CAPITULO I
LAS SIETE CUEVAS CELESTES
Para bien de la Gran Causa no está demás empezar este tratado,
transcribiendo algo maravilloso.
Quiero referirme en forma enfática a cierto relato consignado por
Fray Diego Durán en su notabilísima obra titulada: "HISTORIA DE
MEXICO" (Véase el Texto de don Mario Roso de Luna: "EL LIBRO QUE
MATA A LA MUERTE". Páginas de la 126 a la 134).
Como quiera que no me gusta adornarme con plumas ajenas, pondremos
cada párrafo entre comillas:
"Cuenta dicha Historia de las Indias de Nueva España e Islas de
Tierra Firme, de Fray Diego Durán - hermoso libro escrito a raíz de
la colonización española de tan vasto Imperio- que viéndose el
emperador Moctezuma en la plenitud de sus riquezas y gloria, se
creyó poco menos que un Dios. Los magos o sacerdotes del reino,
mucho más sabios que él y más ricos, puesto que dominaban todos sus
deseos inferiores, hubieron de decirle:"
"¡Oh, nuestro rey y señor! No te envanezcas por nada de cuanto
obedece a tus órdenes. Tus antepasados, los emperadores que tú crees
muertos, te superan allá en su mundo tanto como la luz del Sol
supera a la de cualquier luciérnaga..."
" Entonces el emperador Moctezuma, con más curiosidad aún que
orgullo, determinó enviar una lucida embajada cargada de presentes a
la Tierra de sus mayores, o sea, a la bendita Mansión del Amanecer,
más allá de las siete cuevas de Pacaritambo, de donde era fama que
procedía el pueblo azteca y de las que tan laudatoria mención hacen
sus viejas tradiciones. La dificultad, empero, estaba en lograr los
medios y el verdadero camino para llegar felizmente a tan oscura y
misteriosa región, camino que en verdad no parecía conocer ya
nadie''
"Entonces, el Emperador hizo comparecer a su ministro Tlacaelel ante
su presencia, diciéndole:"
"-Haz de saber, ¡Oh Tlacaelel!, que he determinado juntar una hueste
compuesta por mis más heroicos caudillos, y enviarlos muy bien
aderezados y apercibidos con gran parte de las riquezas que el Gran
Huitzilopochtli se ha servido depararnos para su gloria, y hacer que
las vayan a poner reverentemente a sus augustos pies. Como también
tenemos fidedignas noticias de que la madre misma de nuestro Dios
aún vive, podría serle grato también el saber de aquestas nuestras
grandezas y esplendores ganados por sus descendientes con sus brazos
y con sus cabezas."
"Tlacaelel respondió:"
"-Poderoso Señor, al hablar como has hablado, no se ha movido, no,
tu real pecho por mundanos negocios, ni por propias determinaciones
de tu tan augusto corazón, sino porque alguna deidad excelsa así te
mueve a emprender aventura tan inaudita como la que pretendes. Pero
no debes ignorar, Señor, que lo que con tanta decisión has
determinado no es cosa de mera fuerza, ni de destreza o valentía, ni
de aparato alguno de guerra, ni de astuta política, sino cosas de
brujas y de encantadores, capaces de descubrirnos previamente con
sus artes el camino que conducirnos pueda a semejantes lugares.
Porque has de saber, ¡Oh poderoso Príncipe!, que según cuentan
nuestras viejas historias, semejante camino está cortado desde
luengos años ha, y su parte de este lado ciega ya con grandes
jarales y breñales poblados de monstruos invencibles, médanos y
lagunas sin fondo y espesísimos carrizales y cañaverales donde
perderá la vida cualquiera que semejante empresa intente temerario.
Busca, pues, Señor, como remedio único contra tamaños imposibles a
esa gente sabia que te digo, que ellos, por sus artes mágicas,
podrán quizás salvar todos esos imposibles humanos e ir hasta allá
trayéndote luego las nuevas que nos son precisas acerca de semejante
región, región de la que se dice por muy cierto que cuando nuestros
abuelos y padres la habitaron antes de venir en larga peregrinación
hasta las lagunas de México, en las que vieron el prodigio del tunal
o zarza ardiendo, era una prodigiosísima y amena Mansión donde
disfrutaban de la paz y del descanso, donde todo era feliz más que
en el más hermoso de los ensueños, y donde vivían siglos y siglos
sin tornarse viejos ni saber lo que eran enfermedades, fatigas ni
dolores, ni tener, en fin, ninguna de esas esclavizadoras
necesidades físicas que aquí padecemos, pero después que de tal
Paraíso salieron nuestros mayores para venir aquí, todo se les
volvió espinas y abrojos; las hierbas les pinchaban, las piedras les
herían y los árboles del camino se les tornaron duros, espinosos e
infecundos, conjurándose todo contra ellos para que no pudieran
retornar allá y así cumpliesen su misión en este nuestro mundo."
"Moctezuma, oyendo el buen consejo del sabio Tlacaelel, se acordó
del historiador real Cuauhcoatl literalmente, el 'Dragón de la
Sabiduría', constante nombre de los Adeptos de la 'mano derecha' o
magos blancos-, venerable Viejo que nadie sabia contar sus años, e
inmediatamente se hizo llevar hasta su retiro en la montaña,
diciéndole, después de haberle saludado reverentemente:"
-Padre mío, Anciano nobilísimo y gloria de tu pueblo, mucho quiero
saber de ti, si te dignas decírmelo, qué memoria guardas tú en tu
ancianidad santa acerca de la historia de las Siete Cuevas celestes
donde habitan nuestros venerables antepasados, y qué lugar es aquel
santo lugar donde mora nuestro Dios Huitzilopochtli, y del cual
vinieron hasta aquí nuestros padres"
"-Poderoso Moctezuma -respondió solemnemente el anciano lo que éste,
tu servidor, sabe respecto de tu pregunta, es que nuestros mayores,
en efecto, moraron en aquel feliz e indescriptible lugar que
llamaron Aztlán, sinónimo de pureza o blancura. Allí se conserva
todavía un gran cerro en medio del agua al que llaman Culhuacan, que
quiere decir 'cerro tortuoso o de las serpientes'. En dicho cerro es
donde están las cuevas y donde, antes de aquí venir, habitaron
nuestros mayores dilatados años. Allí, bajo los nombres de medjins y
aztecas, tuvieron grandísimo descanso. Allí disfrutaban de gran
cantidad de patos de todo género, garzas, cuervos marinos,
gallaretas, gallinas de agua y muchas y diferentes clases de
hermosos pescados, gran frescura de arboledas cuajadas de frutos y
adornadas de pajarillos de cabezas coloradas y amarillas, fuentes
cercadas de sauces, sabinas y enormes alisos. Andaban aquellas
gentes en canoas y hacían camellones en los que sembraban maíz,
chile, tomates, nahutlis, frijoles y demás géneros de semillas de
las que aquí comemos, y que ellos trajeron de allí, perdiéndose
otras muchas. Mas, después que salieron de allí a esta tierra firme
y perdieron de vista a tan deleitoso lugar, todo, todo, se volvió
contra ellos. Las hierbas les mordían, las piedras les cortaban, los
campos estaban llenos de abrojos y hallaron grandes jarales y
espinos que no podían pasar, ni asentarse y descansar en ellos.
Todo lo hallaron, además, cuajado de víboras, culebras y demás
bichos ponzoñosos, de tigres y leones y otros animales feroces que
les disputaban el suelo y les hacían imposible la vida. Eso es
cuanto dejaron dicho nuestros antepasados y esto es lo que puedo
decirte con cargo a nuestras historias, ¡Oh, poderoso Señor!"
"El Rey respondióle al Anciano que tal era la verdad, por cuanto
Tlacaelel daba aquella misma relación. Así, pues, mandó al punto que
fuesen por todas las provincias del Imperio a buscar y llamar a
cuantos encantadores y hechiceros pudiesen hallar. Fueron, pues,
traídos ante Moctezuma hasta cantidad de sesenta hombres, toda gente
anciana, conocedora del arte mágico, y una vez reunidos los sesenta,
el Emperador les dijo:"
"-Padres y ancianos, yo he determinado conocer hacia dónde está el
lugar del que salieron los mexicanos de antaño, y saber puntualmente
qué tierra es aquélla, quién la habita y si es viva aún la madre de
nuestro Dios Huitzilopochtli. Por tanto, apercibíos para ir hasta
allá con la mejor forma que os sea dable y retornar brevemente acá."
"Mandó además sacar gran cantidad de mantas de todo género,
vestiduras lujosas, oro y muy valiosas joyas. Mucho cacao, algodón,
teonacaztli, rosas de vainillas negras y plumas de mucha hermosura,
lo más precioso, en fin, de su tesoro, y se lo entregó a aquellos
hechiceros, dándoles, también, a ellos su paga y mucha comida para
el camino, para que con el mayor cuidado cumpliesen con su
cometido."
"Partieron, pues, los hechiceros, y llegados a un cerro que se dice
Coatepec, que está en Tula, hicieron sus invocaciones y círculos
mágicos embijándose con aquellos ungüentos que todavía se usan en
tales operaciones. .."
"Una vez en aquel lugar, invocaron al Demonio -a sus respectivos
Daimones familiares, al Lucifer particular de cada cual, querrá
decir- y le suplicaron que les mostrase el verdadero lugar donde sus
antepasados vivieron. El Demonio, forzado por aquellos conjuros, les
transformó, a unos en aves, a otros en bestias feroces, leones,
tigres, adives y gatos espantosos, y los llevó a ellos y a todo
cuanto ellos conducían al lugar habitado por los antepasados."
"Llegados así a una laguna grande, en medio de la cual estaba el
cerro de Culhuacan, y puestos ya en la orilla, volvieron a tomar la
forma de hombres que antes tenían, y cuenta la historia, que viendo
ellos a alguna gente que pescaba en la otra orilla, los llamaron. La
gente de tierra llegóse en canoas, preguntándoles de dónde eran y a
qué venían. Ellos entonces respondieron:"
"-Nosotros, Señores, somos súbditos del gran Emperador Moctezuma, de
México, y venimos mandados por éste para buscar el lugar donde
habitaron nuestros antepasados."
"Entonces los de tierra preguntaron a qué Dios adoraban, y los
viajeros contestaron:"
"-Adoramos al gran Huitzilopochtli, y, tanto Moctezuma como su
consejero Tlacaelel, nos ordenan buscar a la madre de
Huitzilopochtli, pues para ella y para toda su familia traemos ricos
presentes."
"El anciano les dijo:"
"-Que sean ellos bienvenidos y traédmelos acá."
"Al punto volvieron con sus canoas, y metiendo a los viajeros en
ellas, los pasaron al cerro de Culhuacan, el cual cerro dicen que es
de una arena muy menuda, que los pies de los viajeros se hundían en
ella sin poder casi avanzar, llegando así a duras penas hasta la
casita que el viejo tenía al pie del cerro. Estos saludaron al
anciano con grandísima reverencia y le dijeron:
"-Venerable Maestro, hénos aquí a tus siervos en el lugar donde es
obedecida tu palabra y reverenciado tu hábito protector."
"El viejo, con gran amor, les replicó:"
"-Bienvenidos seáis hijos míos. ¿Quién es el que os envió acá?
¿Quién es Moctezuma y quién Tlacaelel Cuauhcoatl? Nunca aquí fueron
oídos tales nombres, pues los señores de esta tierra se llaman
Tezacatetl, Acactli, Ocelopán, Ahatl, Xochimitl, Auxeotl, Tenoch y
Victon, y éstos son siete varones, caudillos de gentes innumerables.
A más de ellos, hay cuatro maravillosos ayos, o tutores del gran
Huitzilopochtli, dos de ellos que se llaman Cuauhtloquetzqui y
Axolona."
"Los viajeros asombrados dijeron:"
"-Señor, todos esos nombres nos suenan a nosotros como seres muy
antiguos, de los que apenas si nos queda memoria en nuestros ritos
sagrados, porque hace ya luengos años que todos ellos han sido
olvidados o muertos."
"El viejo, espantado de cuanto oía, exclamó:"
"-¡Oh. Señor de todo lo creado! ¿Pues quién los mató si aquí están
vivos? Porque en este lugar no se muere nadie, sino que viven
siempre. ¿Quiénes son, pues, los que viven ahora?
"Los enviados respondieron confusos:"
"-No viven, Señor, sino sus bisnietos y tataranietos, muy ancianos
ya todos ellos. Uno de éstos es el gran Sacerdote de Huitzilopochtli
llamado Cuauhcoatl."
"El viejo, no menos sorprendido que ellos, clamó con magna voz:"
"-¿Es posible que aún no haya vuelto ya aquí ese hombre, cuando
desde que de aquí salió para ir entre vosotros le está esperando
inconsolable, y día tras día, su santa madre?
"Con esto el viejo dio la orden de partida para el Palacio Real del
cerro. Los emisarios, cargados con los presentes que habían traído,
trataron de seguirle, pero les era imposible casi el dar un solo
paso; antes bien, se hundían más y más en la arena como si pisasen
en un cenegal. Como el buen anciano les viese en tal apuro y
pesadumbre, viendo que no podían caminar mientras que él lo hacía
con tal presteza que casi parecía no tocar el suelo, les preguntó
amoroso:
"-¿Qué tenéis, ¡oh mexicanos!, que tan torpes y pesados os hace?
Para así estar, ¿qué coméis en vuestra tierra?"
"-Señor, -le respondieron los cuitados- allí comemos cuantas viandas
podemos de los animales que allí se crían y bebemos pulque."
"A lo que el viejo respondió lleno de compasión:"
"-Esas comidas y bebidas, al par que vuestras ardientes pasiones,
son las que así os tienen, hijos, tan torpes y pesados. Ellas son
las que no os permiten llegar a ver el lugar donde viven nuestros
antepasados y os acarrean una muerte prematura, en fin. Sabed además
que todas esas riquezas que ahí traéis para nada nos sirven acá,
donde sólo nos rodean la pobreza y la llaneza."
"Y diciendo esto, el anciano cogió con gran poder las cargas de
todos y las subió por la pendiente del cerro como si fuesen una
pluma. . ."
El Capítulo XXVII de la citada Obra del Padre Durán, -comentada por
Don Mario Roso de Luna- aquí parafraseado, se extiende luego -dice
Don Mario- en un relato acerca del encuentro de los embajadores con
la madre de Huitzilopochtli, del que entresacamos lo siguiente:
"Una vez arriba les salió una mujer, ya de gran edad, tan sucia y
negra que parecía como cosa del infierno, y llorando amargamente les
dijo a los mexicanos:"
"-Bienvenidos seáis, hijos míos, porque habéis de saber que después
que se fue vuestro Dios y mi hijo Huitzilopochtli de este lugar,
estoy en llanto y tristeza esperando su vuelta, y desde aquél día no
me he lavado la cara, ni peinado, ni mudado de ropa, y este luto y
tristeza me durarán hasta que vuelva."
"Viendo los mensajeros una mujer tan absolutamente descuidada,
llenos de temor dijeron:"
"-El que acá nos envía es tu siervo, el Rey Moctezuma y su coadyutor
Tlacaelel Cuauhcoatl, y sabe que él no es el primer rey nuestro sino
el quinto. Dichos cuatro reyes, sus antecesores, pasaron mucha
hambre y pobreza y fueron tributarios de otras provincias, pero
ahora ya está la ciudad próspera y libre, y se han abierto caminos
por tierra y por mar, y es cabeza de todas las demás, y se han
descubierto minas de oro, plata y piedras preciosas, de todo lo cual
os traemos presentes."
"Ella les respondió ya aplacado su llanto:
"-Yo os agradezco todas vuestras noticias, pero os pregunto si viven
los viejos ayos (sacerdotes) que llevó de aquí mi hijo."
"-Muertos son, señora, y nosotros no los conocimos ni queda de ellos
otra cosa que su sombra y casi borrada memoria."
"Ella, entonces, tornando a su llanto, preguntóles: "
"-¿Quién fue quien los mató, puesto que acá todos sus compañeros son
vivos? Y luego añadió: ¿Qué es esto que traéis de comer? Ello os
tiene entorpecidos y apegados a la tierra, y ello es la causa de que
no hayáis podido subir hasta acá."
"Y dándoles embajada para su hijo, terminó diciéndoles a los
visitantes:"
"-Noticiad a mi hijo que ya es cumplido el tiempo de su
peregrinación, puesto que ha apacentado a su gente y sujetado todo a
su servicio, y por el mismo orden gentes extrañas os lo han de
quitar todo, y él ha de volver a éste, nuestro regazo, una vez que
ha cumplido allá abajo su misión."
"Y dándoles una manta y un braguero símbolo de castidad para su
hijo, los despidió."
"Pero no bien comenzaron los emisarios a descender por el cerro,
volvió a llamarlos la anciana, diciéndoles:''
"-Esperad, que váis a ver cómo en esta tierra nunca envejecen los
hombres. ¿Véis a éste mi viejo ayo? Pues en cuanto descienda adonde
estáis, veréis que mozo llega."
"El viejo, en efecto, comenzó a descender, y mientras más bajaba más
mozo se iba volviendo, y no bien volvió a subir tornó a ser tan
viejo como antes, diciéndoles:"
"-Habéis de saber, hijos míos, que este cerro tiene la virtud de
tornarnos de la edad que queremos, según subamos por él o de él
bajemos. Vosotros no podéis comprender esto porque estáis
embrutecidos y estragados con las comidas y bebidas y con el lujo y
riquezas."
"Y para que no se fuesen sin recompensa de lo que habían traído, les
hizo traer todo género de aves marinas que en aquella laguna se
crían, todo género de pescados, legumbres y rosas, mantas de
henequén y bragueros, una para Moctezuma y otra para Tlacaelel."
"Los emisarios, embijándose como a la ida, volviéronse los mismos
fieros animales que antes para poder atravesar el país intermedio,
regresaron al cerro de Coatepec, y tornando allí a su figura
racional, caminaron hacia la Corte no sin advertir que de entre
ellos faltaban veinte por lo menos, porque el Demonio, sin duda, los
diezmó en pago por su trabajo, por haber andado más de trescientas
leguas en ocho días, y aún más brevemente los hubiera podido aportar
como aquél otro a quien trajo en tres días desde Guatemala, por el
deseo que tenía cierta dama vieja de ver la cara hermosa del mismo,
según se relató en el primer auto de fe que en México celebró la
Santa Inquisición.."
"Maravillado quedó Moctezuma de todo aquello, y llamando a
Tlacaelel, entre ambos ponderaron la fertilidad de aquella santa
tierra de sus mayores; la frescura de sus arboledas, la abundancia
sin igual de todo, pues que todas las sementeras se daban a la vez,
y mientras unas se sazonaban, otras estaban en leche, otras en
cierne y otras nacían, por lo que jamás podía conocerse allí la
miseria. Al recuerdo ese de semejante tierra de felicidad, Rey y
ministro comenzaron a llorar amargamente, sintiendo la nostalgia de
ella y el ansia sin límites de algún día volver a habitarla, una vez
cumplida aquí abajo su humana misión."
Hasta aquí la deliciosa referencia de Fray Diego Duran, transcrita
por Don Mario Roso de Luna, el insigne escritor teosófico.
CAPITULO II
LUCIFER NAHUA
Parlemos ahora un poco, pero con gran tino, sobre el Divino Daimón
de Sócrates, el famoso Lucifer de la Catedral de Notre Dame de
París, el mismísimo Xolotl nahua, que en el mágico cerro de Coatepec
que en Tula existe, acudiera más veloz que el viento a la brujesca
invocación de los sesenta ancianos.
Extraordinaria Tula, encantadora, que en verdad no es sino la Thule
escandinava de la que nos hablaran los versos de oro del gran
Séneca, el confín de este mundo. . .
Xolotl, la sombra viviente de Quetzalcoatl, Lucifer-Prometeo, es el
portador de luz, la estrella de la mañana, el símbolo viviente de
nuestra piedra angular, la piedra del rincón, la Piedra Filosofal,
en la cual está la clave de todos los poderes.
Lucifer-Xolotl, tomando a veces el aspecto del macho cabrío de
Mendéz, simboliza a la potencia sexual.
Moisés, al volver del Sinaí, donde había encontrado a Jehovah, lleva
en la frente dos rayos luminosos en forma de cuernos de macho
cabrío, lo que nos indica que había trabajado con la fuerza sexual
Escrito está, y con letras hebraicas, que el Arca de la Alianza
llevaba en sus cuatro ángulos cuernos de macho cabrío.
Por su parte, Isaías, el Profeta, escribe (XlV,12, 15):
" ¡Cómo caíste del cielo, oh! Lucero brillante, hijo de la aurora!
¡Echado por tierra el dominador de las naciones! Tú, que decías en
tu corazón: Subiré a los cielos en lo alto; sobre !as estrellas de
Dios elevaré m i trono. Me instalaré en el monte santo, en las
profundidades del Aquilón Subiré sobre la cumbre de las nubes, y
seré igual al Altísimo. Pues bien, al sepulcro has bajado, a las
profundidades del abismo."
Los Padres de la Iglesia: Simeón, Pacomio, Eulogio, Antonio, veían
cada cual a su Lucifer particular (pues cada persona tiene el suyo)
bajo el aspecto de alguna deliciosa doncella o de algún varón
terrible de relucientes cuernos o de un niño con túnica negra.
Escuchemos el maravilloso canto de Ezequiel (XXVIII, 12,19) al bello
Demonio Lucifer-Xolotl:
" Eras el sello de la perfección. Lleno de sabiduría y acabado de
belleza. Habitabas en el Edén, en el Jardín de Dios. Vestido de
todas las preciosidades. El rubí, el topacio, el diamante, el
crisólito, el ónice, el berilo, el zafiro, el carbunclo, la
esmeralda y el oro te cubrían."
"Por la muchedumbre de tus contrataciones se llenaron tus estanques
de violencia y pecaste y te arrojé del monte santo y te eché de
entre los hijos de Dios. El Querube protector te hizo perecer."
"En Monte Albán este personaje despierta una verdadera afición: La
entidad desnuda, con las extremidades contrahechas, la boca felina y
una actitud dinámica que singulariza los comienzos de esta ciudad,
no pueden representar más que a Xolotl (Lucifer). Su asociación a la
vez con el tigre, el fuego, cuyas llamas reemplazan a veces a las
pares genitales y el movimiento de caída son pruebas suficientes."
(Esto es textual de la Obra de Laurette Sejourne, titulada "El
Universo de Quetzalcoatl".)
Ostensiblemente, Xolotl-Lucifer-Prometeo es el doble de
Quetzalcoatl, el príncipe de la luz y de las tinieblas que tiene
potestad absoluta sobre los cielos, la tierra y los infiernos.
Incuestionablemente, el Divino Daimón es la reflexión de Dios dentro
de nosotros mismos, aquí y ahora, y puede conferirnos el poder, la
sabiduría y la igualdad divina: "Eritris sicut dei." "Seréis como
Dioses."
La Piedra Filosofal (Lucifer-Xolotl) subyace en el fondo mismo de
nuestros órganos sexuales y tiene que reconciliar a los contrarios,
"Coincidentia oppositorum", y a los hermanos enemigos.
El Fuego viviente y filosofal de los viejos alquimistas medievales
yace latente en el fondo de nuestro sistema seminal y sólo aguarda
en acecho místico el instante de ser despertado.
INRI: Ignis Natura Renovatur Integram (El fuego renueva
incesantemente a la naturaleza). In Necis Renascor Integer (En la
muerte renacer intacto y puro).
Santo Tomás dice: "El más alto, el más perfecto de los ángeles, el
ángel preferido de Dios."
Dante escribe: "Más noble que criatura alguna y la suma de todas las
criaturas."
Indubitablemente, no es en modo alguno Xolotl-Lucifer un agente
extraño fuera de nuestra psiquis, al contrario, es ciertamente la
sombra de nuestro Ser Divino dentro de nuestro "fondo íntimo
particular".
Escrito está y con palabras de oro en el Libro de la Vida, que en la
garra de la pata derecha del Lucifer nahua resplandecen
gloriosamente ciertos signos áureos terriblemente divinos.
Xolotl-Lucifer-Prometeo es el entrenador psicológico en el gimnasio
de la vida práctica.
Vano somatén, rebato, alboroto, el de ciertas cofradías que propagan
por aquí, por allá y acullá, necias infundías difamantes contra el
Chnouphis solar gnóstico, el Chrestos Agathodaemon, la Serpiente del
Génesis, el Lucifer nahua, el resplandeciente Dragón de Sabiduría.
Malmirado, malquisto Xolotl-Lucifer por aquéllos intonsos dechados
de sabiduría, que repudiando al Espíritu que vivifica, han
interpretado la alegoría de la guerra en los cielos y la lucha de
Miguel contra el dragón a la letra muerta sin comprender su honda
significación.
Cruzada, refriega celeste que, incuestionablemente se debe procesar
en el fondo vivo de nuestra propia conciencia; lucha heroica contra
las pasiones animales que llevamos dentro, personificadas en el mí
mismo, en el si mismo.
Indubitablemente, nuestro Real Ser interior profundo, tiene que
matar o fracasar. En el primer caso, obviamente, se convierte en el
matador del Dragón por el hecho mismo de haber salido victorioso de
todas las tentaciones puestas por aquél.
Xolotl-Lucifer como ayo, educador, mentor, resulta ciertamente
insólito, inusitado, extraordinario.
Existe en la tentación luciférica didáctica inimitable, pedagogia
portentosa, atracción que asombra, incentivo inconfundible,
instigación oculta con propósitos divinales secretos, seducción,
fascinación.
De todo esto podemos inferir que dentro de nuestras hondas
intimidades podemos y debemos luchar contra el Dragón y sus huestes
tenebrosas (los defectos psicológicos), si es que en verdad queremos
convertirnos en "Hijos de la Sabiduría" y en "Dioses inmortales". .
.
En la tierra sagrada de los Vedas, Indra, el resplandeciente Dios
del Firmamento, mata a Vritra o Ahi, el Demonio-Serpiente,
Lucifer-Xolotl, por cuya proeza es Vritra-han, el "Destructor de
Vritran, motivo por el cual se le da el sobrenombre de Jishnu,
"Conductor de la Hueste celestial".
La Cruz es un símbolo muy antiguo, empleado desde siempre en todas
las religiones, en todos los pueblos, y erraría quien la considerase
como un emblema exclusivo de tal o cual secta religiosa. Cuando los
conquistadores españoles llegaron a la tierra santa de los aztecas,
encontraron a la Cruz sobre los altares.
En el plano de los grandes edificios religiosos de la Edad Media,
con la adición de un ábside semicircular o elíptico soldado al coro,
vemos la forma del signo hierático egipcio de la Cruz ansada, que se
lee Ank y designa a la vida universal oculta en todas las cosas.
Por otra parte, el equivalente hermético del signo Ank es el emblema
de Venus o Cipris-Lucifer, el cobre, bronce o latón.
"Blanquea al latón y quema tus libros." Nos repiten incesantemente
todos los mejores autores de la Alquimia medieval.
Ostensiblemente, tal expresión, dicho u oración, traducido
sabiamente significa: "Magia sexual, castidad científica, muerte
radical del Ego animal."
Quetzalcoatl, resurrecto después de haber "blanqueado al latón", se
convierte en el lucero de la mañana.
El Apocalipsis de San Juan dice:
"Al que venciere y guardare mis obras hasta el fin, yo le daré
autoridad sobre las naciones." "Y las regirá con vara de hierro, y
serán quebradas como a vaso de alfarero; como yo también la he
recibido de mi Padre." "Y le daré la estrella de la mañana." "El que
tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las Iglesias."
(Apocalipsis 11, 26-27-28-29).
Bel y el Dragón, Quetzalcoatl y Xolotl, Apolo y Pitón, Krishna y
Kaliya, Osiris y Tiphon, Miguel y el Dragón Rojo, San Jorge y su
Dragón, siempre son el Logoi particular divinal en cada uno de
nosotros y su doble proyectado en nuestra psiquis para nuestro bien.
No está demás afirmar, en forma enfática y con plena lucidez, que
matar al Dragón Venus-Lucifer-Xolotl equivale a convertirnos en
hijos del mismo, esto es recibir a la Estrella de la mañana.
Los dragones fueron tenidos en toda la antigüedad como símbolos de
la Eternidad y de la Sabiduría.
Los Hierofantes de Egipto, de Babilonia y de la India, se daban
generalmente el nombre de "Hijos del Dragón y de las Serpientes",
corroborando así las enseñanzas del Gnosticismo Universal.
Xolotl, la sombra o doble del Cristo mexicano, Quetzalcoatl,
precipitándose desde el Empíreo hacia nuestros propios infiernos
atómicos, resulta extraordinario, maravilloso.
Xolotl significa a la vez perro y gemelo. No está demás recordar en
este capitulo que el Padre Sahagún afirma que el can es el símbolo
del Fuego de origen celeste.
El Fuego sexual, el perro, el instinto erótico, Lucifer nahua, es
aquel agente extraordinario y maravilloso que puede transformarnos
radicalmente.
El perro guía al Caballero conduciéndole por el angosto camino que
va de las tinieblas a la Luz, de la muerte a la Inmortalidad.
Es urgente sacar de la morada de Plutón a Xolotl- Cerbero, prodigio
de terror que con sus ladridos, sus tres cabezas chatas y su cuello
rodeado de serpientes, llena de espanto a los difuntos.
Xolotl-cerbero-Tricípite jala la trailla de su amo llevándole seguro
por el escarpado sendero que conduce a la Liberación final.
Xolotl-Lucifer, como arquetipo del penitente y con el cinto de la
castidad, convertido en anacoreta, hace luz en las tinieblas y
aclara todo el esoterismo crístico.
Xolotl-Lucifer, en posesión de los restos que habrá de resucitar,
nos indica la necesidad de morir para ser.
Es urgente excogitar, discurrir, meditar...
Incuestionablemente, la muerte del "mí mismo" es requisito
indispensable para la resurrección esotérica que ha de realizarse,
aquí y ahora, mediante la Alquimia sexual.
"Porque es necesario que esto corruptible se vista de incorrupción,
y esto mortal se vista de inmortalidad."
"Y cuando esto corruptible se haya vestido de incorrupción y esto
mortal se haya vestido de inmortalidad, entonces se cumplirá la
palabra que está escrita: Sorbida es la muerte con victoria."
"¿Dónde está, ¡oh muerte! tu aguijón? ¿Dónde, ¡oh sepulcro!, tu
victoria?" (I. de Corintios 15, 53-54-55).
La didáctica excitante y seductora de Xolotl-Lucifer,
inteligentemente aprovechada, hace posible la resurrección mágica.
"La tentación es fuego. El triunfo sobre la tentación es Luz."
Eliminar los elementos indeseables que cargamos dentro es urgente,
inaplazable, impostergable.
Resulta urgente, perentorio, apremiante, discriminar, especificar,
discernir concretamente sobre ciertos valores simbólicos. Quiero
referirme en forma enfática al tigre y al perro.
Incuestionablemente, este Xolotl-Lucifer cargado con el jeroglífico
solar, como quiera que se encuentra en la raíz de nuestro sistema
seminal, asume el maravilloso papel del perro Cerbero citado por el
Dante en la Divina Comedia.
El tigre es diferente, y esto lo saben los "Caballeros tigres, esos
jaguares del Movimiento Gnóstico, que cual auténticos felinos de la
Psicología Revolucionaria, se han lanzado contra sí mismos, contra
sus propios defectos psicológicos.
Indubitablemente, el perro y el tigre se hallan asociados
esotéricamente en el mismo trabajo.
La humanización del tigre en el Arte azteca es algo que asombra a
todo místico.
En modo alguno sería posible extirpar nuestros agregados psíquicos,
esos íntimos defectos que en su conjunto constituyen al Yo, sin el
auxilio de esa Partícula divina o Mónada interior recordada por el
hacha, signo del rayo que el Hombre-Tigre asume con entera claridad.
Escrito está con entera lucidez en el Libro de la Vida: "Quien
quiera subir debe primero bajar." "A toda exaltación le precede una
humillación."
El descenso a la Novena Esfera, desde los antiguos tiempos, fue
siempre la prueba máxima para la suprema dignidad del Hierofante.
Jesús, Buddha, Hermes, Quetzalcoatl, hubieron de pasar por esa
terrible prueba.
Allí baja Marte para retemplar la espada y conquistar el corazón de
Venus, Hércules para limpiar los establos de Augias y Perseo para
cortar la cabeza de Medusa.
Quetzalcoatl y su Doble, en las profundidades terrestres, en el
Infierno del Dante, en la terrible morada de Plutón, debe morir
radicalmente si es que quiere resucitar de entre los muertos.
"En medio de aquel antro un olmo enorme extiende sus ramas
seculares; en ellas habitan los vanos sueños de la humanidad
doliente, pegados como insectos a sus hojas.
Por allí se pasean los centauros; Briareo, el gigante de los cien
brazos; la Hidra de Lerna, a quien mató Hércules cortándole sus
múltiples cabezas; la Quimera, monstruo con cuerpo de cabra; las
Gorgonas, las Arpías y la Sombra de los tres cuerpos.
Espantosa la ruta que conduce al Tártaro por las aguas del
Aqueronte; torbellinos de cieno y agua turbia.
Un horrible barquero de canas erizadas, ojos chispeantes como brasas
de carbón y larga barba descuidada, maniobra la barca que pasa a las
almas al otro lado.
Una multitud atormentada y diversa se agrupó en la orilla esperando
que el barquero la traslade. Pero éste escoge caprichosamente: ora
éste, ora aquél, y hay quien aguarda en vano y suplica, pero todo es
inútil.
Estas son las almas de los que no recibieron sepultura, que se
desesperan en tiempo interminable hasta que una mano piadosa, allá
en la tierra, recoge sus cuerpos y encierra en la urna sus cenizas.
Entonces la morada de Plutón se abre y las almas entran en su triste
reposo, privadas de luz, sombra de lo que fueron."
CAPITULO III
LEVITACIONES MÍSTICAS
Indubitablemente, es la cuarta coordenada el mismo hiperespacio de
la Hipergeometría mediante el cual es posible realizar actos
sobrenaturales, como son: La desaparición o aparición de un cuerpo
en el espacio tridimensional de Euclides o la salida de un objeto
cualquiera del interior de una caja herméticamente cerrada.
Ostensiblemente, se ha demostrado que cuando un electrón y un
positrón se aniquilan para liberar energía, dos granos de luz
aparecen o, más exactamente, dos rayos gamma.
Las experiencias que han verificado el crudo realismo de este
fenómeno, secuencialmente vienen a demostrar la existencia de la
cuarta dimensión.
Incuestionablemente, los variados fenómenos de levitación auténtica
fueron siempre posibles mediante el agente extraordinario de la
cuarta vertical.
No está demás afirmar, en forma enfática y sin mucha prosopopeya,
que la levitación mística es una elevación inusitada del cuerpo
físico por encima del suelo.
Como quiera que muchas gentes no saben ni el abecé de esta cuestión,
conviene citar a variados anacoretas que ante diversos públicos
levitaron.
Empecemos con San Esteban, Rey de Hungría, ínclito señor medieval,
muerto en el 1038, quien flotara en el aire una noche cuando oraba
en su tienda.
Continuemos con San Dunstan, arzobispo de Canterbury, perínclito
varón de Dios, quien precisamente el día de la Ascensión, 17 de mayo
del 988, se elevara milagrosamente hasta la majestuosa bóveda de la
catedral.
Siguen en orden sucesivo varios esclarecidos cenobitas e insignes
damas de reconocida santidad, veamos:
San Ladislao de Hungría (1041-1095), renombrado anacoreta, quien en
histórica noche flotara sobre el suelo mientras oraba en el famoso
monasterio de Warasdin.
Santa Cristina (1150-1224), la admirable. Ilustre mística, que
habiendo sido ya dada por muerta, se elevara deliciosamente hasta la
bóveda de la iglesia en pleno servicio fúnebre.
