Mekidof vino a un lugar remoto de Laux

 (territorio antiguo del sur de Francia y cornisa Mediterránea Ibérica)

 para anclar un Rayo-Luz (espiral Celestial) permanente y sacrosanto

del Gran Sol Central del Universo, allá por el 11.500 a.de C.

 

Lo hicieron unos Compañeros que mucho les debemos y que comparten nuestra ilusión.

Después del ultimo Gran Desajuste había que Reajustarlo todo otra vez y se eligió una Montaña de Laux.

Se Ajusto Mekidoff en una montaña Dragón, de perfil regio.

En su interior, en una dimensión no física hasta el día de hoy permanece su Anclaje de Luz.

 

Cuando la civilización se asentaba todavía en lo que hoy es el desierto del Sahara,

uno de los 10 reyes atlantes, post-diluvio, el gran Lenox

quiso contactar de nuevo con esos eternos Compañeros Celestiales, ya perdido el contacto hacia milenios.

 

En los templos había escritos de la convivencia y de la civilización que surgió de tal hermandad.

 

 

El Anciano y Venerable Lenox encargó al Sumo Sacerdote, allende el año 4.500 a.de.C. la búsqueda

del sublime papiro donde la Muy Antigua Tradición decía que 7.000 años antes Mekidof llegó a la Tierra.

 

Tras larga búsqueda se encontró y en cuerpo expedicionario se dirigió el Sumo Sacerdote a comprobar

la veracidad del papiro. Se llegó a Laux, se recorrió su inhóspita costa y tras dos años de expedición,

detrás de las Isla de la Luna se encontró al Dragón Guardián, durmiendo su Sueño de Siglos,

agazapado a la Entrada de la Mística y Muy Primordial 7ª Pirámide de Thot (El Atlante).

Allí se alló a Mekidof, sea santo siempre su nombre.

Siendo el Sumo Sacerdote de la misma Orden y Temple del Grande entre los Grandes,

reconoció de inmediato el lugar y se dieron órdenes para avisar al anciano Lenox  del hallazgo.

 

continuará ...