TARTESSOS OFICIALISTA

 

                                                     

LA BICHA DE BALAZOTE

- LA ANIMALIDAD DEL HOMBRE -

 

   Soliman Orta

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

La Bicha de Balazote es una figura ibérica encontrada en el termino municipal de Balazote, en la provincia de Albacete. Quienes primero la estudiaron fue un grupo de arqueólogos franceses que la identificaron como una especie de cierva; de ahí que "biche" fuera su primera denominación, castellanizándose posteriormente a "bicha".

Existen pocos datos sobre su hallazgo. Se sabe que fue encontrada en el paraje de los Majuelos, a escasa distancia del núcleo urbano. Recientes excavaciones en la vega de Balazote descubrieron un túmulo ibérico que permite situar tan singular pieza en el contexto (??) de una necrópolis tumular a la que probablemente perteneció. Cerca del lugar también se rescataron importantes mosaicos de una villa romana.

Cabeza.

Cabeza.

 

 

Realizada sobre dos bloques de piedra caliza hacia la segunda mitad del siglo VI adC sus dimensiones son de 93 cm de longitud y 73 cm de altura máxima. La cabeza es humana, vuelta al espectador y ligeramente alzada. Representa a un hombre de cabellos largos, bigote oblicuo y barba, de boca y pómulos prominentes. El pelo, en forma de flequillo, cae sobre una frente estrecha, mientras dos pequeños cuernos y orejas de bóvido resaltan su aspecto animal. El cuerpo corresponde al de un toro echado, con las patas anteriores recogidas bajo el pecho y las traseras dobladas hacia el vientre. Algunos detalles formales resaltan las pezuñas o la prominencia del hueso de la cadera. La cola se curva sobre el muslo izquierdo y termina en un mechón puntiagudo de pelo.

Desde 1910 se conserva en el Museo Arqueológico Nacional de España.

Obtenido de "http://es.wikipedia.org/wiki/Bicha_de_Balazote"

Historia:

Pieza del siglo VI a.C., actualmente se encuentra en el Museo Arqueológico Nacional. Esta escultura formaba parte de una serie de narraciones mitológicas, con seres sobrenaturales entre los que destacaban la esfinge alada de Alarcos y la de Haches.

Descripción:

La escultura de animales con formas fantásticas o míticas suelen tener influencias de Oriente y helénicas. La Bicha de Balazote, con cuerpo de toro y cabeza humana, en su origen debía estar colocada adosada a la pared. Por sus caracteres formales se le atribuyen influencias sicilianas o griegas.

Fuente: Portal www.castillalamancha.es

EL ENIGMA DE LA BICHA DE BALAZOTE

En mis viajes a lo largo y ancho del espíritu, me topé con esta Bicha por casualidad hablando del futuro del ser humano y de la próxima Humanidad. Hablando y conectando, enfoqué en la Esfinge de Giza mis comentarios atribuyéndole un enigma estelar y biológico: LA HUMANIZACIÓN DE LA ANIMALIDAD ó LA ANIMALIDAD DEL HOMBRE.

En este caso mi interlocutora (señora ella) me dijo: ¡Aquí en España también tenemos nuestra esfinge! y por supuesto también pregona un enigma !!

En este caso esta Bicha no es un León con cuerpo de Humana, la esfinge creo que es human@, sino un Toro con cara de Hombre, un señor con bigote y barba.

Esto supone una vuelca de tuerca más en el ya intrincado enigma, ya que la humanización de la animalidad ya es algo que se intuye para el Buscador de la Arqueología Espiritual ...  más bien parece un ACERTIJO más que un enigma, ¿que habrán querido decir nuestro antiguos? Ellos no representan así por que así a los atributos de un rey, dios o héroe. En la larga y mítica lista de esfinges, esta no es con cuerpo de carnero o de león, típicas en el oriente Mediterráneo o Egipto, tenemos aquí una genuina e impenetrable esfinge ibero-tartéssica, de seguro de más antigüedad que la esgrimida oficialmente: ... situar tan singular pieza en el contexto (??) ... viene a decir que como no sabemos con seguridad cuando y como, pues así nos acomodamos más en lo estudiado y en el standard arqueológico existente y espantamos nuestro desconocimiento endiñándole una antigüedad análoga a lo encontrado por aquí al lado, o sea, se dice que  "... Existen pocos datos sobre su hallazgo..." para a continuación terminar con la historia y decir aquello ... o sea, poco para los ignorantes y nada para los iniciados, adeptos y arqueólogos.

