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Compasión y Ternura

 

 

 

 

 

Celia Fenn

Control de la Misión

 

En este momento de transformación y de rápido cambio, en el que lo viejo deja paso a lo nuevo mientras nosotros, que todavía estamos lidiando con lo viejo, buscamos maneras de vivir en esta nueva energía, el mensaje que recibo con mayor intensidad de mi Guía Superior es el de que busque la Compasión y la Ternura.

 

Tal vez esto no resulte fácil, ya que la vida puede parecer especialmente dura ahora que tenemos que vérnoslas con el derrumbe del viejo sistema económico. Pero, como nos insiste el Arcángel Miguel, la energía de la Nueva Tierra es muy suave y tierna, por lo que la manera de alinearnos con esta nueva energía es usar la ternura, la suavidad y la amabilidad, que son las cualidades de la Nueva Energía Masculina. Si seguimos viviendo en las viejas energías masculinas de dominación y control, avasallando para conseguir lo que queremos, terminaremos encontrándonos frustrados y enojados, porque eso ya no funciona. En los últimos años hemos aprendido a entregar nuestras vidas al Espíritu y a dejarnos conducir hacia el Flujo de la Abundancia y las Bendiciones. Es un sendero suave en el que no hay cantidad alguna de zarandeo capaz de hacer que las cosas sucedan con mayor rapidez de la prevista. En este proceso, la Sincronía Divina lo es todo y, como he aprendido en los años que llevo trabajando con el Arcángel Miguel, hay espirales definidas de energía y de creación que están ligadas al Gran Corazón del Cosmos, lo que hace que nuestras vidas se desarrollen en sintonía con estas ondas de amor procedentes del Gran Sol Central.

 

Por tanto, nuestro papel consiste en ser tiernos con nosotros mismos y con los demás, así como en cultivar la ternura en nuestras propias vidas. Estamos aprendiendo a estar en paz con lo que hay y a aceptar que todo está desarrollándose como es debido y en Orden Divino. Independientemente de cómo parezcan estar las cosas en el exterior, podemos contar con que, de alguna manera que puede no quedarnos clara ahora mismo, se está sirviendo al Bien Más Elevado. Esto requiere tener fe y aceptar que hay una Fuerza Superior que está dirigiendo tanto nuestras vidas como el desarrollo de los eventos en la Tierra.

 

Ahora bien, esta idea de ternura también está ligada a la idea de Compasión, ya que la Compasión está en la naturaleza del Amor Incondicional y es la Esencia de la Llama Dorada de la Abundancia y del Amor Ascendido. Hace varios años, el Arcángel Miguel también me enseñó que la Compasión significa dejar un espacio para el Bien Más Elevado en cualquier situación. Esto me resultó interesante porque siempre había pensado que la Compasión significaba conmoverse por la situación de otras personas hasta el punto en que surgiera el deseo de hacer algo por ellas. Bien, a eso se le llama “caridad” y es un nivel de la práctica del Amor Compasivo, pero sólo es uno más. Creo que, cuando aprendamos a trabajar con la Compasión y empecemos a comprender plenamente la naturaleza del Amor Compasivo, seremos capaces de alimentar esas “flores” de la Compasión en nuestras vidas.

 

Así pues, si Compasión significa liberar un espacio para que se manifieste el Bien Más Elevado, la Compasión primordialmente es una Actividad Espiritual en la que sostenemos y enfocamos Luz para que el Bien Más Elevado pueda manifestarse en dicha situación. Esto no significa que nuestro trabajo termine ahí, porque estamos aquí para traer el Cielo a la Tierra, así que es posible que debamos “anclar” también ese amor a nivel terrenal, y ahí es donde surge la idea de “caridad”. Además, vamos a querer compartir lo que tenemos para que nos sea posible llevar Luz en términos de aliviar el sufrimiento físico. En la vieja energía, la Caridad era algo que la gente hacía cuando sentía que tenía suficiente, por lo que podían dar a los que tuvieran menos. En la Nueva Energía, esta necesidad de dar a los demás vendrá motivada por el deseo de compartir, a fin de que pueda mantenerse el equilibrio. En el pasado, el viejo concepto de “caridad” se basaba en el preconcepto de “ricos” y “pobres”, en virtud del cual los ricos le daban a los pobres. Ahora, al derrumbarse dichas categorías, esta necesidad de ayudar a los demás estará motivada por la necesidad de compartir como expresión del Amor Compasivo. De la misma manera que compartes tu Luz con los demás, también querrás compartir lo que tienes para que todos puedan tener suficiente. Porque todos somos Uno, y la Tierra sólo estará equilibrada cuando todos tengamos suficiente y seamos capaces de vivir en la Abundancia. Mientras siga habiendo quienes tengan más de lo que les hace falta cuando otros no tienen ni lo que necesitan, habrá un desequilibrio que generará sufrimiento.


 

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