TARTESSOS

 
                                                     

LENGUA Y ESCRITURA IBÉRICAS:

TEORÍAS SOBRE SU ORIGEN.

 

 

 

 

 

 

          Enfrentados con el problema de intentar traducir la lengua ibérica, pensamos que la clave había que buscarla en su origen.

          Para acercarnos al origen de la lengua ibérica repasemos lo que se da por probado sobre ella:  

 - Su gran perduración. La encontramos desde el S. V a.C. hasta el S. I d.C. (Garcia Bellido, 1.967, Pág.. 28).

- Su carácter vehicular. Es una lengua "internacional" usada por pueblos de lenguas nativas distintas al ibérico.

- Su gran vitalidad, mostrada en la rapidez de su expansión y su pervivencia.

- La diversidad de grafías con que la encontramos. Aparece representada en los signarios meridional [ 1] , jonio y levantino.

- Su gran expansión geográfica. Desde la Alta Andalucía hasta la Narbonense, pasando por todo el Levante Peninsular.

- Actualmente se puede dar por conocida su lectura cuando está escrita en el signario levantino o jonio. Aún quedan algunas lagunas y disparidades de criterio entre los investigadores, en cuanto a su lectura en el signario meridional.

 

PLOMO DE YÁTOVA

  

         ¿Quiénes son los que hablan esta lengua vehicular?. ¿Quiénes eran lo suficientemente poderosos, en esos momentos de la historia, para justificar su expansión y pervivencia?.

          Las respuestas a estas preguntas han sido soslayadas, Quizás por entender que eran evidentes. La lengua ibérica es la lengua de los "Iberos". Hoy día esto no es una respuesta. Los "Iberos" son un conglomerado de pueblos que cambian sus facies características del Bronce Final para entrar en la Edad del Hierro. Detectamos arqueológicamente este cambio por la aparición de las características cerámicas locales realizadas a torno y por la tendencia del poblamiento al urbanismo.

         En principio se nos hace difícil suponer que el conglomerado de pueblos que son participes de la "cultura ibérica" tengan la misma lengua.

           El problema abarca dos aspectos: ¿Cual es su origen?. ¿Quien la extiende?.

          La solución a estas preguntas se debe buscar en el análisis de la situación política y económica en la que nace y se desenvuelve la lengua ibérica [2].        

          Los más antiguos textos que encontramos de la lengua ibérica están bajo el ropaje del signario meridional.

          La mayor parte de los especialistas opinan que el signario meridional es una adaptación del signario tartéssico a la lengua ibérica. Si el signario meridional es una evolución de esa primera adaptación del signario orientalizante a la lengua tartéssica que rastreamos en las estelas e inscripciones del S.O., es lógico pensar que la adaptación a la lengua ibérica se realizaría en una zona y en un ambiente cultural donde ese signario fuese conocido.

          Como conclusión podemos afirmar que la lengua ibérica se plasma por primera vez en un ambiente cultural donde era conocida la lengua ibérica y la lengua y el signario tartéssico. Esto nos marca un espacio geográfico que está bastante definido por las fuentes y la Arqueología. 

          Para su encuadre cronológico debemos de fiarnos de los hallazgos de textos. A pesar de que la mayoría de ellos no tienen un contexto arqueológico claro que nos sirva para datarlos, podemos afirmar que los más antiguos nos remontan al S. V a.C. y por tanto concluir que cronológicamente la adaptación del signario tartéssico a la lengua ibérica, tal y como la encontramos en la escritura meridional, se realizó en el S. V o posiblemente durante el S. VI.

 

ESTELA DE SINARCAS

 

          En conclusión la escritura meridional, definida como una adaptación del signario tartéssico a la lengua ibérica, debió nacer en el espacio cultural tartéssico en el S. VI a.C.

          La lengua de las elites tartéssicas en el S. VII y VI a.C., es la que encontramos en escritura tartéssica plasmada en las estelas e inscripciones del S.O. Es distinta de la lengua ibérica. Este hecho no nos deja más que dos posibilidades, o la lengua ibérica no pertenece a la élite tartéssica, o esta elite sufre una transformación que le hace adoptar una lengua nueva.