Lo de las influencias silicianas o griegas, es lo de siempre, ¿Qué es lo que se nos ha enseñado subliminal y sibilinamente? ¿Qué se pretendía lograr? Muy simple: negar la conciencia colectiva de un pueblo ya homogéneo desde los albores de los tiempos y, desde esa lógica, ocultar la elaboración de una cultura autóctona, que no síntesis o amalgama de otras, con las que expresaba su identidad y genio.

Nuestro insigne andaluz Miguel Romero Esteo dice en su libro Tartessos y Europa:

...

Y por otra parte, y no menos a todo lo largo, pues desmitologizando un poco las legendarias historias relativas al extremo oeste del Mediterráneo, la Península Ibérica y sus alrededores, rastreándoles aproximativamente el borroso núcleo que de hecho histórico —o protohistórico más bien— encubren y encierran. Y en cuanto que demasiado mitologizadas fueron por los antiguos griegos, y mitologizadas siguen. O sea, fantaseadas en especie de fantasías sin base alguna. Pero tuvieron su base de borroso hecho real e histórico. O dicho de otro modo, para las muy arcaicas o mediterráneo- protohistóricas gentes las tales legendarias historias eran su Historia, si es que no la Historia. Y de una base que, por más que borrosa con el paso de los tiempos, cierta y real. Y que no una mera inventiva fantasiosa para entretener a las gentes.

...

Por otra parte, y siguiendo de las tales legendarias historias mediterráneas en versión griega, y que mitologizadas fueron, el Occidente europeo en su suroeste atlántico y sus alrededores, o el mediterráneo-atlántico ámbito del estrecho de Gibraltar y su amplio entorno, es un siniestro lugar de horribles monstruos más o menos infernales. En concreto, la oceánica y famosísima gran hembra Medusa con su cabellera de venenosas serpientes, en vez de una pelambre de largos cabellos. Y de la que, y tras el gran monstruo-caballo Pegaso, se origina una abundante familia de monstruos con el tartesio y gigante-monstruo Gerión y su monstruosa parentela en la que su geriónida hermana-monstruo, la acuática u oceánica gran serpiente Egidna que casada con el no menos monstruo gran Tifón. Y de la que la serie de geriónidas sobrinos- monstruos: el can Kerberos, el can Orto, la gran serpiente Hidra de las cien cabezas, la Esfinge, la Quimera, etcétera. Y valga de paso el que la monstruosa Esfinge —cuerpo de león, cabeza humana, y que no acaba de saberse que de dónde llegó el tal asunto a Egipto— al menos en las legendarias historias es originariamente pues no precisamente egipcia sino que más bien tartesia y geriónida. O bastante euro-occidental e hispana, si dicho de otro modo. O en otras palabras, que al menos en la versión griega de las tales legendarias historias parece como que la tartesiofobia asoma bastante. Ignoro si porque escaldados los arcaicos griegos con el batallador revolcón que el tartesio y gigante rey Gerión le propinó al más o menos muy proto-griego gran guaperas Hércules. Y que de lo tal, luego pues ya vieron monstruos por todas partes en el extremo oeste mediterráneo, en general. Y en las parentelas de los geriónidas, en particular. O al menos que algo muy desagradable les ocurrió en el ámbito del estrecho de Gibraltar a los proto-griegos remotísimos —pongamos que de por allí los expulsaron, y puesto queda— y que pues nunca lo olvidaron.

 

Pues eso, el enigma: LA ANIMALIDAD DEL HOMBRE

 

Si la Esfinge de Gizé desvela el enigma del vehículo simbólico de luz del hombre y da testimonio de su destino en el espacio, en este caso la esfinge de Balazote nos abre la puerta de nuestro pasado animal y nos recuerda lo tenue que es la frontera entre la animalidad y la humanidad. Sólo un murmullo, una piedrecita, una mirada, una insolaridad, una falta de respeto, ...

 

Así que más que enigma, en nuestras castizas y campechanas tierras quedó este acertijo, más escueto y humilde este,

¿venimos de la animalidad o algunos desde la humanidad vamos o más bien nos abalanzamos más a aquella?

 

Tu respuesta es tu espejo.

 

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