"La Luna nos conecta con nuestra naturaleza cíclica"

 

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Tomado de "Arboleda Gaia"

Recién llegada de Glastonbury, tierra de antiguas sacerdotisas, entrevistamos a la fundadora de la "Arboleda de las hijas de Gaia", hermandad femenina precursora en España del "retorno de la Diosa" y de la recuperación del legado de Maria Magdalena. Militante revolucionaria en su juventud argentina Marianna, que llegó a España en los setenta como exiliada política, se formó y trabajó a la vez en el mundo del diseño y del crecimiento personal. Poco a poco su apertura al feminismo y al mundo espiritual la llevó a contactar con la feminidad sagrada. Sus secretas ceremonias, cerradas a la mirada de hombres, están atrayendo a decenas de mujeres que dicen vivir en ellas una gran transformación.

¿De qué fuentes bebe la "Arboleda de Gaia"?
Nosotras reconocemos a la Diosa tal y como la adoraban todos los grupos étnicos del mundo, incluido el Occidente cristiano: la Diosa de los Mil Nombres, representante de la vida de la tierra, la Gran Diosa de las luces y de las sombras, aquella que es visible e invisible en la naturaleza: nuestra amada Gaia. En ese camino estamos actualizando nuestros linajes de amazonas, de meigas, de sacerdotisas, de Damas de las Cortes de Amor e incluso de monjas (pues también en ellas puede encontrarse un legado espiritual de libertad respecto a los mandatos de la sociedad patriarcal). Y lo estamos actualizando desde el tercer milenio porque ese es nuestro derecho de nacimiento: disponer de toda la sabiduría ancestral y también de los logros actuales, como la informática y los anticonceptivos, por ejemplo.

¿En qué consiste la magia en el siglo XXI?
Para nosotras magia es ser capaz de transformarse a una misma en un nivel profundo y radical. Esa es la magia que nos interesa activar y, aunque parezca mentira, es bastante más difícil que hacer llover.

¿Dónde aparece el hombre en todos estos rituales?
El hombre camina a nuestro lado, pero para poder realizar nuestro servicio es preciso que el hombre no esté presente en un principio. Por un lado porque para trabajar nuestras heridas necesitamos la confianza que nos brinda estar sólo entre mujeres, y también porque cuando el hombre aparece pueden activarse máscaras y rivalidades que entorpecen nuestro objetivo. El primer paso para una relación armónica con el hombre es lograr que cada mujer se ame a sí misma profundamente, sólo entonces esa mujer podrá amar a un hombre, o a cualquier otro ser. En nuestros trabajos decimos que nos "enamorarnos" unas de las otras, lo cual no significa necesariamente que seamos lesbianas, sino que aprendemos a amarnos a nosotras mismas a través del amor a nuestras hermanas. Ese es el resultado de trabajar con el círculo de espejos, donde la otra es un reflejo de la una, y en las demás vemos claramente reflejados no sólo nuestros defectos, sino también nuestras maravillas.

¿En qué consisten los actos que realizáis?
Son ceremonias de paso, pero intentar explicarlas con palabras es una tarea vana que destrozaría su esencia. Nosotras decimos que trabajamos con la "Creación de Belleza". Un acto de belleza es un acto trascendente que, al contemplarlo, te transforma. Nosotras creamos portales dimensionales que nos dan un trabajo impresionante, porque implican mover una gran cantidad de material y de gente para realizarlos, luego contemplamos esas imágenes y allí aparecen las diosas que habitan en la esencia de cada mujer normal. A eso le llamamos "Mirada-Visión", plasmar la diosa que está en tu interior, porque si no eres capaz de reconocerla en ti ¿cómo vas a experimentarla en el mundo? Luego cada mujer puede llevarse esa imagen a su casa y ponerla en su altar, un altar en el que ella es su propia diosa.

¿¿...Un altar de una misma??
Atreverte a poner en tu altar tu propia foto es un acto de osadía enorme, sobre todo porque para ser capaz de hacerlo hay que vencer la voz del ego que te dice que eres ridícula o estás loca. Pero cuando tú, en medio de un trabajo ceremonial, con tu "Mirada-visión" eres capaz de ver la belleza trascendente en TODAS tus hermanas, tanto en aquella que la sociedad llamaría fea, o gorda, o vieja... como en ti misma... ¡Entiendes que todas pueden ser hermosas cuando se honran a sí mismas... y que tú no eres una excepción! ¡Y eso es revolucionario, porque cuando has visto ya no hay vuelta atrás! Por eso nosotras, entre las múltiples imágenes de la Diosa, honramos nuestra propia imagen.