Santa Isabel de Hungría, insigne matrona; San Edmundo; Santa
Ludgarda, afamada religiosa; el bienaventurado Guilles de Santarem;
la misteriosa Margarita de Hungría; la espiritual Santa Dulcelina;
el preclaro Santo Tomás de Aquino, famoso Señor de Sabiduría; Santa
Agnés de Bohemia y muchos otros, que sumergidos dentro de la cuarta
dimensión, flotaban durante el éxtasis.
Elevaciones extraordinarias, mágicos vuelos, salidas rápidas en
vertical, suspensiones, ascensiones, pasadas, transportes, circuitos
aéreos a gran altura, éxtasis, júbilo y arrobamiento.
Dice la leyenda de los siglos, y esto lo saben los Divinos y los
humanos, que cuando nuestro Hermano Francisco de Asís (1186-1226)
llegó al ocaso de su vida, se multiplicaron sus éxtasis en el
MonteAverno.
Su bienamado discípulo, el Hermano León, quien dichoso le llevaba
alimentos, le encontraba siempre en estado de arrobamiento fuera de
su gruta, a buena altura flotando sobre la perfumada tierra. A veces
llegaba hasta las hayas, desaparecía de la vista, se iba por entre
la cuarta coordenada.
Y prosiguiendo con esta temática místico-científica, no está demás
citar también a Santa Catalina de Ricci (1522-1589), la muy célebre
estigmatizada Priora de Prato, quien cuando en éxtasis entraba,
suspendida quedaba en el medio ambiente circundante.
Muchos otros penitentes, cenobitas, como San Francisco de Paula, San
Francisco de Alcántara, Santo Tomás de Villanova, San Francisco
Javier, etc., se desprendían del suelo en sus éxtasis y se mantenían
en el aire ante el asombro extraordinario de la conciencia pública.
Casos famosos y extraordinarios por lo insólitos e inusitados,
fueron, ostensiblemente, los de esa mística llamada Teresa de Avila
( 1515-1582), descritos por ella misma con lujo de detalles,
explicando dialécticamente cómo el mágico poder inefable @a absorbía
dentro de la dimensión desconocida mientras oraba; entonces flotaba
ante las asombradas religiosas.
Cualquier día de esos tantos, no importa cual, aquella Santa estaba
tan alta sobre el piso que no pudieron darle la ostia.
La doble levitación de Santa Teresa de Avila y de San Juan de la
Cruz en el Carmelo de Avila, causaron estupefacción, asombro
general. . . Entonces pudo verse en el espacio a estos dos místicos
en estado de éxtasis.
Aquel monje azul otrora conocido con el nombre de José de
Cuppertino, dicen que se elevó por los aires setenta veces. Este
hecho mágico sucedió allá por el año 1650, motivo por el cual fue
canonizado.
Cada vez que el mencionado eremita de dulce faz se desprendía de la
dura tierra, profería un clamor. Interrogado por el cardenal de
Lauria sobre este extraño y misterioso grito en el instante preciso
del vuelo, el Santo respondió esotéricamente:
"La pólvora, cuando se inflama en el arcabuz, estalla con gran
ruido, así también el corazón, abrasado por el divino amor. ¡Amén!"
Escudriñando viejos manuscritos con tesón de clérigo en la celda,
hemos hallado de la tierra sagrada de los Vedas lo siguiente:
"Aquél que meditare en el centro del corazón, logrará control sobre
el tattva Vayu (principio etérico del aire). Alcanzará también los
siddhis, poderes de los Santos, Bhushari, Kechari, Kaya, etc.
(flotar en el aire, meter su espíritu dentro del cuerpo de otra
persona, etc.) Alcanzará el Amor Cósmico y todas las cualidades
táttvicas divinas."
El desarrollo substancial del corazón tranquilo es impostergable e
inaplazable cuando se trata de aprender la Ciencia de los Jinas, la
Doctrina de la levitación.
Incongruente, inconexo con el Tertium Organum o Tercer Canon del
pensamiento, sería el intentar la idoneidad Jinas sin haber educido
y vigorizado previamente los místicos poderes de los Santos en el
corazón tranquilo. . .
Nunca quisiéramos interdecir o vedar las esotéricas prácticas de
mágica levitación. Trabucar, aguar, en modo alguno es nuestra
intención, sólo proponemos el "sacrificius intelectus" (sacrificio
del intelecto) si es que anhelamos de verdad el armonioso desarrollo
de los Fuegos del corazón.
La mente teorética y especulativa se expansiona, extiende y
desenvuelve, a expensas de las sutiles energías del corazón y esto
es muy lamentable.
La cerebración intelectiva, mecanicista, succiona, vampiriza sin
misericordia alguna los poderes vitales del corazón.
A través de muchos años de constante observación, estudio y
experiencia, pudimos verificar plenamente que el sujeto
pseudo-esoterista o pseudo-ocultista, autoencerrado dentro de su
mundillo, geldre o sauquillo razonativo, intelectivo, en el terreno
levitacional práctico resultaba de hecho un verdadero fracaso.
No está demás imitar a José de Cuppertino en sus oraciones y sus
éxtasis a fin de que el corazón, abrasado por el Divino Amor, se
desarrolle armoniosamente capacitándonos para penetrar
conscientemente con el cuerpo físico dentro de la cuarta vertical,
más allá del espacio tridimensional de Euclides.
Incuestionablemente, aquellos sesenta ancianos aztecas que en el
cerro de Coatepec hicieran sus operaciones y círculos mágicos para
sumirse luego en la cuarta coordenada, habían desenvuelto, cada uno,
por anticipado, los fuegos maravillosos del corazón.
Telendo, insólito, inusitado, resulta el relato de aquél viaje
misterioso por la dimensión desconocida.
Indubitablemente, en el Universo paralelo de la cuarta dimensión
cualquier metamorfosis es posible.
El Lucifer nahua, forzado por aquellos conjuros, transformó a los
sesenta de Moctezuma en aves, bestias feroces, leones, tigres,
adives y gatos espantosos.
No es, pues, mera jactancia, embullo o broma libresca, el relato
consignado por Fray Diego Durán en su notabilísimo trabajo titulado
"Historia de México".
Si enfrontamos a campo traviesa la Historia de los Jinas, hallaremos
en el Tibet oriental a Milarepa, venerabilísimo y xorable Maestro,
inclito tahar, que como cualquiera de los sesenta ancianos de
Moctezuma, sabía levitar en la cuarta dimensión.
Perfecto Adepto de mágicas facultades, tuvo la gracia de atravesar y
visitar innumerables paraísos sagrados y cielos de los Budhas de
compasión, donde, por la virtud de sus omniabsorbentes actos y
extraordinaria devoción, los Dioses que rigen esos dichosos lugares
le favorecieron permitiéndole expresarse acerca del Dharma.
Jesús, el gran Kabir, sumergido con el cuerpo físico dentro de la
cuarta vertical, caminó sobre las aguas del mar y esto lo saben los
Divinos y los humanos.
Incuestionablemente, es Felipe, el Apóstol del Divino Rabí de
Galilea, el bendito Patrón de los estados Jinas.
CAPITULO IV
EL DOCTOR FAUSTO
El verdadero Lucifer de la doctrina arcaica es, por antítesis,
edificante y esencialmente dignificante, todo lo contrario de lo que
los teólogos, cual Des Mousseaux y el marqués de Merville suponen,
pues es ciertamente la alegoría de la rectitud, el símbolo
extraordinario y maravilloso del más alto sacrificio (el
Christus-Lucifer de los gnósticos) y el Dios de Sabiduría bajo
infinitos nombres.
Xolotl-Lucifer-Prometeo es uno con el Logos platónico, el Ministro
del Demiurgo Creador y Señor resplandeciente de las siete mansiones
del Hades, del Shabbath y del mundo manifestado, a quien están
encomendadas la Espada y la Balanza de la Justicia Cósmica, puesto
que él es, indubitablemente, la norma del peso, de la medida y del
número. El Horus, el Brahma, el Ahura Mazda, etc., siempre Inefable.
Lucifer-Xolotl, el Doble de Quetzalcoatl, es el Guardián de la
Puerta y de las llaves del Lumisial para que no penetren en él sino
los ungidos que poseen el secreto de Hermes.
Quienes maldicen temerariamente al Lucifer nahua, se pronuncian
contra la cósmica reflexión del Logos, anatematizan al Dios vivo
manifestado en la materia y reniegan de la siempre incomprensible
Sabiduría que se revela por igual en los contrarios de luz y
tinieblas.
La gloria de Satán es la sombra de Adonaí y el trono de Satán es el
escabel del Señor.
Semblanza, parecido, similitud; sol y sombra; día y noche; Ley de
los contrarios.
Dos son los ejércitos del Logos o Demiurgo Arquitecto del Universo:
En los ámbitos sublimes, las aguerridas huestes de Miguel, y en el
abismo del mundo manifestado, las legiones de Satán.
Ostensiblemente, éstos son: El Inmanifestado y el Manifestado, el
virginal y el caído en la generación animal.
Incuestionablemente, sólo sobre Satán, jamás sobre el Logos, recae
la vergüenza de la generación; aquél perdió su elevado estado
virginal de Kumara cuando comió del fruto prohibido.
Con la resurrección esotérica, el Lucifer nahua reconquista el
estado virginal de Kumara.
La piedra angular de la Gran Obra es Lucifer-nahua. Sobre esta
piedra maestra, ubicada por los sabios en el fondo mismo de nuestro
sistema sexual, el gran Kabir Jesús edificó su Iglesia.
La piedra bruta, antes de ser tallada para la Gran Obra, es
ciertamente impura, material y grosera; motivo intrínseco por el
cual recibe el nombre de Diablo.
Reiterar suele ser a veces indispensable. Se hace impostergable
comprender integralmente que cada uno de nosotros tiene su
Xolotl-Lucifer particular, reflexión completa de su Logoi
específico.
Lucifer-Xolotl, con la figura azteca del luciférico perro, terror de
muchas gentes, suele entrar en el espacio tridimensional de Euclides
para hacerse visible y tangible en el mundo físico.
El Conde Gaspar Moir de Loca, ínclito señor de los tiempos idos,
cuenta como se comportaba Prestigiar, el extraño perro del Doctor
Fausto.
Negro can de largos pelos y penetrante mirada; indubitablemente era
muy inteligente.
Una noche cualquiera, cuando el perro quería acostarse en el centro
reluciente de la suntuosa mansión, en presencia del Conde, Fausto,
dirigiéndose a Prestigiar, le dijo cierta palabra cuya honda
significación no comprendió aquel perinclito varón, y el citado
animal, con el rabo entre las piernas, salió de la recámara.
Extraño comportamiento de un can que al Conde, francamente, no le
pareció muy natural.
El Doctor Fausto, sonriendo, preguntó a su amigo qué le había
parecido su perro; éste, respondiendo claramente y sin ambages, dijo
que gustosamente volvería a verlo.
Llamado por su amo, aquel can de las Mil y Una Noches, brincó dentro
del recinto y saltó luego sobre un rústico banco.
Los ojos de aquella criatura parecían ascuas de fuego ardiente;
tenía ahora un aspecto terrorífico.
Cuando el Doctor Fausto acarició su lomo, el pelo de tan misterioso
can cambió de color; tornóse blanco, después amarillo y por último
rojo.
El Conde, hombre muy prudente, prefirió guardar un respetuoso
silencio; posteriormente resolvió hablar de cualquier otra cosa.
En consecuencia, el perro participa de la magia.
Generoso animal que en los tiempos antiguos fue siempre consagrado
al Dios Mercurio.
Resulta patente el alto honor que los viejos Hierofantes del antiguo
Egipto concedían al perro.
El austero Guardián del Templo de Esculapio, en la Roma augusta de
los Césares, era siempre un perro.
Hablando francamente y sin ambages, debo afirmar en forma enfática
que resulta paradójica la crucifixión del perro.
Bien saben los Divinos y los humanos que cada año una de estas
preciosas criaturas era crucificada. . . Castigo implacable para los
perros por el delito de no haber advertido a los romanos la llegada
de los galos.
Los perros sagrados del Templo de Vulcano, en el Etna, eran siempre
cuidados religiosamente.
No olvidemos jamás que Cerbero, el perro guardián de los infiernos,
acariciaba a los que entraban y devoraba despiadadamente a los que
intentaban salir.
Antro espantoso donde aulla Cerbero, prodigio de terror que con sus
ladridos, sus tres enormes cabezas chatas y su cuello rodeado de
serpientes, llena de espanto a todos los difuntos.
Dice la leyenda de los siglos que Cerbero fue adormecido por la Lira
de Orfeo cuando éste descendió al Tartarus para buscar a Eurídice.
Indubitablemente, la Sibila también adormeció a
Xolotl-Lucifer-Cerbero con una pasta de miel y de adormidera.
Es conocida la intervención extraordinaria de Cerbero en toda
Liturgia de tipo funerario.
En las sepulturas reales de los antiguos tiempos se ponía la figura
de un perro bajo los fríos pies del muerto; símbolo infernal
profundamente significativo.
No olvidemos jamas al Lebrel, can grande de Della Scala, Señor de
Verona y bienhechor del Dante.
Este no se alimenta de tierra ni de peltre, sino de Sabiduría, de
Amor y de Virtud.
Muchos otros animales participan de la Alta Magia: El cuervo,
símbolo de corrupción y muerte de todos los elementos inhumanos que
llevamos dentro; la blanca paloma que alegoriza a la pureza y a la
castidad como así también al Tercer Logos; el águila amarilla que
advierte al alquimista la proximidad del triunfo; el faisán rojo,
que junto con la púrpura de los Reyes, anuncia al sabio la
consumación total de la Gran Obra.
El enigmático y poderoso Doctor Fausto, venerabilísimo y xorable
Maestro, ínclito tahar, vivía agradable y confortablemente como
persona muy acomodada. Concedía a los animales un papel oculto y
gustaba rodearse de ellos porque los asociaba a sus prodigios.
Por aquellos tiempos -1528- de rancia nobleza, de variados títulos
notabilísimos y sangre azul, Fausto, en la Corte de Praga realizaba
extraordinarios prodigios.
Telendo, cierto gentil hombre que moraba dichoso en una
resplandeciente mansión, en buenahora llamada "El Ancora", en la
calle del Castillo, en Erfurt (lugar donde frecuentemente se
hospedaba el Doctor Juan Fausto, encantador y mago), celebró una
gran fiesta.
Mas sucedió que los señores del convite, ante la dorada mesa,
reclamaron a Fausto a grito pelado. El anfitrión de la regia morada
les declaró que Fausto, el hombre de la maravillosa ciencia, estaba
en Praga.
Empero, alegres del vino, no por eso el estrepitoso capul dejaba de
llamar a Fausto con insólita vehemencia, suplicándole que acudiera
al festín.
En aquellos instantes alguien golpea en la puerta del espléndido
alcázar. El doméstico vio a través del lucernario del primer piso
que Fausto estaba al lado de su caballo, ante la puerta, como si
acabara de apearse, y hacía signo de que le abrieran.
El fámulo corrió a avisar al amo, que se rió estrepitosamente
declarando que eso era imposible puesto que el Doctor Fausto estaba
en Praga.
Repite Fausto su llamado ante el umbral de la rica mansión. El Señor
de la morada miró a su vez: ¡Era él! Con ese imperativo categórico
que caracterizaba a los Señores feudales, ordenó abrir y brindarle
magnífico recibimiento.
El Doctor Juan Fausto ocupó su lugar en la mesa del festín ante el
asombro general de los convidados.
El espléndido Señor de aquella morada, maravillado en gran manera,
ciertamente no pudo resistirse al deseo de preguntar a Fausto cómo
había podido venir tan rápido desde Praga.
"-Se lo debo a mi caballo, respondió. Como los señores, vuestros
huéspedes, deseaban verme tan vivamente y me llamaban, he querido
rendirme a sus deseos y aparecer en medio de ellos, aunque no pueda
quedarme mucho tiempo porque es preciso que mañana al amanecer esté
en Praga."
El regio banquete fue muy alegre, el Doctor ejecutó con gran éxito
sus habituales prodigios y hasta hubo derroche de vino y
sortilegios. . .
No está demás recordar en estas cuartillas el coro de las alegres
liras, las copas labradas, el vino negro, los hirvientes vasos cuyos
bordes brillaban cual collar de prismas. . .
El vino negro que a la sangre enciende y pone al corazón alegre,
fruto fermentado de la vid que tanto inspira a los bardos melenudos.
. .
En medio del bullicio y de la fiesta, clamó con gran voz Juan
Fausto, proponiendo que se gustaran también los vinos extranjeros.
Y dicen los que lo vieron, que de entre un exótico recipiente
improvisado manaron entonces caldos de distintas cosechas, milagro
faustino muy similar al de las Bodas de Caná en Galilea.
Mas de pronto, en forma inusitada, el hijo del anfitrión penetró en
la estancia con el rostro visiblemente contrariado: "-¡Señor Doctor!
-dijo-, su caballo está comiendo a rabiar... Preferiría dar de
comer, pienso, a diez o veinte caballos que sólo al suyo. Ya me ha
devorado más de dos celemines de avena que tenía preparados, pero
sigue esperando frente al pesebre y mira a su alrededor a ver si
viene otro."
Los convidados rieron todos, no con la sonrisa sutil de Sócrates
sino con la carcajada estruendosa de Aristófanes.
El joven, inmutable, prosiguió diciendo: "-Quiero mantener mi
palabra y lo hartaré aunque para ello arriesgue varias medidas de
avena."
Fausto respondió que era inútil, que su caballo había comido
bastante, pero que se tragaría toda la avena de la tierra sin
sentirse harto.
Incuestionablemente, aquel brioso corcel era, fuera de toda duda, el
mismo Lucifer nahua, el extraordinario Mefistófeles metamorfoseado
en bestia alada.
Mefistófeles-Xolotl-Lucifer, convertido a veces por obra de magia en
caballo volador, cual el Pegaso de los poetas coronados,
transportaba a Fausto rápidamente por entre la cuarta dimensión
cuando era necesario.
La orgía continuó tremenda hasta la media noche. Entonces el caballo
relinchó. "-Es preciso que me marche ahora." -exclamó el sabio.
Empero, los del convite, desbordantes de risa y de contento, le
retuvieron suplicantes y de inmediato no pudo marcharse.
Por segunda vez, y luego por una tercera, relinchó espantosamente el
caballo. El Doctor Juan Fausto en modo alguno debía desobedecer; se
despidió, pues, de sus amigos, hizo que le trajesen su brioso
corcel, lo montó con pestreza y luego subió por la calle del
Castillo.
Cuentan por ahí, dice la leyenda de los siglos, que cuando hubo
pasado tres o cuatro casas, el caballo se lanzó por los aires y se
perdió de vista el Caballero sobre su diabólica montura.
Indubitablemente, el Doctor Juan Fausto, encantador y mago, estuvo
de vuelta en Praga antes de que amaneciera.
El Doctor Fausto, al decir de la crónica de Erfurt, dejó ciertamente
un vivo recuerdo. Todavía existe la famosa casa "El Ancora", así
como un callejón que lleva el nombre del mencionado sabio.
Al concluir este capítulo me viene a la memoria el caso insólito de
los sesenta hechiceros de Moctezuma viajando con el poder de Lucifer
por entre la cuarta vertical, hacia la tierra de sus mayores, la
Mansión imperecedera.
CAPITULO V
PROCEDIMIENTOS JINAS
Al iniciar este capítulo queremos poner énfasis en el siguiente
postulado: "La Física continuará estacionaria mientras la mente
humana permanezca embotellada en el dogma tridimensional de
Euclides."
Incuestionablemente, la Física contemporánea resulta ciertamente
regresiva, retardataria, reaccionaria.
Se necesita con urgencia máxima, impostergable, trazar la cuarta
vertical. Empero esto no es posible en tanto exista el escepticismo
materialista.
Cualquier humanidad avanzada del remoto futuro podrá crear naves
cósmicas capaces de atravesar instantáneamente la barrera de la
velocidad de la luz .
Tales navíos, regiamente basados en una nueva Física de tipo
tetradimensional, viajarán por entre la cuarta vertical a
velocidades superiores a la de la luz. Entonces la conquista del
espacio infinito será un hecho concreto, claro y definitivo.
Indubitablemente, aquellos navíos impulsados por la energía solar,
habrán de ser gobernados por hombres auténticos en el sentido más
completo de la palabra.
Es ostensible, y todo el mundo lo sabe, que con los aviones
supersónicos ya hemos atravesado la barrera de la velocidad del
sonido. Sin embargo, el terrícola soberbio y orgulloso, continúa
detenido ante la barrera de la velocidad de la luz.
No está demás en este capítulo emitir el siguiente enunciado: " Tras
la barrera de la velocidad de la luz -300,000 kilómetros por
segundo- se encuentra la cuarta dimensión."
De tal enunciado podemos inferir el siguiente corolario : "Cualquier
mago que viaje con su cuerpo físico por entre la cuarta coordenada,
incuestionablemente, sabe atravesar instantáneamente la barrera de
la velocidad de la luz."
Fue en Coatepec, que está en Tula, el histórico lugar donde los
sesenta ancianos hechiceros del muy poderoso Señor Moctezuma,
mediante el auxilio extraordinario del Mefistófeles faustino,
pudieron atravesar instantáneamente la barrera de la velocidad de la
luz para viajar por la cuarta vertical hacia la Isla sagrada y
eterna, allende los mares del Polo Norte, cuna real de la humanidad
terrestre.
Hay que leer en la Doctrina Secreta de H.P.B. todo lo relativo a
este primer Continente terrestre llamado a perdurar desde el
principio al fin de la humanidad sobre este mundo.
En la tierra sagrada de los Vedas, todo auténtico Samyasin del
pensamiento puede atravesar instantáneamente la barrera de la
velocidad de la luz para viajar por la dimensión desconocida como
Francisco de Asís.
Nosotros afirmamos solemnemente y con entera certeza que cuando un
esoterista aplica un samyasi a su cuerpo físico, atraviesa de
inmediato la barrera de la velocidad de la luz.
Cualquier samyasi integral, esencial, fundamental, contiene
substancialmente tres ingredientes radicales: A.- Concentración
absoluta de la voluntad consciente.
B.- Meditación profunda.
C.- Extasis, arrobamiento, júbilo místico, adoración suprema.
No está demás recordar en este Mensaje de Navidad 1974-1975 que la
paciencia es la escala de los gnósticos y la humildad es la puerta
de su Jardín.
Incuestionablemente, algunos ascetas gnósticos habrán de trabajar
durante muchos años, hasta lograr el pleno desarrollo del cardias
que los tornará idóneos en la Ciencia Jinas.
La naturaleza radiante de la Partícula íntima que permite este
prodigio, está debidamente especificada por la forma de hacha, signo
del rayo que el Hombre-Tigre del México azteca usa frecuentemente.
El Tigre humanizado, Xolotl-Lucifer, se convierte en una realidad
concreta, no sólo en el México pre-cortesiano sino también en todo
Mesoamérica.
Es así, convertido en hombre, como lo encontramos en Teotihuacan;
levantando sus heroicos brazos en un gesto litúrgico o con esa
marcha felina que le caracteriza.
Incuestionablemente, los Caballeros Tigres del México azteca, además
de Guerreros acostumbrados a la dura brega, eran también atletas
extraordinarios de la Ciencia Jinas.
Sin exageración alguna afirmamos en forma enfática que aquellos
perínclitos varones de Anahuac sabían mezclar inteligentemente los
tres elementos del samyasi con el temible poder felino de
Lucifer-nahua.
Acostados sobre pieles de tigre, imitando la sagrada postura del
jaguar cuando en reposo se encuentra, ligeramente adormecidos,
aquellos ilustres varones sabían combinar conscientemente la
voluntad y la imaginación en vibrante armonía.
Integrando esfuerzos, en suprema concentración mental, con
meditación de fondo, asumían deliberadamente y mediante la
imaginación creadora la felina figura del
Jaguar-Xolotl-Mefistófeles.
Marcharse, desenvolverse, funcionar con esa figura que espanta, en
pleno éxtasis y gozo místico, en modo alguno resultaba imposible
para estos perínclitos Señores de la tierra sagrada de Anahuac.
Cada vez que aquellos notables eremitas se desprendían del duro
lecho para andar como tigres y desaparecer luego en la cuarta
coordenada, proferían la siguiente frase ritual: "Nosotros nos
pertenecemos." "La pólvora, cuando se inflama en el arcabuz, estalla
con gran ruido; así también el corazón, abrasado por el Divino
Amor."
Escudriñando viejos cronicones con el tezón de clérigo en su celda,
hube de corroborar muchos de estos detalles de la antigua ciencia.
Dice la leyenda de los siglos, y esto lo saben los Divinos y los
humanos, que aquellos Tigres legendarios, exóticos y extraños, ante
el umbral del Templo de Chapultepec -ahora en estado de
Jinas-tornaban nuevamente a su gentil y muy humana figura.
No podríamos seguir con estas cuartillas sin dejar de recordar a
Ovidio y sus metamorfosis maravillosas.
Superlativos encantos místicos que los ignorantes ilustrados de esta
época fatal del Kaliyuga (los tiempos actuales) rechazan con
insólita soberbia.
Indubitablemente, Felipe, el Apóstol del gran Kabir Jesús, es el
santo Patrón de todos estos fenómenos jinas.
Aseveran las Sagradas Escrituras que Felipe, después de haber
bautizado a un eunuco, fue arrebatado por el Señor y que entonces
siguió su camino gozoso.
Dicen que después se encontró en Azoto y que pasando anunciaba el
Evangelio en todas las ciudades hasta que llegó a Cesárea.
Cualquier Arhat gnóstico sincero puede implorar el auxilio mágico
del gran Apóstol Felipe.
Si amáis a Felipe, cuando estéis dormitando meditad en él. Excluid
de vuestra mente cualquier otro pensamiento, y al sentir en vuestra
alma el gozo de su presencia, proferid la siguiente frase ritual:
¡Al
cielo Felipe! Salid luego de vuestra recámara con paso firme y
decidido metiéndoos con violencia dentro de la dimensión
desconocida.
En nombre de la Gran Causa, solemnemente declaro que esta fórmula
extraordinaria renglones arriba citada, se la debo a un Espíritu
divino llamado Isabel, cuya humana personalidad es ciertamente una
humilde monja descalza de un antiguo Monasterio medieval que por
estos tiempos se encuentra sumergido en la cuarta vertical.
Que soles de entusiasmo os alumbren el camino, muy querido y amable
lector.
Que las fuerzas del tigre os acompañen.
Que los cocuyos de Sabiduría iluminen vuestro intelecto.
Que el picr rumoroso dé sombra a vuestro descanso.
Que las ranas de esmeralda señalen los senderos croando sin
descanso.
Que ella, la naturaleza, sea pródiga contigo.
Que la Fuerza Universal os bendiga y dirija.
CAPITULO VI
AZTLAN
Aztlán, Avallon, monte magnético misterioso, insólita Morada de los
Hijos del Crepúsculo (Budhas de Compasión, Dhyan-Choans, Serpientes
de la Sabiduría, Pitris o Padres Preceptores de la humanidad,
Angeles de las estrellas, Constructores, Vigilantes,
Estrellas-Yazathas de los zoroastrianos, etc.).
Tierra del Amanecer, Mansión imperecedera, celeste Paraíso allende
los mares ignotos del Polo Norte.
Inefable Ciudadela del Sol envuelta en múltiples esplendores, Isla
Blanca, Rincón del Amor, Tierra de Apolo. . .
Magnífico luce en el Septentrión aquel Edén de la cuarta coordenada,
continente firme en medio del gran océano.
Ni por tierra, ni por mar, se logra llegar a la Tierra Sagrada, se
repite vehementemente en la tradición helénica.
"Sólo el vuelo del Espíritu puede conducir a ella" dicen con gran
solemnidad los viejos sabios del mundo oriental.
Incuestionablemente, "Los Resplandecientes de Ojos eficaces", los
Adeptos de la Religión-Sabiduría, jamás han perdido el contacto con
la Tierra de nuestros mayores.
Reiteramos el enunciado irrebatible de que es posible atravesar
instantáneamente la barrera de la velocidad de la luz para viajar
con el cuerpo físico por la dimensión desconocida hasta la lejana
Thule.
El camino que conduce a Aztlán, la Tierra Solar donde moran dichosos
los Mexi-Tin o Medjins, Djins, Jinas o Genios extraordinarios de los
pueblos árabes, aztecas y mexicanos, está cortado desde luengos años
ha, y su parte de este lado ciega ya con grandes jarales y breñales
poblados con monstruos invencibles, médanos y lagunas sin fondo y
espesísimos carrizales y cañaverales donde perderá la vida
cualquiera que semejante empresa intente temerario.
Muy poco puede decirse de esa Tierra exótica y sagrada, excepto,
quizás, según una antigua expresión poética, que la estrella Polar
fija en ella su mirada vigilante desde la aurora hasta la
terminación del crepúsculo de un día del Gran Aliento.
Incuestionablemente, la Isla Santa es la cuna del primer Hombre y la
morada del último mortal divino, escogido como un Shishta para la
semilla futura de la humanidad.
El Pueblo azteca, otrora conducido por los Genios tutelares o Jinas
de la "Insula Avallones", llegó hasta las lagunas mexicanas.
Paralela exacta la del bíblico Moisés hebraico guiando al Pueblo de
Israel a través del desierto hasta la Tierra Prometida.
Prototipo del Judío errante, los pueblos Jinas de los Tuatha en
eterno éxodo análogo al de los judíos de un lado y mexicanos del
otro. Incuestionablemente, los Tuatha reingresaron a la verde Erim
en estado de Jinas.
Se dice que llegaron de Avallon o del Cielo y trajeron a Irlanda
algunos símbolos sagrados.
No está demás recordar a la Piedra Filosofal, a la Lanza de Aquiles,
a la Espada flamígera y a la Copa de Hermes y de Salomón.
El Aztlán azteca, Avallon, es el rincón del amor, la Tierra de Fuego
donde mora dichoso el Hermano Juan. Improfanable Verbo, Logos, Voz,
I E O U AN, JUAN, especificando no a un hombre sino a toda una
Dinastía Solar.
La primera raza humana que otrora viviera en Asgard, la Isla de
Cristal, la Morada de los Dioses, la Tierra de los Ases,
incuestionablemente era semi- etérica, semi-física.
El Prologos órfico, pregenético, depositó en el "Hombre Cósmico"
terrestre preciosas facultades y poderes.
Producto maravilloso de incesantes evoluciones y transformaciones
que otrora se iniciaran desde el estado germinal primitivo, la
primera raza surgió de las dimensiones superiores, completa y
perfecta.
Todo procede de Prabhavapyaya, la evolución inteligente de los
principios creadores y conscientes de los Dioses Santos.
Incuestionablemente, la "primera raza" jamás poseyó elementos
rudimentarios ni Fuegos incipientes.
Para bien de la Gran Causa, lanzaremos en forma enfática el
siguiente enunciado: "Antes de que la primera raza humana saliera de
la cuarta coordenada para hacerse visible y tangible en la región
tridimensional de Euclides, hubo de gestarse completamente dentro
del Jagad-yoni, la "matriz del mundo".
Extraordinaria Humanidad primigenia, Andróginos sublimes
terriblemente divinos, Seres inefables más allá del bien y del mal.
Prototipos de perfección eterna para todos los tiempos, gentes
excelentes con cuerpos indestructibles, elásticos y dúctiles.
Adam Kadmon, el Ser "masculino-femenino" del Génesis I,
indubitablemente era la misma Hueste de los Elohim, cuyas presencias
estaban ahora recubiertas con la euritmia superlativa de sus
cuerpos.
Es ostensible que todos esos Seres ingentes eran los Fuegos sagrados
personificados de los Poderes más ocultos de la Naturaleza.
Ellos, los "nacidos por sí mismos", eran magistrales, cumplidos,
poseían entendimiento, inteligencia y voluntad.
Cada una de esas insuperables criaturas tenia encarnado a su
Espíritu individual y sabia que lo tenia.
Esa fue la Edad del Fisiparismo; entonces, aquellas deliciosas
criaturas se reproducían mediante el acto sexual fisíparo.
"Como se ha visto en la división en dos del punto homogéneo del
protoplasma, conocido como monerón o ameba."
"Según se ha visto en la división de la célula nucleada, en la que
el núcleo se rompe en dos subnúcleos, los cuales, o bien se
desarrollan dentro de la pared celular, o la rompen y se multiplican
en el exterior como entidades independientes."
Así, de modo similar, aquellos organismos andróginos se dividían en
dos para multiplicarse al exterior como entidades independientes.
En la Era del "fisiparismo" cada uno de estos sucesos de la
reproducción original, primigenia, era celebrado con Rituales y
Fiestas. . . Entonces la Tierra toda resplandecía gloriosamente con
un bellísimo color azul intenso. . .
No está demás recordar que en esa antigua Edad de Oro, la Isla de
Cristal, la Tierra de Apolo, debido a la revolución periódica de los
ejes del mundo, se hallaba en la zona ecuatorial.
Raza superlativa divinal de Andróginos "plus-perfectos". El
"Huracán" (voz maya que después fuera llevada a Sur América) y que
significa para los Hierofantes aztecas Viento, Soplo, Palabra,
Verbo, totalmente encarnado en aquellas excelentes criaturas,
estableció en la Isla de Cristal a la civilización de los Ases.
"Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón
y hembra los creó." (Génesis 1, 27)
Venustidad paradisíaca incomparable, andróginas beldades deliciosas
a imagen y semejanza de Tepeu K'Okumatz (Dios).
De la primera raza emanó la segunda, la Hiperbórea, sujetos que se
reproducían mediante "brotación"; ingentes multitudes que otrora
habitaran en las múltiples regiones del Septentrión.
Escrito está con letras de oro en las páginas inmortales del Libro
de la Vida que de esta segunda clase de Andróginos divinos procedió
a su vez la tercera raza raíz, los Duplos, Gigantes hermafroditas
¡colosales!, ¡imponentes!, cuyo sistema reproductivo era el de
"gemación". La Civilización lemúrica floreció maravillosa en el
Continente Mu o Lemuria; volcánica tierra en el océano Pacífico.
Después de que la Humanidad hermafrodita se separó en sexos,
transformados por la naturaleza en máquinas portadoras de criaturas,
surgió la cuarta raza raíz sobre el geológico escenario atlante
ubicado en el océano que lleva su nombre.
Atlas, el mas antiguo de los astrólogos, fue su Rey. . . La mente
poética de los Hijos de la Hélada le fungió por eso cual gigante que
sustentaba sobre sus espaldas, y no sobre su mente poderosa, a la
máquina celeste.
Sus hijos, los Titanes, pretendieron escalar el Cielo. . . mas Dios
les confundió y una noche la mar y el trueno rebramaron. Trémula
trepidó Europa, y despierta por el estruendo, no vio ya al mundo
hermano. . . Sólo el Teide quedó para decir a la humanidad: ¡Aquí
fue en un tiempo Atlántida la famosa.!
Ahora bien, nuestra actual quinta raza raíz, las multitudes arias
que habitan sobre la faz de la Tierra, separada de su tallo padre
(los atlantes), tiene ya algo más de un millón de años de existencia
y se encuentra en vísperas de su aniquilación total.
Cada raza raíz tiene siete sub-razas, cada sub-raza posee, a su vez,
siete ramificaciones que pueden llamarse "ramas" o "razas de
familia"; las pequeñas tribus, retoños y brotes de estas últimas son
innumerables y dependen de la acción del Destino.
La Isla de Cristal, el Aztlán azteca, es, pues, el Paraíso Terrenal,
la Tierra de nuestros Mayores. Allí moran los antepasados de todas
las razas humanas.
CAPITULO VII
ATLANTIDA
Existe en el códice Borgia la figura de Atlanteotl, que carga sobre
sus hombros al agua celeste exactamente como el Atlas griego, al que
estamos acostumbrados a dar prioridad como símbolo.
