TARTESSOS: LA IBERIA BEREBER |
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“EGIPCIOS, BEREBERES, GUANCHES Y VASCOS”, ¿está su clave en el euskEra?
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Luis María MUGICA URDANGARIN |
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4.- Lectura de los papiros egipcios ( a través del euskara)
El libro, como aportación tercera, nos presenta jeroglíficos de la cultura egipcia, valiéndose para ello los autores, al igual que en los textos bereberes y guanches, del concurso de la lengua vasca para las correspondientes interpretaciones. Nuevamente, nos hallamos con el euskara como clave de interpretación para lenguas de un couche geográfico muy extenso; al vascuence se le otorga una función básica para la versión de escritos antiguos desconocidos y esotéricos. Tal quehacer sería meritorio si se lograsen resultados seguros. Además tal labor, en este caso, resulta más difícil por tratarse de meros signos jeroglíficos, y no de letras. Nosotros nos atendremos, meramente, a aspectos que tienen relación con el léxico vasco. A veces, la antigüedad atribuida por los autores a los jeroglíficos llega a más de 3000 años antes de Cristo, y otros bajan hasta los siglos VIII al IV antes de Cristo. Es evidente que difícilmente puede efectuarse una interpretación de textos tan antiguos desde elementos del corpus lexical euskérico de origen latin-románico. I) Algunos topónimos y nombres egipcios La razón de la interpretación de los textos desde el euskara aparece en el capítulo noveno del original, al tratarse del origen y cronología de la cultura de Egipto. Los profesores Arnáiz y Alonso afirman lo siguiente: “Y si los dialectos bereberes tenía un fuerte emparentamiento con el euskara, como creemos ha quedado probado en capítulos anteriores, esa relación, se mantendría igualmente para el binomio vasco-egipcio... No obstante, el examen de la toponimia y la onomástica del Egipto moderno y clásico pre-árabe sí arrojó un rayo de luz sobre nuestras investigaciones lingüísticas” (277). Como en el caso del guanche y del bereber, al atribuir nuestros autores un parentesco al euskara y al antiguo idioma egipcio, convierten el vascuence en clave para la interpretación de numerosos nombres y topónimos (275-282). Nosotros nos detendremos, además de la consideración de los préstamos latino-románicos en en léxico, en aspectos morfo-sintácticos de los textos para aceptar posibles relaciones. He aquí, entre otros, algunas interpretaciones de tal apartado: ABU-SIN-BELTZ. Traducción propuesta por los autores ( a través del euskara, como en casos anteriores): La tumba de los creyentes de la oscuridad < Abusinbel. Dificultades lexicales en zin (sinetsi = creer), sinesle = creyente, proviniendo la voz, probablemente, del lat. signum con caída de la segunda sílaba según etimología de Löpelmann y de otros; la fórmula vasca ha desarrollado, además, la sibilante predorsal inicial, como es usual. En todo caso, no es segura la etimología latina. Según los elementos lexicales de la frase sería más literal la versión de *Entrada (boca) del juramento oscuro. ANU-BIZI. Traducción: Toda clase de alimento vida < Anubis. Otra versíon sería : El que hace desfallecer. Para el primer caso es preciso tener en cuenta que anoa es préstamo latino, esto es, annonam significando “comida pra el ganado”, “porción”, “provisiones”. Del mismo procede el topónimo vasco Anoeta. Cfr. L. Michelena, FHV 210, 305. El otro camino, esto es, el de la versión El que hace desfallecer también es rechazable, pues ano AN, ark “fatiga”, “desfallecimiento”, ano egin, anotu (hunatu en ciertas variantes de Iparralde) es préstamo románico según algunos romanistas, através de kauma. Cfr. REW 2, 583, L. Michelena FHV, 307. ANA-AKA-AMAN. Traducción: Pecador de la hermandad de difuntos de la madre < Tut Ank Amen (Tutancamón). Problemas lexicales serios partiendo desde el préstamo castallano aka (cast. aca(bar) para vertir un nombre tan antiguo. Morfológicamente muy abstruso el traducir “en la madre” desde un AMAN, pues con los seres animados