LA PIRÁMIDE-TÚMULO DE LOS REFULGENTES EN KUMAS

El ritual de los Puros recibía al Nuevo Sol cada 100 años solares, en conjunción con la subida de los cielos de Las Siete Hermanas (Las Pléyades), el ritual empezaba con la subida a la Pirámide-Túmulo en siete etapas o purificaciones que hacían de la Reina y su séquito de Sacerdotes Los Refulgentes (proceso de purificación e irradiación de sus chakras o centros energéticos de Poder)

Se subía en procesión espiral hasta la cúspide de la pirámide tumular a una altura de 93 metros. Se cantaban mantrans o cánticos mágico-espirituales y se preparaban para el gran momento.

El día indicado a la hora justa la reina era desnudada por el Sumo Sacerdote y se le imponía el símbolo Real, el "Collar del Humilde Pastor" y se "abría" a la energía que como un rayo penetraba en ella proveniente de Gran Sol Central de En medio del Universo, Vía Sirio y nuestra estrella cercana, nuestro Sol-Ra. Esta energía inundaba a la Reina-Diosa, la acumulaba en Si, la Refulgía en sus Entrañas, la manifestaba con el OmniAe, OmniUm, OmniEo, OmniseoKa ...quedaba prendada en el Collar y su Piedra Mágica y ahora Ella repetía la Oración que su madre, su abuela, su bisabuela y así hasta una larga ascendencia habían pronunciado para un Si a la Vida, para una Reinterpretación de los dones, el gran secreto de la Fertilidad para su pueblo. Lanzaba andanadas de largos y silenciosos Mantrans sagrados hacia el horizonte, hacia los cuatro puntos cardinales, reverenciando la Vida y Rearmonizándola con el nuevo registro, con la Nueva energía llegada. Era valedora de los dones de la Vida, ella toda Vida y Ensueño, y enviaba sus arrullos a los vivientes y esperanzados humanos de su Civilización y Cultura. La Atlante-tartéssica.

Los nacimientos de niños serán más propicios, las cosechas más abundantes, las enfermedades arrinconadas, la prosperidad ensalzada.

El Rey se situaba en la pirámide directamente anterior. El no podía penetrar en el recinto sagrado de la 1ª. El y su séquito esperaban y arrodillados sentían la energía que su Reina transmitía.

No es de sorprender –dado su benigno clima, abundante agua y diversidad de recursos naturales– que el valle del Guadalquivir, desde su desembocadura en el Océano Atlántico hasta su nacimiento en las sierra de Jaén, Granada y Almeria alojara poblaciones humanas desde épocas muy tempranas.

Al adoptarse la agricultura como forma principal de subsistencia, el establecimiento de aldeas permitió el crecimiento de la población del valle y abrió la puerta a un nuevo orden social, basado en la especialización del trabajo y en la división de los grupos en jerarquías con deberes y privilegios particulares. Dependientes del constante ciclo de estaciones de frío y calor, de humedad y de secas, los pueblos agrícolas asumieron rituales y cultos centrados en la fertilidad y en el calendario solar.

El Centro Ceremonial por excelencia seria el Túmulo_pirámide de Camas o Kumas, actualmente frente a Sevilla a unos 5 kilómetros de su centro histórico.

Su primera construcción sería proto-tartéssica, evolución de la atlante.

El Aljarafe, ya desde épocas prehistóricas y debido a sus inmejorables condiciones físicas, ha sido un lugar muy apropiado para los asentamientos humanos. Camas concretamente está situada en el valle en una de las terrazas fluviales que con el tiempo ha ido excavando el Guadalquivir.

 

Vista de Sevilla desde la 1ª Piramide tumular.

 

Los primeros asentamientos humanos buscarían las pequeñas alturas de esta vega fluvial por temor a las crecidas del río, y esto explicaría los restos protohistóricos encontrados pertenecientes a un período que va desde el Paleolítico Inferior hasta el Calcolítico.

Tartessos es el nombre de esta primera civilización cuyos poblados se asentaron en torno al río. Uno de estos poblados, como podemos deducir de los restos encontrados en el Cerro del Carambolo, elegiría la zona que hoy ocupa Camas para vivir.

Señalando el Cerro del Carambolo desde la Piramide-Túmulo de Los Refulgentes,

distante 1500 metros. Camas debajo.

Este parque tumular fue un conjunto arquitectónico con funciones rituales al servicio de una población diseminada que se ocupaba en explotar un amplio territorio, sirviendo de cabecera espiritual y ceremonial de todo el territorio de Tartessos.