Huelga decir, en gran manera y sin mucha prosopopeya, que el
legendario Atlas griego es copia fidedigna del heroico Atlanteotl
maya y azteca.
Suprimida con delicado refinamiento intelectivo la desinencia "otl"
de aquel luciente nombre, renglones arriba citado, resalta entonces
la palabra Atlante.
Atlante-otl, siendo esta palabra por sus raíces explicada, sólo nos
resta decir con gran énfasis que esto no es cuestión de vanas
etimologías empíricas, arbitrariamente seleccionadas, ni de meras
Coincidencias, como suponen siempre los ignorantes ilustrados.
Extraordinarias y legítimas concordancias lingüísticas, explicables
sólo merced al tronco atlante común de los pueblos americanos y
mediterráneo-semitas. Incuestionablemente, éstos y aquéllos tienen
sus raíces en la Tierra encantada de Olisis, la Atlántida sumergida
ahora en el mar de las tinieblas, vaho sombrío de leyendas de
horror, de naufragios pavorosos y de viajes sin retorno.
¡Mar inmenso que en Gibraltar, más allá de las Columnas de Hércules,
tiendes proceloso tu onda infinita de misterios infranqueables para
los navegantes. . !
¡La leyenda trágica llena tu espacio con el poder colectivo de las
generaciones que así te han contemplado y el poeta escucha en la voz
de tus olas inmensas el rumor de tus tragedias y el crujido de tus
mundos sepultados. . .!
¡La Atlántida!, ese vasto continente desaparecido que se tenía como
un ensueño de poeta, una creación de la divina mente de Platón, y
nada más, existió realmente.
"La intuición del poeta es la visión del genio", el que la niega es
porque no puede ver con su poder inmenso.
"Los sabios sólo son grandes cuando llegan a ser poetas", cuando
sobreponiéndose al detalle, sienten las armonías que laten en el
fondo de todo lo existente y que pueden arrebatarnos a esferas
superiores.
Así es como el autor de Las Metamorfosis de las Plantas pudo
escribir su Fausto, el de la Filogenia alzar su Credo, Humboldt
hacer su Cosmos y Platón, el Divino, su Timeo y su Critias, como Poe
con su Eureka, poetas todos de la Vida Universal que no es sino el
Hálito de lo oculto.
¿Ves ese mar que abarca la Tierra de polo a polo?, -le dice a
Cristóbal Colón su Maestro- un tiempo fue el Jardín de las
Espérides. Aún arroja el Teide reliquias suyas, rebramando
tremebundo cual monstruo que veía en campo de matanza.
Acá luchaban Titanes, allí florecían ciudades populosas. . . Hoy, en
marmóreos palacios, congréganse las focas, y de algas se visten los
prados donde pacían las ovejas.
H. P. B. en las Estancias antropológicas, números 10, 11 y 12, dice
textualmente lo siguiente:
"Así, de dos en dos, en las siete zonas, la tercera raza (los
lemures) dio nacimiento a la cuarta (los atlantes)."
"Los Suras o Dioses (Hombres perfectos) se convirtieron en Asuras,
en No Dioses (gente pecadora).''
"La primera, en cada zona, era del color de la Luna; la segunda,
amarilla como el oro; la tercera roja y la cuarta de color castaño
que se tornó negro por el pecado."
"Crecieron en orgullo los de la tercera y cuarta (subrazas atlantes)
diciendo: "Somos los Reyes, somos los Dioses."
"Tomaron esposas de hermosa apariencia de la raza de los "aún sin
mente" o de "cabeza estrecha", engendrando monstruos, demonios
maléficos, hombres machos y hembras y también Khados con mentes
pobres."
"Construyeron templos para el cuerpo humano, rindiendo culto a
varones y hembras. Entonces cesó de funcionar su Tercer Ojo (el Ojo
de la Intuición y de la Doble Vista)."
"Fuegos internos habían destruido la Tierra de sus Padres (la
Lemuria) y el agua amenazaba a la cuarta raza (la Atlántida). . ."
"Las primeras grandes aguas vinieron y sumergieron a las siete
grandes islas. . . Los buenos todos fueron salvados y los malos
destruidos. . ."
"Pocos hombres quedaron: algunos amarillos, algunos de color castaño
y negro y algunos rojos. Los del color de la Luna (los Tuatha)
habían desaparecido para siempre."
"La quinta raza (la humanidad que actualmente puebla la faz de la
Tierra, incluyendo a los mayas, incas, quichés, toltecas, nahoas,
aztecas de la América pre-hispánica), gente toda producida del
tronco Santo (el Pueblo elegido salvado de las aguas), quedó y fue
gobernada por los primeros Reyes Divinos. "
"Las Serpientes (Dragones de la Sabiduría o Rishis) volvieron a
descender e hicieron las paces con los hombres de la raza quinta, a
quienes educaron e instruyeron. . . "
A continuación paso a transcribir la traducción de un manuscrito
maya que es parte de la famosa colección de Le Plongeon, los
manuscritos de Troano, y que pueden verse en el Museo Británico:
"En el año 6 de kan, el 11 muluc, en el mes de zrc, ocurrieron
terribles terremotos que continuaron sin interrupción hasta el 13
chuen. El país de las lomas de barro, la tierra de Mu, fue
sacrificada."
"Después de dos conmociones, desapareció durante la noche, siendo
constantemente estremecida por los fuegos subterráneos que hicieron
que la tierra se hundiera y reapareciera varias veces y en diversos
lugares, Al fin, la superficie cedió y diez países se separaron y
desaparecieron. Se hundieron 64 millones de habitantes 8.000 años
antes de escribirse este libro."
En los archivos antiquísimos del antiguo Templo de Lhassa, Tibet,
puede verse una antigua inscripción caldea escrita unos 2.000 años
antes de Cristo y que a la letra dice:
"Cuando la estrella Bal cayó en el lugar donde ahora sólo hay mar y
cielo (el océano Atlántico), las siete ciudades con sus puertas de
oro y templos transparentes temblaron y se estremecieron como las
hojas de un árbol movidas por la tormenta."
"Y hé aquí que una oleada de fuego y de humo se elevó de los
palacios; los gritos de agonía de la multitud llenaban el aire."
"Buscaron refugio en sus templos y ciudadelas y el sabio Mú, el
Sacerdote de Ra-Mú se presentó y les dijo: '¿No os predije esto?' Y
los hombres y las mujeres cubiertas con piedras preciosas y
brillantes vestiduras, clamaron diciendo:"
"¡Mú, sálvanos!' Y Mú replicó: 'Moriréis con vuestros esclavos y
vuestras riquezas, y de vuestras cenizas surgirán nuevas naciones. Y
si ellos (refiriéndose a nuestra actual raza aria) se olvidan de que
deben ser superiores no por lo que adquieren sino por lo que dan, la
misma suerte les tocará."
"Las llamas y el humo ahogaron las palabras de Mú y la tierra se
hizo pedazos y se sumergió con sus habitantes en las profundidades
del mar en unos cuantos meses."
¿Y qué podrían ahora exclamar nuestros amables críticos ante estas
dos historias, una del Tibet oriental y otra de Mesoamérica que en
forma específica relatan ambas la misma catástrofe?
Además de tan extraordinarias similitudes, si de verdad anhelamos
más evidencias, es obvio entonces que debemos apelar a la Filología.
Resulta palmario y manifiesto que el Viracocha peruano es
ciertamente el Viraj, Varón Divino, Kabir o Logos de los hindúes, el
Inca, palabra ésta que al escribirse con las sílabas invertidas
puede leerse Caín (Sacerdote-Rey).
Por eso, no son de extrañar las infinitas conexiones intrínsecas que
la Doctrina y los hechos de los primeros incas guardan con toda la
Iniciación oriental.
Evidentemente, el gran historiador romano César Cantú liga
sabiamente a los primeros incas con los mongoles o shamanos
antiquísimos, lo que equivale a decir que en eso de la inopinada
presentación del Manú del Norte o Manco Capac, y de su noble
compañera (Coya o laco), se dio acaso la milagrosa circunstancia que
inteligentemente nos hace notar H. P. B., relativa al fenómeno
teúrgico de esos Seres puros o shamanos que suelen prestar su cuerpo
físico a los Genios de los mundos suprasensibles con el evidente
propósito de ayudar a la humanidad; portento éste que en modo alguno
debe confundirse con el mediumnismo de tipo espiritista.
El inefable Tao chino es el mismo Deus latino, el Dieu francés, el
Theos griego, el Dios español y también el Teotl nahua, azteca.
El Pater latino, incuestionablemente y en forma irrebatible, resulta
ser el mismo Father inglés, el Vater alemán, el Fader sueco, el
mismísimo Padre español y, por último, el Pa o Ba indoamericano.
La dulce Mater del latín, indubitablemente es la misma Matrusa, la
Mere francesa, la Mother inglesa, la noble Madre española y también
la Na o Maya en maya o quechua.
Extraordinarias similitudes lingüísticas que señalan e indican algo
más que mera ostentación, pavonada o boato etimológico.
Al llegar a estas profundidades de la Etimología alma de la Historia
y una de las más poderosas claves de la Gnosis, jamás podríamos
dejar de recordar aquella famosa frase del Idioma ritual maya que a
la letra dice: ¡Eli, Eli, lacma sabatani! y que los cuatro
evangelistas interpretan esotéricamente en cuatro formas diferentes.
En forma extraordinaria el gran Kabir pronunció tal frase en la
cumbre majestuosa del Calvario.
"Ahora hundirme en la prealba de tu Presencia" es indudablemente su
sentido en idioma maya.
Incuestionablemente, el gran Hierofante Jesús aprendió el naga y el
maya en el Tibet oriental y esto está demostrado.
En el sagrado Monasterio de Lhassa. en el Tibet, existe todavía un
libro que textualmente dice lo siguiente:
"Jesús se convirtió en el más proficiente Maestro que haya estado
sobre la Tierra."
Un sabio escritor ha dicho:
"Está establecido históricamente que la Ciencia- Religión conocida
por Cristo en Egipto, la India y el Tibet, era Maya."
"Existió un profundo Ocultismo Maya, conocido sin una duda por
Cristo, quien eligió sus símbolos (mayas) como sustentación de sus
ideas de amor fecundante.
"Ya no puede suponerse casualidad que haya elegido a la cruz maya, a
la trinidad y a los doce apóstoles, como así también, a otros muchos
símbolos, para sustentar el inmenso sentido científico religioso de
sus prédicas."
Es ostensible que los mayas-atlantes trajeron su Religión a
Mesoamérica.
Es indubitable que ellos colonizaron al Tibet, Babilonia, Grecia,
India, etc. No hay duda de que el lenguaje ritual del Kabir Jesús
fue maya.
Todo esto puede explicarse integralmente merced al tronco atlante,
común a los pueblos americanos y mediterráneo-semitas.
Las tribus de Anahuac, como todas las otras tribus de Indoamérica,
vinieron de la Atlántida y jamás del Norte como suponen siempre
algunos ignorantes ilustrados.
Aquellos intonsos que enfatizan la idea de que las tribus de
Indoamérica vinieron del Continente Asiático pasando por el famoso
Estrecho de Bering, están absolutamente equivocados porque ni en
Alaska ni mucho menos en el mencionado Estrecho existe el menor
vestigio del paso de la Raza humana por ahí.
CAPITULO VIII
LA SERPIENTE SAGRADA
En las Doctrinas religiosas de los gnósticos es donde puede verse
mejor el verdadero significado del Dragón (Lucifer), de la
Serpiente, del Chivo y de todos esos símbolos de los Poderes
llamados ahora del mal.
Jesús, el gran Kabir, jamás hubiera aconsejado a sus discípulos que
se mostrasen tan sabios como la Serpiente si ésta hubiera sido un
símbolo del Demonio; ni tampoco los Ophitas, los sabios gnósticos
egipcios de la Fraternidad de la Serpiente, hubieran reverenciado a
una culebra viva en sus ceremonias como emblema de la Sabiduría, la
Divina Sophía.
La Serpiente azteca aparece infaliblemente en situaciones insólitas
que trastornan completamente su determinismo orgánico: la cola,
reemplazada por una segunda cabeza en actitudes extraordinarias, que
al levantarse por encima del lodo de la tierra sirve de base para el
desarrollo ígneo.
Continuamente, el cuerpo de la Víbora en las culturas de Anahuac, se
encuentra modificado por una acción inusitada que imprime un cambio
radical a su naturaleza original.
Ora sea la doble cabeza que recuerda con entera claridad a la figura
en círculo, en aquel trance gnóstico de devorar su propia cola, que
es una síntesis extraordinaria del Mensaje maravilloso del Señor
Quetzalcoatl; ora la posición vertical que ilustra la idea maya o
nahua de la Víbora divina devorándose al Alma y al Espíritu del
hombre o, en fin, las llamas sexuales consumiendo al Ego animal,
aniquilándolo, reduciéndolo a cenizas.
La serpiente o Logos salvador inspira al hombre para que reconozca
su identidad con el Logos y así retorne a su propia Esencia, que es
ese Logos.
Las aguas del Abismo engendraron un viento impetuoso (similarmente,
la Serpiente con su silvo); éste levantó a las aguas que llegaron a
entrar en contacto con el Espíritu y la Luz. Y la Serpiente invadió
a la materia caótica y engendró al hombre, mezcla así de los tres
principios.
El único pensamiento de la Luz superior es poder recuperar a sus
partículas perdidas.
Y como la Matriz caótica quiere y conoce sólo a la Serpiente, el
Logos luminoso tomó su forma para rescatar a la Luz fundida en las
tinieblas; para ello el Hombre Perfecto descendió al seno de una
Virgen, y no sólo sufrió conociendo los misterios vergonzosos de la
Matriz, sino que después se levantó y bebió de la Copa del Agua Viva
que debe beber todo el que quiera despojarse de la forma de esclavo
y vestir la Vestidura Celeste.
La Serpiente sagrada o Logos Salvador duerme acurrucada en el fondo
del Arca, en acecho místico, aguardando el instante de ser
despertada.
Quienes estudian Fisiología esotérica a lo nahua o a lo indostán,
enfatizan la idea trascendental de un centro magnético maravilloso,
ubicado en la base de la columna vertebral a una distancia media
entre el orificio anal y los órganos sexuales.
En el centro del chacra hay un cuadrado amarillo invisible para los
ojos de la carne pero perceptible para la clarividencia o sexto
sentido; tal cuadrado representa, según los hindúes, al elemento
tierra.
Se nos ha dicho que dentro del citado cuadrado existe un Yoni o
Uterus, y que en el centro del mismo se encuentra un Lingam o Phalus
erótico en el cual se halla enroscada la serpiente, misteriosa
energía psíquica llamada Kundalini,
Los Textos tántricos del Asia describen a Kundalini así: "Luminosa
como el relámpago, brillando en el hueco de este loto (o centro
magnético) como una cadena de luces brillantes."
La estructura esotérica de tal Centro magnético, así como su
posición insólita entre los órganos sexuales y el ano, dan
basamentos sólidos e irrefutables a las Escuelas tántricas de la
India y del Tibet.
Es incuestionable que sólo mediante el Sahaja-Maithuna (magia
sexual) puede ser despertada la Serpiente.
Es ostensible que cuando la Víbora sagrada despierta para iniciar su
marcha a lo largo del canal medular espinal del organismo humano,
emite un sonido misterioso muy similar al de cualquier culebra
azuzada con un palo.
Indubitablemente, la Serpiente de los grandes Misterios es el
aspecto femenino del Logos, Dios-Madre, la Esposa de Shiva, Isis,
Adonia, Tonantzin, Rea, María, o mejor dijéramos, Ram-Io, Cibeles,
Ops, Der, Flora, Paula, Io, Akka, la gran Madre en sánscrito, la
Diosa de los Lha, Lares o Espíritus de aquí abajo, la angustiada
Madre de Huitzilopochtli, la Ak o Diosa Blanca en turco, la Minerva
calcídica de los Misterios Iniciáticos, la Aka Bolzub del Templo
lunar de Chichen Itzá (Yucatán), etc., etc., etc.
Todavía conservamos un eco perdido de los Misterios antiguos en el
crucero o planta transversal de las iglesias más gloriosas, tales
como la de San Pablo en Roma, en vez de la primitiva forma de nave
(la nave o arca salvadora del Diluvio Universal o catástrofe
atlante, en la que arribaron a los actuales continentes todos los
Noés, Quetzalcoatls, Xisusthrus y Deukaliones). Y por eso también
como lugar sagrado en el hogar, se llamó "calcídico" al corredor
interior que separaba a las demás habitaciones, en la casa griega,
de las consagradas a los huéspedes, como puede verse en Vitrubio, en
Procopio (De Aedificationem), en Becchi (De Calcidio e della Cripta
di Eumaquia) y en los demás tratados de construcción donde se haga
historia de este crucero o efectiva y simbólica tau de los deberes
que la hospitalidad imponía entre los hombres.
La inserción del Phalus vertical dentro del Uterus formal hace Cruz,
y esto es algo que cualquiera lo puede verificar.
Si reflexionamos muy seriamente en esa íntima relación existente
entre la S y la Tau, Cruz o T, llegamos a la lógica conclusión de
que sólo mediante el cruzamiento del Lingam-Yoni (Phalus-Uterus),
con exclusión radical del orgasmo fisiológico, se puede despertar el
Kundalini, la Serpiente ígnea de nuestros mágicos poderes.
Los rayos de Zeus tempestuoso, el que amontona las nubes que hacen
temblar al Olimpo y siembran el terror entre esta pobre humanidad
doliente, forman Cruz.
El Fuego celeste y el Fuego terrestre, el Fohat potencial o virtual
que compone o disgrega, engendra o mata, vivifica o desorganiza,
hace Cruz.
Hijo del Sol que lo genera, servidor del hombre que lo libera y lo
mantiene, el Fuego divino caído, decadente, aprisionado en la
materia, determina revoluciones insólitas, extraordinarias, y dirige
su redención. Es Jesús en su Cruz imagen maravillosa de la radiación
ígnea encarnada en toda la Naturaleza.
Es el Agnus inmolado desde la Aurora del Gran Día, y es, también, el
famoso Huehueteotl, el Dios Viejo del Fuego, el cual se representa
en la antigua cultura teotihuacana como un anciano cargado de años y
que soporta sobre su cabeza milenaria un enorme brasero.
Incuestionablemente, el Dios del Fuego sexual representa a una de
las más antiguas tradiciones de los pueblos maya y nahua, es la
Deidad del centro en relación directa con los cuatro puntos
cardinales de la Tierra, así como el brasero sagrado para encender
la hoguera en el centro de la morada y del Templo azteca, y por eso
es muy normal ver en los Hierofantes del Dios de la Llama la mística
figura de la santa Cruz, que también se encuentra ornando los
incensarios llamados tlemaitl- manos de fuego- con que los
Sacerdotes incensaban a los Dioses Santos.
Ostensiblemente, un Dios tan antiguo como éste, muy similar a Agni,
el deiduso védico del fuego, tiene también muy variadas
advocaciones. Se le llama Xiuhtecutli, cuyo hondo significado es:
Señor del Año, Señor de la Hierba, Señor de la Turquesa, ya que esa
palabra, xihuitl, con una pronunciación un poco variada,
incuestionablemente significa estas tres cosas y se le ve en los
diversos panteones de Mesoamérica bajo esta advocación.
Representado tal deiduso así, en modo alguno resulta extraño que
lleve en su cabeza una especie de mitra azul formada
inteligentemente por un precioso mosaico de turquesas, que era
característica muy especial de los poderosos Reyes de la gran
Civilización mexicana.
Su nahual o disfraz esotérico es la Xiuhcoatl o sea la Serpiente de
Fuego (Kundalini), que se caracteriza porque lleva exactamente sobre
la nariz un precioso cuerno decorado con siete estrellas inefables.
En la concepción nahoa y maya, la swástica sagrada de los grandes
Misterios estuvo siempre definida como la cruz en movimiento; es el
Nahui Ollin nahua, símbolo sagrado del Movimiento Cósmico.
Las dos orientaciones posibles de la swástica representan claramente
a los principios masculino y femenino, positivo y negativo de la
naturaleza.
Dos swásticas de una y otra dirección, exactamente superpuestas,
forman indubitablemente la Cruz potenzada, y en este sentido
representan a la conjunción erótica de los dos sexos.
Según la Leyenda azteca, fue una pareja, un hombre y una mujer, los
que inventaron el Fuego, y esto sólo es posible con la Cruz en
movimiento.
INRI, Ignis Natura Renovatur Integram (El fuego renueva
incesantemente a la Naturaleza).
CAPITULO IX
LA CRUZ DE SAN ANDRES
Andrés, el eremita, pescador con humildad, servía al Christus Juan
cuando entonces se convirtiera en discípulo del gran Kabir Jesús.
El crístico Evangelio de la Humanidad Solar nos dice, en efecto, que
al iniciar el Gran Ser su esotérica misión fue a Cafarnaum, ciudad
marítima de Galilea de la que el Profeta Isaías había dicho: "Pueblo
que estaba en las tinieblas, vio una gran luz, y luz les nació a
cuantos en sombra de muerte moraban en la Tierra." (Mateo IV,16)
Yendo entonces el Logos Solar por la ribera del mar, del lago, tomó
como discípulos primeros a los pescadores Pedro y Andrés, "para
hacerlos pescadores de hombres." (Mateo IV, 19)
Andrés asistió a Jesús, el gran Sacerdote gnóstico, en la milagrosa
pesca del lago Genesareth o Jainesareth -el simbólico lago jina-
donde el Fuego sagrado realizara tantos portentos.
Escritas están con palabras de oro en el Libro de la Vida varias
resurrecciones y milagros realizados por Andrés después de la muerte
del gran Kabir.
Dice la leyenda de los siglos que en Nicea, izquierdos, tenebrosos y
siniestros, merodeaban por ahí siete demonios que asesinaban a los
viajeros. Ante el veredicto solemne de la opinión pública, Andrés,
después de convertirlos en perros, les expulsó de todos esos
contornos.
El extraordinario suplicio de Andrés, lleno de y portentos, hizo muy
célebre a la Cruz en X, sobre la cual en forma despiadada había
atado sus miembros separados.
Indubitablemente y sin exageración alguna, podemos y debemos afirmar
solemnemente que esta X simbólica, que es ciertamente una K griega,
fue, es y será siempre, uno de los símbolos más valiosos del
esoterismo crístico.
Muchas Hermandades místicas adoptaron el mágico signo de Andrés. X
-Chréstos-, el Pez, etc.
Ostensiblemente, Andrés fue específicamente aceptado por las
esotéricas Fraternidades de Escocia. No está demás, en este Mensaje
de Navidad 1974-1975, afirmar en forma enfática que tales
Instituciones tienen al "cardo" como planta simbólica, y , eso está
demostrado.
Incuestionablemente, en Escocia existieron durante muchos siglos las
diversas Fraternidades ocultistas; de San Andrés del Cardo.
Ostensiblemente, Andrés fue específicamente aceptado por las
esotéricas Fraternidades de Escocia.
Se ha repetido muchas veces que hombres extraordinarios: Thomás de
Kempis, Geber, Raimundo; Nicolás Flamel, Sendivogius, Alberto el
Grande, Santo Tomás de Aquino, Wigelius, Roger Bacon,
Mathia Kornax, Paracelso, Arnaldo de Villanova y muchos otros,
fueron miembros activos de Fraternidades similares.
Si el inmaculado Cordero de Dios que borra los pecados del mundo
carga la simbólica Cruz sobre su oriflama, como el Hierofante Jesús
sobre su sangrante espalda, sosteniéndola valientemente con la pata,
tal como se ve en algunas imágenes religiosas, es porque tiene el
signo sagrado incrustado vivamente en la misma pata.
Quienes reciben al Espíritu inefable del Fohat sagrado, que lo
llevan en sí y que son debidamente marcados por su signo glorioso,
ciertamente y en nombre de la verdad, diremos que nada tienen que
temer del fuego elemental.
Estos son los auténticos Hijos del Sol, los verdaderos discípulos de
Helías, que tienen por guía al Astro de sus antepasados.
El signo de la Cruz, sublime monograma del Cristo Señor nuestro, del
que la Cruz de San Andrés y la milagrosa Llave de San Pedro son dos
réplicas maravillosas de igual valor alquimista y kabalista, es,
pues, la marca capaz de asegurar la Victoria a los Trabajadores de
la Gran Obra.
En el cruzamiento central de la Cruz de Palenque está colocado el
Arbol de la Vida de la Kábala hebraica; éste es un verdadero
prodigio del antiguo México.
Indubitablemente, el Arbol de la Ciencia del Bien y del Mal y el
Arbol de la Vida comparten sus raíces.
No olvidemos jamás que alrededor de la resplandeciente Cruz vista en
el mundo astral por Constantino, aparecieron aquellas palabras
proféticas que entonces gozoso hiciera pintar en su labarum: "In hoc
signo vinces," Vencerás por este signo.
La Cruz sexual -símbolo viviente del cruzamienlo del lingam-Yoni
tiene la huella inconfundible y maravillosa de los tres clavos que
se emplearon para inmolar al Cristo-materia, imagen de las tres
purificaciones por el hierro y por el fuego, sin las cuales el Señor
Quetzalcoatl en México no hubiera podido lograr la resurrección.
La Cruz es el jeroglífico antiguo, alquímico, del crisol (creuset),
al que antes se llamaba en francés cruzol, crucible, croiset.
En latín, crucibulum, crisol, tenía por raíz, crux, crucis, cruz. Es
evidente que todo esto nos invita a la reflexión.
Es en el crisol donde la materia prima de la Gran Obra sufre con
infinita paciencia la Pasión del Señor.
En el erótico crisol de la Alquimia sexual muere el Ego y renace el
Ave Fénix de entre sus propias cenizas.
INRI, In Necis Renascor Integer. En la muerte renacer intacto y
puro.
"Sórbida es la muerte con victoria. ¿Dónde está, ¡oh muerte!, tu
aguijón? ¿Dónde, ¡oh sepulcro!, tu victoria?"
Roger Bacon, en su monumental Obra titulada Azoth (libro por cierto
muy similar al Azug de la poderosa sabiduría oriental) presenta en
un grabado trascendental al primer estadio del proceso alquímico por
medio de un cadáver descompuesto acostado en la retorta maravillosa
de la Alquimia.
El resplandeciente Sol, la pálida Luna y los diversos mundos de
nuestro Sistema Solar de Ors, con todos esos signos alquímicos que
por naturaleza les corresponden, dominan íntegramente la escena.
Resulta extraño ver a aquel cadáver levantando la cabeza como
queriendo resucitar de entre los muertos.
El negro cuervo de la Alquimia sexual separa la carne de los huesos
mientras la Esencia anímica abandona el cuerpo.
Esta imagen del profano muerto, resucitando luego a la Iniciación, a
lo Real, es, fuera de toda duda y sin ambages, un símbolo osirio
extraordinario.
"La carne abandona los huesos." Litúrgica frase de las Fraternidades
de San Andrés del Cardo y similares.
Aniquilación del querido Ego en el laboratorium oratorium del Tercer
Logos es el hondo significado de las torturas de Andrés en la
terrible X.
Terrorífica muerte indispensable que jamás realizarse podría con
ningún fuego vulgar.
Obviamente y sin ningún arte, para esta labor se requiere la ayuda
extra de un agente oculto, de un fuego secreto de tipo sexual, el
cual, para dar una idea de su forma, se parece más a un agua que a
una llama.
Este fuego, o esta agua ardiente, es la chispa vital comunicada por
el Logos a la materia inerte, es el Fohat divinal encerrado en todo
lo creado, el Rayo ígneo, el Kundalini, la Serpiente sagrada de
la Sabiduría de Anahuac, ascendiendo por el canal medular espinal
del Adepto.
Conexión del Lingam-Yoni sin eyaculación del ens seminis es
ciertamente la clave específica mediante la cual Adam y Eva pueden
despertar a la Serpiente de Saturno en su anatomía oculta.
Incuestionablemente, la lectura muy atenta de Artephius de Pontano y
de la Obra titulada Epístola de Igne Philosophorum, resulta muy
oportuna porque en esas páginas inmortales el lector podrá encontrar
valiosas indicaciones sobre la naturaleza y las características
completas de este "Fuego acuoso" o de esta "Agua ígnea".
En los empedrados patios de los augustos y sagrados Templos de
Anahuac, los candidatos a la Iniciación humana y solar, hombres y
mujeres, en mutuo intercambio de caricias, realizaban la conexión
del Lingam-Yoni, phalus-uterus, retirándose luego del coito químico
sin eyacular el ens seminis (la entidad del semen). Así lograban el
despertar de la saturnina Serpiente.
La transmutación sexual del ens seminis en energía creadora es
ciertamente el axioma fundamental de la Ciencia Hermética.
La bipolarización de este tipo extraordinario de energía dentro del
organismo humano fue desde los antiguos tiempos analizada muy
cuidadosamente en los Colegios iniciáticos de México, Perú, Egipto,
Yucatán, Grecia, India, Tibet, Fenicia, Persia, Caldea, Troya,
Cartago, etc., etc., etc.
El ascenso milagroso de la energía seminal hasta el cerebro se hace
posible gracias a cierto par de cordones nerviosos que en forma de
ocho se desenvuelven a derecha e izquierda de la espina dorsal.
En la Filosofía china este par de cordones son conocidos con los
nombres de Yin y Yang, siendo el Tao el sendero del medio, el canal
medular, la vía secreta por donde asciende la culebra.
Es obvio que el primero de estos canales es de naturaleza lunar; es
ostensible que el segundo es de tipo solar.
Cuando los átomos lunares y solares hacen contacto en el triveni,
cerca del cóxis, despierta la Serpiente ígnea de nuestros mágicos
poderes.
Los kabalistas hebreos nos hablan del misterioso Daath que aparece
en el Arbol de la Vida, al cual nunca se le asigna ni nombre divino
ni hueste angélica de ninguna especie y que tampoco tiene ningún
signo mundano, planeta o elemento.
Daath, el sephira secreto del misterio hebreo, se produce por la
conjunción de Abba, el Padre que está en secreto, y de Ama, la Madre
suprema.
El Padre y la Madre, Osiris e Isis, están perpetuamente unidos en
Yesod, el fundamento, la novena sephira, el sexo, pero ocultos por
el misterio de Daath o conocimiento tántrico, el cual se procesa con
el sahaja maithuna (magia sexual).
Entre estos dos aspectos bipolares de la Creación -nuestro Padre que
está en secreto y nuestra Divina Madre Kundalini- se va tejiendo y
destejiendo el Telar de la Vida.
Cuenta la leyenda de los siglos que cuando Sémele la madre de
Dionysos, vio a Zeus, su divino amante, en forma divina como el
rayo, ella se quemó y estalló dando nacimiento a su hijo
prematuramente.
Ciertamente, nadie puede ver a Dios cara a cara sin morir. La muerte
del mí mismo, del sí mismo, es indispensable antes de poder
contemplar la faz resplandeciente del Anciano de los Días.
Así como la vida representa un proceso de gradual y siempre más
completa exteriorización, o extraversión, igualmente la muerte del
Ego es un proceso de interiorización graduativa en el que la
conciencia individual, la Esencia pura, se despoja lentamente de sus
inútiles vestiduras, al igual que Ishtar en su simbólico descenso,
hasta quedar enteramente desnuda y despierta en sí misma ante la
Gran Realidad de la Vida libre en su movimiento.
Indubitablemente, para que la Luz, que constituye la Esencia anímica
embotellada ahora entre el Ego animal, comience a brillar,
centellear y resplandecer, debe liberarse. Mas en verdad os digo que
esto sólo es posible pasando por la terrible aniquilación budhista:
disolviendo al Yo, muriendo en sí mismos.
La energía sexual es ciertamente un poder tremendo, explosivo en
alto grado, maravilloso. Aquél que aprenda a usar el arma erótica,
la Lanza de los pactos mágicos, podrá reducir a polvareda cósmica al
Yo de la Psicología.
No está demás afirmar solemnemente que la lanza como emblema
ocultista de la fuerza sexual, viril, juega un gran papel en
numerosas leyendas orientales por ser el instrumento de salvación y
de liberación, que blandida inteligentemente por el asceta gnóstico
le permite reducir a cenizas a todo ese conjunto de elementos
indeseables que forman al Ego, al mí mismo, al sí mismo.
Longinus, en la Pasión de nuestro Señor el Cristo, desempeña el
mismo papel esotérico que San Miguel y San Jorge.
Incuestionablemente, Cadmo, Perseo y Jasón, hacen oficio similar
entre los paganos.
Ensartar al Dragón o atravesar de un lanzaso el costado de Cristo,
cual los Caballeros celestes o los Héroes griegos, suele ser algo
profundamente significativo.
La Cruz de San Andrés y el Asta Santa alegorizan íntegramente a todo
el trabajo de la aniquilación budhista.
Y al citar con profunda veneración a la Cruz de San Andrés y a la
Pica Santa, jamás cometeríamos el error imperdonable de olvidar al
Santo Grial.
Las cráteras sagradas de todas las religiones representan al órgano
sexual femenino de la generación y también de la regeneración y que
corresponde ciertamente al Vaso cosmogónico de Platón, a la Copa de
Hermes y de Salomón y a la Urna bendita de los antiguos misterios.
La madre de nuestra carne o la mujer de la serpiente es célebre en
las tradiciones mexicanas que la representan caída de su estado
primitivo de dicha y de inocencia.
Según los libros de Zoroastro, el primer hombre y la primera mujer
fueron creados puros y sometidos a Ormuz, su Hacedor. Ahrimán los
vio y se sintió celoso de su felicidad. Los abordó en forma de
culebra, les presento unos frutos y los convenció de que era él
mismo el creador del universo entero. Le creyeron, y desde entonces
su naturaleza se corrompió totalmente.
Los monumentos y las tradiciones de los hindúes confirman la
historia de Adam y Eva y de su caída. Esta tradición existe asimismo
entre los budhistas tibetanos y era enseñada por los chinos y los
antiguos persas.
El pecado original es, pues, la raíz del Ego, la causa causorum del
mí mismo, del sí mismo.
Las expiaciones que se celebraban entre diversos pueblos para
purificar al niño a su entrada en esta vida constituyen de hecho un
pacto de magia sexual.
En Yucatán, México, se llevaba al niño al templo, donde el Sacerdote
derramaba sobre su cabeza el agua destinada al bautismo y le daba un
nombre. En las Canarias, las mujeres desempeñaban esta función en
lugar de los sacerdotes.
Adam y Eva aparecen siempre separados por el tronco del árbol
paradisíaco. En la mayoría de los casos, la serpiente, enrollada en
torno a aquél, se representa con cabeza humana.
Sólo mediante el pleno cumplimiento del pacto mágico-sexual del
Sacramento del Bautismo es posible aniquilar al pecado original para
retornar al Paraíso.
Yakin y Boaz, Urim y Thummim, Apolo y Diana, son ciertamente las dos
columnas torales del Templo de la Sabiduría.
En medio de las dos columnas del Templo se encuentra el Arcano
A.Z.F., la clave de la Gran Obra.
Goethe, adorando a su Divina Madre Kundalini, la Serpiente sagrada
que asciende por el sendero Tao (la médula espinal), exclamaba lleno
de éxtasis:
"Virgen pura en el más bello sentido, madre digna de veneración,
reina elegida por nosotros y de condición igual a los Dioses. . ."
Anhelando morir en sí mismo, aquí y ahora, aquél gran Iniciado,
durante la cópula metafísica, después de haber comprendido en forma
íntegra cualquier error psicológico, gritaba con todas las fuerzas
de su alma:
"Flechas, traspasadme; lanzas, sometedme; mazas, heridme. Todo
desaparezca, desvanézcase todo. Brille la estrella perenne, foco del
eterno amor."