¿Qué cuentan las mujeres después de pasar por estas experiencias?
Hablan de la maravilla de haber descubierto lo que es ser mujer, de haber entendido que nacer mujer significa ser guardiana de la vida. Hablan del impacto de experimentar la fuerza y la enseñanza de la hermandad entre las mujeres. Cuando nosotras nos reunimos ceremonialmente, el espíritu que encarnamos (aún sin buscarlo) es el de la tribu arcana de las mujeres. Una tribu muy antigua en la cual los hombres no estaban porque se hallaban fuera cazando, y el espacio interno nos pertenecía por completo. Nosotras cantamos todo el tiempo, tenemos nuestras bailarinas que danzan a la Diosa, nuestras poetisas, nuestras artistas de todo tipo que se manifiestan en el círculo de los espejos de la belleza. Yo le llamo el "Harén de la Diosa", no pertenece a ningún hombre, sólo a la Diosa... y a todas sus hijas.

-¿Cómo se llega a la Arboleda?
La Arboleda reúne un grupo de círculos abiertos que celebran las 13 lunas nuevas del año. Tenemos Círculos de la Luna en Madrid, Barcelona, Ponferrada, Zaragoza, Almería, San Sebastián y Sevilla... e instruimos a mujeres para que puedan formar Círculos de la Luna en los lugares donde viven. Otra manera de conocernos es participar en alguna de nuestras dos ceremonias principales: la "Presentación de mujeres y guardianas ante la Diosa" que se celebra cada año en torno a la fiesta de la Candelaria (2 de Febrero); y el "Peregrinaje de la Sangre de Vida", donde recorremos los lugares de poder de María Magdalena en Francia (y este próximo verano en Glastonbury, la mítica Ávalon) ofrendando la sangre menstrual a la tierra y realizando los ritos de paso de primera menstruación y de menopausia. Es fundamental sanar la relación con nuestra sangre menstrual que ha sido uno de los estigmas más grandes de la cultura patriarcal: mancharte con tu menstruación y que alguien te vea es una de las vergüenzas más grande que las mujeres pueden sufrir, porque mostrar esa sangre es tabú.

¿Aún no se ha cerrado esa herida?
Esa herida aún está abierta, y quizás en España más que en ningún otro lugar dado el peso enorme que ha tenido aquí la iglesia católica. Para la iglesia, la menstruación es el resultado del pecado original que nos hizo perder el paraíso, cuando lo cierto es que esa sangre es sagrada: es la única sangre del cuerpo humano que brota sin herida ni violencia, porque es sangre de vida.

¿Aparece el hombre en alguna de vuestras ceremonias?
Nosotras trabajamos lo masculino en Beltane, para mayo, que es la fiesta de la unión de los principios femenino y masculino para garantizar la continuidad de la vida y de la belleza en la Tierra, y hemos hecho un par de ceremonias con los "Caballeros de Nova Terra" de Miyo (Emilio Fiel). En nuestra evolución tenemos intención de realizar más trabajos mixtos, pero no tenemos prisa, es algo que llegará naturalmente. De todos modos el principio masculino de la polaridad, consorte sagrado de la Diosa, siempre está presente en nuestros altares e invocaciones, generalmente bajo la figura del Cristo.

¿Qué te parece todo este movimiento actual alrededor de la figura de Maria Magdalena y el retorno de la diosa?
Yo creo que forma parte de un cambio de conciencia generalizado que nos lleva hacia una espiritualidad no religiosa. Todos tenemos una sed que no se sosiega comprando ni vendiendo, porque necesita beber de fuentes simbólicas y mitológicas. Podemos practicar el budismo o el taoísmo, podemos incluso ser agnósticos o ateos, pero si hemos nacido y vivido en este país nuestro legado mitológico es cristiano y es un legado riquísimo del que no debemos renegar. Para ello es necesario diferenciar tradición de religión y reivindicar que la espiritualidad cristiana, con su rico bagaje de símbolos y leyendas, no es propiedad exclusiva de la iglesia católica, sino de todo Occidente. No puede ser que estemos abiertos a cualquier tradición exótica, pero rechacemos la que nos corresponde por herencia natural. Maria Magdalena fue llamada Apóstola de Apóstoles y encabezó la oculta Iglesia del Amor, que defendía la revelación directa del espíritu sin necesidad de intermediarios. A la vez ella es la clave secreta de lo femenino en la tradición cristiana, una clave que, aunque subterránea y oculta, ha sobrevivido con fuerza. Hoy la Diosa en el mundo se llama MARIA, y es a través de sus arquetipos (Virgen Negra, Inmaculada Concepción, Virgen Niña, etc.) que podemos acceder a una espiritualidad femenina que sane nuestras relaciones con el legado espiritual de nuestras madres y abuelas, mediante prácticas populares y sencillas que nos acercan a los demás. Quiero decir que si te pones a recitar mantras tibetanos en un hospital para algún enfermo todos te van a mirar raro, pero si recitas el Avemaría, generalmente se van a sentir reconfortados.