Otra de las celebraciones más hermosas, tanto por su riqueza cultural como por su colorido, se llevaba a cabo en Tartessos los días 20 y 21 de Marzo, cósmico y sagrado fenómeno de alto valor y contenido; en la que se bendice, a través de la energetización solar a toda la gente que acude a recibir a la primavera en este parque tumular. Cada año, miles de personas provenientes de diversos puntos del estado tartésico y del país de los konis, se congregan para presenciar un suceso que ocurre en el centro ceremonial de Los Refulgentes: el momento del inicio del equinoccio de Primavera.

Parque tumular de Kumas.

De derecha a izquierda:

1.La pirámide tumular de los Refulgentes.

2. Túmulo del Rey.

3. Nobles.

4 y siguientes. Pueblo llano.

En este lugar donde se encontraron los restos arqueológicos más importantes de la primera civilización protohistórica, Tartessos y su Carambolo. Su época temprana da claras muestras de influencias culturales atlantes. Allí se construyó la Pirámide de los Refulgentes, dedicada a la diosa de la fertilidad, en la que se realizaban grandes ceremonias para implorar al Uno Único su benevolencia hacia el pueblo, al mismo tiempo que garantizara la fertilidad del suelo y el bienestar de los integrantes de las comunidades. De ahí, que este hecho fuera motivo de grandes rituales y celebraciones. El equinoccio para las culturas prototartéssicas, es la conjunción de conocimientos arquitectónicos, matemáticos y astronómicos, que marcaba el comienzo de la cita para el encuentro entre el Uno Único y hombres. Sin duda alguna, la observación astronómica jugó un papel fundamental en el desarrollo de las civilizaciones prototartéssicas, quienes de seguro elaboraron un sistema calendárico que transfirió los diversos períodos de los cuerpos celestes a la sociedad, por lo que todas sus actividades, desde las labores del campo, ceremonias religiosas e incluso acciones bélicas, se regían por el orden temporal impuesto en el calendario. En particular la observación de la posición aparente del disco solar en el transcurso del año, permitió establecer una relación temporal y espacial, mediante la cual utilizaron los accidentes de horizonte para calibrar el calendario solar, tarea necesaria para la conservación de la sucesión correcta de los diversos rituales religiosos que exigían un momento justo, señalado por circunstancias climáticas naturales y astronómicas, para realizar fiestas dedicadas a los dioses. De ahí la práctica de erigir templos en determinados sitios, desde los cuales podían observarse eventos astronómicos con relación a distintos aspectos orográficos del paisaje, a los cuales hoy en día centenas de personas acuden para participar en la celebración del equinoccio.

La palabra “equinoccio” proviene del latín equs que significa igual y nox que quiere decir noche y nos indica que la noche dura la misma cantidad de horas que el día, cada año suceden dos acontecimientos de este tipo, el de primavera y el de otoño con fechas aproximadas del 21 de marzo y el 20 de septiembre, respectivamente. Un equinoccio comprende cualquiera de los dos momentos en el año en los que el sol se coloca exactamente por encima del ecuador y la duración del día y de la noche es justamente a misma. Debido a los ajustes de fechas por las duraciones distintas de los años (a lo cual se debe la inserción de años bisiestos), la hora exacta del equinoccio varía cada año. “Se comenta que una vez muy coqueto el sol comenzó a sonreír a las estrellas y esto molestó a la celosa luna quien tomó la decisión de alejarse, de separarse, más ella como una buena amante siempre tiende a aparecer para ver como se encuentra el sol, su pareja. Así quedaría explicado porque la luna sale en ocasiones por el occidente, para luego juntarse con el sol en los conocidos eclipses”.

A esto corresponde la conjunción de lo masculino y femenino, “la pareja solar” ahora bien, hay que considerar que la especie humana no es solamente planetaria sino también solar pues depende de éste para su existencia. Acudimos al principio de polarización en este caso precisamos del agua como elemento que se encuentra predominantemente en nuestro organismo y en nuestro planeta y que  necesita un calentamiento, reacción y exaltación a través de los iones de energía cósmica. Dada esta fusión ingresamos al mundo espiritual ancestral, el mismo que determina al sol como entidad suprema a nivel espiritual, fenómeno energético que explica la profundidad de la sabiduría atlante.

Entre las creencias, está el vestir de blanco por ser éste un color favorable para la energetización positiva y una banda o paliacate rojo para equilibrarla, todo ello acompañado con la mística presencia de múltiples grupos de sacerdotes, danzantes, ofreciendo rituales de sanación y bailes prototartessicos bajo las notas de instrumentos de viento y percusión como los caracoles, ocarinas y cascabeles.

 

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Primera Pirámide-Túmulo Real de Camas (Sevilla)

93 metros de altura.

 

Segunda Pirámide-Túmulo Real de Camas (Sevilla)

102 metros de altura