Comprender y eliminar, he ahí la clave de la Cruz de San Andrés. Así
es como vamos muriendo de instante en instante. . .
No es posible eliminar radicalmente un defecto psicológico sin antes
haberlo comprendido íntegramente en todos los niveles de la mente.
Durante el coito químico, Devi Kundalini, nuestra Madre Cósmica
particular, individual, puede y debe empuñar la Pica santa, el Asta
de Minerva, la Lanza de Aquiles, el Arma de Longinus, para destruir
al defecto psicológico que realmente hayamos comprendido.
"Pedid y se os dará, golpead y se os abrirá."
Dice la leyenda de los siglos que el Señor Quetzalcoatl en vísperas
de su caída, decía: "Mis casas de ricas plumas, mis casas de
caracoles, dicen que yo he de dejar."
"Lleno entonces de alegría, mandó a traer a la reina, a la estera
preciosa."
"-Id y traed con vosotros a la reina Quetzalpetlatl (la Eva de la
Mitología hebraica), la que es deleite de mi vida, para que juntos
bebamos, bebamos hasta embriagarnos."
"Fueron los pajes hasta el Palacio de Tlamachuayan y de allí a la
reina trajeron."
"-Señora reina, hija mía, nos manda el rey Quetzalcoatl que te
llevemos a él, quiere que con él goces. "
"Ella les responde: -Iré."
"Cuando Quetzalpetlatl llega, va a sentarse junto al rey; le dieron
de beber cuatro veces y la quinta en honor de su grandeza."
"Y cuando estuvo embriagada comenzaron a cantar los magos y se
levantó titubeante el mismo rey Quetzalcoatl y le dijo a la princesa
en medio de cantos: -Esposa, gocemos bebiendo de este licor." (Se
refiere al licor de la lujuria.)
"Como estaban embriagados nada hablaban ya en razón." (El lujurioso
no entiende razones.)
"Ya no hizo el rey penitencia, ya no fue al baño ritual, tampoco fue
a orar al templo. Al fin el sueño les rinde. Y al despertar otro
día, los dos se pusieron tristes, se les oprimió el corazón."
(En la Mitología hebraica se dice que Adam y Eva también se pusieron
muy tristes después de haber comido del fruto prohibido y fueron
abiertos los ojos de ambos, y conocieron que estaban desnudos,
entonces cosieron hojas de higuera y se hicieron delantales.)
"Dijo entonces Quetzalcoatl: '-Me he embriagado, he delinquido. Nada
podrá ya quitar la mancha que he echado en mí.' Entonces con sus
guardianes se puso a cantar un canto. A la multitud que esperaba
afuera, se le hizo esperar más."
"Mortificado, lloroso, lleno de pena y angustia, al ver que sus
malos hechos eran conocidos ya y sin que nadie lo consolara, ante su
Dios se puso a llorar."
(Esto es textual de la épica nahua y nos invita a meditar.)
Lo que a continuación prosigue es fácil colegir lo si leemos los
siguientes versículos de la Biblia hebraica:
"Y lo sacó Jehovah del huerto del Edén, para que labrase la tierra
de que fue tomado." "Echó, pues, fuera al hombre, y puso al oriente
del huerto del Edén querubines, y una espada encendida que se
revolvía por todos lados, para guardar el camino del Arbol de la
Vida." (Génesis 3, 23-24)
La huida de Quetzalcoatl su salida misteriosa de la Tula
paradisíaca, resulta ciertamente insólita, inusitada...
Dicen que entonces quemó todas sus casas de oro y plata y de conchas
rojas y todos los primores del arte tolteca.
"Obras de arte maravillosas, obras de arte preciosas y bellas, todo
lo enterró, todo lo dejó escondido allá en lugares secretos, o
dentro de las montañas o dentro de los barrancos."
"Riquísimo tesoro inagotable que posteriormente hubo de buscar y
hallar. Riqueza esotérica escondida entre las entrañas de la
tierra."
Místicos párrafos de Anahuac que sabiamente traducidos en términos
gnósticos y alquimistas resultan superlativos.
Reducción metálica del Oro espiritual es la secuencia o corolario
inevitable de toda caída sexual.
Cuando se hace alusión a las Obras de Arte maravillosas, a las Obras
de Arte preciosas y bellas, conviene entonces que estudiemos entre
líneas la gran Epístola Universal de Santiago, el bendito Patrón de
la Gran Obra. (Véase la Biblia hebraica)
Enoch encontró el Tesoro escondido e imperecedero entre las montañas
vivientes del monte Moria. Cada uno de nosotros debe buscar su
Herencia perdida.
El Tesoro jamás se encuentra en la superficie de la Tierra, es
necesario descender al Averno para hallarlo.
"Visita lnteriora Terrae Rectificando Invenies Occultum Lapidem."
(Visita el interior de la tierra que rectificando encontrarás la
piedra oculta.)
Indubitablemente, la Piedra Filosofal y todas esas Gemas preciosas
de la Jerusalem celestial, simbolizando virtudes y poderes cósmicos
trascendentales, constituyen el Tesoro de Quetzalcoatl, nuestra
riqueza íntima particular, que dejamos escondida al salir del Edén y
que debemos buscar dentro de nosotros mismos aquí y ahora.
"Ante el Arbol de la Vejez, el Señor vio su faz, y lleno de infinito
dolor dijo: '-Viejo soy."
"Llegó otra vez a otro sitio y se puso a descansar, se sentó sobre
una piedra y en ella apoyó las manos. Se quedó mirando a Tula y con
esto se echó a llorar."
"Lloraba con grandes sollozos, doble hilo de gotas cual granizo
escurrían. Por su semblante rodaron las gotas y con sus lágrimas la
roca perforó. Las gotas de su llanto que caían la piedra misma
taladraron."
"Las manos que en la roca había apoyado, bien impresas quedaron en
la roca, cual si la roca fuera de lodo y en ella imprimiera sus
manos. Igualmente sus posaderas, en la piedra en que estaba sentado
bien marcadas e impresas quedaron. Aún se miran los huecos de sus
manos allá donde se llama Temacpalco.
En realidad stricto sensu, en la Roca, en la Piedra, en el Sexo,
subyace escondida la Electricidad sexual trascendente que lo mismo
puede esclavizar que liberar al hombre.
Estas notas definitorias nos invitan a la reflexión. . . El fenómeno
quetzalcoatliano resulta siempre asombroso y de actualidad
palpitante.
Ciertamente, no estamos haciendo aclaraciones semánticas, sólo
queremos comentar el Mensaje quetzalcoatliano por vía
fenomenológica.
Dicen que el Bendito, después de haber sufrido mucho, llegó a un
sitio que se llama Puente de Piedra.
"Agua hay en este lugar (el ens seminis), agua que se alza brotando,
agua que se extiende y difunde."
Los antropólogos modernos han interpretado en forma disímil y
desaparejadamente errónea, nada saben sobre el esoterismo de
Anahuac. Desconocen el sentido religioso de estos cantos.
Aunque esto parezca in toto ajeno al Gnosticismo, en el fondo no lo
es y debemos poner gran énfasis en lo siguiente:
"El Bienaventurado volvió al camino que otrora había abandonado."
Dicen que desgajó una roca e hizo un puente y por él pasó a la otra
orilla. Así fue como el gran Avatara de los aztecas reanudó su
camino y llegó a un sitio que se llama "Agua de Serpientes".
Los autores árabes dan a esta fuente el nombre de Holmat y nos
enseñan, además, que sus aguas dieron la inmortalidad al profeta
Elías. Sitúan a la famosa fuente en el Modhallan, término cuya raíz
significa "mar oscuro y tenebroso", indicando con esto al "caos
metálico", esperma sagrado o materia prima de la Gran Obra.
Este conocimiento escapa a los normales análisis racionalistas. Se
trata de enseñanzas de tipo suprarracional que sólo pueden ser
aprehendidas, capturadas, mediante el auxilio de un Gurú.
El "servus fugitivus" que nos hace falta es un "agua mineral y
metálica", sólida y cortante, con el aspecto de una piedra y de
fácil licuefacción.
Esta agua coagulada en forma de masa pétrea es el Alkaest, el
Disolvente universal, el Agua de Serpientes, el Alma metálica del
esperma sagrado, el Mercurio de la Filosofía secreta, resultante
maravillosa de las transmutación sexual.
Los sabios se mostraron siempre muy reservados con relación al
Mercurio filosófico, cuyas fases sucesivas el operador inteligente
puede dirigir a su gusto.
Si la técnica reclama cierto tiempo y demanda algún esfuerzo, como
contrapartida es de una extremada simplicidad. No requiere pericia
alguna ni habilidad profesional, sino sólo el conocimiento de un
curioso artificio que constituye ese "secreto secretorum" que
nosotros, los gnósticos, hemos ya divulgado públicamente: Conexión
del LingamYoni (Falo-Utero) sin derramar jamás en la vida el Vaso de
Hermes.
Karl Meagh dice: "Cuando en el período de la tensión muscular y
antes de la inversión de las corrientes, surge la sensación de la
eyaculación inminente, el fluído seminal será detenido echando la
lengua tan atrás como sea posible y conteniendo la respiración."
"Se recomienda, también, la contracción de los músculos del ano como
si se estuviera practicando el ejercicio de concentración sobre el
Muladhara chakra".
El "alma metálica" del esperma es el Hermes, el Mercurio tintóreo
que lleva en sí al "oro místico", de la misma manera que San
Cristóbal lleva a Jesús y el Cordero su propio vellón.
Fue así, mediante el Mercurio de la Filosofía secreta, como el
bienaventurado Señor Quetzalcoatl regeneró al Oro en su alma y en su
espíritu y en los cuerpos existenciales superiores del Ser.
Inútilmente intentan los tenebrosos hacer que el Bendito regrese al
pasado pecaminoso.
"-De ningún modo me es ahora posible regresar -responde el Señor-,
debo irme."
"-¿Dónde irás Quetzalcoatl?"
"-Voy -les dijo- a la Tierra del color rojo, voy a adquirir saber."
"Ellos le dicen: -¿Y allí qué harás?"
"-Yo voy llamado, el Sol me llama."
"-Muy bien está, deja entonces la cultura tolteca."
"Y el Bendito arrojó al agua sus bienes materiales -las cosas
ilusorias de este mundo-, sus collares de gemas que al momento se
hundieron. Desde aquel tiempo se llama aquel lugar "Agua de ricos
joyeles".
"Avanza un punto más, llega a otro sitio que se llama 'Lugar en
donde duermen'. (El Orco de los clásicos, el Limbus de los
cristianos, aquí y allá el sueño de la conciencia en este Valle de
lágrimas.)"
"Allí sale a su encuentro un adepto de la mano izquierda y le dice:
-¿A dónde vas?"
El Bendito contestó: "-Voy a la Tierra del color rojo, voy a
adquirir Sabiduría."
"-Muy bien, bebe este vino del olvido, yo he venido a traerlo para
ti."
"-No, no puedo, ni siquiera puedo un poco gustar."
"-De fuerza habrás de beber. Tampoco yo puedo dejarte pasar ni
permito que sigas tu camino sin que bebas. Yo tengo que hacerte
beber y aún embriagarte. ¡Bébe pues!"
"Entonces Quetzalcoatl con una caña -pues era un bodhisattva caído-
bebió vino."
"Y una vez que hubo bebido, cayó rendido del camino, comenzó a
roncar en su sueño (durante muchas reencarnaciones, pasando por
indecibles amarguras) y su ronquido se oía resonar desde muy lejos,
cuando al fin (despertó conciencia nuevamente) miraba a un lado y a
otro, se miraba a sí mismo y se alisaba el cabello. De esta razón el
nombre de aquel sitio: 'Lugar en donde duermen."
"De nuevo emprendió el viaje, llegó a la cima que está entre el
Monte Humeante que simboliza al Lingam y a la Mujer Blanca que
simboliza al Yoni- y allí, sobre él y sobre sus acompañantes que
consigo llevaba, sus bufones, sus tullidos -sus agregados psíquicos
o elementos inhumanos-, cayó la nieve y todos congelados se quedaron
muertos."
"Que la carne abandone los huesos" exclamaban los viejos alquimistaS
medievales durante el coito químico.
Esotéricos tormentos de las Fraternidades de San Andrés del Cardo.
Indubitablemente, la Cruz en X es el símbolo maravilloso de la
muerte de todos esos elementos inhumanos que en su conjunto
constituyen el Ego, el Yo.
Alegórico suplicio de San Andrés, torturas espantosas en la Novena
Esfera (región del sexo), remordimientos, aniquilación budhista.
Sólo es posible crear el Oro del Espíritu, o regenerarlo,
aniquilando todos esos bufones, tullidos, agregados psíquicos, que
personifican nuestros defectos.
El Bendito ya cantaba, ya lloraba, y trabajaba con infinita
paciencia en la Forja de los Cíclopes (el sexo).
"Largamente lloró y de su pecho lanzaba hondos suspiros. Fijó la
vista en la Montaña Matizada -la Montaña de la Resurrección- y a
ella se encaminó. Por todas partes iba haciendo prodigios y dejando
señales maravillosas de su paso. (Como otrora los hiciera el gran
Kabir Jesús en la Tierra Santa.)
"Al llegar a la playa, hizo una armazón de serpientes -pues había
logrado el desarrollo completo de los siete grados de poder del
fuego- y una vez formada -completa- se sentó sobre ella y se sirvió
de ella como de un barco."
Esto nos recuerda a Gautama, el Buddha, sentado sobre una Serpiente
al pie del Arbol Bodhi, la Higuera extraordinaria, símbolo magnífico
de la potencia sexual.
Llovía y el agua formando poza, charca, amenazaba ahogarle, pero
Gautama sentado sobre la culebra se sirvió de ella como un barco.
Las constantes que podemos entresacar de diversos textos nos hablan
de la Serpiente ígnea de nuestros mágicos poderes, el aspecto
femenino del Binah hebraico, la Esposa de Shiva, el Tercer Logos, el
Espíritu Santo. Nuestra Madre cósmica particular, que mediante la
eliminación de los elementos inhumanos que llevamos dentro, nos
salva de las aguas tormentosas de la vida.
"El bendito Señor Quetzalcoatl se fue alejando, se deslizó en las
aguas -espermáticas del primer instante- y nadie sabe como llegó al
lugar del color rojo."
Incuestionablemente, el gran Kabir Jesús también llegó a la Tierra
de color rojo cuando le vistieron de púrpura, poniéndole además una
corona tejida de espinas.
Entonces le saludaron irónicamente, diciendo: "-¡ Salve, Rey de los
judíos!" "Y le golpeaban en la cabeza con una caña, y le escupían, y
puestos de rodillas le hacían reverencias."
Efectivamente, es en el crisol sexual, erótico, donde la materia
prima de la Gran Obra, como el Cristo, sufre su pasión. Es en el
crisol de la Novena Esfera donde muere para resucitar después
purificada, espiritualizada, transformada.
En Caldea, los Ziggurats, generalmente torres de tres pisos a cuya
categoría perteneció la famosa Torre de Babel, estaban pintados de
tres colores: negro, blanco y rojo púrpura.
Para dar una idea del alcance extraordinario que en la Filosofía
hermética toma el simbolismo de los colores de la Gran Obra,
observemos que siempre se representa a la Virgen vestida de azul
(equivalente al negro), a Dios de blanco y al Cristo de rojo.
En los sagrados Templos del viejo Egipto de los faraones, cuando el
recipiendario estaba a punto de sufrir las pruebas de la Iniciación,
un Maestro se acercaba a él y le murmuraba al oído esta frase
misteriosa: "¡Acuérdate que Osiris es un Dios negro!"
Evidentemente, éste es el color específico de las tinieblas, de las
sombras cumerías, el del Diablo, a quien se ofrecieron siempre rosas
negras, y también el del Caos primitivo donde todos los elementos se
mezclan y confunden totalmente. El símbolo del elemento tierra, de
la noche y de la muerte radical de todos esos agregados psíquicos
que en su conjunto constituyen el mí mismo.
Indubitablemente, lo mismo que en el Génesis hebraico, el día sucede
a la noche, así también la luz sucede a la obscuridad.
Bienaventurados los que han sido regenerados y lavados por la Sangre
del Cordero (el Fuego sexual), serán siempre vestidos con vestiduras
blancas. . .
En la Tierra sagrada de los faraones, Path, el Regenerador, usaba
siempre túnica de lino blanco para indicar el renacimiento de los
puros, de los que han muerto en sí mismos.
Para la aplicación sistemática de nuestro punto de vista relacionado
con los colores de la materia prima de la Gran Obra, es urgente e
impostergable recordar a nuestros estudiantes gnósticos que antes de
llegar a la Tierra del color rojo, Quetzalcoatl, el Cristo mexicano,
pudo usar con pleno derecho la túnica amarilla.
El color blanco sucede al negro, el amarillo al blanco y el púrpura
de los Reyes sagrados de las Dinastías Solares se sucede siempre al
amarillo. . .
Cuando el Bendito llegó a la Tierra del color rojo, ciñó sobre sus
hombros la púrpura de los Reyes divinos y resucitó de entre los
muertos.
Dicen que entonces se vio en las aguas como en un espejo (el espejo
de la Alquimia). Su rostro era hermoso otra vez (regresó al Paraíso
perdido). Se atavió con los más bellos ropajes y habiendo encendido
una hoguera, en ella se arrojó (el Fuego sexual acabó totalmente con
su Yo psicológico no quedando ni sus cenizas). Y las aves de ricos
plumajes (las Aves del Espíritu) vinieron a ver cómo ardía: el
pechirrojo, el ave de color de turquesa, el ave tornasol, el ave
roja y azul, la de amarillo dorado y mil aves preciosas más.
"Cuando la hoguera cesó de arder (consumada la Gran Obra), se alzó
su corazón y hasta los cielos llegó. Allí se mudó en estrella, y esa
estrella es el Lucero del alba y del crepúsculo. Antes había bajado
al reino de los muertos y tras siete días de estar allí, subió
mudado en astro."
El Iniciador nos presenta siempre al espejo de la Alquimia con una
mano mientras sostiene con la otra al cuerno de Amaltea. A su lado
vemos al Arbol de la Vida tan estudiado por los kabalistas hebreos.
El espejo simboliza siempre el comienzo de la Obra, el Arbol de la
Vida indica su final y el cuerno de la abundancia el resultado.
Quetzalcoatl transformó al Diablo, la piedra bruta, material y
grosera, en Lucifer, la Piedra angular de la Gran Obra, el Arcángel
de la Luz, la Estrella de la Aurora.
El Diablo, la reflexión de nuestro Logoi interior, fue la criatura
más excelente antes de que cayéramos en la generación animal.
"Blanquea el latón y quema tus libros" nos repiten todos los
Maestros del Arte hermético.
El Bienaventurado, al pasar por las torturas de los Hermanos de la
Fraternidad del Cardo, blanqueó al Diablo, lo tornó a su estado
resplandeciente y primigenio.
Quien muere en sí mismo, aquí y ahora, libera a Prometeo encadenado
y éste le paga con creces porque es un Coloso con potestad sobre los
cielos, sobre la tierra y sobre los infiernos.
Lucifer-Prometeo, integrado radicalmente con todas las partes de
nuestro Ser, hace de nosotros algo distinto, diferente, una exótica
criatura, un Arcángel, una Potestad terriblemente divina. . .
No está demás recordar en este Tratado que cuando las santas mujeres
entraron al sepulcro del Salvador del mundo, en vez del hombre que
habían conocido, vieron a un ángel cubierto con una larga ropa
blanca y se espantaron. . .
Escrito está:
"Al que venciere y guardare mis obras hasta el fin, yo le daré
autoridad sobre las naciones."
"Y las regirá con vara de hierro, y serán quebradas como a vaso de
alfarero; como yo también la he recibido de mi Padre."
"Y le daré la Estrella de la Mañana." (Venus- Lucifer)
Enrique Khunralh, en su "Amphiteatrum Sapientae Aeternae" escribe:
"Finalmente, cuando la obra haya pasado del color cenizoso al blanco
puro y luego al amarillo, verás la Piedra Filosofal (el citado
Arcángel), nuestro Rey -el Tercer Logos- elevado por encima de los
dominadores, que sale de su sepulcro vítreo, se levanta de su lecho
y acude a nuestro escenario mundano en su cuerpo glorificado, es
decir, regenerado y pluscuamperfecto."
Digamos, para aclarar, que el término "Piedra Filosofal" significa,
según la lengua sagrada, "Piedra que lleva el signo del Sol". Ahora
bien, este signo solar viene caracterizado por el color rojo, el
cual puede variar de intensidad.
Un viejo alquimista dice: "Lo que nosotros perseguimos con todos los
filósofos, no es la unión de un cuerpo y un espíritu metálicos sino
la condensación, la aglomeración de este espíritu en un envoltorio
coherente, tenaz y refractario, capaz de arroparlo, de impregnar
todas sus partes y de asegurarle una protección eficaz."
"Esta alma, espíritu o fuego reunido (debidamente mezclado con
Venus-Lucifer), concentrado y coagulado en la más pura, más
resistente y más perfecta de las materias terrestres, es lo que
llamamos nuestra piedra."
"Y podemos certificar que toda empresa que no tenga a este espíritu
por guía y a esta materia por base, jamás conducirá a la meta
propuesta."
CAPITULO X
ANTROPOLOGIA GNOSTICA
Como quiera que los Estudios gnósticos han progresado
extraordinariamente en estos últimos tiempos, ninguna persona culta
caería hoy, como antaño, en el error simplista de hacer surgir a las
corrientes gnósticas de alguna exclusiva latitud espiritual.
Si bien es cierto que debemos tener en cuenta en cualquier Sistema
gnóstico sus elementos helenísticos orientales, incluyendo Persia,
Mesopotamia, Siria, India, Palestina, Egipto, etc., nunca deberíamos
ignorar a los principios gnósticos perceptibles en los sublimes
cultos religiosos de los nahuas, toltecas, aztecas, zapotecas,
mayas, chibchas, incas, quechuas, etc., etc., etc., de Indoamérica.
Hablando muy francamente y sin ambages diremos: La Gnosis es un
funcionalismo muy natural de la conciencia, una "Philosophia
perennis et universalis".
Incuestionablemente, Gnosis es el conocimiento iluminado de los
Misterios divinos reservados a una élite.
La palabra "Gnosticismo" encierra dentro de su estructura gramatical
la idea de sistemas o corrientes dedicadas al estudio de la Gnosis.
Este Gnosticismo implica una serie coherente, clara, precisa, de
elementos fundamentales verificables mediante la experiencia mística
directa: La Maldición, desde un punto de vista científico y
filosófico. El Adam y Eva del Génesis hebraico. El Pecado Original y
la salida del Paraíso. El Misterio del Lucifer Nahua. La Muerte del
Mí mismo. Los Poderes creadores. La esencia del Salvator Salvandus.
Los Misterios sexuales. El Cristo Intimo. La Serpiente ígnea de
nuestros mágicos poderes. El descenso a los Infiernos. El regreso al
Edén. El Don de Mefistófeles.
Sólo las Doctrinas gnósticas que impliquen los fundamentos
ontológicos, teológicos y antropológicos arriba citados, forman
parte del Gnosticismo auténtico.
Pregnóstico es aquél que en forma concreta, evidente y específica,
presenta algún carácter en cierta manera detectable en los sistemas
gnósticos, pero integrado ese aspecto en una concepción in toto
ajena al Gnosticismo revolucionario. Pensamiento que ciertamente no
es y sin embargo es gnóstico.
Protognóstico es todo sistema gnóstico en estado incipiente y
germinal, movimientos dirigidos por una actitud muy similar a la que
caracteriza a las corrientes gnósticas definidas.
El adjetivo "gnóstico" puede y hasta debe ser aplicado
inteligentemente tanto a concepciones que en una u otra forma se
relacionen con la Gnosis como con el Gnosticismo.
El término "gnostizante", incuestionablemente se encuentra muy cerca
a pregnostico por su significa ión, ya que el vocablo, en realidad,
stricto sensu, se relaciona con aspectos intrínsecos que poseen
cierta similitud con el Gnosticismo Universal, pero integrados en
una corriente no definida como Gnosis.
Establecidas estas aclaraciones semánticas, pasemos ahora a definir
con entera claridad meridiana al Gnosticismo.
No está demás en este Tratado aclarar en forma enfática que el
Gnosticismo es un proceso religioso muy íntimo, natural y profundo.
Esoterismo auténtico de fondo, desenvolviéndose de instante en
instante con vivencias místicas muy particulares, con Doctrina y
ritos propios.
Doctrina extraordinaria que fundamentalmente adopta la forma mítica
y, a veces, mitológica.
Liturgia mágica inefable con viva ilustración para la Conciencia
superlativa del Ser.
Incuestionablemente, el Conocimiento gnóstico escapa siempre a los
normales análisis del racionalismo subjetivo.
El correlato de este Conocimiento es la intimidad infinita de la
persona, el Ser.
La razón de ser del Ser es el mismo Ser. Sólo el Ser puede conocerse
a sí mismo. El Ser, por lo tanto, se autoconoce en la Gnosis.
El Ser, revaluándose y conociéndose a sí mismo, es la Auto-Gnosis.
Induvitablemente, ésta última, en sí misma, es la Gnosis.
El auto-conocimiento de Ser es un movimiento suprarracional que
depende de El, que nada tiene que ver con el intelectualismo.
El abismo que existe entre el Ser y el Yo es infranqueable y, por
esto, el Pneuma, el Espíritu, se reconoce y este reconocerse es un
acto autónomo para el que la razón subjetiva del mamífero
intelectual resulta ineficaz, insuficiente, terriblemente pobre.
Auto-Conocimiento, Auto-Gnosis, implica la aniquilación del Yo como
trabajo previo, urgente, impostergable.
El Yo, el Ego, está compuesto por sumas y restas de elementos
subjetivos, inhumanos, bestiales, que incuestionablemente tienen un
principio y un fin.
La Esencia, la Conciencia, embutida, embotellada, enfrascada entre
los diversos elementos que constituyen el mí mismo, el Ego,
desafortunadamente se procesa dolorosamente en virtud de su propio
condicionamiento.
Disolviendo al Yo, la Esencia, la Conciencia, despierta, se ilumina,
se libera, entonces deviene como consecuencia o corolario el
Auto-Conocimiento, la Auto-Gnosis.
Indubitablemente, la revelación legítima tiene sus basamentos
irrefutables, irrebatibles, en la Auto-Gnosis.
La revelación gnóstica es siempre inmediata, directa, intuitiva;
excluye radicalmente a las operaciones intelectuales de tipo
subjetivo y nada tiene que ver con la experiencia y ensamble de
datos fundamentalmente sensoriales.
La Inteligencia o Nous en su sentido gnoseológico, si bien es cierto
que puede servir de basamento a la Intelección iluminada, se niega
rotundamente a caer en el vano intelectualismo.
Resultan palmarías y evidentes las características ontológicas,
pneumáticas y espirituales de Nous (Inteligencia).
En nombre de la verdad declaro solemnemente que el Ser es la única
real existencia, ante cuya transparencia inefable y terriblemente
divina eso que llamamos Yo, Ego, mí mismo, sí mismo, es meramente
tinieblas exteriores, llanto y crujir de dientes.
La Auto-Gnosis o reconocimiento autognóstico del Ser, dada la
vertiente antropológica del Penuma o Espíritu, resulta algo
decididamente salvador.
Conocerse a sí mismo es haber logrado la identificación con su
propio Ser divinal.
Saberse idéntico con su propio Pneuma o Espíritu, experimentar
directamente la identificación entre lo conocido y lo cognoscente,
es eso que podemos y debemos definir como Autognosis.
Ostensiblemente, esta develación extraordinaria nos invita a morir
en sí mismos a fin de que el Ser se manifieste en nosotros.
Por el contrario, alejarse del Ser, continuar como Ego dentro de la
herejía de la separatividad, significa condenarse a la involución
sumergida de los Mundos Infiernos.
Esta reflexión evidente nos conduce al tema de la "libre elección"
gnóstica. Incuestionablemente, el gnóstico serio es un elegido a
posteriori.
La gnóstica experiencia permite al sincero devoto saberse y
autorrealizarse integramente.
Entiéndase por Auto-Realización el armonioso desarrollo de todas las
infinitas posibilidades humanas.
No se trata de datos intelectuales caprichosamente repartidos ni de
mera palabrería insubstancial de charla ambigua.
Todo lo que en estos párrafos estamos diciendo tradúzcase como
experiencia auténtica, vívida, real.
No existe en las corrientes gnósticas el dogma de la
predeterminación ortodoxa que nos embotellaría lamentablemente en
una estrecha concepción de la Deidad antropomórfica.
Dios en griego es Theos, en latín Deus y en sánscrito Div o Deva,
palabra ésta que se traduce como Angel o Angeles.
Aún entre los más conservadores pueblos semíticos, el más antiguo
Dios de Luz, El o Ilu, aparece en los primeros capítulos del Génesis
en su forma plural sintética de los Elohim.
Dios no es ningún individuo humano o divino en particular, Dios es
Dioses. El es el Ejército de la Voz, la Gran Palabra, el Verbo del
Evangelio de San Juan, el Logos Creador, Unidad múltiple perfecta.
Autoconocerse y realizarse en el horizonte de las infinitas
posibilidades, implica el ingreso o reingreso a la Hueste creadora
de los Elohim.
Y ésta es la seguridad del gnóstico, el Ser se le ha descubierto
íntegramente y sus esplendores maravillosos destruyen radicalmente
toda ilusión.
La abertura del "Pneuma" o Espíritu divino del hombre encierra el
total contenido Soteriológico.
Si se posee la Gnosis de los grandes Misterios arcaicos es porque al
dinamismo revelador del Ser algunos hombres muy santos lograron
aproximarse debido a su lealtad doctrinaria.
Sin una previa información sobre Antropología Gnóstica sería algo
más que imposible el estudio riguroso de las diversas piezas
antropológicas de las culturas azteca, tolteca, maya, egipcia, etc.
En cuestiones de Antropología profana -dispénsenme la similitud-, si
se quiere conocer resultados, déjese en plena libertad a un mono,
simio, mico o chango, dentro de un laboratorio y obsérvese el
resultado.
Los Códices mexicanos, Papiros egipcios, Ladrillos asirios, Rollos
del Mar Muerto, extraños Pergaminos, así como ciertos Templos
antiquísimos, sagrados monolitos, viejos jeroglíficos, pirámides,
sepulcros milenarios, etc., ofrecen en su profundidad simbólica un
sentido gnóstico que definitivamente escapa a la interpretación
literal y que nunca ha tenido un valor explicativo de índole
exclusivamente intelectual.
El racionalismo especulativo, en vez de enriquecer al lenguaje
gnóstico, lo empobrece lamentablemente ya que los relatos gnósticos,
escritos o alegorizados en cualquier forma artística, se orientan
siempre hacia el Ser.
Y es en este interesantísimo lenguaje semi-filosófico y
semi-mitológico de la Gnosis en el que se presentan una serie de
invariantes extraordinarias, símbolos con fondo esotérico
trascendental que en silencio dicen mucho.
Bien saben los Divinos y los humanos que el silencio es la
elocuencla de la Sabiduría.
Los caracteres que especifican claramente al Mito gnóstico y que
mutuamente se complementan entre sí son los siguientes:
1. Divinidad Suprema.
2. Emanación y caída pleromática.
3. Demiurgo Arquitecto.
4. Pneuma en el Mundo.
5. Dualismo.
6. Salvador.
7. Retorno.
La Divinidad Suprema gnóstica es caracterizable como Agnostos Theos,
el Espacio abstracto absoluto. El Dios ignorado o desconocido. La
Realidad Una de la cual emanan los Elohim en la aurora de cualquier
Creación universal.
Recuérdese que Paranishpanna es el Summum Bonum, lo Absoluto, y por
lo tanto, lo mismo que Paranirvana.
Más tarde, todo cuanto al parecer existe en este Universo vendrá a
tener real existencia en el estado de Paranishpanna.
Incuestionablemente, las facultades de cognición humana jamás
podrían pasar más allá del Imperio Cósmico del Logos Macho-Hembra,
del Demiurgo creador, el Ejército de la Voz (el Verbo).
Jah-Hovah, el Padre-Madre secreto de cada uno de nos, es el
auténtico Jehovah.
Jod, como letra hebrea, es el membrum virile (el Principio
Masculino). Eve, Heve, Eva, lo mismo que Hebe, la Diosa griega de la
juventud y la Novia olímpica de Heracles, es el Yoni, el Cáliz
divino, el Eterno Femenino.
El divino Rabbi de Galilea, en vez de rendir culto al Jehovah
antropomórfico de la judería, adoró a su divino Macho-Hembra
(Jah-Hovah), el Padre- Madre interior.
El Bendito, crucificado en el Monte de las Calaveras, clamó con gran
voz diciendo: "-Padre mío, en tus manos encomiendo mi espíritu."
Ram-Io, Isis, su Divina Madre Kundalini, le acompañó en el
Vía-Crucis.
Todas las Naciones tienen a su primer Dios o Dioses como andróginos.
No podía ser de otro modo puesto que consideraban a sus lejanos
progenitores primitivos, a sus antecesores de doble sexo, como Seres
divinos y Dioses santos, lo mismo que hacen hoy los chinos.
En efecto, la concepción artificiosa de un Jehovah antropomórfico,
exclusivista, independiente de su misma obra, sentado allá arriba en
su trono de tiranía y despotismo, lanzando rayos y truenos contra
este triste hormiguero humano, es el resultado de la ignorancia,
mera idolatría intelectual.
Esta concepción errónea de la Verdad, desafortunadamente se ha
apoderado tanto del filósofo occidental como del religioso afiliado
a cualquier secta desprovista completamente de los elementos
gnósticos.
Lo que los gnósticos de todos los tiempos han rechazado no es al
Dios desconocido, Uno y siempre presente en la naturaleza, o en la
naturaleza "in abscondito", sino al Dios del dogma ortodoxo, a la
espantosa deidad vengativa de la ley del talión (ojo por ojo y
diente por diente).
El Espacio abstracto absoluto, el Dios incognoscible, no es ni un
vacío sin límites, ni una plenitud condicionada, sino ambas cosas a
la vez.
El gnóstico esoterista acepta la revelación como procedente de Seres
divinos, las vidas manifestadas, pero jamás de la Vida Una no
manifestable.
La Deidad incognoscible es el Espacio abstracto absoluto, la raíz
sin raíz de todo cuanto fue, es o ha de ser.
Esta Causa infinita y eterna hállase, por descontado, desprovista de
toda clase de atributos. Es luz negativa, existencia negativa, está
fuera del alcance de todo pensamiento o especulación.
El Mito gnóstico de Valentín, que en forma específica nos muestra a
los treinta Aeones pleromáticos surgiendo misteriosos de entre el
Espacio abstracto absoluto por emanaciones sucesivas y ordenadas en
parejas perfectas, puede y debe servir como arquetipo modelo de un
Mito monista que en forma más o menos manifiesta se encuentra
presente en todo sistema gnóstico definido.
Este punto trascendental de la probolé se orienta clásicamente hacia
la división ternaria de lo divinal: El Agnostos Theos (el Absoluto),
el Demiurgo, el Pro-Padre, etc.
El mundo divinal, el ámbito glorioso del Pleroma, surgió
directamente de la Luz negativa, de la Existencia negativa.
Finalmente, el Nous, Espíritu o Pneuma, contiene en sí mismo
infinitas posibilidades susceptibles de desarrollo durante la
manifestación.
Entre los límites extraordinarios del Ser y del no Ser de la
Filosofía se ha producido la multiplicidad o caída.
El mito gnóstico de la caída de Sophía (la divina Sabiduría)
alegoriza solemnemente a este terrible trastorno en el seno del
Pleroma.
El deseo, la fornicación, el querer resaltar como Ego, origina el
descalabro y el desorden, produce una obra adulterada que
incuestionablemente queda fuera del ámbito divinal aunque en ella
que e atrapada la Esencia, el Budhatta, el material psíquico de la
humana criatura.