el declinativo es -gan / -rengan, aunque no son fórmulas a rechazar del todo los inexivos semeeTAN, gizoneTAN. La voz “hermano” en euskara no es ana, sino anai(a) / anae, tan como en castellano no son lo mismo nado y nudo. Además, los autores detallan en la página que AKA es pasado de AKATU “morir”. Ese akatu procede vía el cast. aca(bar), tal como hemos afirmado numerosas veces ya. II) Traducción “ del libro de los muertos” Los autores del libro, a continuación, recogen la transliteración del “ Libro de la muerte, efectuada por Walis Budge. Parala aclaración del significado de los signos del original los autores de nuestro libro se sirven del euskara. Como en capítulos anteriores, nosotros nos limitaremos a cotejar los textos con elementos lexicales vascos de origen latino-románico, y, al mismo tiempo, a poner manifiestamente los escollos de tipo fonético, morfológico y sintáctico del texto. Por tanto, no haremos una intepretación directa de los jeroglíficos (por no ser materia de nuestro conocimiento), pero sí efectuaremos un examen del léxico de los signos dado que los autores los interpertan a través del euskara. El problema principal, una vez más, es el hecho de pretender interpretar, a veces, jeroglíficos tan antiguos a través de determinados préstamos latino-románicos, incrustados en nuestro léxico. No es suficiente una transliteración de los signos, pues la interpretación lexical de los mismos presenta grandes dicultades. Los textos examinados están en las páginas 331-376, y nosotros nos limitaremos, únicamente, a algunas frases. ANAITU-ARA-AU-OEAN-NATA-ERRU-ABU. Traducción de los autores ( a través del euskara): Hermandad-tierra-bocas-en el nicho-pecadores-culpables-sepultura. En la versión no se tiene en cuenta el nexo de los declinativos y de los verbos, y el resultado es algo inflexible y tenso, algo problemático -y arbitrario- desde el punto de vista de la comprensión. En la frase se detentan dos voces claramente latin-románicas: una nata (desde el lat. notam con significado de “mancha”, “peca”, que en el texto se interpreta como “pecado” en el ámbito religioso); nata ha experimentado respecto al latino notam asimilacion vocálica ascendente, y está presente el diccionario de Azkue, junto con natu. Cfr. REW 5962, FEW 7, l96s. La otra voz es erru “culpa”, derivado del lat. errare (cuya fórmula románica más próxima es yerro). Cfr. LEEE, 156. Por ello, resulta inverosímil el leer un jeroglífico egipcio a través de préstamos como nata y erru. ARREN-ATAN-ENEAN-SAR-AEN. Traducción: Oración-en la puerta-al punto en-entrada-su. Morfológicamente inaceptable el vertir “en-entrada-su” por medio de nuestro -aen, pues falta el supuesto pronombre personal ( y aún resulta más rechazable la falsa solución de *sarreran). Por otra parte, el arren indefinido (en lugar de un *arrenA) -y el situar -enean “al punto” tras el sustantivo atan / *at(e)a- n supone dos dificultades de carácter morfo-sintáctico. En el texto vertido desde el euskara se hechan de menos muchos nexos (aunque es posible que en semejantes escritos caigan algunos declinativos). La traducción resulta algo forzado -y falto de sentido-. ERRE-A-EME-BA-ANABA-ERRE-TAR. Traducción: Quemado- ¡ay!- madre-si-¡ay!-nava-quemado procedente. Es una versión ininteligible y tensa. ¿ Qués es eso de “quemado procedente”?. Desde el punto de vista de la morfología no es usual en euskara el agregar a un verbo un sufijo que indica origen, como –tar (en este caso al verbo erre), aunque sí se da en el caso de -ar / -liar, como en egoiliar. En cuanto al léxico, es présamo románico eme, desde el lat. femminam, a través del fr. femme, gasc. hemme, romance navarro hemma. Cfr. LEEE, 107. Nava es préstamo de ámbito más amplio que el latino, como ya hemos visto, y está presente en topónimos como Navaleno, Navacerrada, Navas. Corominas afirma “no parece ser de origen vasco”. Breve Dic. Et. 412. EME-ATA-MARRA-ENE-ZEN-A-NATA-ERRE. Traducción: Hembra-puerta-pecado-en difunto-el pecador-quemado. Al interpretar a través del euskara este jeroglífico, transliterado por W. Budge, los