          Según las fuentes, lo más destacable que sucede en el entorno de Tartessos es el establecimiento de relaciones directas con los comerciantes griegos en el paso del S. VII al VI a.C.

         Son  las relaciones entre foceos y Argantonio, narradas por Heródoto y en las que algunos autores han visto un cambio de la política económica de Tartessos hacia los años 640/630, en las que se contempla un mayor acercamiento al mundo griego. Un intento de "la dinastía de Arganthonio" de alcanzar un contrapeso y valedor, frente a la cada vez mayor importancia de las colonias fenicias de occidente (CASTILLO, Arcadio del. 1.988, pag. 82).

          La Arqueología nos ha dado datos sobre la presencia de materiales griegos en Málaga y Huelva. Desde finales del S. VII hasta el 550 a.C. nos encontramos en Tartessos y especificamente en las costas de Huelva y Málaga, con pruebas de la existencia de una "Koine" comercial. De puertos francos en los que se establecerían comerciantes de distintas etnias y lenguas, fenicios, griegos, etruscos, fenicios de Occidente,.. todos, bajo el amparo de las leyes de la hospitalidad y el "Asylia" (OLMOS CABRERA,R. 1.988, 1.990 y 1991. JUAN GRAN-AYMERICH, J.M., 1.986)

         En estos puertos no sería de extrañar la existencia y el uso de un lenguaje arcaico y vehicular que sirviera de base para el comercio.

         No es imposible que se plasmaran las leyes que regulaban éste comercio en el signario nativo [3] ya que sus signos y fonética sería conocida por la mayoría de los comerciantes [4].

         Existen precedentes más o menos coetáneos de este uso de la escritura en la Magna Grecia y en Sicilia [5]   Estos hechos habría que ponerlos en relación con el filo-helenismo de Tartessos   y con las relaciones de la "dinastía Arganthonia" con los foceos, que nos comentan las fuentes.

         Adoptado este lenguaje vehicular como lengua que favorecería la Koiné comercial y marítima, se extendería con ella llevada por los comerciantes etruscos, fenicios occidentales, griegos y por las propias élites tartesias. No sería de extrañar que esta lengua fuera utilizada como lengua vehicular, por todo el ámbito de los costa mediterránea Peninsular inmersa en la koiné del S.VI.

 

ESTELA DE SAGUNTO

 

    Esta lengua, arcaica y vehicular, sería la que posteriormente se conocería como lengua ibérica. El hecho de que no encontremos textos escritos de ésta primera época, a pesar de que las fuentes nos hablan de su existencia, se debería a lo reducido del uso de la escritura.

          A la disgregación de Tartessos y conforme avanza el S. VI, el afianzamiento de los distintos pueblos ibéricos y el predominio de las zonas mineras de Sierra Morena, van a producir una concentración del comercio entre las zonas de Levante y la Alta Andalucía. Esta concentración de riqueza en la zona, va a producir una mayor densidad de aportes foráneos encabezados ahora por los griegos occidentales, ampuritanos y marselleses, y los fenicios occidentales, y con todos ellos, el relanzamiento de la lengua ibérica. 

         El mundo ibérico que surge en el S. VI "..es una amalgama de culturas contaminadas de una forma muy intensa, sincrónica y diacrónicamente, y que de un modo especial los sectores sociales más elevados participan de los rasgos de una koiné mediterránea" (OLMOS ROMERA, R. 1.986, pag. 285). Serán estas élites ibéricas las que adoptaran la lengua ibérica [6] con el mismo fin que ya era utilizada por los comerciantes que les visitan.

 

         La escritura se puede considerar como un fenómeno urbano, lo que explicaría su aparición en el mundo ibérico, cuando el fenómeno del urbanismo está en pleno apogeo. Es en el S. V cuando encontramos los primeros textos en lengua ibérica.