¿Hace falta tener alguna facultad especial para formar parte de la Arboleda?
La Arboleda está abierta a toda mujer que sienta en su corazón el anhelo de acercarse. No hay requisitos previos, ni obligaciones posteriores de ningún tipo. Nuestro cometido es que ella venga, reciba lo que podemos darle y a través de su transformación esa energía se expanda hacia más personas. Por supuesto muchas mujeres deciden quedarse y colaborar en los trabajos. En este momento la Arboleda de Gaia moviliza unas 250 mujeres en España además de las hermanas que están expandiendo nuestro trabajo en Cuba y México.

¿Qué papel tiene la luna en vuestros rituales?
La Tierra en nuestra madre, y la tomamos como maestra que nos enseña qué es lo femenino desde una perspectiva no cultural, sino universal. La Luna, en cambio, es nuestra hermana, el espejo que nos permite comprender con facilidad nuestra propia naturaleza cíclica a través de su ciclo de 29,5 días. Cuando asumimos nuestra sincronía con la luna, entendemos la naturaleza de la realidad: todo lo que entra en el mundo de lo manifestado, se desarrolla, muere y renace en una danza eterna. Las mujeres somos, ante todo, seres cíclicos pero el neoliberalismo patriarcal en que vivimos no puede aceptar seres cíclicos porque no son productivos. Cuando una mujer tiene su menstruación, su "luna" como nosotras decimos, lo que necesita es quedarse en la cama, no porque esté enferma sino porque es el momento de interiorizarse y soñar para nutrirse de su fuente interior; sin embargo tiene que levantarse para ir a trabajar. Eva Perón planeó una ley para que las mujeres se pudieran quedarse un día en casa cuando tuvieran su regla; yo creo que las mujeres deberíamos reclamar ese derecho.

Entonces, ¿sois adoradoras de la luna?
No adoramos a la luna porque el nivel de conciencia del tercer milenio no es el de la prehistoria, cuando realmente creían que la Luna era una diosa que vivía en el cielo. Consideramos la luna un símbolo vivo que nos permite entender y celebrar nuestra propia naturaleza cíclica. Esto pone en marcha procesos internos que transforman la visión del mundo y de la vida de toda mujer que mantenga esta práctica en Círculo durante un tiempo prolongado.

¿Hacia dónde crees que puede ir la Arboleda?
Hace ya tiempo que la espiritualidad femenina tomó consistencia en el mundo anglosajón, pero en el mundo latino es un tema pendiente aún. Creo que la Arboleda tiene un papel importante a realizar en el retorno de la Diosa en el mundo de habla hispana. Nuestras hermanas latinoamericanas están haciendo un trabajo importante rescatando del olvido las diosas anteriores a la conquista y el legado casi perdido de las machis y curanderas nativas. Pero es a nosotras a quienes corresponde desvelar y resignificar a la Diosa dentro de la tradición cristiana, porque creo que ese trabajo debe hacerse desde este territorio vinculado a la Virgen desde hace siglos.

¿Cuál es tu papel dentro de la Arboleda?
La Arboleda es el fruto de una visión que cambió el rumbo de mis días, hace ya 13 años. En realidad voy viendo paso a paso hacia donde vamos y muchas veces soy yo la primera sorprendida por los resultados y los giros del camino. Por un lado es necesario que me ponga a escribir sobre nuestro trabajo, ya que eso nos permitirá llegar a más número de mujeres con el anhelo de alcanzar el famoso número crítico que transforme la conciencia de todos. Pero el mayor desafío es la práctica de nuevas maneras de trabajar juntas ejercitando una dirección no jerárquica. Nuestras ceremonias están conducidas por equipos a los que llamamos Círculos Madre. Algunos de ellos constan de hasta 8 mujeres -entre otras no quiero dejar de mencionar a mis hermanas Angels San Miguel, Loli Requena y Pilar Vergés- así ofrecemos a las participantes varios arquetipos con los que pueden resonar y la certeza de que hay muchos caminos que conducen a la realización de una misma. El desafío es ser flexibles e innovadoras, seguir experimentando nuevas formas en el camino ceremonial que hemos elegido como método de trabajo, y a la vez ofrecer un trabajo serio y comprometido que nazca del corazón.

Y finalmente ¿Cómo se puede contactar con la Arboleda?
Es muy sencillo, enviando un correo electrónico a:
arboledadegaia@yahoo.es 

       

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