El impulso hacia la unidad de la vida libre en su movimiento puede
desviarse hacia el Yo, y en la separación, fraguar todo un mundo de
amarguras.
La caída del hombre degenerado es el fundamento de la Teología de
todas las naciones antiguas.
Según Filolao, el pitagórico (siglo V antes de J.C.), los filósofos
antiguos decían que el material psíquico, la Esencia, estaba
enterrada entre el Yo como en una tumba, como castigo por algún
pecado.
Platón testimonia también así, que tal era la doctrina de los
órficos y que él mismo la profesaba.
El deseo desmedido, el trastocamiento del régimen de la emanación,
conduce al fracaso.
El querer distinguirse como Ego origina siempre el desorden y la
caída de cualquier rebelión angélica.
El Autor del mundo de las formas es, pues, un grupo místico de
creadores Macho-Hembras o Dioses dobles como Taloc, el Dios de las
lluvias y de los rayos, y su esposa Chalchiuitlicue, la de la falda
de jade de los panteones maya, azteca, olmeca, zapoteca, etc., etc.,
etc.
En la palabra Elojim (Elohim) encontramos una clave trascendental
que nos invita a la reflexión.
Ciertamente, Elojim, con J, se traduce como Dios en las diversas
versiones autorizadas y revisadas de la Biblia.
Es un hecho incontrovertible, no solamente desde el punto de vista
esotérico sino también lingüístico, que el término Elojim es un
nombre femenino con una terminación plural masculina.
La traducción correcta, "stricto sensu", del nombre Elohim, o mejor
dijéramos Elojim, pues en hebreo la H suena como J, es Diosas y
Dioses.
"Y el Espíritu de los principios masculino y femenino se cernía
sobre la superficie de lo informe y la creación tuvo lugar."
Incuestionablemente, una religión sin Diosas está a mitad del
completo ateísmo.
Si queremos de verdad el equilibrio perfecto de la vida anímica
debemos rendir culto a Elojim (los Dioses y las Diosas de los
antiguos tiempos) y no al Jehovah antropomórfico rechazado por el
gran Kabir Jesús.
El culto idolátrico del Jehovah antropomórfico en vez de a Elojim es
ciertamente un poderoso impedimento para el logro de los estados
conscientivos supranormales.
Los antropólogos gnósticos, en vez de reír escépticos -como los
antropólogos profanos- ante las representaciones de Diosas y Dioses
de los diversos panteones azteca, maya, olmeca; tolteca, chibcha,
druida, egipcio, hindú, caldeo, fenicio, mesopotámico, persa,
romano, tibetano, etc., etc., etc., caemos prosternados a los pies
de esas Divinidades, porque en ellas reconocemos al Elojim creador
del universo. "Quien ríe de lo que desconoce está en el camino de
ser idiota."
La desviación del Demiurgo Creador, la antítesis, lo fatal, es la
inclinación hacia el egoísmo, el origen real de tantas amarguras.
Indubitablemente, la conciencia egoica se identifica con Jahvé, el
cual, según Saturnino de Antioquía, es un Angel caído, el genio del
mal.
La Esencia, la Conciencia embotellada entre el Ego, se procesa
dolorosamente en el tiempo en virtud de su propio condicionamiento.
La situación, por cierto no muy agradable, repetida incesantemente
en los relatos gnósticos del Pneuma, sometido cruelmente a las
potencias de la ley, al mundo y al abismo, resulta demasiado
manifiesta como para insistir aquí sobre ella.
Es evidente la debilidad e impotencia desconcertante del pobre
mamífero intelectual, equivocadamente llamado hombre, al querer
levantarse del lodo de la tierra sin el auxilio de lo divinal.
Existe por ahí un proverbio vulgar que reza así: "A Dios rogando y
con el mazo dando."
Sólo el Rayo ígneo, imperecedero, encerrado en la substancia
obscura, informe y frígida, puede reducir al Yo psicológico a
polvareda cósmica para liberar a la Conciencia, a la Esencia.
Con palabras ardientes declaramos: Sólo el Hálito divino puede
reincorporarnos en la Verdad. Sin embargo, esto sólo es posible a
base de trabajos conscientes y padecimientos voluntarios.
La posesión específica de la Gnosis va siempre acompañada de cierta
actitud de extranjería o extrañeza ante este mundo mayávico
ilusorio.
El gnóstico auténtico quiere un cambio definitivo, siente
íntimamente los secretos impulsos del Ser y de aquí su angustia,
rechazo y embarazo, ante los diversos elementos inhumanos que
constituyen al Yo.
Quien anhela perderse en el Ser carga la condena y el espanto ante
los horrores del mí mismo.
Contemplarse como un momento de la totalidad es saberse infinito y
rechazar con todas las fuerzas del Ser al egoísmo asqueante de la
separatividad.
Dos estados psicológicos se abren ante el gnóstico definido:
A- El del Ser, transparente, cristalino, impersonal, real y
verdadero.
B- El del Yo, conjunto de agregados psíquicos personificando
defectos cuya sola razón de existir es la ignorancia.
Yo superior y yo inferior son tan sólo dos secciones de una misma
cosa, aspectos distintos del mí mismo, variadas facetas de lo
infernal. Es, pues, el siniestro, izquierdo y tenebroso Yo superior,
medio o inferior, suma, resta y multiplicación contínua de agregados
psíquicos inhumanos.
El denominado Yo superior es ciertamente una triquiñuela del mí
mismo, un ardid intelectual del Ego que busca escapatorias para
continuar existiendo, una forma muy sutil de autoengaño.
El Yo es una obra horripilante de muchos tomos, el resultado de
innumerables ayeres, un nudo fatal que hay que desatar.
La autoalabanza egoica, el culto al Yo, la sobre estimación del mí
mismo, es paranoia, idolatría de la peor especie.
La Gnosis es revelación o develación, aspiración refinada,
sintetismo conceptual, máximos logros.
Ostensiblemente, tanto en esencia como en accidente, Gnosis y Gracia
son identificables fenomenológicamente,
Sin la Gracia divina, sin el auxilio extraordinario del Hálito
sagrado, la Auto-Gnosis, la autorrealización íntima del Ser,
resultaría algo más que imposible.
Autosalvarse es lo indicado y esto exige plena identificación del
que salva y de lo que es salvado.
Lo Divino, que habita en el fondo del alma, la auténtica y legítima
facultad cognoscente, aniquila al Ego y absorbe en su paropsia a la
Esencia y, en total iluminación, la salva. Este es el tema del
Salvator Salvandus.
El gnóstico que ha sido salvado de las aguas, ha cerrado el ciclo de
las amarguras infinitas, ha franqueado el límite que separa al
ámbito inefable del Peroma de las regiones inefables del universo,
se ha escapado valientemente del Imperio del Demiurgo porque ha
reducido al Ego a polvareda cósmica
El paso a través de diversos mundos, la aniquilación sucesiva de los
elementos inhumanos, afirma esta reincorporación en el sagrado Sol
Absoluto y entonces, convertidos en criaturas terriblemente divinas,
pasamos más allá del bien y del mal.
CAPITULO XI
MEXICO-TENOCHTITLAN
Tenochtitlan ciertamente tiene una explicación muy clara y sencilla,
desprovista de inútiles artificios: "Lugar del tenochtli, nopal de
tuna dura."
El cactus tradicional, en la dura roca nacido, es un glifo muy
antiguo de los misterios arcaicos, el signo mágico y místico de la
ciudad.
México, etimológicamente viene de la raíz "metztli" (luna) y
"xictli" (ombligo o centro).
México, palabra clásica precolombina, se puede y hasta se debe
traducir así: "La ciudad que está en medio del lago de la luna."
No está demás en este Tratado recordar el hecho de que el vecino
pueblo de los otomíes siempre designaba a esta señorial ciudad por
el doble nombre de "Anbondo amadetzana".
El término "bondo", en riguroso otomí, quiere decir "nopal";
"amadetzana" significa "En medio de la luna".
El águila triunfante posada sobre el nopal, devorando una serpiente,
el escudo de armas de los Estados Unidos Mexicanos, no es más que la
traducción fiel del glifo arcaico que otrora designara a la gran
Tenochtitlan.
Aun en la cima de la gloria, los antiguos mexicanos nunca olvidaron
que su metrópolis, imponente y maravillosa, había sido establecida
en los pantanos por una tribu humilde y subestimada. Cierta leyenda
muy antigua, que se pierde en la noche de los siglos, refiere cómo
los ancianos descubrieron con gran asombro "intollihtic inacaihti"
''dentro del tutelar, dentro del carrizal", a ciertos vegetales y
criaturas animales que el Dios Huitzilopochtli les había anunciado:
el sauce blanco, la rana color de esmeralda y el pez blanco, etc.
"En cuanto vieron esto lloraron al punto los ancianos, y dijeron:
'-De manera que es aquí donde será (nuestra ciudad), puesto que
vimos lo que nos dijo y ordenó Huitzilopochtli.' Pero a la noche
siguiente el Dios llamó al Sacerdote Cuauhcoatl (Serpiente-Aguila) y
le dijo: '-¡Oh Cuauhcoatl!, habéis visto ya y os habéis maravillado
con todo lo que hay en el carrizal! ¡Oíd, empero!, que hay algo más
que no habéis visto todavía. Idos incontenti a ver el tenochtli, en
el que veréis se posa alegremente el águila. . . Allí estaremos,
dominaremos, espera remos, nos encontraremos con las diversas
gentes, pecho y cabeza nuestros. Con nuestra flecha y escudo nos
veremos con quienes nos rodean, a todos los que conquistaremos. . .
Pues ahí estará nuestro poblado, México-Tenochtitlan, el lugar en
que grita el águila, se despliega y come, el lugar en que nada el
pez, el lugar en que se desgarra la serpiente, y acaecerán muchas
cosas."
Cuauhcoatl, el ministro del Altísimo, embriagado de éxtasis, de
inmediato reunió a los mexicanos en el ágora para comunicarles la
Palabra del Señor.
Y los jóvenes y las mujeres todas, y los ancianos y los niños,
desbordantes de júbilo le siguieron a los pantanos, entre las
plantas acuáticas y los carrizos y, de pronto, algo insólito sucede,
el asombro es general, descubren la señal prometida, el águila
rebelde posada sobre el nopal en pleno festín macabro, tragándose
una serpiente. Fue en tales instantes de admiración y dicha cuando
el Lucifer nahua clamó con gran voz, diciendo: "-¡Oh. mexicanos,
allí estaré!"
"Inmediatamente lloraron por esto los mexicanos y dijeron:
'-¡Merecimos alcanzar nuestro deseo!"
"-Hemos visto y nos hemos maravillado de donde estará nuestra
población. Vámonos y reposemos."
Estudiados muy juiciosamente todos estos párrafos de enjundioso
contenido, pasaremos de inmediato a un análisis de fondo.
Incuestionablemente, la Serpiente es el símbolo esotérico de la
sabiduría y del conocimiento oculto.
La Serpiente ha sido relacionada con el Dios de la Sabiduría desde
los antiguos tiempos.
La Serpiente es el símbolo sagrado de Thoth o Taut. . . y de todos
los Dioses santos como Hermes, Serapis, Jesús, Quetzalcoatl, Buddha,
Tláloc, Dante, Zoroastro, Bochica, etc., etc., etc.
Cualquier adepto de la Fraternidad Universal Blanca puede ser
figurado debidamente por la gran "Serpiente" que ocupa un lugar tan
notorio entre los símbolos de los Dioses, en las piedras negras que
registran los beneficios babilónicos.
Esculapio, Plutón, Esmun y Kneep, son todas las deidades con los
atributos de la Serpiente, dice Dupuis. Todos son sanadores, dadores
de la salud espiritual y física y de la iluminación.
Los brahmanes obtuvieron su cosmogonía, ciencia y artes de
culturización, por los famosos "naga mayas", llamados después
"Danavas".
Los Nagas y los brahmanes usaron el símbolo sagrado de la Serpiente
emplumada, emblema indiscutiblemente mexicano y maya.
Los Upanichads contienen un Tratado sobre 1a Ciencia de las
Serpientes, o lo que es lo mismo, la Ciencia del Conocimiento
oculto.
Los nagas (serpientes) del Budhismo esotérico, son hombres
auténticos, perfectos, autorrealizados, en virtud de su conocimiento
oculto, y protectores de la ley del Buddha por cuanto interpretan
correctamente sus doctrinas metafísicas.
La corona formada por un áspid, el thermutis, pertenece a Isis,
nuestra Divina Madre Kundalini particular, individual, pues cada uno
de nos tiene la suya.
Kundalini, la Serpiente Ignea de nuestros mágicos poderes, enroscada
dentro del centro magnético del coxis (base de la espina dorsal), es
luminosa como el relámpago.
El gran Kabir Jesús de Nazareth jamás habría aconsejado a sus
discípulos que fuesen tan sabios como la serpiente si ésta última
hubiera sido un símbolo del mal. . .
No está demás recordar que los ofitas, los sabios gnósticos egipcios
de la "Fraternidad de la Serpiente, nunca hubieran adorado a una
culebra viva en su Liturgia, como emblema de Sophía (Sabiduría), si
ese reptil hubiese estado relacionado con las potencias del mal.
La Serpiente, como deidad femenina en nosotros, es la Esposa del
Espíritu Santo, nuestra Virgen Madre llorando al pie de la Cruz
sexual con el corazón atravesado por siete puñales Stella Maris, la
Estrella del Mar, Marah, María, o mejor dijéramos Ram-Io, la
Serpiente de fuego ascendiendo victoriosa por la médula espinal del
adepto, es nuestro propio Ser pero derivado, que el águila, el
Tercer Logos, debe devorar.
Los viejos sabios de la tierra sagrada del Mayab, desde la noche
profunda de los siglos, enfatizaron siempre la idea trascendental de
los banquetes de la culebra; necesitamos ser tragados por la
Serpiente.
Resulta oportuno citar aquí a Tonantzin, nuestra
Divina Madre Kundalini particular, individual, la "Mujer-Serpiente",
"Dios-Madre".
La clásica Medea de Anáhuac, el anverso de la medalla, es Coatlicue,
la Serpiente que aniquila al Ego antes del festín.
La saturnina Serpiente no come nada inmundo; ella, la divina Esposa
de Cronos, sólo devorarse puede principios anímicos y espirituales,
cuerpos gloriosos, fuerzas, facultades, etc.
En nombre de la verdad debemos formular el siguiente enunciado: "Sin
excepción específica particular, ningún iniciado, ni aún siquiera
aquéllos, que según la tradición esotérica occidental alcanzaron el
grado de "adeptus exemtus", podría gozar de los poderes de la
Serpiente sin haber sido previamente devorado por la misma."
No basta lograr el ascenso de la Serpiente Ignea de nuestros mágicos
poderes a lo largo del canal medular espinal, de chakra en chakra;
resulta urgente, inaplazable, impostergable, ser devorados por la
culebra. . . Sólo así nos convertiremos en algo distinto, diferente.
En el libro magistral de De Bourbourg, Votan, el semidiós mexicano,
al narrar su expedición, describe un pasaje subterráneo que seguía
su curso bajo tierra y terminaba en la raíz de los cielos, añadiendo
que este pasaje era un agujero de sierpe, de culebra, y que él fue
admitido en él porque él mismo era un "Hijo de las Sierpes", o sea,
una Serpiente. (Alguien que había sido devorado por la Serpiente.)
"Los sacerdotes asirios llevaban siempre el nombre de su Dios.
También los druidas de las regiones celtobritánicas se llamaban
serpientes. 'Soy una serpiente, soy un druida,' exclamaban."
"El Karnak egipcio es hermano gemelo del Carnac británico,
significando éste último el Monte de la Serpiente."
De Bourbourg indica que los jefes con el nombre de Wotan, el
Quetzalcoatl o deidad Serpiente de los mexicanos, son los
descendientes de Cam y Canaán. "Yo soy Hivim", dicen ellos.
"Siendo un Hivim, soy de la gran Raza del Dragón (Serpiente). Yo
mismo soy una Serpiente, pues soy un Hivim."
Al candidato al adeptado le esperan siempre espantosas luchas,
terribles batallas contra sus propias pasiones animales
personificadas en los múltiples agregados psíquicos, o elementos
inhumanos, que debe reducir a polvareda cósmica mediante el auxilio
especial de la Mujer-Serpiente.
Las grutas de los Rishis, las mansiones de Teiresías y de los
videntes griegos, fueron modeladas con arreglo a las de los nagas,
los Retes Serpientes que moraban en cavidades de las rocas, bajo
tierra. El adepto victorioso se convierte en un Hijo de la
Serpiente, y en una Serpiente que debe ser tragada por el Aguila del
Espíritu (el Tercer Logos).
Cronos-Saturno es Shiva, el Primogénito de la Creación, el Ser de
nuestro Ser, el Archihierofante y el Archimago, el Aguila de
Anahuac.
La Mitología griega considera a Cronos como uno de los Dioses más
antiguos; un verdadero creador de Dioses.
Saturno-Cronos, el Aguila rebelde, se traga a la Culebra para
transformarnos en Dioses.
En este mito encontramos nuevamente la idea trascendental de que
quien da la Vida es también el dador de la Muerte.
Incuestionablemente, Saturno, con su hoz, se convierte fácilmente en
la Muerte con su guadaña.
Si el germen no muere, la planta no nace; si 1a
Serpiente no fuese tragada por el Aguila saturnina, nunca seríamos
Dioses.
Hablando sobre Saturno, dice Ovidio: "Cronos fue un antiquísimo Rey
divino del Lacio que ocupó en el campo de Roma el monte que por él
se llamó Janículo." Otros aseguran que reinó en Etruria y esotros en
Umbría. El primer templo que se alzó en Italia le fue consagrado.
Macrobio dice de él que fue el propio Dios Saturno, quien desterrado
del cielo por su hijo Júpiter, bajó a vivir entre los hombres y,
expulsado de Creta, recibió hospitalidad en Italia, donde enseñó la
agricultura, artes y ciencias. Dícese de Cronos-Saturno que fundó
también la Ciudad Saturniana en el monte Tarpeyo, o sea, en el
Capitolio.
Muchos le consideran (Cicerón 2, De Natura Deorum) como el "Chaos
Theos", el Seno de donde salen todas las cosas y a donde han de
volver, porque esto es lo que quiere decir su nombre, como Dios del
Tiempo y del Año, razón por la cual ha sido asimilado al nombre de
EO (I0).
La Jñana, Yana, Gnana o Gnosis, es la ciencia de Saturno, o sea, la
ciencia del conocimiento iniciático, la ciencia de Enoichion o
Vidente.
Empero, se hace necesario aclarar que en ninguno de estos párrafos
anteriores hemos hecho alusión a determinado regente planetario,
nazareo o kabir en particular. Sólo hemos querido referirnos
específicamente al Saturno Intimo, el divino Augoides, el Logoi
individual, el Aguila de cada uno de nos.
Incuestionablemente, la culebra devorada por el águila se convierte,
de hecho y por derecho propio, en Serpiente emplumada.
Jesús, el gran Kabir, fue una Serpiente emplumada, lo mismo que
Moisés, Dante, el Santo Lama, el Buddha, Quetzalcoatl y muchos otros
Hierofantes.
Los yoguis indostanes hablan con infinita reverencia sobre el
matrimonio divino Shiva-Shakti, el doble principio creador
"masculino-femenino".
Ometecutli, el Señor (el Aguila) y Omeciuatl, la Señora (la
Serpiente), se encuentran plenamente manifestados en la Serpiente
emplumada. Cuauhcoatl (Serpiente-Aguila), alto Sacerdote de nuestro
bendito Dios Huitzilopochtli, ostensiblemente era un iluminado.
No está demás recordar que la Serpiente emplumada es el resultado de
trabajos conscientes y padecimientos voluntarios, plenamente
simbolizados por las espinas del nopal.
Serpiente, Aguila, nopal, piedra filosofal, agua del gran lago,
extraordinarios basamentos esotéricos de la gran Tenochtitlan.
El códice Azcatitlán alegoriza inteligentemente a los principios de
la vida mexicana en Tenochtitlan en un cuadro que muestra a unos
pescadores en canoa, ocupados en la dura brega, tratando de pescar
entre juncos y aves acuáticas.
Vanos utopistas, que en modo alguno valdría la pena citar, suponen
en forma absurda que todo esto pasaba en el año 1325 de nuestra era.
Parafraseando en forma socrática, diremos: Los ignorantes ilustrados
no solamente ignoran sino, además, ignoran que ignoran.
Bien saben los Dioses de Anahuac que la fundación de la gran
Tenochtitlan se esconde entre la noche profunda de los innumerables
siglos que nos precedieron en el curso de la Historia.
Los humildes fundadores de la poderosa civilización solar,
México-Tenochtitlan, dedicaban la mayor parte de su precioso tiempo
a la pesca y a la caza de aves acuáticas.
Es claro que aquellas gentes sencillas no tenían mejor aspecto que
los demás "salvajes lacustres" ante la altiva mirada de los vecinos
habitantes urbanos de Colhuacan, Azcaputzalco y Tetzcoco.
Sus armas eran la clásica red de todos los tiempos, tan necesaria
para la pesca, y el famoso lanza dardos tan indispensable para cazar
aves en el lago.
El pueblo mexicano veneraba y honraba a los Dioses santos: ángeles,
arcángeles, principados, potestades, virtudes, dominaciones, tronos,
querubines y serafines del cristianismo.
Resulta en verdad muy oportuno mencionar aquí a algunas Deidades:
Atlaua, "el que lleva el atlatl".
Amimitl, proviene etimológicamente de "mitl", flecha, y "atl", agua.
Opochtli, el "zurdo". Tradúzcase así: "El que lanza las flechas con
la mano izquierda."
Los Devas indostanes, malachim hebraicos, Dioses de Anahuac, ángeles
del cristianismo, son los principios espirituales de las fuerzas
maravillosas de la naturaleza.
Nadie puede controlar en forma absoluta a esas fuerzas naturales, a
menos de poseer la Quinta Iniciación calificada del mundo causal,
que es la de un adepto.
Es indispensable haber sido aceptado por los príncipes del fuego,
del aire, de las aguas y de la tierra. Es urgente haber realizado a
la ultérrima naturaleza espiritual de las Fuerzas naturales, antes
de convertirnos en Reyes auténticos de los elementos universales.
Suplicar es diferente. Las Sagradas Escrituras dicen: "Pedid y se os
dará, golpead y se os abrirá."
Los atlaca chichimecas se prosternaban ante los Dioses santos (los
ángeles del cristianismo) y la respuesta jamás se hacía esperar.
Dichosos se sintieron los mexicanos cuando pudieron comprar a sus
vecinos de tierra firme, maderas, tablas y piedras para edificar su
ciudad.
Tal compra se realizó mediante el sistema de trueque, cambiando
materiales útiles por peces, renacuajos, ranas, camaroncillos,
culebras acuáticas, moscas acuáticas, gusanillos laguneros, patos,
pájaros que viven en el agua, etc., etc., etc.
Con infinita humildad, sencillez y pobreza, edificaron un templo al
arcángel Huitzilopochtli, el real fundador de México-Tenochtitlan.
El tabernáculo aquél ciertamente era bien pequeño, muy de acuerdo
con sus posibilidades económicas. Establecidos en tierra extranjera,
entre juncos y carrizos, es obvio que estas gentes no disponían de
piedra y madera suficiente.
Cuenta la leyenda de los siglos que el recuerdo de aquella época,
humilde y grandiosa a la vez, se conmemoraba una vez al año durante
las fiestas del mes etzalqualiztli.
El ayauhcalli o primer oratorio dedicado a nuestro Señor
Huitzilopochtli, fue levantado un poco al noroeste de la actual
catedral metropolitana, y aproximadamente a trescientos metros en
idéntica dirección del centro de la plaza de la constitución que hoy
se llama zócalo.
Los sucesivos soberanos mexicanos, ciertamente no ahorraron esfuerzo
alguno al hacer para el bienaventurado arcángel Huitzilopochtli una
casa de devoción digna de él, pero siempre sobre el mismo terreno o
lugar sacratísimo escogido por el Bendito.
Incuestionablemente, alrededor de ese centro magnético tan singular,
surgieron, reinado tras reinado, palacios, pirámides, santuarios,
etc., etc., etc.
No está demás aseverar con gran énfasis que la aparición del águila
y de la serpiente acaeció a Cuauhcoatl y a su gente en el mismo
lugar donde después fue construido el templo del santo Dios
Huitzilopochtli.
Hablando muy francamente y sin ambages, declaramos que la gran
Tenochtitlan es, ante todo, el Templo.
En el teocalli (casa de Dios) se resume y concentra totalmente el
motivo fundamental de la ciudad, del pueblo y del estado.
Centro magnético maravilloso descansando sublime en el suelo firme,
rocoso.
Isla hermosa en medio de las aguas cristalinas de los pantanos;
exótico lugar en una amplia bahía de la laguna legendaria.
Muchas ciudades y aldeas resplandecían bajo la luz del sol en
aquellas costas: Azcaputzalco y Tlacopan al oeste, Coyuhacan al sur,
Tepeyacac al norte, etc.
Los mexicanos hubieron de adaptar a su servicio gran número de islas
pequeñas, bancos de arena y fango, etc.
Con gran industria e infinita paciencia, aquel pueblo anfibio hubo
de empezar por crear el suelo acumulando lodo sobre balsas de
juncos, ahondar muchísimos canales, terraplenar muy bien las orillas
y construir por aquí, por allá y acullá calzadas y puentes.
Fue así como surgió la gran Tenochtitlan, centro maravilloso de una
poderosa civilización serpentina.
CAPITULO XII
EL CATACLISMO FINAL
Incuestionablemente, la Piedra del Sol, el famoso calendario azteca,
es una síntesis perfecta de ciencia, filosofía, arte y religión.
Tonatiuh, el Verbo de San .Juan, el Logos o Demiurgo creador del
universo, con su lengua triangular de fuego, es el Niño de Oro de la
Alquimia sexual, el Sol espiritual de la Media Noche, el Aguila que
asciende, el resplandeciente Dragón de Sabiduría, y se representa
por el brillante astro que nos da vida, luz y calor. Decorado a la
manera nahua aparece glorioso en el centro de la gran piedra solar.
A los lados del "gran rostro" aparecen sus manos armadas de garras
de águila estrujando humanos corazones.
En cuestiones de esoterismo trascendental, bien saben los "M" el
hondo significado del saludo con la garra.
Alrededor de la figura del Verbo mexicano se puede ver cincelada en
grandes dimensiones a la fecha "4 temblor", día en el que ha de
concluir nuestro actual quinto sol por el fuego y los terremotos.
En los rectángulos maravillosos del signo "temblor" están esculpidas
las fechas en las que perecieron los soles anteriores.
Los "hijos del primer sol" (los andróginos divinos de la primera
raza), que otrora vivieran felices en la Isla de Cristal, perecieron
devorados por los tigres. (Recuérdese lo que sobre el citado felino
hemos dicho en este Tratado).
Los "hijos del segundo sol" (la segunda raza de la tierra de Apolo),
los hiperbóreos, fueron arrasados por fuertes huracanes.
Los "hijos del tercer sol" (los hermafroditas lemures), las
multitudes de la raza tercera que antes vivieran en el continente
lemúrico situado en el océano Pacífico, perecieron por sol de lluvia
de fuego y grandes terremotos.
Los "hijos del cuarto sol", la cuarta raza, (los atlantes), cuya
tierra estaba situada en el océano Atlántico, fueron tragados por
las aguas.
Quienes hayan estudiado a fondo el sermón profético del gran Kabir
Jesús y la segunda epístola de Pedro a los romanos, indubitablemente
habrán de inclinarse reverentes ante el tono severo de la Piedra
solar.
Miguel de Nostradamus, vidente extraordinario, insigne astrólogo,
quien vivió entre los años 1503 y 1566 en Francia, dice:
"En el año 1999, en el séptimo mes, vendrá del cielo un gran Rey de
terror". (Véanse los dos primeros versos de la Centuria 10-72.)
Según los cálculos astronómicos sólo habrá en este siglo XX dos
eclipses totales de sol: Uno el 4 de febrero de 1962 y otro en
agosto de 1999.
La horripilante perturbación en la órbita y en el movimiento del
planeta Tierra, explicada científicamente por el propio vidente
Nostradamus, se deberá a la aproximación de otro astro que durante 7
días aparecerá como otro sol. El Apocalipsis de San Juan cita a tal
astro bautizándolo con el nombre de Ajenjo (amargura).
Planeta gigantesco al que hacemos referencia con el nombre de
Hercólubus. Muchos le llaman "planeta frío", otros le denominan
"planeta rojo"; incuestionablemente es mucho más grande que Júpiter,
el gigante colosal de nuestro sistema solar.
"A un eclipse de sol -dice Nostradamus- sucederá el más obscuro y
tenebroso verano que jamás existió desde la creación hasta la pasión
y muerte de Jesucristo, y desde ahí hasta ese día, y esto será en el
mes de octubre, cuando se producirá una gran traslación de tal modo
que creerán que la Tierra ha quedado fuera de su órbita y abismada
en las tinieblas eternas. "
Jesús, el gran Kabir, dijo:
"E inmediatamente después de la tribulación de aquellos días, el sol
se obscurecerá y la luna no dará su resplandor, y las estrellas
caerán del cielo, y las potencias del cielo serán conmovidas."
"Entonces aparecerá la señal del Hijo del Hombre en el cielo; y
entonces lamentarán todas las tribus de la Tierra, y verán al Hijo
del Hombre viniendo sobre las nubes del cielo, con poder y gloria "
"Y enviará a sus ángeles con gran voz de trompeta, y juntarán a sus
escogidos, de los cuatro vientos, desde un extremo del cielo hasta
el otro."
"De la higuera aprended la parábola: Cuando ya su rama está tierna,
y brotan la hojas, sabéis que el verano está cerca".
"Así también vosotros, cuando veáis todas estas cosas, conoced que
está cerca, a las puertas."
"De cierto os digo, que no pasará esta generación hasta que todo
esto acontezca".
"El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán."
"Pero el día y la hora nadie sabe, ni aún los ángeles de los cielos
sino sólo mi Padre".
"Mas como en los días de Noé, así será la venida del Hijo del
Hombre".
"Porque como en los días antes del diluvio estaban comiendo y
bebiendo, casándose y dando en casamiento, hasta el día en que Noé
entró en el arca".
"Y no entendieron hasta que vino el diluvio y se los llevó a todos,
así será también la venida del Hijo del Hombre."
"Entonces estarán dos en el campo; el uno será tomado, y el otro
será dejado".
"Dos mujeres estarán moliendo en un molino; la una será tomada, y la
otra será dejada".
"Velad, pues, porque no sabéis a qué hora ha de venir vuestro Señor.
. ."
"Pero sabed esto, que si el padre de familia supiese a qué hora el
ladrón habría de venir, velaría y no dejaría minar su casa."
"Por tanto, también vosotros estad preparados; porque el Hijo del
Hombre vendrá a la hora que no pensáis."
"¿Quién es, pues, el siervo fiel y prudente, al cual puso su Señor
sobre su casa para que les dé el alimento a tiempo?
"Bienaventurado aquel siervo al cual, cuando su Señor venga, le
halle haciendo así".
"De cierto os digo que sobre todos sus bienes le pondrá".
"Pero si aquel siervo malo dijere en su corazón: Mi Señor tarda en
venir, y comenzaré a golpear a sus consiervos, y aún a comer y a
beber con los borrachos, vendrá el Señor de aquel siervo en día que
éste no espera, y a la hora que no sabe, y lo castigará duramente, y
pondrá su parte con los hipócritas; allí será el lloro y el crujir
de dientes".
Isaías XIII, 6-13, dice:
"Por lo cual haré estremecer los cielos; y la Tierra se moverá de su
lugar por causa del furor del Señor de los ejércitos y por causa del
día de su ardiente ira. Porque las estrellas del cielo y sus astros
no lucirán con su luz."
Isaías XXIV, 19-21: "La Tierra se tambaleará como un hombre ebrio;
será descoyuntada; caerá y nunca más se levantará."
San Pablo, Ep. 2, 11, 3-4: "Antes de la segunda venida de Jesús
vendrá la apostasía, el hombre de pecado, el hijo de perdición, el
cual se levantará sobre todo lo que se llama Dios, o se adora; se
asentará como Dios, en el templo de Dios, queriendo parecerse a
Dios".
San Pedro, Ep. 2, 111, 4-10 "El día del Señor vendrá como ladrón en
la noche; en el cual los cielos pasarán con gran estruendo, y los
elementos ardiendo se desharán, y la Tierra y todas las obras que
hay en ella se quemarán".
Joel, III, 15-16: "El sol y la luna se obscurecerán y las estrellas
perderán su esplendor; y los cielos y la tierra se estremecerán".
San Juan, Apocalipsis, VI, 12-17: "Hubo un gran temblor de tierra; y
el sol se obscureció y la luna tornóse como sangre; y las estrellas
del cielo cayeron sobre la Tierra como cuando la higuera echa de sí
sus higos verdes, sacudida por un viento fuerte; y el cielo
retiróse, los muertos y las islas moviéronse de sus lugares; y los
reyes de la Tierra, y los ricos, se escondieron en las cavernas y
rocas de los montes y decían: "Caed sobre nosotros y ocultadnos de
la ira del Cordero; porque es llegado el gran día de su ira".
San Juan, Apocalipsis, XX, 12-13: "Y vi los muertos grandes y
pequeños, que estaban delante de Dios; y abriéronse los libros; y
abrióse otro libro que es el de la vida; y los muertos fueron
juzgados por las cosas que estaban escritas en los libros, según sus
obras; y el mar dió los muertos que en él había; y la muerte y el
infierno dieron los muertos que en ellos había; y fueron juzgados
según sus obras".
San Juan, Apocalipsis, XXI, 1-5: "Vi un cielo nuevo y una nueva
tierra; porque el primer cielo y la primera tierra desaparecieron, y
el mar ya no existía. Y el que estaba sentado en el trono dijo: "Hé
aquí que renuevo todas las cosas".
Dicho está en el Apocalipsis que en el fin de este mundo aparecerá
el anticristo (la ciencia materialista). La Bestia, la Gran Ramera,
la Humanidad entera cuyo número fatal es 666, y el Diablo que los
engañaba (el intelectualismo ateísta), el falso profeta que hace
milagros y prodigios engañosos, bombas atómicas, cohetes espaciales,
aviones ultrasónicos, etc., fueron lanzados dentro del lago de fuego
y azufre en las entrañas de la tierra.
El Libro de los Libros del Chilam Balam, joya sagrada del pueblo
maya, dice textualmente 1o siguiente:
"El 13 Ahau Katun es el décimo tercero que se cuenta: Cabal Ixbach,
Chachalaca-poblado; Kinchil Cobá, Chachalaca-de-rostro-solar, es el
asiento del decimotercer Katun".
"Se ennegrecerá el ramillete de los señores de la Tierra por la
universal justicia de Dios Nuestro Señor".
"Se volteará el sol, se volteará el rostro de la luna; bajará la
sangre por los árboles y las piedras; arderán los cielos y la tierra
por la palabra de Dios Padre, del Dios Hijo y del Dios Espíritu
Santo. Santa Justicia, Santo Juicio de Dios Nuestro Señor".
"Nula será la fuerza del Cielo y de la Tierra cuando entren al
cristianismo las ciudades grandes y los pueblos ocultos, la gran
ciudad llamada Maax, Mono, y también la totalidad de los pequeños
pueblos en toda la extensión del país llano de Maya Cusamil Mayapan,
Golondrina-maya-su-lugar Estandarte-venado".
"Será el tiempo en que se alcen los hombres de dos días (los
homosexuales y lesbianas) en el rigor de la lascivia; hijos de
ruines y perversos, colmo de nuestra perdición y vergüenza".