autores se valen inverosímilmente de tres prétamos latino-románcos en nuestra lengua, esto es, de eme “hembra” -desde las fórmulas indicadas de femme / hemme-, de marra (en opinión de Michelena variante vasca del cast. barra, FHV 269), y de nata “mancha” derivado del lat. notam. Sin embargo, aún resulta más osado el traducir ene-zen por “en-difunto”, colocando el inexivo delatne del verbo –en lugar de detrás-, de forma independiente. Tal licencia es tan repudiable como escribir *en mendia en euskara –en vez del único posible mendiaN (tan rechazable sintácticamente como el castellano *monte en el”)-. Además, ¿desde cuándo es equivalente ene al inexivo -(e)n? AMA-ADI-ADI-KAR-EME-SATS-zEN. Traducción: Madre-comprensión-fuego-hembra-restos-difunto. Desde el punto de vista lexical, la frase tiene tres préstamos latino-románicos. La voz adi –dos veces en la frase- proviene del auditu, con semántica de “entender, comprender”, pero anteriormente tiene el significado de “oír”, tal como acontecen en el Ámbito del dialecto guipuzcoano. El auditum (lo oído) sufre reducción en euskara en el diptongo original. Tal origen latino es admitido por la mayoría de los romanistas, investigadores del léxico vasco. Cfr. L. Michelena FHV 95, LEEE, 50, 326. UA-AMA-BA-ABI-ANAXE. Traducción: Nicho-madre-si-sepultura-hermano. Semejante versión resulta algoforzado, algo extraído fríamente desde los meros aportes de un diccionario vasco. Fonéticamente, problemático la reducción a ua desde aoa / agoa / aboa / abua / aua “boca”, habiendo desaparecido la vocal inicial. Abi se traduce como “sepultura”, pero para ello lo correcto sería (h)obi -desde el lat. foveam, en euskara hilobi “sepultura”, “hoyo del muerto”-. Pero si se derivase desde abia (kabia /afia / apia) “nido”, igualmente, el origen del término sería latino desde caveam. Cfr. LEEE, 114, 209, L. Michelena FHV 51. Para las voz foveam véanse REW 3463, L. Michelena FHV, 51, LEEE, l02,l51. TITA-ERETZ-ERRE-ARETZ-NATA-ERRU. Traducción: Pecador-del lado-quemados-sitio-pecadores-culpables. En la versión interpretativa del jeroglífico se dan dos préstamos manifiestos, esto es, erru (en referencia al yerro románico) y nata “mancha, “peca” desde el lat. notam. En la traducción, en lugar de “mancha”, aparece “pecado” (lo que en un contexto religioso no habría problemas para aceptarlo, aunque sigue el escollo de ser préstamo tardío para interpretar un texto anterior a Cristo). Además, para sufijos como –dor (pecadior) y –ble (culpable) serían de esperar en euskara -tsu y -dun (Azkue aporta errudun y natadun en su diccionario); con todo, en una lectura sincopada del texto no serían necesarios tales elementos. EBA-ATA-ERRE-METU-ARRU-UA. Traducción: Cortados-puerta-quemado-brote-barranco-nicho. La voz metu “brote”, “brote de la vid”, en opinión de varios romanistas, procede del lat. fetum, con el cambio habitual de la labial inicial f > m (como en falda < malda, furcillam < murkilla, funem < muin). Cfr. LEEE, 106. En nuestra opinión –tal como afirmábamos más arriba-, en la ua final del texto la reducción es excesiva respecto al eúskaro *abua (boca), aoa / aboa. En el verbo . El verbo ebagi es conocida la fórmula reducida eba para el imperativo, sobre todo, aunque no de forma ordinaria. ABA-KUA-ADI-EME-ABU. Traducción: Bocha-nicho-el adiós-hembra-boca. En esta caso la versión tiene como base nada menos que se tres préstamos latino-románicos. El hecho de que el 60% de los elementos lexicales sea tardío resulta algo temible para la interpretación de un jeroglífico. Kua proviene del lat. cunam, con caída de la nasal intervocálica. Cfr. LEEE, 93. Adi es traducido por “el adiós” en el texto; el adio euskérico -como el adeu catalán-, sin duda, está en relación con el deum latino, y deriva directamente del castellano adiós. Eme “hembra”, en referncia a resultados románicos del lat. femminam, tal como hemos visto ya. En aba, por otra parte, desde aboa / aua (boca) oarece darse demasiada reducción; fonéticamente, además, resulta problemático que con el mismo significado aparezca una vez aba, y otra vez abu..