          Durante el S. V la "Helenización" [7] cada vez mayor de los pueblos ibéricos de la costa levantina y la "semitización" de gran parte de Andalucía, producirá un distanciamiento entre los dos grandes bloques comerciales del momento, el procartagines y el progriego (ARTEAGA, Oswaldo. 1.982) [8].

         Este enfrentamiento no es generalizado ni total. Tendría un alcance espacial y temporal muy local y corto. Representa una lucha por la hegemonía entre las distintas elites ibéricas apoyadas y quizás alentadas, por los distintos grupos comerciales del momento. La koiné comercial se mantiene (HOZ, J. 1.986. SANMARTIN, E. 1.986) atestiguada por la proliferación de hallazgos arqueológicos.

         Será en este contexto de Koiné comercial (MORELL, J. 1.986), de rivalidad e individualización [9] y con el fenómeno de la urbanización cuando extendida la lengua ibérica [10], se produce la proliferación de ésta en las escrituras meridional, greco-ibérica y levantina (HOZ, J. 1.989).

          Podemos plantear como hipótesis que la escritura meridional aparecerá en los ambientes nativos más ligados al propio nacimiento de la cultura ibérica, por su conocimiento más temprano de la lengua ibérica y del signario tartéssico, producto de sus contactos con el mundo tartéssico y fenicio occidental. La escritura greco-ibérica aparecerá en los ambientes de la costa levantina en contacto más directo con los contextos anteriores y con los comerciantes griegos. La escritura levantina aparecerá como un desarrollo, quizás posterior, en todo el ámbito ibérico levantino.

         Todo el fenómeno creemos que se debe encuadrar dentro de los cambios que se producen como consecuencia del nacimiento del mundo ibérico y los procesos urbanos que los acompañan, a final del S. VI y en el S V.

 

            Resumiendo:

         - La primera aparición de la lengua ibérica, distinta de la tartéssica y como lengua vehicular, se produciría a finales del S. VII en los "puertos internacionales"  de las costas tartéssicas de Andalucía.

         - Es posible que la primera plasmación en la Península de la lengua ibérica, con la adaptación del signario del S.O, en la escritura meridional, se produjera en alguno de estos puertos  a principios del S. VI.

         - La expansión se produciría con la koiné del S. VI y V a.C. Se extendería por las rutas marítimas y terrestres que acababan en los focos mineros de la Alta Andalucía. A partir de este momento comenzamos a encontrar vestigios arqueológicos de su presencia.

         - La escritura greco-ibérica, sería una adaptación del signario griego a la lengua ibérica producido en el contexto de la competencia de los ambientes griegos y fenicios peninsulares a final del S. VI o en el V.

         - La escritura levantina nace ligada al equilibrio entre los grupos de raíz púnica y griega y al apogeo del mundo ibérico. Quizás como una "helenización" de la escritura meridional [11]

         - Durante todo este espacio de tiempo, la lengua ibérica será la lengua vehicular del comercio Peninsular que, en principio, no podemos ligar a ningún pueblo en particular, aunque sí estaría ligada a los agentes comerciales, tanto griegos, fenicios y púnicos, como a las elites locales que basan su poder en la riqueza producida por los intercambios.  

           - Será con la explosión del mundo ibérico y el aumento del urbanismo cuando el uso de la lengua se generalice y con él la escritura.

         En pocas palabras y a grandes rasgos, lo que sucede en la P. Ibérica a partir del S. VII diríamos que se produce una "helenización" paulatina del naciente mundo ibérico, que alcanza su apogeo en la última mitad del S. V y primera del IV en el ámbito geográfico del Levante.

           Postulamos que la lengua ibérica es una lengua de raíces griegas. Aportada por los comerciantes fenicios, griegos y etruscos a finales del S. VII y principios del VI a Tartessos, es adoptada por "la dinastía Argantonia" en su filo helenismo. Será la lengua del mundo comercial encuadrado dentro del arco mediterráneo occidental y como tal, usada en la Península, primero por los comerciantes griegos y fenicios occidentales y las elites tartéssicas y después por las propias elites comerciales ibéricas.