"Dedicados serán nuestros infantes a la Flor de Mayo y no habrá bien
para nosotros".
"Será el origen de la muerte por la mala sangre al Salir la Luna, y
al entrar la Luna llena acontecerá la sangre entera. También los
astros buenos lucirán su bondad sobre los vivos y sobre los
muertos".
Melchizedek, el Genio de la Tierra, el Rey del Mundo, hizo en el
Tibet la siguiente profecía:
"Los hombres (o, mejor dijéramos los mamíferos racionales), cada vez
más olvidarán sus almas para ocuparse sólo de sus cuerpos. La mayor
corrupción va a reinar sobre la Tierra".
"Los hombres se asemejarán a las bestias feroces, sedientos de la
sangre de sus hermanos".
"La Media Luna se apagará cayendo sus adeptos en la guerra perpetua.
Caerán sobre ellos las mayores desgracias y acabarán luchando entre
sí".
"Las coronas de los reyes, grandes y pequeños, caerán: Uno, dos,
tres, cuatro, cinco, seis, siete, ocho, estallará una terrible
guerra entre todos los pueblos".
"Los océanos rugirán. . ., la tierra y el fondo de los mares se
cubrirán de osamentas. . .,desaparecerán reinos, morirán pueblos
enteros. . ., el hambre, la enfermedad, crímenes no previstos en las
leyes, no vistos ni soñados aún por los hombres".
"Vendrán entonces los enemigos de Dios y del Espíritu Divino los
cuales yacen en los propios hombres. Aquéllos que levanten la mano
sobre otro perecerán también".
"Los olvidados, los perseguidos, se erguirán después y atraerán la
atención del mundo entero".
"Habrá espesas nieblas, tempestades horribles. Montañas hasta
entonces sin vegetación se cubrirán de florestas".
"La Tierra toda se estremecerá. . . Millones de hombres cambiarán
las cadenas de la esclavitud y las humillaciones por el hambre, la
peste y la muerte".
"Las carreteras se llenarán de multitud de personas caminando al
acaso de un lado para otro".
"Las mayores, las más bellas ciudades, desaparecerán por el fuego. .
. Uno, dos, tres. . . De cada diez mil hombres sobrevivirá uno, el
cual quedará desnudo, destituido de todo el entendimiento, sin
fuerzas para construir su vivienda o buscar alimentos. Y estos
hombres sobrevivientes aullarán como lobos feroces, devorarán
cadáveres, y mordiendo su propia carne, desafiarán a Dios para
combate".
"La Tierra toda quedará desierta y hasta Dios huirá de ella. . .
Sobre la Tierra vacía, la noche y la muerte".
"Entonces yo enviaré un pueblo desconocido hasta ahora (el Ejército
de Salvación Mundial), el cual, con mano fuerte arrancará las malas
hierbas del terreno del cultivo y del vicio y conducirá a los pocos
que permanecen fieles al espíritu del hombre en la batalla contra el
mal".
"Fundarán una nueva vida sobre la Tierra purificada por la muerte de
las naciones".
Esta profecía es aceptada por los gnósticos, los cuales la
interpretan como el fin de la Edad Negra o Kaliyuga; después, según
ellos, habrá una nueva civilización y una nueva Cultura.
Santa Odelia, aquella princesa alemana nacida en el año 660, quien
con acierto profetizara la Alemania de Hitler y la Segunda Guerra
Mundial, mencionó para el final del Kaliyuga a "extraños monstruos
surgiendo de los mares y esparciendo el terror".
"Se verán prodigios en el oriente: una gran nube negra esparcirá 1a
desolación.".
Mother Shipson, la famosa vidente del siglo XV, nacida en
Inglaterra, predijo en su época cosas que ciertamente produjeron
asombro. Veamos algunas de sus predicciones:
Automóviles y ferrocarriles: "Carros sin caballos correrán y
accidentes llenarán al mundo de dolor".
Radiotelegrafía: "Los pensamientos irán alrededor del mundo en el
tiempo de abrir y cerrar de ojos".
Submarinos: "Debajo del agua los hombres se moverán, irán viajando,
dormirán y conversarán".
Aviones: "Veremos a los hombres en el aire, en blanco, negro y
verde".
Gran Catástrofe Mundial: "El Mundo llegará a su fin en 1999."
El gran Kabir Jesús dijo: "Pero de aquel día y de la hora nadie
sabe, ni aún los ángeles que están en el Cielo, ni el Hijo, sino el
Padre".
"Velad, pues, porque no sabéis cuándo vendrá el Señor de la Casa (ni
en qué fecha, ni en qué año) si al anochecer, o a la media noche, o
al canto del gallo, o a la mañana".
"Para que cuando venga de repente no os halle durmiendo (es decir,
con la conciencia dormida).
"Y lo que a vosotros digo, a todos lo digo: "Velad" (Despertad
conciencia).
Los tiempos del fin han llegado y el gran incendio universal se
encuentra demasiado cerca. . .
Resulta oportuno citar algunos versículos extraordinarios del Korán:
"Entre los signos que deben preceder a la llegada de la hora
postrera, se halla el que la Luna se partirá en dos. Pero a pesar de
ello los incrédulos no darán crédito a sus ojos".
(Es incuestionable que en modo alguno se trata de una división
geológica de nuestro vecino satélite. Interprétese tal profecía de
Mahoma en el sentido político y militar. Desde el año 1980
obsérvense los movimientos del Islam; sólo así podremos comprender
lo que ha de acaecer a los adeptos de la Media Luna).
"Cuando se toque la trompeta por primera vez, cuando la tierra y las
montañas sean llevadas por los aires y machacadas de un solo golpe,
cuando el cielo se desgarre y caiga en pedazos, ese día será el día
inevitable".
(Ya hemos explicado anteriormente los efectos que la visita del
Planeta Hercólubus ha de producir en nuestro mundo Tierra;
indubitablemente éste sufrirá violentamente los diferentes cambios
profetizados por Mahoma en el Korán).
" ¡El golpe que es! será en Día del Juicio Final. Quienes tengan
obras que pesen en la balanza, tendrán una vida agradable. Quienes
ligeras, tendrán por morada la fosa ardiente". (Los mundos
infiernos)
"Cuando la tierra tiemble con ese temblor que le está reservado. . .
Cuando haya vomitado a los muertos que reposan en sus entrañas. . .,
el hombre se preparará para ser juzgado".
"El sol será desgarrado, las estrellas caerán, las montañas serán
puestas en movimiento y terminarán estrellándose contra el suelo. El
cielo estallará en mil pedazos y los mares y ríos confundirán sus
aguas. Las tumbas se entreabrirán y resucitarán los muertos. Los que
hayan practicado el bien tendrán la felicidad sin límites; pero los
réprobos serán también castigados sin mesura".
(Véase el Korán)
En el mundo causal yo contemplaba con asombro místico a la Gran
Catástrofe que se avecina, y como quiera que esa es la región de la
música inefable, la visión fue ilustrada con la corriente del
sonido.
Cierta deliciosa sinfonía trágica resonaba entre los fondos
profundos del cielo de Venus.
Aquella partitura asombraba, en general, por su grandeza y majestad,
por la inspiración y belleza de su traza, por la pureza de sus
líneas y por el colorido y matiz de su sabia y artística ilustración
dulce y severa, grandiosa y terrorífica, dramática y lúgubre a la
vez. . .
Los trozos melódicos fragmentarios (leitmotivs) que se oyeron en el
mundo causal, en las diferentes situaciones proféticas, , son de
gran potencia expresiva y están continuamente relacionados con el
gran acontecimiento y con los sucesos históricos que inevitablemente
le precederán en el tiempo. . .
Hay, en la partitura de esa gran Opera Cósmica, fragmentos
sinfónicos relacionados con la tercera Guerra Mundial; sonoridades
deliciosas y funestas, sucesos horripilantes, bombas atómicas,
radioactividad espantosa en toda la Tierra, hambre, destrucción
total de las grandes metrópolis, enfermedades desconocidas,
revoluciones de sangre y aguardiente, dictaduras insoportables,
ateísmo, materialismo, cruel- dad sin límites, campos de
concentración, odios mortales, multiplicación de fronteras,
persecuciones religiosas, mártires místicos, bolcheviquismo
execrable, anarquismo abominable, intelectualismo desprovisto de
toda espiritualidad, pérdida completa de la vergüenza orgánica,
drogas, alcohol, prostitución total de la mujer, explotación infame,
nuevos sistemas de torturas, etc., etc., etc.
Entremezclados con un arte sin precedentes, se escucharon
escalofriantes temas relacionados con la destrucción de las
poderosas metrópolis del mundo: París, Roma, Londres, New York,
Moscú, etc., etc., etc .
Nostradamus, en célebre carta dirigida a Enrique II dice: "Cuando el
sol quede completamente eclipsado pasará en nuestro cielo un nuevo y
colosal cuerpo celeste que será visto en pleno día, pero los
astrólogos (refiriéndose a los famosos astrónomos de hoy y del
futuro) interpretarán los efectos de este cuerpo de otro modo (muy a
la moderna). Por esta mala interpretación ninguno tendrá provisiones
para las fases de penurias (alusión a la Gran Catástrofe)".
Nostradamus, médico, astrólogo y clarividente iluminado incluye en
sus predicciones el asunto ése de la revolución de los ejes de la
Tierra mas no indica una fecha exacta, adecuada, de cuándo
sucedería; sin embargo, lo conecta con el doble eclipse que tendrá
lugar en el año 1999.
Indubitablemente, habrá una conjunción extraordinaria bajo el signo
zodiacal de Capricornio que dejará sentir su influencia desde 1984
concluyendo en el año 1999.
La gran Maestra H. P. B. predijo, hace muchos años ya, que habría un
levantamiento mundial para fines del presente siglo.
Juan, el evangelista, dice: "Cuando los pájaros de acero desoven los
huevos de fuego; cuando los hombres dominen los aires y crucen los
fondos de los mares; cuando los muertos resuciten; cuando descienda
fuego de los cielos y los hombres de los campos no pudieran alcanzar
las ciudades y los de las ciudades no pudieran huir hacia los
campos; cuando extraños aparatos se vieran en el cielo y cosas
extravagantes fueren vistas desde la Tierra. . ."
"Cuando criaturas, jóvenes y viejos tuvieren visiones, premoniciones
e hicieran profecías; cuando los hombres se dividieran en nombre del
Cristo, cuando el hambre, la sed, la miseria, la dolencia y los
cementerios sustituyan a las poblaciones de las ciudades. . ."
"Cuando hermanos de sangre se maten entre sí y las criaturas adoren
a la bestia. . ., entonces los tiempos son llegados."
El apóstol San Pablo en su Epístola a los Tesalonicenses I V, 20-21,
advierte: "No menospreciéis las profecías, examinad todo, retened lo
bueno."
La Historia cíclica de la humanidad se abre en el capítulo Vl del
Génesis con el relato del Diluvio Universal (la sumersión del
continente atlante), y concluye en el XX del Apocalipsis, en las
llamas ardientes del Juicio Final.
Moisés, salvado de las aguas embravecidas de la vida, escribió el
primero; San Juan, figura extraordinaria de la exaltación solar,
cierra el Libro Sagrado con los sellos del fuego y del azufre. . .
A partir de esto, y pese a su aparente universalidad y a la
terrorífica y prolongada acción de los elementos desencadenados,
estamos convencidos de que el gran cataclismo que se avecina no
actuará igualmente en todas partes ni en toda la extensión de los
continentes y mares. Algunas tierras privilegiadas abrigarán a los
hombres, mujeres y niños del Ejército de Salvación Mundial.
Allí, durante algún tiempo, aquellas almas selectas serán testigos
del duelo espantoso del agua y del fuego.
El doble Arcoiris anunciará el encanto de una nueva edad de oro
después de la Gran Catástrofe.
Virgilio, el gran poeta de Mantúa, Maestro del Dante florentino,
dijo: "Ya llegó la edad de oro y una nueva progenie manda."
Sabemos, por otra parte, hasta qué punto la Biblia es superior a los
otros libros. Incuestionablemenle, a pesar de ser la Biblia el libro
eterno, inmutable, el libro cíclico por excelencia, en ninguno de
sus versículos se ha dicho que el año 1999 sea precisamente el de la
Gran Catástrofe.
Sin embargo, y a pesar de ignorarse todavía la fecha exacta de la
pavorosa catástrofe que se avecina pues sólo el Padre conoce el día
y la hora, sabemos por experiencia directa que "los tiempos del fin
ya llegaron y que estamos en ellos. . ."
Nuestra intención no es emprender aquí una refutación contra los
partidarios de tal fecha, sólo queremos decir que en la Biblia, a
pesar de contener en sí misma la revelación de toda la historia
humana, más acá y más allá, incluso de los propios anales de los
pueblos, jamás se dijo que en el año 1999 perecería la Raza Aria (la
presente humanidad).
Sin embargo, los eruditos en modo alguno pueden ignorar que en la
Biblia está la narración "in extenso" del periplo que efectúa cada
gran generación cíclica.
La humanidad ya está completamente madura para el castigo supremo;
el fin de esta humanidad vergonzosa se acerca. . .
El análisis kabalístico demuestra que en los números dos (2), cinco
(5), cero (O), cero (O) se encierra el secreto de la Gran
Catástrofe. Quien tenga entendimiento que entienda porque aquí hay
sabiduría.
Desafortunadamente, las gentes jamás saben penetrar en el hondo
significado de ciertas cantidades kabalísticas; es lamentable que
todo lo interpreten literalmente.
Es preciso aguardar con sangre fría la hora suprema, del castigo
para muchos y del martirio para algunos.
"Y, ante todo, debéis saber -dice Pedro- cómo en los postreros días
vendrán, con sus burlas, escarnecedores, que viven según sus
concupiscencias y dicen: ¿Dónde está la promesa de su venida? Porque
desde que murieron los padres todo permanece igual desde el
principio de la creación."
"Pero vendrá el día del Señor -en fecha que sólo el Padre conoce-
como ladrón, y en él pasarán con estrépito los cielos, y los
elementos, abrasados, se disolverán y asimismo la Tierra con las
obras que en ella hay."
CAPITULO XIII
PARAISOS E INFIERNOS
"¡Oh, bienaventurado Mixcoatl, bien mereces ser loado en cantares, y
bien mereces que tu fama viva en el mundo, y que los que bailan en
los areitos te traigan en la boca, enrededor de los arrabales y
tamboriles de Uexotzinco para que regocijes y aparezcas a tus amigos
los nobles y generosos, tus parientes!"
"¡Oh, glorioso mancebo!, digno de todo loor, que ofreciste tu
corazón al sol, limpio como un sartal de zafiros, otra vez tornarás
a brotar, otra vez tornarás a florecer en el mundo, vendrás a los
areitos, y entre los tambores y tamboriles de Uexotzinco, aparecerás
a los nobles y varones valerosos, y te verán tus amigos." (Sahagún,
11, 140)
"Cuantos morían en la guerra, o en el altar del sacrificio, iban a
la casa del sol. Todos andaban unidos en una inmensa llanura. Cuando
el sol va a aparecer, cuando es tiempo de que salga, empiezan ellos,
entonces, a lanzar gritos de guerra, hacen resonar los cascabeles
que llevan en los tobillos y a golpear sus escudos."
"Si su escudo está perforado por dos o por tres flechas, por
aquellas hendeduras pueden contemplar el sol; pero aquéllos cuyo
escudo no tiene abertura alguna no pueden mirar al sol."
"Cuantos cayeron muertos entre magueyes y cactus, entre espinosas
acacias, y cuantos han ofrecido sacrificios a los Dioses, pueden
contemplar al sol, pueden llegar hasta él."
"Cuando han pasado cuatro años se mudan en bellas aves: colibríes,
pájaros moscas, aves doradas con huecos negros alrededor de los
ojos; o en mariposas blancas relucientes, en mariposas de fino
pelambre, en mariposas grandes y multicolores, como los vasos de
beber, y andan libando allá en el lugar de su reposo, y suelen venir
a la tierra y liban en rojas flores que semejan sangre: la eritrina,
la paisentía, la carolínea, la caliandra." (Epica nahua).
"Dijeron los viejos que el sol los llama para sí, y para que vivan
con él allá en el cielo, para que le regocijen y canten en su
presencia y le hagan placer."
"Estos están en continuos placeres con el sol, viven en continuos
deleites, gustan y chupan el olor zumo de todas las flores sabrosas
y olorosas, jamás sienten tristeza ni dolor, ni disgusto, porque
viven en la casa del sol, donde hay riquezas de deleites."
"Y éstos de esta manera que mueren en las guerras, son muy honrados
acá en el mundo, y esta manera de muerte es deseada de muchos."
"Muchos tienen envidia a los que así mueren, y por esto todos desean
esta muerte, porque los que así mueren son muy alabados." (Sahagún,
11, 140).
Enigmáticos poemas solares. . ., verdades trascendentales que la
Antropología profana desconoce.
Mucho se ha hablado sobre Makara el "escamoso", el famoso Dragón
volador de Medea.
En el Museo Británico puede verse todavía un ejemplar de Dragón
alado, y con escamas.
El gran Dragón sólo respeta y venera a las Serpientes de Sabiduría.
Es lamentable que los asiriólogos ignoren en verdad la condición del
Dragón en en la antigua Caldea.
El signo maravilloso del Dragón tiene, ciertamente, siete
significados esotéricos.
No está demás afirmar en forma enfática que el más elevado es
idéntico al "Nacido por sí", el Logos, el Aja hindú.
En su sentido más infernal es el Diablo, aquella excelente criatura
que antes se llamara Lucifer, el Hacedor de luz, el Lucero de la
mañana, el "latón" de los viejos alquimistas medievales.
Entre los gnósticos cristianos llamados Naasenios o adoradores de la
Serpiente, era el Dragón el Hijo del Hombre. Sus siete estrellas
lucen gloriosas en la diestra del Alfa y Omega del Apocalipsis de
San Juan.
Es lamentable que el Prometeo-Lucifer de los antiguos tiempos se
haya transformado en el Diablo de Milton. . .
Satanás volverá a ser el Titán libre de antaño cuando hayamos
eliminado de nuestra naturaleza íntima a todo elemento animal, .
Necesitamos con urgencia máxima, inaplazable, blanquear al Diablo, y
esto sólo es posible peleando contra nosotros mismos, disolviendo
todo ese conjunto de agregados psíquicos que constituyen el Yo, el
mí mismo, el sí mismo.
Sólo muriendo en sí mismos podremos blanquear al latón y contemplar
al Sol de la Media Noche, al Padre.
Cuantos mueren en la guerra contra sí mismos, quienes logran la
aniquilación del m@ mismo, lucen esplendorosos en el espacio
infinito, penetran en los distintos departamentos del Reino (entran
en la Casa del Sol).
La alegoría de la guerra en los cielos tiene su origen en los
templos de la iniciación y en las criptas arcaicas.
Pelean Miguel contra el Dragón rojo y San Jorge contra el Dragón
negro; se traban siempre en lucha Apolo y Pitón, Krishna y Kaliya,
Osiris y Tiphón, Bel y el Dragón, etc., etc., etc.
El Dragón es siempre la reflexión de nuestro propio Dios Intimo, la
sombra del divino Logoi que desde el fondo del Arca de la Ciencia,
en acecho místico, aguarda el instante de ser realizado.
Pelear contra el Dragón significa vencer a las tentaciones y
eliminar a todos y cada uno de los elementos inhumanos que llevamos
dentro: Ira, codicia, lujuria, envidia, orgullo, pereza, gula, etc.,
etc., etc.
Quienes mueren en el Altar del Sacrificio, es decir, del
"sacro-oficio", en la Novena Esfera, van a la Casa del Sol, se
integran con su Dios.
En la tierra sagrada de los Vedas, Arjuna tiembla y se estremece en
pleno campo de batalla al comprender que debe matar a sus propios
parientes (sus múltiples yoes o defectos psicológicos del ejército
enemigo). Para los mexicanos auténticos, lo que determina el lugar
al que va el Alma después de la muerte es el género específico de la
misma y el tipo de labores que en vida tuviera tal difunto.
Aún los guerreros enemigos que han muerto en la dura brega o que,
capturados como prisioneros fueron sacrificados en el techcatl, la
piedra de los sacrificios, ingresan al sublime Reino de la luz
dorada (el Paraíso Solar). Estos tienen un Dios especial, quiero
referirme a Teoyaomicqui, 1a "Deidad de los enemigos muertos".
El aspecto esotérico de este tema de la religión popular es
trascendental. Entender esto es impostergable. "Los cristianos
también deberían venerar a los santos de otros credos, religiones y
lenguas."
Las mujeres muertas en parto, que dichosas moran en el paraíso
occidental sabiamente denominado "cincalli", la "casa del maíz", son
también muy veneradas.
Indubitablemente, antes de transformarse en diosas, las feminas
muertas en parto gozan de extraordinarios poderes mágicos, según
afirma la Religión de Anahuac.
Dícese de la mujer que ha muerto de parto, que ha vencido al
enemigo. Los jóvenes guerreros codician su brazo derecho y tratan de
apoderarse de él porque éste los hará invencibles en el combate,
motivo por el cual tales cadáveres fueron siempre debidamente
vigilados por hombres del clan, armados de punta en blanco a fin de
evitar la mutilación.
Resulta interesante que tales mujeres, antes de convertirse en
diosas, bajen a la tierra convertidas en fantasmas terroríficos y de
mal agüero, llevando por cabeza una calavera y con manos y pies
provistos de garras, según dicen los misterios de Anahuac.
Estados post-mortem extraordinarios los de aquellas nobles mujeres
que mueren en el parto.
A aquél desmayo de tres días mencionado por el Bardo Thodol, y que
siempre se sucede después de la defunción del cuerpo físico, reviven
aquellas difuntas la vida que acaba de pasar y entonces parecen
fantasmas sufrientes y de horripilante apariencia.
Empero, concluidas las experiencias retrospectivas de la existencia
finalizada, la "esencia", en ausencia del Yo, se eleva de esfera en
esfera hasta sumergirse en la dicha solar.
Mucho más tarde en el tiempo, concluido el buen dharma, esas almas
han de regresar inevitablemente a una nueva matriz.
Los sabios sacerdotes de Anahuac afirmaron siempre en forma enfática
que las "cihuateotl" o "mujeres diosas" muertas en parto, viven en
el paraíso occidental llamado "cincalli", la "casa del maíz".
Del germen, del grano, nace la vida, y ellas dieron su vida,
precisamente, por la naciente criatura.
La Madre Natura sabe pagar siempre de la mejor manera el sacrificio
solemne de esas benditas mujeres.
Es indescriptible la dicha de esas almas en los cielos de la Luna,
Mercurio, Venus y el Sol. . .
Desafortunadamente toda recompensa se agota, y al fin, aquellas
almas vuelven al interior del Yo con el propósito de penetrar en una
nueva matriz.
Los que mueren ahogados entre las aguas tormentosas de los ríos o de
los mares, o entre las ondas de los profundos lagos, o por el rayo,
ingresan dichosos al Paraíso de Tlaloc que queda al Sur, la región
de la fertilidad y de la abundancia donde existen árboles frutales
de toda clase y abunda el maíz, el frijol, la chía y muchísimos
otros mantenimientos.
Las espléndidas pinturas halladas en el Templo de Teotihuacan vienen
a demostrarnos la firme creencia en el Tlalocan, el famoso Paraíso
de Tlaloc.
En las dimensiones superiores de la naturaleza existen muchos
paraísos de felicidad; no está demás recordar el Reino del Buddha
Amitabha ubicado por los lamas tibetanos en el Oeste.
En el Bardo Thodol se citan varios de esos Edenes: "El Reino de la
Suprema Dicha", "El Reino de la Densa Concentración", "El Reino de
los largos Cabellos", Vajrapani o el Vihara Ilimitado de la
Radiación del Loto, Padma-sambhava en la presencia de Urgyan, etc.,
etc., etc.
La doctrina secreta de Anahuac enseña que existen trece cielos, y
afirma solemnemente que en el más alto de éstos viven las almas de
los niños que fallecen antes de tener uso de razón.
Dice la doctrina del México antiguo que esas almas inocentes esperan
a que se destruya la presente humanidad en el gran cataclismo que se
avecina para reencarnar en la nueva humanidad. En el Tibet
milenario, el Bardo Thodol guía a los difuntos que desean liberarse
para no regresar a las amarguras de este mundo.
En la tierra sagrada de los faraones muchas almas lograron escaparse
de esta cloaca del samsara después de haber trabajado en la
disolución del Ego.
Terribles pruebas aguardan a los difuntos que no desean retornar a
este mundo; cuando salen victoriosos ingresan a los ya citados
reinos suprasensibles. En esas regiones son instruidos y auxiliados
antes de sumergirse dichosos como niños inocentes en el Gran Océano.
Muchas de esas almas volverán en la Edad de Oro, después del gran
cataclismo, para trabajar en su autorrealización íntima.
Incuestionablemente, resulta inteligente saberse retirar a tiempo,
antes de que concluya el "ciclo de existencias".
Es preferible retirarse de la "escuela de la vida" antes que ser
expulsado; la involución sumergida dentro de las entrañas de la
Tierra, en el tenebroso Tartarus, ciertamente es muy dolorosa.
En el país asoleado de Khem, en la época del faraón Kefrén, conocí
personalmente cierto caso ejemplar.
Se trata de un ciudadano muy religioso que jamás fabricó los
"cuerpos existenciales superiores del Ser".
Aquel místico, muy serio en sí mismo, creyéndose incapaz para las
ordalías de la Iniciación, y sabiendo el destino que aguarda a las
almas después de cada ciclo o período de existencias, prefirió
retirarse del escenario cósmico.
Aquel devoto jamás conoció el misterio indecible del Gran Arcano,
pero tenía al Yo y sabía que lo tenía y deseaba desintegrarlo para
no retornar después de la muerte a este valle de lágrimas.
Es ostensible que su Divina Madre Kundalini, Tonantzin, Isis,
siempre le asistió en el trabajo de disolución de esos elementos que
constituyen el "mí mismo".
Jamás afirmaría que aquel religioso lograra entonces la eliminación
total de los elementos inhumanos, empero, avanzó mucho en su
trabajo, y después de la muerte del cuerpo físico, continuó en el
más allá con el propósito inquebrantable de no volver a este mundo.
Posteriormente, después del consabido desmayo de los tres días, esa
alma hubo de revivir en forma retrospectiva la existencia
finalizada.
Concluido el trabajo retrospectivo, informado el difunto sobre el
resultado de todas sus acciones, tanto buenas como malas, éste
continuó firme en el propósito de no retornar más.
El aullido terrorífico del Lobo de la Ley que tanto espanta a los
difuntos, el huracán espantoso de la Justicia objetiva, las
siniestras tempestades del país de los muertos, las innumerables
parejas que copulan incesantemente, las atracciones y repulsiones,
simpáticas y antipatías, los errores cavernarios, etc., nunca
lograron hacer desistir a aquella alma de su firme propósito.
La voz solemne de los sacerdotes egipcios, que en vida le habían
prometido ayuda, llegaba hasta el difunto recordándole su propósito.
Keh, su Padre que está en secreto, y Nut, su Divina Madre Isis,
sometieron al hijo -el difunto- a la prueba final, empero, el
desencarnado salió victorioso.
Como secuencia de todos estos triunfos íntimos, aquel difunto
ingresó dichoso en un paraíso molecular muy similar al de Tlaloc.
En tal región de indiscutibles delicias naturales, aquella criatura
continuó con pleno éxito el trabajo sobre sí misma.
Devi Kundalini, Tonantzin, Isis-María, su Divina Madre particular,
le auxilió en forma directa eliminando de su psiquis a los residuos
inhumanos que aún quedaban.
Conforme el difunto iba reconquistando la inocencia, a medida que
moría más y más en sí mismo, pasaba también por distintas
metamorfosis. En principio asumió la figura inefable de una tierna
doncella, y por último, la de una niña de tres años, entonces, como
un simple "budha elemental" se sumergió entre el océano del Espíritu
Universal de Vida, más allá del bien y del mal.
Obviamente, aquella criatura fue sincera consigo misma, no
sintiéndose capaz para alcanzar el adeptado, prefirió separarse del
escenario del mundo, retornar al punto de partida original,
continuar como simple elemental.
Esas almas pueden reencarnarse, si así lo quieren en la futura Edad
de Oro, después del gran cataclismo que se avecina, para ingresar a
los misterios, empero, la mayoría de esas inocentes criaturas
prefiere quedarse para siempre en ese lado elemental.
Cuando los iniciados del viejo Egipto dábamos estas enseñanzas al
pueblo, nos sentábamos en grupos de a cuatro ante pequeñas mesas
cuadradas; con esto alegorizábamos a los cuatro estados
fundamentales por los cuales debe pasar toda alma que desee
retirarse de la rueda del samsara.
Consumada la eliminación de los residuos inhumanos en la psiquis del
difunto, éste tendrá que experimentar en sí mismo el "vacío
iluminador"; esto es el Dharmakaya.
Este vacío no es de la naturaleza del vacío de la nada, sino un
vacío inteligente, es el estado del espíritu en el Sambhogakaya.
Vacío y claridad inseparables. Vacío claro por naturaleza y claridad
por naturaleza vacía es el Adi-kaya, la Inteligencia iluminada.
La iluminada Inteligencia, brillando sin obstáculos en el difunto
que ha logrado morir completamente en sí mismo, irradiará por todas
partes: es el Nirmanakaya.
Tan sólo por la experiencia directa en los cuatro kayas es posible
obtener la liberación total.
Muy diferente es la suerte que aguarda a las almas que concluyen
cualquier período de manifestación sin haberse liberado.
Quienes no han sido elegidos por el Sol, o por Tlaloc, -dicen los
aztecas-, van simplemente al Mictlan y ahí esas almas padecen
espantosas pruebas mágicas al pasar por los infiernos
En primer lugar, para llegar al Mictlan han de pasar por el cenagoso
río, el Aqueronte o Chignahuapan, en la barca de Carón, como dice el
Dante en su Divina Comedia. Incuestionablemente, ésa es la primera
prueba a la que se someten los "dioses infernales".
"¡Ay de vosotras, almas perversas!, no esperéis nunca ver el cielo.
Vengo para conduciros a la otra orilla, donde reinan eternas
tinieblas, en medio del calor y del frío. . ."
Continúan los sabios mexicanos diciendo que después el alma tiene
que pasar entre dos montañas que se juntan; en tercer lugar, por una
montaña de obsidiana; en cuarto lugar, por la región en donde aúlla
tremendo un viento muy helado; después, por donde flotan las
banderas; el sexto lugar en que se flecha; en el séptimo círculo
dantesco están las fieras que comen los corazones; en el octavo,
dicen está el paso estrecho entre lugares y piedras; y en el noveno
y último círculo del Dante, dentro del interior de la Tierra, existe
el Chignahumictlan, donde se pasa por la "muerte segunda" tan
sabiamente descrita por el Apocalipsis de San Juan.
Posteriormente, esas almas descansan ingresando a los paraísos
elementales de la naturaleza; entonces inician nuevos procesos
evolutivos que han de comenzar por el reino mineral, proseguir en el
vegetal, continuar en el animal y culminar en el estado humanoide
que otrora se perdiera.
CAPITULO XIV
EL BINARIO SERPENTINO
El binario serpentino en el México prehispánico es ciertamente algo
que nos invita a la reflexión.
Las dos serpientes Igneas o xiuhcoatls, que graciosamente rodean al
Sol en el calendario azteca, también rodeaban al Templo mayor de la
gran Tenochtitlan y formaban el famoso Coatepantli o "muro de
serpientes".
La serpiente azteca aparece constantemente en situaciones
extraordinarias que trastornan íntegramente su determinismo
orgánico: la cola, representada por una segunda cabeza en actitudes
insólitas, nos conduce, por simple deducción lógica, al binario
serpentino.
La doble cabeza, que recuerda con entera claridad a la figura de
sierpe en círculo, en aquel trance gnóstico de devorar a su propia
cola, aparece en los muros sagrados del Templo de Quetzalcoatl en
las ruinas de Xochicalco.
Binarios serpentinos, ya danzando exóticamente debidamente
enroscados en la mística figura del Santo Ocho, ya en forma
encadenada formando círculo al estilo maya, etc., nos están
indicando algo misterioso, extraordinario y mágico.
No está demás en este Tratado citar enfáticamente al doble carácter
esotérico de la serpiente.
Distíngase entre la serpiente tentadora del Edén y la Serpiente de
bronce que sanaba a los israelitas en el desierto; entre la
horripilante Pitón que se arrastraba entre el lodo de la tierra y
que Apolo, irritado hirió con sus dardos y esa otra que ascendía por
la vara de Esculapio, el Dios de la Medicina.
Cuando la Serpiente ígnea de nuestros mágicos poderes asciende por
el canal medular espinal del organismo humano, es nuestra Divina
Madre Kundalini.
Cuando la serpiente ígnea baja proyectándose desde el hueso coxígeo
hacia los infiernos atómicos del hombre, es el abominable órgano
kundartiguador.
El Venerable Maestro "G" cae en el gravísimo error de atribuirle a
la Serpiente ascendente (Kundalini) los poderes hipnóticos y
horribles de la serpiente descendente (el abominable órgano
kundartiguador).
Kundalini es una palabra compuesta: "kunda", viene a recordarnos al
abominable órgano kundartiguador; "lini", es un término atlante que
significa fin. Kundalini, en alta gramática, puede y debe traducirse
así: Fin del abominable órgano kundartiguador.
El ascenso victorioso de la Kundalini por el canal medular espinal
marca el fin del abominable órgano kundartiguador.
Indubitablemente, el Doctor Maurice Nicoll y Ouspensky, el gran
iniciado, aceptaron este error del Maestro "G".
El citado Maestro consideraba que su Madre Cósmica era el sagrado
prana. Si el Maestro "G" hubiese estudiado al binario serpentino en
los "muros sagrados" de los templos mexicanos, toltecas, mayas,
etc., indubitablemente jamás habría caído en esta confusión.
La Yoga indostánica hace exhaustivos análisis sobre ese Fuego
serpentino anular (Kundalini) que se desarrolla ascendente en el
cuerpo del asceta, empero muy poco dice sobre la sierpe descendente
o "cola demoníaca", cuya fuerza eléctrica mantiene en trance
hipnótico a toda la humanidad doliente.
Si estos pobres mamíferos intelectuales que pueblan la faz de la
Tierra pudieran ver con entera claridad meridiana el lamentable
estado en el que se encuentran, desesperadamente buscarían la forma
de escapar.
Tan pronto como el pobre animal intelectual despierta, aunque solo
sea por un instante fugaz, y abre los ojos ante el crudo realismo de
la vida, de inmediato el formidable poder hipnótico de la serpiente
terrible del abismo vuelve a la carga con fuerza multiplicada y la
infeliz víctima cae dormida otra vez, soñando que está despierta o a
punto de despertar.
Solamente el gnóstico sincero, que comprende íntegramente la
dificultad de despertar conciencia, sabe que esto último sólo es
posible a base de trabajos conscientes y padecimientos voluntarios.
La gran víbora infernal conoce todo el "modus operandi" de la
imaginación mecánica. (Jamás nos pronunciaríamos contra lo diáfano o
translúcido, que es conocido como imaginación objetiva, consciente.)
La culebra abismal, mediante la imaginación mecánica que es su
agente primordial, trabaja de acuerdo con los intereses de la
naturaleza y nos mantiene sumidos en el estado de trance hipnótico
profundo.
Mediante los mecanismos de la fantasía justificamos siempre nuestras
peores infamias, eludimos responsabilidades, buscamos escapatorias,
nos auto- consideramos, nos autocalificamos de la mejor manera, nos
creemos justos y perfectos.
Cabe pensar que hay fuerzas para las cuales es útil y provechoso
mantener al mamífero racional en estado de sueño hipnótico e
impedirle que vea la verdad y comprenda su posición en la vida.
