripciones líbico-latinas dadas por el Abate Chabot, es decir, RIL-85; 145; 146; 150; 151; 182; 193; 252; 288 y 665. Se puede hacer para esta parte la misma consideración que para la segunda; además, el Prof. A. Delgado acerca de los textos latinos de las bilingües hace algunas reconstituciones ( por la adición de las letras que faltan ), que le ayudan enseguida a establecer una lectura más perfecta del texto líbico. Concluye de esta manera a restablecer la plena concordancia de dos textos líbico y latín, que en Chabot, Gsell y Marcy, presentan a veces diferencias notables. El Prof. Álvarez Delgado llega a dar así una nueva lectura de los epítetos libios que se repiten muchas veces en las lápidas y cuyas traducciones han sido a menudo intentadas pero sin resultado satisfactorio. Estudia sobre todo epítetos tales como: mzby, nmgnuy, mskry y çrmmy, así como la aposición mtibly, la fórmula libia nzf y la variante nfziy.

 

En la cuarta parte, Álvarez Delgado, considera las inscripciones líbicas antiguas. Bien que Chabot, en su catalogo da 1.000 textos líbicos, Álvarez Delgado no estudia sino dos grandes inscripciones de Thugga, de una particular importancia lingüística y algunos textos cortos en razón de su interés particular. Para su lectura utiliza no solamente el tuareg sino también sus conocimientos del guanche de Canarias y llega así a nuevas interpretaciones de una gran importancia científica.

 

Una de las inscripciones que estudia con el mayor cuidado es la de la lápida que se encuentra en ell Museo del Bardo, llamada por Marcy, " Dedicatoria de las tres esposas " y que fue descubierta en 1912 cerca de las ruinas del Capitolio de Thugga. Se conocen los intentos de lectura de esta lápida hechos por Beguinot en 1927, Marcy en 1938, Chabot en 1941 y Fevrier en 1956. Álvarez Delgado, teniendo en cuenta estos intentos da una nueva lectura según su método de interpretación; lectura muy interesante puesto que él establece ante todo la onomástica y el árbol genealógico de las tres esposas así que su parentesco por afinidad y consanguinidad lo que explica que la dedicatoria incluye las tres inscripciones sepulcrales en una sola.

 

La quinta parte de su importante obra de 431 páginas está consagrada al estudio y al desciframiento de las inscripciones saharianas y otras. Evidentemente no se trata de inscripciones antiguas conservadas hasta nuestros días; las inscripciones en tifinagh moderno habiendo sido estudiadas por otros especialistas. El análisis de estas inscripciones le lleva a estudiar de una manera más profunda el alfabeto sahariano, su génesis y a compararlo con los signos numídicos, tifinagh y otros homólogos antiguos. Esta comparación es muy importante puesto que no se pueden interpretar las antiguas inscripciones saharianas sin conocer la evolución que ha sufrido el valor de estos signos para llegar al actual tifinagh; una lectura del sahariano a partir de los actuales valores sería, en efecto, errónea.

 

La última parte del libro concierne las inscripciones líbicas de Canarias; es la más compleja y lo más difícil del trabajo. En esta parte Álvarez Delgado menciona las inscripciones lapidarias de las islas de Cabo Verde, que según Marcy, son de tipo líbico. El Prof. A. Delgado hace un inventario de las inscripciones líbicas o saharianas de Canarias conocidas hasta el presente, y a pesar de que intenta algunas lecturas no osa confirmar ningún texto puesto que el alfabeto de estas inscripciones no ha podido ser descifrado aún completamente y subsisten dudas sobre su interpretación. Pero al autor deja la puerta abierta a los futuros investigadores para descifrar estas inscripciones líbicas arcaicas de las Canarias basándose en los estudios hechos en este libro. De todas maneras, el Prof. Álvarez Delgado dice "el tipo alfabético empleado en los caracteres líbicos de las Canarias es el que nosotros llamamos sahariano. Y la tipología de los caracteres canarios es idéntica a los de Mauritania estudiados por Monod-Marcy como el lector puede verificarlo comparando los cuadros que ofrecemos de los unos y de los otros.

 

No nos queda sino decir que sobre la fecha de las inscripciones canarias establecida por el Dr. Álvarez Delgado, no estamos completamente de acuerdo. En efecto, los textos de Canarias, a pesar de que están escritos con caracteres parecidos al tipo sahariano, son más arcaicos que los señalados por Monod. Su apreciación viene de que él coloca la llegada de los Guanches al Archipiélago, hacia el siglo I antes de nuestra era, pero los últimos trabajos de los antropólogos no confirman esta tesis.

 

Según la antropóloga Ilse Schwidetzky (1963), "el aislamiento cultural y biológico de la antigua población del Archipiélago Canario tuvo lugar, lo más tarde, al final del segundo milenario. Los primeros grupos de esta población pueden ser considerados como sensiblemente más antiguos: hacia el final del tercer milenario. De todas maneras, según los resultados antropológicos se puede suponer una llegada al Archipiélago verificada en diversas etapas".

 

Álvarez Delgado parece ignorar el texto donde Homero habla del descubrimiento y colonización de las Canarias (llamados Campos Elíseos en dicha época) en tiempos de Sesostris, faraón egipcio (1.400 años antes de la era), tradición confirmada por la religión y las prácticas funerarias de los antiguos Guanches, parecidas a las de los antiguos Egipcios. Y de la observación de todos los restos de la cultura canaria, se puede afirmar con Ilse Schwidetzky (1963),

"que está muy claro que la cultura canaria no ha recibido ningún préstamo del substrato cultural nord-africano de formación romana o fenicia ", es decir, que no puede nunca afirmar una llegada a Canarias de los habitantes del África del Norte, en tiempos de Juba, a pesar de que ciertos índices tienden a hacer creer a una última invasión de tribus bereberes, responsable de una parte de las inscripciones de las islas pero no de su totalidad ".