TAR-ARREN-AKA-ANA-ZEN-ERRE-A. Traducción: Procedente-oración-muertos-hermandad-difunto-quemado-un, La. Versión resulta extraña. Nosotros -de forma meramente hipotética y más sucinta- propondríamos la siguiente traducción a partir de los elementos lexicales aportados por los autores: * Procedente de la súplica acababa el alimento (lat. anonam), que era quemado. Tal versión sería, quizás, legítima, pero no dejaría de ser absurda por nuestra parte. NO-KAR-UDU-XERRI-ENE-AITA. Traducción: Donde-llamas-dormido-cerdo-como padre. Versión difícil para entender, pues parece no más que un acervo de palabras. Como afirmábamos más arriba desde el aporte de topónimos fónicamente parecidos de otros idiomas, quizás, fuese posible una traducción similar a la vasca partiendo del quechua, el godo, el turco o el finés.
ARRI-NAKA-ERESI-AU-KAR-EZ. Traducción: Sepultura-pecador-canto fúnebre-boca-fuego-no. En la frase aparece eresi, que en nuestra opinión, es préstamo románico desde elegía / *elexia “canto fúnebre”, con el cambio fonética normal de l > r (coeLum > zeRu, paLa > paRa).
Traducción: Hembra-madre-adiós-nicho-oscuridad-sueño-en. Presentan dificultades lexicales (en cuanto a la cronología) los casos de eme “hembra” desde lat. femminam con resultados románicos como femme, hemme, hemma; y adi (en referencia al adiós románico, tal como vimos más arriba). Los escollos de carácter morfológico son aún más serios, como el tomar el pronombre personal ene por inexivo (-n / -enean). Lexicalmente, además, a tener en cuenta as –por arrats- y boo –por bobo / lolo, presente en Azkue R. Uzt.).
ATA-ARE-BE-ANIMA-EME-NATA-ERRE. En el texto anima y nata son claros
préstamos latino-románicos desde las etimologías latinas de animam y
notam. Cfr. LEEE, 45, 115, REW 5962s, L. Michelena “De etimología
vasca” in Emerita 18, 468. DUA-EMEAMA-ZEN-SEME-A-ARE-BE. En el texto
dua, eme -y, acaso, are- son de origen latino-románico en nuestra
lengua. Sus raíces son dua (doe, do(h)ain > lat. donem, cfr. L.
Michelena FHV, 414; eme “hembra” de un derivado románico del lat.
femminam. Cfr. LEEE, 107. SU-NABA-AU-SU-NO-UA-EME. De los términos
aportados naba (gaztelaniar toponimian Nava, Navacerrada, Navaleno)
y eme “hembra” son voces llegadas al euskara desde otros ámbitos
lingüísticos , y en época tardía (al menos, respecto al jeroglífico
egipcio).
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