Ostensiblemente, la mayoría de nosotros encuentra tales excusas, y
está de tal modo bajo la necia y sutil actividad de la justificación
del mí mismo con la complicidad de la imaginación mecánica, que en
realidad jamás sospecharía la existencia íntima de sus muy naturales
errores psicológicos. . .
Por ejemplo, si somos crueles con la esposa, hijos, parientes, etc.,
en realidad lo ignoramos. . .
Lo más grave es que permitimos que esta situación prosiga, sobre
todo porque nos gusta y es tan fácil, y si nos acusan de crueldad,
probablemente sonreiremos pensando que no comprenden nuestra
justicia, nuestra misericordia y amor infinito...
Estamos metidos entre los horripilantes anillos de la Gran
Serpiente, pero nosotros nos creemos libres.
Dice la leyenda de los siglos que cuando Krishna -el gran Avatara
del Indostán - cumplió quince años, fue a buscar al patriarca Nanda
y le dijo: "-¿Donde está mi madre?" (La Serpiente ascendente
Kundalini.)
"-Hijo mío, no me lo preguntes, respondió el patriarca, tu madre ha
vuelto al país de donde vino y no sé cuándo volverá. . ."
"Krishna cayó en tristeza profunda, abandonó a sus compañeros y erró
varias semanas por el Monte Merú. . ."
"Allí tropezó con un anciano de pie bajo el cedro gigantesco.
Entreambos se miraron largo tiempo. . ."
"-¿A quién buscas?, le dijo el anacoreta."
"-A mi madre, ¿dónde la encontraré?"
"-Al lado de Aquél que no cambia nunca." (El Padre que está en
secreto.)
"-Pero, ¿cómo encontrar a Aquél?"
"-Busca, busca siempre y sin fin (dentro de ti mismo)."
"-Mata al toro (el Ego animal) y aplasta a la serpiente (del
abismo)."
"Después advirtió Krishna que la forma majestuosa del anciano se
volvía transparente, luego trémula, hasta desaparecer entre las
ramas cual una vibración luminosa. . ."
"Cuando Krishna descendió del Monte Merú parecía radiante y
transfigurado; una energía mágica brotaba de su Ser."
"-Vamos a luchar contra los toros y las serpientes (abismales);
vamos a defender a los buenos y a subyugar a los malvados, dijo a
sus compañeros."
"Con el arco y la espada, Krishna y sus hermanos, los hijos de los
pastores, batieron en la selva ¿1 todas las bestias feroces."
"Krishna mató o domó leones, hizo la guerra a reyes perversos y
liberó a tribus oprimidas, mas la tristeza invadía el fondo de su
corazón. . ."
"Su alma sólo tenía un deseo profundo, misterioso: encontrar a su
Madre Divina Kundalini y volver a hallar al sublime anciano (su
Maestro); pero a pesar de la promesa de éste, y de lo mucho que
había luchado y vencido, no podía conseguirlo."
"Un día oyó hablar de Kalayoni, el rey de las serpientes, el mago
negro guardia del templo de Kali (Coatlicue, Proserpina, Hécate), la
tremebunda diosa del deseo y de la muerte, y pidió luchar con la más
temible de sus serpientes, aquella serpiente eterna (el abominable
órgano kundartiguador) que había devorado ya a tantos cientos de
guerreros excelsos, cuya baba corroía los huesos y cuya mirada
sembraba el espanto en todos los corazones. . ."
"Del fondo del templo de Kali -la reina de los infiernos y de la
muerte- la de todos los crímenes, Krishna vio salir, al conjuro
mágico de Kalayoni, a un largo reptil azul-verdoso."
"La serpiente enderezó lentamente su grueso cuerpo, erizó horrísona
su rojiza melena, y sus ojos penetrantes fulguraron con espanto en
su cabeza de monstruo de conchas relucientes."
"-O la adoras o perecerás -le dice el mago."
"La serpiente murió a manos de Krishna, del héroe santo que no
conociera el miedo. . ."
"Cuando Krishna hubo matado heroicamente a la serpiente guardián del
templo de Kali, la diosa horrible del deseo y de la muerte, hizo
abluciones y oración durante un mes en la orilla del Ganges, después
de haberse purificado a la luz del sol y en el divino pensamiento
contemplativo de Maha-deva."
La horripilante víbora infernal jamás aceptaría al sahaja maithuna,
la castidad científica, porque eso va contra los intereses de la
naturaleza.
Quienes no consigan ser devorados por la Divina Serpiente Kundalini
serán tragados por la pavorosa serpiente Pitón.
El guerrero que logre matar a la culebra infernal, ingresará al
Palacio de !os Reyes, será ungido como Rey y Sacerdote de la
naturaleza según el Orden de Melchizedek.
Empero, ciertamente jamás resulta empresa fácil rebelarse contra los
átomos de la herencia, contra la lujuria que heredamos de nuestros
antepasados, contra la pavorosa víbora infernal que trajo al mundo a
nuestros abuelos y que traerá a nuestros hijos y a los hijos de
nuestros hijos.
Eso que uno lleva en la carne, en la sangre y en los huesos, es
definitivo, y rebelarse contra eso resulta espantoso.
La doctrina de la aniquilación budhista es fundamental. Necesitamos
morir de instante en instante; sólo con la muerte adviene lo nuevo.
CAPITULO XV
LOS ELEMENTALES
Nuestra Divina Madre Tonantzin es la Serpiente ígnea de nuestros
mágicos poderes ascendiendo victoriosa por el canal medular espinal
del organismo humano.
Coatlicue es la serpiente del abismo, Kali, Hécate, la Proserpina
infernal, la diosa de la Tierra.
Cihuacoatl es otro nombre terrible de la diosa de la Tierra y la
Patrona bendita de las famosas cihuateotl que de noche gritan y
braman espantosamente en el aire.
En tiempos más recientes Cihuacoatl se transformó en la "llorona" de
nuestras leyendas populares, que carga una cuna misteriosa o el
cadáver de una criatura inocente y que lanza en las noches amargos
lamentos en las solariegas calles de la ciudad.
En tiempos antiguos decían que había llegado por el delito de haber
dejado abandonada, en el mercado público a la cuna dentro de la cual
estaba el cuchillo de sacrificio.
Incuestionablemente, los gnomos o pigmeos que moran entre las
entrañas de la Tierra, tiemblan ante Coatlicue.
El genio particular de estos gnomos es Gob, un deiduso muy especial
conocido en alta magia.
Se nos ha dicho que el reino específico de los gnomos está al Norte
de la Tierra. Se les manda con la espada.
Veamos ahora un magnífico poema de la Epica Nahua relacionado con
Tlaloc, el Dios del agua:
"El Dios Tlaloc residía en un gran palacio con cuatro aposentos, y
en medio de la casa había un patio con cuatro enormes barreños
llenos de agua."
"El primero es del agua que llueve a su tiempo y fecundiza a la
tierra para que de buenos frutos."
"El segundo es del agua que hace anublarse a las mieses y hace
perder los frutos."
"El tercero es del agua que hace helar y secar a las plantas."
El cuarto es del agua que produce sequía y esterilidad. . ."
"Tiene el Dios a su servicio a muchos ministros -los elementales del
agua-, pequeños de cuerpo, los cuales moran en cada uno de los
aposentos, cada uno según su color, pues son azules como el cielo,
blancos, amarillos o rojos. . ."
"Ellos, con grandes regaderos y con palos en las manos, van a regar
sobre la tierra cuando el supremo Dios de la lluvia ordena. . ."
"Y cuando truena, es que resquebrajan sus cántaros, y si algún rayo
cae, es que un fragmento de las vasijas rotas viene sobre la tierra.
. ."
Hallándome un día en estado de meditación profunda, hube de ponerme
en contacto directo con el bendito Señor Tlaloc.
Este gran Ser vive en el mundo causal, más allá del cuerpo, de los
afectos y de la mente. En todas las partes de mi Ser experimenté
ciertamente la tremenda realidad de su presencia
Vestido exóticamente, parecía un árabe de los antiguos tiempos; su
rostro, imposible de describir con palabras, era semejante a un
relámpago.
Cuando le recriminé por el delito de haber aceptado tantos
sacrificios de niños, mujeres, varones, ancianos, etc., la respuesta
fue: "Yo no tuve la culpa de eso, nunca exigí tales sacrificios, eso
fue cosa de las gentes allá en el mundo físico. "Luego concluyó con
las siguientes palabras: "Volveré en la nueva Era Acuaria."
Incuestionablemente, el Dios Tlaloc habrá de reencarnarse dentro de
algunos años.
Los kabalistas afirman solemnemente que el reino de las ondinas se
encuentra en el Occidente y se les evoca con la copa de las
libaciones
Los antiguos magos, cuando llamaban a las ondinas de los ríos y de
los lagos, o a los genios de las nubes o a las nereidas del
tormentoso océano clamaban con gran voz pronunciando los siguientes
mantras: Veya, Vallala, Veyala, Heyala, Veya.
Ciertas tribus de América, cuando quieren lluvia para sus cultivos,
reunidos sus miembros, asumen la figura del sapo, lo imitan, y
luego, en coro, remedan el croac de los mismos; el resultado no se
hace esperar demasiado.
Los antiguos mexicanos oraban al Señor de las lluvias, al Tlaloc, y
entonces era regada la tierra con las aguas de la vida.
Aunque Tlaloc es un Rey de la naturaleza, una criatura perfecta más
allá del bien y del mal, está en sus manos la inundación, la sequía,
el granizo, el hielo y el rayo, motivo por el cual los magos
antiguos temían su cólera. No está demás afirmar que al finalizar la
civilización nahua se le ofrecieron sacrificios de prisioneros
vestidos con el númen y, especialmente, doncellas y niños con el
propósito de aplacar su ira.
Necesitamos aclarar lo siguiente: Cuando la poderosa civilización
Anahuac estaba en el cenit de su gloria, los sacrificios humanos,
que tanto espantan a los turistas, brillaban por su ausencia, no
existían.
Indubitablemente, toda civilización que agoniza termina siempre con
un baño de sangre, y México en modo alguno podía ser la excepción.
Quienes hayan estudiado Historia Universal no ignoran esto al
recordar a Roma, Troya, Cartago, Egipto, Persia, etc., etc., etc.
Los secuaces de la Antropología profana, utopistas en un ciento por
ciento, basados en meros racionalismos subjetivos, han lanzado la
hipótesís absurda de que nuestro santísimo Señor Quetzalcoatl, gran
avatara del antiguo México, fue también adorado con el nombre de
Ehecatl, que sabiamente traducido significa "Dios del viento.
Los Adeptos de la Fraternidad Oculta, aquellos Individuos sagrados
dotados de razón objetiva, los Maestros auténticos de la
Antropología gnóstica, saben muy bien, por experiencia mística
directa y profundo análisis, que el Dios del viento es un deva de la
naturaleza, un malachim del mundo causal, un genio del movimiento
Cósmico muy distinto a Quetzalcoatl
No está demás explicar que la razón subjetiva elabora sus conceptos
de contenido exclusivamente con los datos basados en las
percepciones sensoriales externas, motivo por el cual nada puede
saber sobre lo real, sobre la verdad, sobre Dios, como ya lo
demostró en forma contundente Don Emmanuel Kant en su libro titulado
"La Crítica de la Razón Pura".
La razón objetiva es diferente; elabora sus conceptos de contenido
con los datos fundamentales de la conciencia.
Así pues, al hablar sobre los Dioses del Panteón azteca, los
estudiantes de la Antropología gnóstica sabemos muy bien lo que
decimos; no lanzamos opiniones subjetivas. . ., somos matemáticos en
la investigación y exigentes en la expresión.
Ehecatl, Sabtabiel, Michael, etc., etc., etc., constituyen una
verdadera pléyade de Individuos sagrados de nuestro sistema solar de
Ors, especializados en la difícil ciencia del Movimiento Cósmico.
El gran guruji Ehecatl ayudó en forma muy eficiente al gran Kabir
Jesús de Nazareth en sus difíciles procesos resurrectivos.
Es indudable que bajo la dirección de Ehecatl trabajan en nuestro
planeta Tierra billonadas y trillonadas de silfos aéreos.
Se nos ha dicho con gran énfasis que el reino de los silfos se halla
ubicado en el Oriente.
Incuestionablemente, se les manda con la pluma de águila o con los
santos pantáculos; esto lo saben magos. En la visión de la armonía
de todas las cosas descubrimos con asombro místico a la parte
espiritual de la naturaleza; en otros términos, encontramos a los
famosos malachim o reyes angélicos.
Los contactos directos con los elementales deben realizarse siempre
por intermedio de los reyes angélicos de los elementos, en la esfera
maravillosa del mundo causal.
Cual la tierra, el agua y el aire, el elemento fuego de la
naturaleza tiene también en la doctrina secreta de Anahuac a su Dios
especial.
Los aztecas le adoraron siempre con el sagrado nombre de
Huehueteotl, que traducido correctamente significa "Dios viejo",
Se le representa como un viejo cargado de años y que soporta sobre
su cabeza a un enorme brasero.
Se nos ha dicho que en contraste con Tezcatlipoca, que es el primero
que llega a la fiesta del mes teotleco, el bienaventurado Señor
Divino Huehueteotl es el último en llegar a la asamblea de los
Dioses.
Huehueteotl, como elemento natural es el INRI de los Cristianos, el
Abraxas de los gnósticos, el Tao chino, el Zen budhista, el Agnus
Dei.
Huehueteotl, como Individuo sagrado, es un Rey angélico, alguien que
se autorrealizó íntimamente, un malachim bajo cuya rectoría trabajan
billonadas y trillonadas de salamandras (criaturas del fuego).
En el Fuego universal moran dichosos los "Hijos de la Llama", los
Dioses del elemento ígneo, los genios antiguos, Apolo, Minerva,
Horus, etc. Esas Llamas inefables y terriblemente divinas
ciertamente están mucho más allá del bien y del mal.
Ostensiblemente, el reino de las salamandras se encuentra en el Sur.
Se les manda con la varilla dentada o con el tridente mágico.
Para dominar y servirse de los elementales de la naturaleza, en
forma completa y definitiva, es indispensable eliminar previamente
al Ego animal.
Nunca una persona ligera y caprichosa gobernará a los silfos de la
naturaleza; jamás un sujeto blando, frío y voluble, será amo
absoluto de las ondinas de las aguas o de las nereidas de los mares;
la ira irrita a las salamandras del fuego y la concupiscencia
grosera convierte de hecho en juguete de los gnomos o pigmeos del
reino mineral a quienes quieren servirse de ellos.
Es preciso ser prontos y activos como los silfos; flexibles y
atentos a las imágenes como las ondinas y nereidas; enérgicos y
fuertes como las salamandras; laboriosos y pacientes como los
gnomos. En una palabra, es urgente, indispensable vencer a los
elementales en su fuerza sin dejarse nunca dominar por sus
debilidades. Recordad que nuestro lema divisa es thelema (voluntad).
Cuando el mago haya muerto totalmente en sí mismo la naturaleza
entera le obedecerá.
Pasará durante la tempestad sin que la lluvia toque a su cabeza; el
viento no desarreglará a un solo pliegue de su traje.
Cruzará el fuego sin quemarse; caminará sobre las aguas tormentosas
sin hundirse. podrá ver con entera claridad a todas las riquezas que
se esconden en el seno de la Tierra.
Recordemos las palabras del gran Kabir Jesús: "Los milagros que yo
he hecho los podréis hacer vosotros, y aún más. . ."
El orden angélico del mundo de las causas naturales o mundo de la
Voluntad consciente, es el de los Malachim o Reyes de la Naturaleza,
que ciertamente constituyen, por sí mismos, los legítimos principios
espirituales de los elementos.
Esos Dioses, inefables y terriblemente divinos, son Hombres
perfectos en el sentido más completo de la palabra. Tales Seres
están mucho más allá del bien y del mal.
El asceta iluminado se llena de asombro y místico terror cuando
experimenta, en todas las partes de su Ser, la presencia del Dios
murciélago, poderoso Señor de los misterios de la Vida y de la
Muerte.
No está demás recordar que aún se conservan cantos a
Huitzilopochtli, a la Madre de los Dioses, al Dios del fuego, a
Xochipilli, el Dios de la música, de la danza y del canto, a
Xochiquetzal, a Xipetotec, el bendito Señor de la primavera, etc.,
etc., etc.
En instantes en que escribo estas líneas surgen en mi mente algunas
reminiscencias insólitas.
Ha muchos años, cierto huésped no grato moraba en mi casa; parecía
no tener afán de partir.
Consulté el caso a Ehecatl, el Dios del viento, y es obvio que el
sujeto apresuradamente abandonó mi casa. Afortunadamente tuve en mi
poder la suma que Ehecatl me exigió por el servicio; nada se nos da
regalado, todo cuesta.
A estos Dioses elementales se les paga con valores cósmicos. Quien
tiene con que pagar sale bien en los negocios.
Nuestras buenas obras están representadas con moneda cósmica. Hacer
siempre el bien es un buen negocio. Así acumularemos capital cósmico
mediante el cual es posible hacer negociaciones de esta clase.
El iniciado aborda a los seres elementales en nombre de cualquiera
de los Reyes que los gobiernan.
De alguna manera desciende a los reinos elementales trayendo consigo
su virilidad, y obra entonces sobre los elementos.
Las operaciones elementales deben iniciarse en el mundo de las
causas naturales; desde esa región deben ser controladas. . .
Faltando ese control, la magia negra surge de inmediato.
Cuando las fuerzas elementales se divorcian de sus principios
espirituales y se convierten en algo diferente, aunque no se
pretenda hacer ningún mal, se produce inevitablemente una caída
acompañada por la degeneración.
Cuando reconquistamos la inocencia en la mente y en el corazón, los
Príncipes del fuego, del aire, de las aguas y de la tierra, abren
ante nosotros las puertas de los paraísos elementales. Es necesario,
por tanto, que cuando queramos servirnos de las fuerzas elementales
pidamos el auxilio a los Reyes correspondientes
En el mundo causal o mundo de la Voluntad consciente es,
esencialmente la región del misticismo religioso,
El gnóstico que aprende a combinar la meditación con la oración,
incuestionablemente puede establecer contacto, objetivo y
consciente, con los Dioses de la naturaleza.
El mundo causal es la esfera de los Maestros, es el Templo eterno en
los cielos que mano alguna ha construido, es la gran Morada de la
Fraternidad Oculta.
¿Estáis enfermo? ¿Queréis sanar a alguien? Escoged entonces como
motivo de concentracíon, meditación, oración, súplica, etc., al
famoso Dios murciélago de aztecas y mayas. Indubitablemente este
gran Ser es un Maestro de los misterios de la Vida y de la Muerte.
Cuando el fuego chisporrotea abrasadoramente amenazando vidas,
casas, haciendas, que sea entonces Huehueteotl, el Dios viejo del
fuego, el objeto básico de vuestra concentración meditación y
súplicas.
Bien saben los kabalistas hebráicos rabínicos que el mantram del
mundo causal ha sido, es y será siempre: Aloah Va Daath.
Meditar en tal palabra equivale a golpear en las puertas
maravillosas del gran Templo. Vamos a transcribir ahora un fragmento
místico una oración a Xipetotec, el Dios elemental de la primavera
que lo es también de los mercaderes:
ORACION
"Tú, bebedor nocturno, ¿por qué te haces de rogar?
Ponte tu disfraz,
ponte tu ropaje de oro"
"Oh, mi Dios, tu agua de piedras preciosas ha descendido;
se ha transformado en quetzal el alto ciprés;
la serpiente de fuego se ha transformado en serpiente de quetzal."
"Me ha dejado libre la serpiente de fuego.
Quizá desaparezca,
quizá desaparezca y me destruya yo,
la tierna planta de maíz.
Semejante a un piedra preciosa,
verde en mi corazón;
pero todavía veré el oro
y me regocijaré si ha madurado,
si ha nacido el caudillo de la guerra."
"Oh, Dios mío, haz que por lo menos
fructifiquen en abundancia
algunas plantas de maíz;
tu devoto dirige las miradas hacia tu montaña,
hacia ti;
me regocijaré si algo madura primero,
si puedo decir que ha nacido
el caudillo de la guerra."
Y cuando ya se logra el milagro de la fructificación, el devoto
agradecido clama al bendito Señor Xipetotec, diciendo:
"Ha nacido el Dios del maíz
en Tamoanchan.
En el lugar en que hay flores,
el Dios "1 Flor",
el Dios del maíz ha nacido
en el lugar en que hay agua y humedad,
donde los hijos de los hombres son hechos,
en el precioso Michoacán."
Estas oraciones inefables son mas bien de origen tolteca, y están
muy bien escritas en lenguaje esotérico nahuatl-tlatolli.
Cuenta la leyenda de los siglos que Tritemo, el mago abad, aquel
sabio que en 1483 gobernara al famoso monasterio de Sponheim,
conocía a fondo la esotérica ciencia de los elementos.
Se dice que evocó al espectro de María de Borgoña ante el emperador
Maximiliano, que se lo había suplicado, y es claro que la augusta
sombra aconsejó al emperador un nuevo modo de conducirse y le reveló
ciertos hechos ordenándole que se casara con Blanca Sforza.
Todos los eruditos de la Edad Media se apasionaban incesantemente
por la magia y muchos trabajaron con los elementales de la
naturaleza.
Algunos magistas, con gran fervor religioso, clamaban llamando a
Cupido para que en el espejo magnetizado hiciese aparecer ante los
devotos asombrados a la figura del ser amado.
¡Válgame Dios y Santa María! ¡Cuántas maravillas hacía Cupido
mediante los elementales! El abad Tritemo se consideraba discípulo
de Alberto Magno; jamás negó que el más santo de los santos
practicara la magia.
Alberto el Magno, como Santo Tomás, afirmó la realidad de la
Alquimia. Su tratado sobre tal materia estaba siempre sobre la mesa
del abad.
Tritemo contaba que cuando Guillermo II, conde de Holanda, cenó con
el ínclito y preclaro sabio Alberto el Magno en Colonia, éste hizo
poner una mesa en el jardín del monasterio aunque era pleno invierno
y nevaba.
Tan pronto los del convite hubieron tomado asiento, como por encanto
desapareció la nieve y el jardín se cubrió de variadas flores. Las
aves de distintos colores volaban deliciosamente entre los árboles,
como en los mejores días de verano.
Los monjes alumnos del misterioso abad anhelaban poder realizar
semejantes prodigios y Tritemo se apresuraba a decir que el Maestro
conseguía estas maravillas mediante la magia elemental, y que en
ello no había nada demoníaco ni, en consecuencia, perverso,
condenable, execrable.
Es ostensible que Fausto, Paracelso y Agripa, los tres magos más
distinguidos de la Edad Media, fueron discípulos del abad Tritemo.
"-Recítenme los cuatro elementos de la naturaleza", ordenaba el abad
a sus monjes en plena clase.
"-La tierra, el agua, el aire y el fuego."
"-Si, continuaba el Maestro, la tierra y el agua, los más pesados se
ven atraídos hacia abajo, el aire y el fuego, más ligeros, hacia lo
alto. Platón tenía razón al fundir el fuego en el aire, que se
convierte en lluvia, que se convierte en rocío, luego en agua que se
convierte en tierra al solidificarse. . ."
El místico que anhele de verdad convertirse en un Malachim, en un
Rey angélico de la Naturaleza, debe convertirse en rey de sí mismo.
¿Cómo podríamos mandar a los elementales de la naturaleza si no
hemos aprendido a gobernar a los elementales atómicos de nuestro
propio organismo?
Las salamandras atómicas de la sangre y del sexo arden
espantosamente con nuestras pasiones animales.
Los silfos atómicos de nuestros propios aires vitales, al servicio
de la imaginación mecánica (no se confunda esto con la imaginación
objetiva consciente), juegan con nuestros pensamientos lascivos y
perversos.
Las ondinas atómicas del sagrado esperma originan siempre espantosas
tempestades sexuales.
Los gnomos atómicos de la carne y de los huesos gozan indolentes con
la pereza, glotonería, concupiscencia.
Se hace urgente saber exorcizar, mandar y someter a los elementales
atómicos de nuestro propio cuerpo.
Mediante los exorcismos del fuego, los aires, las aguas y la tierra,
podemos también someter a los elementales atómicos de nuestro propio
cuerpo.
Incuestionablemente tales oraciones y exorcismos deben ser muy bien
aprendidos de memoria.
EXORCISMO DEL FUEGO
Se exorciza al fuego echando en él sal, incienso, resina blanca,
alcanfor y azufre, pronunciando tres veces los tres nombres de los
genios del fuego: Michael, rey del sol y del rayo; Samael, rey de
los volcanes; Anael, príncipe de la luz astral, escuchad mis ruegos.
Amén. (A continuación el devoto formulará mentalmente su petición.)
EXORCISMO DEL AIRE
Se exorciza al aire soplando hacia los cuatro puntos cardinales y
diciendo con fe lo siguiente:
Spiritus Dei ferebatur super aquas, et inspiraví in faciem hominis
spiraculum vitae. Sit Michael dux meus, et Sabtabiel servus meus, in
luce et per lucem. Fiat verbum halitus meus, et imperabo spiritibus,
aeris hujus, et refrenabo equos solis volontate cordis mei, et
cogitatione mentis meae et nutu oculi dextri. Exorchiso igitur te,
creatura aeris, per pentagrammaton, et in nomine tetragrammaton, in
quibus sunt voluntas firma et fides recta. Amén. Sela, fiat. Que así
sea.
(A continuación, el devoto, concentrado en Michael y en Sabtabiel,
formulará su petición.)
EXORCISMO DEL AGUA
Fiat firmamentum in medio aquarum et separet aquas ab aquis, quae
superius sicut quae inferius, et quae inferius sicut quae superius
ad perpetranda miracula rei unius. Sol ejus pater est, luna mater et
ventus hanc gestavit in utero suo, ascendit a terra at coelum et
rursus a coelo in terram descenit. Exorciso te, creatura aquae, ut
sis mihi speculum Dei vivi in operibus ejus, et fons vitae, et
ablutio pecatorum. Amén. (A continuación el devoto, concentrado en
Tlaloc o en Nicksa, hace su petición mental.
EXORCISMO DE LA TIERRA
Por el clavo de imán que atraviesa al corazón del mundo, por las
doce piedras de la ciudad santa, por los siete metales que corren
dentro de las venas de la Tierra, y en nombre de Gob, obedecedme
obreros subterráneos. (Luego, el devoto concentrado en Gob,
formulará su petición).
Los magos antiguos usaban en sus operaciones de magia elemental
sahumerios con ramas de laurel, artemisa (altamisa), ruda, salvia,
pino, romero, etc. Tales vegetales ardían entre carbones encendidos.
Esta observancia es magnífica. El aire se carga con el humo de las
plantas, el fuego exorcisado reflejará la voluntad del operador y
las fuerzas sutiles de la naturaleza le escucharán y responderán.
En tales instantes el agua parece estremecerse y hervir, el fuego
arroja un extraño resplandor y se sienten en el aire desconocidas
voces; la misma tierra parece temblar.
Era en tales momentos cuando los magos de la Edad Media lograban que
el genio elemental Cupido, además de hacerse visible en el espejo
magnetizado, mostraba también en el mismo no sólo a la figura de la
persona amada sino, lo que es más interesante, los sucesos que el
destino reserva siempre a los seres que se adoran. Los Dioses del
fuego, Agni, Huehueteotl, etc., los Elohim del aire, Paralda,
Ehecatl, etc., las divinidades del agua, Nicksa, Tlaloc, etc., Gob y
otras deidades subterráneas, asisten siempre al místico que con
sabiduría, amor y poder, les invoca.
Se nos ha dicho que todo mago que trabaje con los elementales de la
naturaleza puede hacerse invisible a voluntad.
Incuestionablemente, tal poder sólo es posible adquirirlo, como
cualquier otra facultad, a base de supremos sacrificios.
Es ostensible que el sacrificio significa claramente la elección
deliberada clarividente de un bien superior con preferencia a uno
inferior.
El carbón, que la locomotora consume, es cruelmente sacrificado al
poder del movimiento tan indispensable para transportar pasajeros.
En realidad, el sacrificio es una transmutación de fuerzas. La
energía, latente en el carbón ofrecido en el altar de la locomotora,
es transformada en la energía dinámica del vapor mediante los ins-
trumentos empleados.
Existe un mecanismo psicológico y cósmico a la vez que cada acto de
sacrificio pone en juego y por el cual éste se transforma en energía
espiritual, la que a su vez, puede ser aplicada a otros diversos
mecanismos y reaparecer sobre los planos de la forma en un tipo de
fuerza integrante absolutamente distinta de lo que realmente fue en
su origen. Por ejemplo, un hombre puede sacríficar sus emociones a
su carrera, o una mujer su carrera a sus emociones.
Algunas personas están dispuestas a sacrifícar sus placeres
terrenales por las dichas del espíritu.
Sin embargo, es muy difícil que haya alguien dispuesto a renunciar a
sus propios sufrimientos, a sacrificarlos por algo superior.
Sacrificad el supremo dolor muy natural que resuta del fallecimiento
de un ser querido y tendréis una espantosa transmutación de fuerzas,
cuya secuencia será el poder para haceros invisibles a vo- luntad.
El Doctor Fausto sabía hacerse invisible a voluntad; es claro que el
citado mago había conseguido ese poder a base de sacrificio.
Los sabios medievales tenían un fórmula encantatoria maravillosa
mediante la cual se hacían invisibles.
Basta, según los ritos e invocaciones en uso, con saber usar
mágicamente la siguiente fórmula litúrgica:
Athal, Bathel, Nothe Jhoram, Asey, Cleyubgit, Gabellin, Semeney,
Mencheno, Bal, Labenentem, Nero, Meclap, Halateroy, Palcim,
Tingimiel, Plegas, Peneme, Fruora, Heam, Ha, Ararna, Avora, Ayla,
Seye, Peremies, Seney, Levesso, Hay, Barachalu, Acuth, Tural,
Buchard, Caratim, per misercordiam, abibit ergo mortale, perficiat
qua hog opus, ut invisibiliter, ire possim.
Esta clase de fórmulas mágicas tienen como base a la fe real e
inquebrantable.
A tal fe hay que fabricarla mediante el estudio analítico de fondo y
experiencia mística directa.
CAPITULO XV
SOBRE LOS SUEÑOS
La Gnosis enseña que existen muchas clases diferentes de sueños que
la Moderna Psicología decadente del hemisferio occidental ignora
radicalmente.
Incuestionablemente, los sueños son de diversa calidad específica
debido al hecho concreto de que se hallan íntimamente relacionados
con cada uno de los centros psíquicos del organismo humano.
En rigor de verdad y sin exageración alguna podemos afirmar que la
mayoría de los sueños se encuentran vinculados con el centro
instintivo-motor; esto es, son el eco de cosas vistas en el día, de
simples sensaciones y movimientos, mera repetición astral de lo que
diariamente vivimos.
Así mismo, algunas experiencias de tipo emocional, tales como el
miedo -que tanto daño hace a la humanidad-, suelen tener cabida en
esos sueños caóticos del centro instintivo-motor.
Existen, pues, sueños emocionales, sexuales, intelectuales, motores
e instintivos, etc., etc., etc.
Los sueños más importantes, las vivencias íntimas del Ser, se hallan
asociadas a los dos centros: emocional superior y mental superior.
Ciertamente, resultan interesantes los sueños relacionados con los
dos centros superiores, se caracterizan siempre por lo que se podría
denominar una formulación dramática.
Ahora bien si pensamos en el Rayo de la Creación, en los centros
superiores e inferiores y en las influencias que descienden por el
citado Rayo Cósmico, debemos admitir que se presentan en nosotros
vibraciones luminosas que intentan curarnos, que tratan de
informarnos sobre el estado en que nos encontramos, etc.
Resulta útil recibir mensajes y estar en contacto con los adeptos
aztecas, mayas, toltecas, egipcios, griegos, etc.
Es también maravilloso platicar con las diversas partes más elevadas
de nuestro Ser.
Los centros superiores están plenamente desarrollados en nosotros y
nos transmiten mensajes que debemos aprender a captar
concientemente.
A aquellas personas muy selectas que han tenido momentos de recuerdo
de sí en la vida, en los que vieron una cosa o a una persona común y
corriente de un modo completamente nuevo, no les sorprenderá si les
digo en este capítulo que tales momentos tienen la misma calidad o
sabor interior que esos raros y extraños sueños relacionados con los
dos centros, emocional y mental superior.
Indubitablemente, el significado de tales sueños trascendentales
pertenece al mismo orden que a la realización en sí del Rayo de la
Creación y, en particular, a la octava lateral del sol.
Cuando uno comienza a darse cuenta de la honda significación de esa
clase específica de sueños, es señal de que ciertas fuerzas luchan
por despertarnos, sanarnos o curarnos.
Cada uno de nosotros es un punto matemático en el espacio que sirve
de vehículo a determinada suma de valores, buenos o malos.
La muerte es una resta de quebrados; terminada la operación
matemática, lo único que quedan son los valores (blancos o negros).
De acuerdo con la ley del eterno retorno, es ostensible que los
valores retornan, se reincorporan.
Si un hombre empieza a ocuparse más conscientemente del pequeño
ciclo de los sucesos recurrentes de su vida personal, podrá entonces
verificar por sí mismo, mediante la experiencia mística directa, que
en el sueño diario se repite siempre la misma operación matemática
de la muerte.
En ausencia del cuerpo físico, durante el sueño normal, los valores,
sumergidos en la luz astral, se atraen y repelen de acuerdo con las
leyes de la imantación universal.
La vuelta al estado de vigilia implica, de hecho y por derecho
propio, el retorno de los valores al interior del cuerpo físico.
Una de las cosas más extraordinarias es que la gente piensa que sólo
está en relación con el mundo externo.
La Gnosis nos enseña que estamos en relación con un mundo interior,
invisible para los sentidos físicos ordinarios pero visible para la
clarividencia.
El mundo interior invisible es mucho más extenso y contiene muchas
más cosas interesantes que el mundo exterior, hacia el cual siempre
se está mirando a través de las cinco ventanas de los sentidos.
Muchos sueños se refieren al lugar donde estamos es el mundo
interior invisible desde el cual surgen las diversas circunstancias
de la vida.
El lenguaje de los sueños es exáctamente comparable al lenguaje de
las parábolas.
Aquéllos que interpretan todo literalmente piensan que el Sembrador
del Evangelio Crístico salió a sembrar y que la semilla cayó en
pedregales, etc., etc., etc., más no entienden el sentido de tal
parábola porque éste, en sí mismo, pertenece el lenguaje simbólico
del centro emocional superior.
No está demás recordar que todo sueño, por absurdo o incoherente que
éste sea, tiene algún significado pues nos indica no sólo el centro
psíquico al cual se halla asociado sino, también, al estado
psicológico de tal centro.
Muchos penitentes que presumían de castos, cuando fueron sometidos a
pruebas en los mundos internos, fallaron en el centro sexual y
cayeron en poluciones nocturnas.
En el adepto perfecto los cinco centros psíquicos: intelectual,
emocional, motor, instintivo y sexual, funcionan en plena armonía
con el infinito.
¿Cuáles son los funcionalismos mentales durante el sueño? ¿Qué
emociones nos agitan y conmueven? ¿Cuáles son nuestras actividades
fuera del cuerpo físico?¿Qué sensaciones instintivas predominan?
¿Hemos tomado nota de los estados sexuales que tenemos durante el
sueño?
Debemos sincerarnos con nosotros mismos. Con justa razón dijo
Platón: "El hombre se conoce por sus sueños".
La cuestión del funcionalismo equivocado de los centros es un tema
que exige un estudio de toda la vida, a través de la observación de
sí mismo en acción y del exámen riguroso de los sueños.