 

           La lengua ibérica será un rasgo más de la "helenización" de la P. Ibérica.

 

BIBLIOGRAFIA

 

 

[1].- Somos de la misma opinión que F. Presedo (PRESEDO VELO, F. 1.986, Pág..57) de llamar al signario que encontramos en las inscripciones del S.O, tartéssico y a la lengua que representa, distinta de la ibérica, tartéssica. El signario meridional, distinto, aunque relacionado directamente con el tartéssico, sirve como soporte a la lengua ibérica.

[2] .- En nuestro acercamiento al problema del origen y desenvolvimiento del mundo ibérico, nuestra finalidad no es descubrir las claves individuales de cada zona, sino intentar atisbar con una cierta lógica, las grandes líneas que dominan en ese momento y que puedan arrojar alguna luz sobre el enigma del origen de la lengua ibérica. Intentar averiguar quiénes son los grupos capaces de extender una lengua propia por tan amplio espacio geográfico y temporal (ya en el S. IV a.C. la encontramos atestiguada en Ensérune -UNTERMANN, J. 1.969, Pág.. 3).

[3] .- Montenegro y Solana lo ven así:  "Las antiquísimas leyes en verso, que dice Estrabón poseía el reino de Tartessos, son sin duda réplica de las de aquellos primeros legisladores de Grecia y Sicilia, que en buena hora supieron copiar los civilizados tartesios a través de algunos comerciantes griegos." (MONTENEGRO DUQUE, A. y SOLANA SAINZ, J.M. 1.987, Pág. 145.)

[4] .- Según todos los indicios y la mayoría de las opiniones, el signario tartéssico procede de Oriente y sin intentar fijar una procedencia especifica, podemos entroncarlo con los distintos alfabetos que casi coetáneos surgen del foco oriental.

[5] .- Los primeros códigos escritos griegos, se producen  en las ciudades coloniales donde se mezclaban distintos colonos con distintas costumbres: en Locras en el 663, en Siracusa y Catania a fines del S. VII. (MONTENEGRO DUQUE, A. y SOLANA SAINZ, J.M. 1.987, Págs. 150 y sgs.)

[6] .- El propio Olmos Romera lo ve así "El lenguaje común del que a menudo ésta -refiriéndose a la aristocracia- se sirve va configurándose en la mimesis unificadora que bebe en una Koiné aristocrática más amplia." (OLMOS ROMERA. R. 1.986, Pág.. 283).

[7] .- Utilizamos el termino "helenización", no como seudónimo de aculturación, sino como una forma practica de nominar al proceso por el cual las culturas indígenas ibéricas asimilan y transforman el complejo cultural griego para dar lugar a lo que llamamos cultura ibérica.

[8] .- Dentro de este enfrentamiento en principio sólo comercial debemos encuadrar una serie de detalles que observamos por esas fechas: la construcción en la Alta Andalucía de las Torres Annibalicae, la destrucción de muchos poblamientos y necrópolis ibéricos con el cambio del siglo, la destrucción sistemática de monumentos ibéricos, la construcción de la muralla de la Nea Polis ampuritana y el reorganizamiento del poblamiento ibérico.

[9] .- Podemos ver en el caso de Rosas analizado por Dominguez Monedero, un ejemplo del ambiente en que se mueve el mundo ibérico y de sus consecuencias, con el cambio del S. V al IV. (DOMINGUEZ MONEDERO, A.J. 1.991)

[10] .- Somos partidarios, de la existencia de una "Koiné lingüística" en el Mediterráneo occidental, para los siglos V y IV a.C. basada en un lenguaje de raíces griegas.

[11] .- Podemos considerar a la escritura levantina como una  escritura intermedia entre la meridional y la jónica, que sería relativamente fácil de leer para ambos grupos. Debemos de tener en cuenta que la lengua ibérica era conocida desde antiguo por todos, el problema era los signos con los que se plasma, que serán un reflejo de la situación política del momento y de la zona.

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