 

El historiador romano Plinio el Joven (V, I), refiriéndose a la expedición del pretor romano Suetonio Paulino contra los Gétulos ( grupo occidental de Libios habitando el sur nord-africano, según la clasificación romana ), en el año 41-42 de nuestra era, dice: "..que los romanos avanzaron hacia el sur hasta el territorio de una población llamada canarii, que se alimentaba principalmente de perros y de la carne de las fieras". Plinio continua, "que estos Canarii vivían cerca de los Perorsos quienes poblaban el territorio al sur de los Gétulos, cerca del rio Salsum", hoy llamado Oued-el-Melh (Rio Salado), precisamente enfrente de las Islas Canarias. El Cabo Gannaria, del cual Tolomeo hace mención, en la costa africana, al 29 º, 11’ de latitud Norte, a la altura exacta de las Canarias, el cual tiene su nombre de este mismo pueblo. Los historiadores modernos han podido establecer que este mismo pueblo es aquel citado por los historiadores árabes como siendo los Kanurieh. Es evidente que una parte de este pueblo llegó al archipiélago, por otra parte muy próximo, lo que podría explicar el nombre de las islas, pero no se puede ignorar los otros grupos más antiguos establecidos en el archipiélago desde tiempos más remotos.

 

Sobre este último punto conviene señalar que últimamente han sido descubiertos signos e inscripciones muy antiguos que tienen un cierto paralelismo con los signos cretenses. En lo que respecta a la época en la cual las relaciones de las antiguas inscripciones canarias con los signos cretenses se produjeron, podemos, con D. Wölfel anunciar la hipótesis de la segunda mitad del tercer milenario y el segundo milenario como última época de emigración. El grupo de origen aparentemente complejo (puesto que se encuentran también restos de civilizaciones megalíticas), ¿emigró de una sola vez o en diversas etapas?. Esto no se puede determinar por el estado actual de nuestros conocimientos. Los últimos descubrimientos de bronces mediterráneos podrían, pudiera ser, representar una emigración en una época diferente. Los documentos lingüísticos tienden a establecer una emigración diferente de elementos que corresponden, con bastante precisión, a los Beréberes ( Wölfel, 1951 ).

 

El Prof. Álvarez Delgado reconoce al final de su obra, la dificultad de las inscripciones canarias y saca algunas conclusiones para "permitir a los investigadores más competentes, el obtener unas conclusiones definitivas al problema de la epigrafía líbica, hacia la solución de la cual queremos contribuir con este libro.

 

En conclusión, el libro del Prof. Álvarez Delgado representa el resultado de un esfuerzo intelectual de muchos años consagrado al estudio del guanche y del origen de los habitantes de Canarias, la patria de este gran investigador. Las aportaciones para el estudio del líbico y de sus derivados son muy importantes. Álvarez Delgado llega a descubrir cuatro signos que antes no habías sido descifrados. En el líbico y a estudiar y descifrar dos lápidas que no habían podido ser descifradas correctamente hasta nuestros días, lo que ayudará al conocimiento de la antigua lengua líbica. El explica los textos líbicos del África del Norte empleando la comparación del líbico escrito con elementos fundamentales bien conocidos en la estructura lingüística de los dialectos bereberes y guanche. Los conocimientos que tenemos acerca del antiguo líbico siendo muy raros, Álvarez Delgado emplea el único medio inmediato para resolver el problema: el método comparativo. Álvarez Delgado afirma, a justo título, que, "el sistema gramatical del líbico y del berebere, como sucede en las lenguas semíticas, se basa en una armadura semántica persistente que permite a los que la usan, comprender formas literarias, arcaicas o dialectales muy diferentes. Esto es facilitado por el sistema de escritura silábica que mantiene esta armadura fundamental y esta facilidad de comprensión de diferentes lenguas es bien conocido tanto por los arabizantes y los hebraizantes como por los bereberizantes que emplean el tifinagh.

 

Para Álvarez Delgado el líbico y el bereber pertenecen al mismo mundo lingüístico puesto que algunas palabras, algunos nombres, algunos verbos y algunas partículas, afijos pronominales y flexionales, preposiciones y fórmulas idénticas, se encuentran en las inscripciones libio-bilingües, es decir, de sentido probado, conforme a los utilizados actualmente en los dialectos verbenees. Y si esto es una prueba evidente, dice, que el líbico y el bereber pertenecen a un mismo mundo lingüístico, nuestra comparación está legitimada". No olvidemos que un método similar fue aplicado en el caso de la piedra Rosetta para el egipcio y para el descubrimiento del Hitita, el Etrusco y el Cretense.

 

Espero y creo que los especialistas del líbico y de las antiguas inscripciones lapidarias de África del Norte, estarán interesados en el libro del Profesor Álvarez Delgado y que esta obra podrá servir para descifrar y para descubrir todos los secretos aún guardados por la lengua líbica, con el fin de que podamos conocer mucho más la historia antigua de nuestra África del Norte ".

 

* Del Departamento de Lenguas Extranjeras de la Universidad de Argel, Sección Español.

** ARTICULO PUBLICADO EN LA REVISTA DE HISTORIA DE LA UNIVERSIDAD DE ARGEL, AÑO 1969, Nº 3 DE LA REVISTA.

 

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