No es posible llegar en un instante a la comprensión de los centros
y de su trabajo correcto o equivocado; necesitamos infinita
paciencia...
Toda la vida se desenvuelve en función de los centros y es
controlada por éstos.
Nuestros pensamientos, sentimientos, ideas, esperanzas, temores,
amores, odios, acciones, sensaciones, placeres, satisfacciones,
frustraciones, etc., se encuentran en los centros.
El descubrimiento de algún elemento inhumano en cualquiera de los
centros debe ser motivo más que suficiente para el trabajo
esotérico.
Todo defecto psicológico debe ser previamente comprendido, mediante
la técnica de la meditación, antes de proceder a su eliminación.
Extirpar, erradicar, eliminar cualquier elemento indeseable, sólo es
posible invocando el auxilio de Tonantzin (la Divina Madre
Kundalini), una variante de nuestro propio Ser, el Fohat particular
de cada uno de nos.
Así es como vamos muriendo de instante en instante; sólo con la
muerte adviene lo nuevo....
En la escala de los seres y las cosas, incuestionablemente nos
llegan influencias de toda clase.
Si hemos comprendido el Rayo de la Creación sabremos también que en
todo instante de la vida nos llegan influencias y que éstas son de
diferente calidad.
Es preciso recordar siempre que hay influencias superiores que
actúan sobre nosotros y que son registradas por nuestro aparato
psíquico, pero si estamos apegados a nuestros sentidos y no ponemos
atención plena a nuestra vida interior, entonces tampoco lograremos
percibir éstas influencias.
CAPITULO XVII
DISCIPLINA DEL YOGA DEL SUEÑO
Aquellos aspirantes que sinceramente anhelen la experiencia mística
directa, incuestionablemente deben incuestionablemente deben
comenzar con la disciplina del Yoga del sueño.
Es ostensible que el gnóstico debe ser exigente consigo mismo y
aprender a crear condiciones favorables para el recuerdo y
comprensión de todas esas experiencias íntimas que siempre ocurren
durante el sueño.
Antes de acostarnos para el descanso de los afanes y fatigas del
diario vivir, conviene poner la debida atención al estado en que nos
encontramos.
Los devotos, que debido a las circunstancias llevan vida sedentaria,
nada pierden y mucho ganan su antes de acostarse realizan un paseo
corto a paso vivo y al aire fresco; tal paseo aflojará sus músculos.
Sin embargo, conviene aclarar que jamás debemos abusar de los
ejercicios físicos; necesitamos vivir armoniosamente.
La cena, merienda o comida final del día, debe ser ligera, libre de
manjares pesados o estimulantes, evitando cuidadosamente el ingerir
elementos que puedad desvelarnos, quitarnos el sueño.
La forma más elevada de pensar es no pensar. Cuando la mente está
quieta y en silencio, libre de los afanes del día y de las
ansiedades mundanas, se encuentra entonces en un estado ciento por
ciento favorable para la práctica del Yoga del sueño.
Cuando realmente trabaja el centro emocional superior concluye,
aunque sea por breve tiempo, el proceso del pensar..
Es evidente que el mencionado centro entra en actividad con la
embriaguez dionisíaca.
Tal arrobamiento se hace posible al escuchar con infinita devoción
las sinfonías deliciosas de un Wagner, de un Mozart, de un Chopin,
etc.
La música de Beethoven, muy especialmente resulta extraordinaria
para hacer vibrar intensivamente al centro emocional superior.
En ella encuentra el gnóstico sincero un inmenso campo de
exploración mística, porque no es música de forma sino de ideas
arqueteipicas inefables; cada nota tiene su sugnificado; cada
silencio una emoción superior.
Beethoven, al sentir tan cruelmente los rigores y pruebas de la
"Noche espiritual", en vez de fracasar como muchos aspirantes, fué
abriendo los ojos de su intuición al supernaturalismo misterioso, a
la parte espiritual de la naturaleza, a esa región donde viven los
Reyes angélicos de ésta Gran Creación Universal: Tlaloc,
Huehueteotl, etc., etc.
Ved al "músico-filósofo" a lo largo de su existencia ejemplar. Sobre
su mesa de trabajo tiene constantemente a la vista a su Divina Madre
Kundalini, la inefable Neith, la Tonantzin de Anáhuac, la suprema
Isis egipcia.
Se nos ha dicho que el citado gran Maestro había puesto al pie de
aquella figura adorable una inscripción, de puño y letra del mismo,
que misteriosa reza: "Yo soy la que ha sido, es y será, y ningún
mortal ha levantado mi velo".
El progreso íntimo revolucionario se hace imposible sin el auxilio
inmediato de nuestra Divina Madre Tonantzin.
Todo hijo agradecido debe amar a su madre; Beethoven amaba
entrañablemente a la suya.
Fuera del cuerpo físico, en las horas del sueño, el alma puede
platicar con su Divina Madre; empero, es evidente que debemos
empezar con la disciplina del sueño.
Necesitamos prestar atención a la recámara en la que hemos de
dormir. La decoración debe ser agrdable. Los colores más deseables
para los fines que se persiguen -a despecho de lo que otros autores
aconsejan- son, precisamente, las tres tonalidades primarias: azul,
amarilla y roja.
Indubitablemente, los tres colores básicos se corresponden siempre
con las tres fuerzas primarias de la naturaleza (el santo
triamanzikamno). Santo afirmar, santo negar y santo conciliar.
No está demás recordar que las tres fuerzas originales de ésta Gran
Creación cristalizan siempre en forma positiva, negativa y neutra.
La "causa causorum" del santo Triamanzikamno se encuentra oculta en
el elemento activo Okidanok; éste último, en sí mismo, es tan sólo
la emanación del sagrado absoluto solar.
Obviamente, el rechazo a los tres colores fundamentales, después de
todas éstas razones expuestas, equivale, por simple deducción
lógica, a caer en un despropósito, en un desatino.
El Yoga del Sueño resulta extraordinario, maravilloso, formidable;
sin embargo, suele ser muy exigente.
La recámara debe estar siempre muy bién perfumada y ventilada, mas
no inundada con el sereno frío de la noche.
Después de una detallada revisión se sí mismo y de la recámara en la
que hemos de dormi, el gnóstico debe examinar su cama.
Si observamos culquier brújula, podemos verificar por nosotros
mismos que la aguja se orienta hacia el norte.
Incuestionablemente, es posible aprovechar conscientemente esa
corriente magnética del mundo que fluye siempre de Sur a Norte.
Orientemos el lecho en forma tal que la cabecera quede siempre hacia
el Norte; así podremos usar inteligentemente la corriente magnética
indicada por la aguja.
El colchón no tiene que ser exageradamente duro ni tampoco demasiado
blando, es decir, tiene que tener una elasticidad tal que en modo
alguno afecte a los procesos psíquicos del durmiente.
Los resortes chillones o una cabecera que cruja y gima al menor
movimiento del durmiente, constituyen un serio obstáculo para éstas
prácticas.
Se colocan debajo de la almohada un cuaderno o libreta y un lápiz,
de modo tal que se les pueda encontrar fácilmente en la obscuridad.
Las ropas de cama deben ser frescas y muy limpias; debe perfumarse
la funda de la almohada con nuestra fragancia preferida.
Después de cumplir con todos estos requisitos, el asceta gnóstico
procederá a dar el segundo paso de esta disciplina esotérica.
Se meterá en su lecho y, habiendo apagado las luces, se acostará en
decúbito dorsal, es decir, sobre sus espaldas, con los ojo cerrados
y las manos sobre el plexo solar.
Se quedará completamente quieto durante algunos instantes y, después
de haberse aflojado o relajado totalmente, tanto en lo físico como
en lo mental, se concentrará en Morfeo, el Dios del sueño.
Incuestionablemente, cada una de las partes aisladas de nuestro Real
Ser ejerce determinadas funciones, y es precisamente Morfeo (no se
confunda con Orfeo) el encargado de educarnos en los misterios del
sueño.
Sería algo más que imposible trazar un esquema del Ser; empero,
todas las partes espiritualizadas, aisladas, de nuestra presencia
común, quieren la perfección absoluta de sus funciones.
Cuando nos concentramos en Morfeo, éste se alegra por la brillante
oportunidad que le brindamos.
Es urgente tener fe y saber suplicar. Nosotros debemos pedirle a
Morfeo que nos ilustre y despierte en los mundos suprasensibles.
A esta altura comienza a apoderarse del gnóstico esoterista una
somnolencia muy especial, y entonces adopta la postura del león:
"Acostado sobre su lado derecho, con la cabeza apuntando hacia el
Norte, recoge las piernas hacia arriba lentamente hasta que las
rodillas queden dobladas. En esta posición la pierna izquierda se
apoya sobre la derecha; luego coloca la mejilla derecha sobre la
palma de la mano derecha y deja que el brazo izquierdo descanse
sobre la pierna del mismo lado".
Al despertar del sueño normal no debemos movernos, porque es claro
que con tal movimiento se agitan nuestros valores y se pierden los
recuerdos.
Indubitablemente, el ejercicio retrospectivo se hace indispensable
en tales instantes, cuando deseamos recordar con entera precisión
todos y cada uno de nuestros sueños.
El gnóstico debe anotar muy cuidadosamente los detalles del sueño o
sueños en la libreta o cuaderno que colocó debajo de la almohada
para este propósito.
Así podrá llevar un record minucioso sobre su progreso íntimo en la
yoga del sueño.
Aunque sólo quedaren en la memoria vagos fragmentos del sueño o
sueños, éstos deben ser cuidadosamente registrados.
Cuando no ha quedado nada en la memoria, debe iniciarse el ejercicio
retrospectivo con base en el primer pensamiento que hayamos tenido
en el instante preciso del despertar; obviamente, aquél se encuentra
asociado íntimamente al último sueño.
Necesitamos aclarar solemnemente que el ejercicio retrospectivo se
inicia antes de haber retornado totalmente al estado de vigilia,
cuando aún nos encontramos en estado de somnolencia tratando de
seguir conscientemente la secuencia del sueño.
La práctica del mencionado ejercicio se comienza siempre con la
última imagen que hubiéramos tenido instantes antes de regresar al
estado de vigilia.
Terminaremos este capítulo afirmando solemnemente que no es posible
pasar más allá de esta parte relacionada con la disciplina del yoga
del sueño a menos que hayamos logrado la memoria perfecta de
nuestras experiencias oníricas.
CAPITULO XVIII
EL SUEÑO TANTRICO
Indubitablemente, resulta urgente repasar mensualmente nuestro
cuaderno o libreta de notas con el propósito de verificar por
nosotros mismos el progresivo adelanto de la memoria onírica.
Cualquier posibilidad de olvido debe ser eliminada. No debemos
continuar con las prácticas subsiguientes en tanto no hayamos
logrado la memoria perfecta.
Resultan particularmente interesantes aquellos dramas que parecen
salir de otros siglos o que se desarrollan en medios o ambientes que
nada tienen que ver con la existencia de vigilia del soñador.
Hay que estar en estado de alerta percepción, alerta novedad, y
poner muy especial atención al estudio de los detalles que incluyen
cuestiones específicas, pláticas, reuniones, templos, actividades
inusitadas con otras personas, etc., etc., etc.
Logrado el desarrollo íntegro de la memoria onírica, eliminada ya
cualquier posibilidad de olvido, el proceso de simbolización abrirá
el camino de la revelación.
A la ciencia básica de la interpretación de los sueños debemos
buscarla en la ley de las analogías filosóficas, en la ley de las
analogías de los contrarios y en la ley de las correspondencias y de
la numerología.
Las imágenes astrales, reflejadas en el espejo mágico de la
iaginación, jamás se deben traducir literalmente pues son sólo
representaciones simbólicas de las ideas arquetípicas y deben ser
utilizadas de la misma manera que un matemático utiliza los símbolos
algebráicos.
No está demás afirmar que tal género de ideas desciende del mundo
del Espíritu puro.
Obviamente, las ideas arquetípicas que descienden del Ser devienen
maravillosas informándonos, yo sobre el estado psicológico de tal o
cual centro de la máquina, ya sobre asuntos esotéricos muy íntimos,
ya sobre posibles éxitos o peligros, etc., envueltas siempre entre
el ropaje del simbolismo.
Abrir tal o cual símbolo astral, tal o cual escena o figura, con el
propósito de extraer la idea esencial, sólo es posible a través de
la "meditación del Ser lógica y confrontativa".
Al llegar a este estado de la disciplina del yoga del sueño, se hace
indispensable entrar en el aspecto tántrico de la cuestión.
La sabiduría antigua enseña que Tonantzin (Devi Kundalini), nuestra
Divina Madre Cósmica particular (pues cada persona tiene la suya
propia), puede adoptar cualquier forma pues es el origen de todas
las formas. Por lo tanto, conviene que el gnóstico medite sobre ella
antes de quedarse dormido.
El aspirante deberá entrar diariamente en el proceso del sueño
repitiendo con mucha fe la siguiente oración: "Tonantzin,
Teteoinnan, ¡oh!, mi madre, ven a mí, ven a mí.
Según la ciencia tántrica, se el gnóstico insiste en esta práctica,
más tarde o más temprano habrá de surgir como por encanto, de entre
las cambiantes y amorfas expresiones de sus sueños, un elemento
iniciador.
Hasta tanto no haya identificado íntegramente a ese iniciador, es
indispensable continuar registando sus sueños en la libreta o
cuaderno.
El estudio y análisis profundo de cada sueño anotado resulta
impostergable en la disciplina esotérica del sueño tántrico.
Incuestionablemente, el gnóstico sincero que llega a este estadio de
la disciplina tántrica se encuentra, por tal motivo, listo para dar
el paso siguiente, el cual será el tema de nuestro próximo capítulo.
CAPITULO XIX
PRACTICA DEL RETORNO
Cuando el aspirante ha realizado con pleno éxito todos los
ejercicios gnósticos relacionados con el esoterismo de sueño, es
ostensible que entonces se encuentra íntimamente preparado para la
práctica del retorno.
En el capítulo anterior algo dijimos sobre el elemento iniciador que
surge como por encanto de entre las cambiantes y amorfas expresiones
de sus sueños.
Ciertas personas muy psíquicas, refinadas e impresionables, han
poseído siempre en sí mismas al elemento iniciador.
Tales personas se caracterizan por la repetición continua de un
mismo sueño; esos psíquicos reviven periódicamente tal o cual escena
o ven en sus experiencias oníricas, en forma constante, a ésta o
aquella criatura o símbolo.
Cada vez que el elemento iniciador -sea este último símbolo, sonido,
color o persona, etc.- es recordado al despertar del sueño normal,
el aspirante, con los ojos aún cerrados, continúa visualizando la
imagen clave familiar y luego, intencionalmente, tratará de dormirse
nuevamente prosiguiendo con el mismo sueño.
Con otras palabras diremos que el aspirante intenta volverse
consciente de su propio sueño y por ello prosigue intencionalmente
con el mismo, pero llevándolo al estado de vigilia, con plena
lucidez y autocontrol.
Se convierte así en espectador y actor de un sueño, con la ventaja,
por cierto nada despreciable, de poder abandonar la escena a
voluntad para moverse libremente en el mundo astral.
Entonces, el aspirante, libre de todas las trabas de la carne, fuera
de su cuerpo físico, se habrá desprendido de su viejo y familiar
ambiente penetrando en un universo regido por leyes distintas.
La disciplina del estado de sueño de los tántricos budhistas conduce
didácticamente al despertar de la conciencia.
El gnóstico sólo puede despertar, al estado verdadero de
iluminación, comprendiendo y desintegrando sueños.
Las sagradas escrituras del Indostán afirman solemnemente que el
mundo entero es el sueño de Brahama.
Partiendo de este postulado hindú, afirmaremos en forma enfática lo
siguiente: "Cuando Brahama despierta, el sueño concluye".
En tanto el aspirante no haya logrado todavía la disolución radical,
no sólo de los sueños en sí mismos, sino también de los resortes
psicológicos que los originan, el despertar absoluto será algo más
que imposible.
El despertar definitivo de la conciencia sólo es posible mediante
una transformación radical.
Los cuatro Evangelios Crísticos insisten en la necesidad de
despertar; desafortunadamente, las gentes continúan dormidas...
Quezalcoatl, el Cristo mexicano, ciertamente fue un hombre ciento
por ciento despierto.
La multiplicidad de sus funciones también son indica con entera
precisión lo antiquísimo de su culto y la profunda veneración con
que se le veía en todo centro américa.
Los Dioses santos de Anáhuac son hombres perfectos en el sentido más
completo de la palabra; criaturas absolutamente despiertas; seres
que erradicaron de su psiquis a toda posibilidad de soñar.
Tláloc, "el que hace brotar", Dios de las lluvias y del rayo, siendo
Dios es también un hombre despierto, alguien que tuvo que eliminar
de su psiquis no sólo a sus sueños sino, además a toda posibilidad
de soñar. Es el individuo sagrado principal de la antiquísima
cultura olmeca, y aparece siempre con la máscara del tigre-serpiente
en las hachas colosales y en diversas figuras de jade.
Tezcatlipoca y Huitzilopochtli, criaturas del fuego, vivas
representaciones de la noche y del día, son también hombres
despiertos, seres que lograron pasar más allá de los sueños.
Fuera del cuerpo físico, el hombre despierto puede invocar a los
Dioses santos de los aztecas, mayas, toltecas, etc.
Los Dioses de los códices Borgia, Borbónico, etc., etc., etc.,
vienen al llamado del hombre despierto.
Mediante el auxilio de los Dioses santos, el hombre despierto puede
estudiar, en la luz astral, la Doctrina secreta de Anáhuac.
CAPITULO XX
LAS CUATRO BIENAVENTURANZAS.
En el capítulo anterior mucho dijimos sobre el elemento iniciador
del sueño, y es obvio que sólo nos resta ahora aprender a usarlo.
Cuando el gnóstico ha llevado un record sobre sus sueños,
incuestionablemente descubre al sueño que siempre se repite; éste,
entre otros, es ciertamente un motivo más que suficiente para anotar
en el cuaderno o libreta a todos los sueños.
Indubitablemente, la experiencia onírica siempre repetida es el
elemento iniciador que, inteligentemente utilizado, nos conduce al
despertar de la conciencia.
Cada vez que el místico acostado en su cama se adormece
intencionalmente, meditando en el elemento iniciador, el resultado
jamás se hace esperar demasiado. Por lo común, el anacoreta revive
tal sueño conscientemente, pudiéndose separar de la escena a
voluntad para viajar por los mundos suprasensibles.
Cualquier otro sueño puede también ser usado con tal propósito
cuando realmente conocemos la técnica.
Quien despierta de un sueño puede puede proseguir con el mismo
intensionalmente si éste es su deseo. En este caso, debe dormirse
nuevamente reviviendo su experiencia onírica con la imaginación.
No se trata de imaginar que nos estamos imaginando, lo fundamental
consiste en revivir el sueño con todo su crudo realizmo anterior.
Repetir intencionalmene el sueño es el primer paso hacia el
despertar de la conciencia; separarse a voluntad del sueño y en
pleno drama, es el segundo paso.
Algunos aspirantes logran dar el primer paso, más les falta fuerza
para dar el segundo paso.
Tales personas pueden y deben ayudarse a sí mismas mediante la
técnica de la meditación.
Tomando muy serias decisiones, esos devotos practicarán la
meditación antes de entregarse al sueño.
Como tema de concentración y auto-reflexión evidente, en meditación
interior profunda, será, en este caso, su problema íntimo.
Durante ésta práctica, el místico angustiado, lleno de emoción
sincera, invoca a su Divina Madre Tonanztzin (Devi Kundalini).
Derramando lágrimas de dolor, el asceta gnóstico se lamenta del
estado de inconsciencia en el que se encuentra e implora el auxilio
rogándole a su Madre le dé fuerzas íntimas para desprenderse de
cualquier a voluntad.
La finalidad que persigue toda esta disciplina del sueño tántrico es
preparar al discípulo para que reconozca claramente a las cuatro
Bienaventuranzas que se presentan en la experiencia onírica.
Esta disciplina esotérica ciertamente sólo es para personas muy
serias, pues exige infinita paciencia y enormes superesfuerzos
íntimos.
Mucho se ha dicho en el mundo oriental sobre las "cuatro luces" del
sueño y nosotros debemos estudiar esta cuestión.
La primera de ellas es llamada la "luz de la revelación", y escrito
está con letras de oro en el libro de la vida que se percibe justo
antes o durante las primeras horas del sueño.
Huelga decir, en gran manera y sin mucha prosopopeya, que, al hacer
más profundo el sueño, la indeseable mezcla de impresiones
residuales y la corriente habitual de pensamientos descriminatorios
afortunadamente se va disolviendo lentamente.
En este estadío del sueño se insinúa progresivamente la segunda
iluminación, aquélla que se conoce en el Asia con el nombre
maravilloso de "luz de aumento".
Incuestionablemente, el asceta gnóstico, mediante la extraordinaria
disciplina del sueño tántrico, logra pasar mucho más allá de esta
etapa hasta capturar totalmente a las dos luces restantes.
Vivenciar claramente el crudo realismo de la vida práctica en los
mundos superiores de Conciencia cósmica, significa haber alcanzado
la tercera luz, la de la "realización inmediata".
La cuarta luz es la de la "iluminación interior profunda", y adviene
a nosotros como por encanto en plena experiencia mística.
"Aquí en el cuarto grado de vacío, mora el Hijo de la Madre clara
luz", declara un tratado tibetano.
Hablando francamente y sin embages, declaro lo siguiente: La
disciplina del sueño tántrico es, en realidad, una preparación
esotérica para ese sueño final que es la muerte.
Habiendo muerto muchas veces por la noche, el gnóstico anacoreta que
haya capturado conscientemente a las cuatro Bienaventuranzas que se
presentan en la experiencia onírica, en el instante de la
desencarnación pasa al estado "post mortem" con la misma facilidad
con que se introduce voluntariamente en el mundo del sueño.
Fuera del cuerpo físico, el gnóstico consciente puede verificar, por
sí mismo, el destino que le está reservado a las almas después de la
muerte.
Si cada noche, mediante la disciplina tántrica del sueño, puede el
esoterista morir conscientemente y penetrar en el mundo de los
muertos, es claro que también puede, por tal motivo, estudiar el
ritual de la Vida y de la Muerte mientras llega el oficiante.
Hermes, después de haber visitado los mundos infiernos, donde viera
con horror el destino de las almas perdidas, conoció cosas
insólitas.
"Mira a ese lado -le dice Osiris a Hermes-. ¿Ves aquel enjambre de
almas que tratan de remontarse a la región lunar?. Las unas son
rechazadas hacia la tierra como torbellinos de pájaros bajo los
golpes de la tempestad. Las otras, alcanzan a grandes la esfera
superior que les arrastra en su rotación. Una vez llegadas allí,
recobran la visión de las cosas divinas".
Los aztecas colocaban una rama seca al enterrar al que había sido
elegido por Tláloc, el Dios de la lluvia.
Se decía que al llegar el Bienaventurado al "Campo de delicias", que
es el Tlatocan, la rama seca reverdecía, indicando con esto el
regreso a una nueva existencia, el retorno.
Quienes no han sido elegidos por el Sol, o por Tláloc, van
fatalmente al Mictlan, que queda al norte, región donde las almas
padecen una serie de pruebas mágicas al pasar por los mundos
infiernos.
Son nueve los lugares en donde las almas sufren espantozamente antes
de alcanzar el descanso definitivo.
Esto viene a recordarnos en forma enfática a los "nueve círculos
infernales" de la Divina Comedia del Dante Alighieri.
Muchos son los Dioses y Diosas que pueblan los nueve círculos
dantescos del infierno azteca.
No está demás, en este Mensaje de Navidad 1974-1975, recordar al
espantoso Mictlantecutli y a la tenebrosa Mictecacihuatl
(Mictlancihuatl), "el señor y la señora de infierno", habitantes del
noveno o del más profundo de los lugares subrerráneos.
Las almas que pasan por las pruebas del "infierno azteca",
posteriormente, después de la "muerte segunda", ingresan dichosas en
los paraísos elementales de la naturaleza.
Incuestionablemente, las almas, que después de la muerte no
descienden a los mundos infiernos, ni tampoco ascienden al Reino de
la Luz dorada, ni al Paraíso de Tláloc, ni al Reino de la eterna
concentración, etc., etc., etc., se regresan o retornan en forma
mediata o inmediata a un nuevo cuerpo físico.
Las almas elegidas por el Sol o por Tláloc gozan mucho en los mundos
superiores antes de retornar al valle del namsara.
Los anacoretas gnósticos, después de haber capturado a las cuatro
luces del sueño, pueden visitar conscientemente, cada noche, el
Tlalocan o descender al Mictlan o ponerse en contacto con esas almas
que antes de retornar viven en la región lunar.
CAPITULO XXI
EL ANGEL DE LA GUARDA
Iniciaremos el último capítulo del presente libro con la siguiente
frase: El primer educador de todo gran iniciado se convierte, de
hecho y por derecho propio, en la causa fundamental de todas las
partes espiritualizadas de su genuina presencia común.
Cualquier Gurú agradecido se prosterna humildemente ante el primer
creador de su Ser genuino.
Cuando después de muchos trabajos conscientes y padecimientos
voluntarios se revela, ante nuestros ojos llenos de lágrimas, la
absoluta perfección lograda en el funcionamiento de todas las partes
espiritualizadas, aisladas, de nuestra presencia común, el impulso
del Ser, de gratitud hacia el primer educador, surge en nosotros.
Incuestionablemente, le perfección absoluta de todas y cada una de
las partes aisladas del Ser sólo es posible muriendo en nosotros
mismos aquí y ahora.
Existen diversos estadíos de autorrealización íntima. Algunos
iniciados han conseguido la perfección de ciertas partes aisladas
del Ser, empero, todavía tienen que trabajar mucho hasta lograr la
absoluta perfección de todas las partes.
En modo alguno sería posible deseñar al Ser, parece un ejército de
inocentes niños... Cada uno de ellos ejerce determinadas funciones.
Lograr la integración total es el mayor anhelo de todo iniciado.
Cuando se logra la autorrealización íntima de la parte más elevada
del Ser se recibe, por tal motivo, el grado Ismech.
Nuestro Señor Quetzalcoatl, el Cristo mexicano, indubitablemente
desarrolló también a la parte más eleveda de su propio Ser.
Los Dioses elementales de la naturaleza, tales como Huehueteotl,
Tlaloc, Ehecatl, Chalchiuitlicue -la Ginebra de Tlaloc-,
Xochiquetzal, la Diosa de las flores, etc., asisten al iniciado en
sus operaciones de magia elemental a condición de una conducta
recta.
Empero, jamás debemos olvidar a nuestro Intercesor elemental, el
mago elemental en nosotros, que puede invocar a los Dioses
elementales de la naturaleza y realizar prodigios...
Incuestionablemente, es otra de las partes aisladas de nuestro
propio Ser.
Tres Diosas, que realmente son sólo aspectos de una misma Divinidad,
representan a nuestra Divina Madre (variante o derivaciones de
nuestro propio Ser) Tonantzin, Coatlicue, Tlazolteotl...
Muchas son las partes aisladas de nuestro propio Ser. Uno se llena
de asombro al recordar al León de la Ley, a los dos Genios que
anotan nuestras buenas y malas obras, al Policía del Karma -parte
también de nuestro Ser-, al misericordioso, al Compasivo, a nuestro
Padre-Madre unidos, al Angel de la guarda, etc., etc., etc.
Los poderes flamígeros del Angel de la guarda resultan
extraordinarios, maravillosos, terriblemente divinos...
De fuentes perfectamente gnósticas, en secreto conservadas en los
monasterios iniciáticos, y que difieren grandemente del
pseudo-cristianismo y pseudo-ocultismo común y corriente en uso del
vulgo, supe realmente lo que es el Angel de la guarda.
Llegados al campo misterioso de la historia y de la vida de los
Jinas, hemos descubierto no sólo al Templo de Chapultepec en México
y a las gentes de la cuarta vertical sino, también -y esto es
asombroso-, a los poderes del Angel de la guarda en relación con
todo esto.
Porque conviene jamás olvidar que el Padre Prado y Bernal Díaz del
Castillo, entreambos, se recreaban viendo a los sacerdotes de
Anáhuac en estado de Jinas.
Deiliciosamente flotaban los anacoretas cuande se transportaban por
los aires desde Cholula hasta el Templo Mayor; esto sucedía
diariamente al ocultarse el sol.
Jamás tuvieron en sus paseos nocturnos horizontes más augustos los
discípulos de Sais en el delta del Nilo, ni los que en las mesetas
de Persia siguieran a Zaratustra, ni los contempladores de la Torre
de Belo en Babilonia, que los que siempre han tenido quienes se
someten diariamente a la disciplina del sueño tántrico.
Fuera del cuerpo físico, el anacoreta gnóstico puede, si quiere,
invocar a cierta parte aislada de su propio Ser definida en
esoterismo práctico con el nombre de Angel de la guarda;
incuestionablemene, el Inefable vendrá a su llamado...
Una serenidad diáfana, una tranquilidad sin límites, una felicidad
extática como la que experimenta el alma al romper los lazos con la
materia y con el mundo, en todo lo que sentimos en aquellos momentos
deliciosos...
Lo demás lo puedes colegir ya, querido lector, servicios mágicos a
los Lohegrin siempre se pueden recibir...
Si en tales momentos de arrobamiento pedimos al Angel de la guarda
el favor de sacar el cuerpo dormido de entre la cama, donde le
dejamos reposando, y traerlo ante nuestra presencia, se realizará el
fenómeno mágico con pleno éxito.
Uno presiente que viene el cuerpo físico ya de camino, traído por el
Angel de la guarda, cuando siente en sus hombros anímicos una
entraña presión...
Si asumimos una actitud receptiva, abierta, sutil, el cuerpo físico
penetrará en nuestro interior.
El tantrista gnóstico consciente, en vez de regresarse a su cuerpo
físico, aguarda que éste venga a él para viajar con el mismo en la
Tierra prometida, en la cuarta coordenada.
Posteriormente, mediante el auxilio del Angel de la guarda, regresa
el asceta gnóstico a su casa y a su cama sin el menor peligro.
Los Venerables Maestros de la Fraternidad Oculta viajan con sus
cuerpos físicos por entre la cuarta vertical, pudiendo abandonar a
la misma en el lugar que lo deseen.
Esto significa que los Maestros resurrectos de la Orden Superior
pueden darse el lujo, por cierto nada despreciable, de renunciar a
todos los sistemas modernos de transporte: buques, aviones,
automóviles, etc., etc., etc.
El alto valor iniciático que en sí mismos tienen los procedimientos
crítico-analógicos y simbólicos que en los antiguos tiempos fueran
la esencia viva de aquella escuela alejandrina de los filaleteos o
"amantes de la verdad", academia sintética del siglo IV, fundada por
Ammonio Saccas, el gran ecléctico autodidacta, y por Plotino, el
continuador de Platón a través de los siglos, con principios
doctrinarios de Egipto, México, Perú, China, Tíbet, Persia, India,
etc., etc., etc., permitió a muchos iniciados orientarse en la Senda
del filo de la Navaja.
Mención muy especial merece la androgilia de Ammonio Saccas, libro
de oro por excelencia.
Indubitablemente, el error de muchos pseudo-esoteristas y
pseudo-ocultistas modernos radica en el amor propio; se quieren
mucho a sí mismos; desean la evolución de la miseria que cargan
dentro... Desean continuar; anhelan la perfección de aquello que en
modo alguno amerita perfección ni continuación.
Esas gentes de psiquis subjetiva se creen ricas, poderosas e
iluminadas, y codician, además, una magnífica posoción en el "más
allá", mas en realidad nada saben sobre sí mismos, desconocen
lamentablemene su propia impotencia, nadidad, desverguenza,
desventura, miseria psicológica y desnudez.
Los gnósticos no aspiramos a ser mejores ni peores, sólo queremos
morir en nosotros mismos aquí y ahora.
Cuando establecemos el "Dogma de la Evolución" como fundamento de
nuestras mejores aspiraciones, partimos de una base falsa.
A los penitentes de la rocallosa senda que conduce a la liberación
final jamás nos interesa la evolución. Sabemos que somos unos
cuitados y miserables..., de nada serviría la evolución del sí
mismo. Preferimos la muerte suprema; sólo con la muerte adviene lo
nuevo.
¿Porqué habríamos de luchar por la evolución y el progreso de
nuestra propia desventura?. Mejor es la muerte...
Si el grano no muere la planta no nace. Cuando la muerte es
absoluta, eso que ha de nacer es también absoluto.
La aniquilación total del mí mismo, la disolución radical de lo más
querido que cargamos dentro, la desintegración final de nuestros
mejores deseos, pensamientos, sentimientos pasiones, resentimientos,
dolores, emociones, anhelos, odios, amores, celos, venganzas,
corajes, afectos, apegos, lujuria, etc., etc., etc., es urgente,
inaplazable, impostergable, a fin de que surja la llama del Ser, eso
que no es del tiempo, eso que es siempe nuevo.
La idea que cada uno de nos tenga sobre el Ser, jamás es el Ser. El
concepto intelectivo que sobre el Ser hayamos elaborado, no es el
Ser. La opinión sobre el Ser no es el Ser. El Ser es el Ser y la
razón de ser del Ser es el mismo Ser.
El temor a la muerte absoluta es obstáculo, óbice, inconveninente,
para el logro del cambio radical.
Cada uno de nosotros lleva en su interior a una creación equivocada.
Es indispensable destruir lo falso para que surja en verdad una
creación nueva.
Jamás intentaríamos promover la evolución de lo falso, preferimos la
aniquilación absoluta.
De entre la negra y pavorosa fosa sepulcral de abismo surgen las
diversas partes flamígeras de Ser; el Angel de la guarda es una de
esas tantas partes aisladas.
Aquellos que conocer realmente los misterios del Templo, reflejo
maravilloso de los Misterios báquicos, eleusinos y pitagóricos,
jamás desearían continuar con su miseria interior.
Hay que regresar al punto de partida original, hay que volver a las
tinieblas primitivas del No Ser y al Caos para que nazca la luz y
surja en nuestro interior una nueva creación.
En vez de temer a la aniquilación total, es mejor saber amar y caer
en brazos de nuestra Bendita Diosa Madre-Muerte.
Nota Final
¡MAGNIFICAT ANIMA MEA!
Tu destino, querido lector, jamás sería como el de los demás
mortales si, después de haber estudiado a fondo este libro,
practicaras los métodos o sistemas aquí enseñados para el despertar
de la concieniencia.
Podría acudir, en efecto, para avalorar lo que he escrito en éstas
páginas, a los consabidos escritos medievales encontrados por aquí,
por allá y acullá según viejo expediente literario.
Podría acudir al expediente del divino Platón, poniendo en boca de
Sócrates lo que el Sacerdore de Sais relatase antaño a Solón en el
delta del Nilo.
Podría apelar, en fin, a otros sortilegios propios de los relatos
más o menos históricos para darte más datos esotéricos, sin faltar a
los sagrados votos de sigilo iniciático, en relación con la vida y
los portentosos hechos gnósticos de Anahuac.
Mas no es urgente añadir por ahora nada más a este libro. Pienso que
con nueve días de estudio, meditación, aislamiento y ayuno, se
podrían experimentar directamente las verdades contenidas en este
tratado esotérico.
Eran cuidadosos de las cosas de dios;
sólo un dios tenían;
lo tenían como único dios;
lo invocaban,
le hacían súplicas:
su nombre era Quetzalcoatl.
Y eran tan repetuosos de las cosas de dios,
que todo lo que les decía el sacerdote
Quetzalcoatl
lo cumplian, no lo deformaban.
El les decía, les inculcaba:
-Ese dios único,
Quetzalcoatl es su nombre.
Nada exige,
sino serpientes, sino mariposas,
que vosotros debéis ofrecerle,
que vosotros debéis sacrificarle.
(Códice Matritense)