2. Aspectos lexicales en la relación del euskara con el bereber
Vamos a abordar el trabajo por el camino indicado, esto es,
aportando a la lectura interpretativa de los textos el hecho de los
préstamos latino-románico. Los elementos lexicales comunes -entre el
bereber y el euskara- se aportan en el libro entre las páginas 57 y
90, en las que se presentan tablas o listados comparativos extensos.
Antes de abordas tales tablas comparativas, en al página 47 se dan
incursiones etimológicas en el mundo religioso bereber al examinar
determinas frases, que, sin duda, hacen referencia al hecho lexical
latino-románico del euskara. Así, en el acerbo lexical KUR-ARAN se
nos ofrece la raíz kur (creyente), al parecer, como resto del
conocido *agur; según algunos romanistas tal voz es préstamo
derivado del latino (au)gurium. Más evidente resulta ABA (padre)
desde el lat. aba (tem), a menos que no se interprete el termino en
la dirección del neologismo hebreo de Arana Goiri; en efecto,
nuestro apaiz (lat. abbax nominatival) y abade (lat. abbatem desde
el acusativo) estan en relación, y son préstamos. En la página 52 en
el substracto del conocido ZOROASTRO el comprobar raíces vascas
desde su “fuego” y ur “agua” resulta inverosímil (y, en todo caso,
soro es resultado románico del latino solum, fonéticamente más
tardío, pero igualmente rechazable por ser un préstamo en el corpus
lexical vasco).
2. a) Examen de las voces de las tablas.
Vamos a seguir, página a página, el original agregando,
proponiendo nuestros comentarios y notas filológicos. En primer
lugar consideraremos los elementos lexicales, y luego los fonéticos.
I) Las tablas de las páginas 58-59.
I a) aspectos lexicales.
Resulta problemático el interpretar desde el euskara el siguiente
conjunto de voces bereberes:
ZERRATU >>
vasco
ZERRABT >>
bereber
la fórmula vasca
procede, sin duda, del castellano cerrar y del mismo camino zerra
“apretado”. ZERRA (golpear) > bereber serrubbeg; las mismas
dificultades fonéticas de arriba para relacionar el término bereber
con zerratu –a causa de la presencia de la velar final en serrubbeg-;
los mismos problemas en cerrar –que está en relación con el latino
serare-, al igual que bertsu procede del latino versus, participio
pasivo del verbo vertere; atribuir cualquier otro origen sería
inverosímil. ANIMA > elmant; es préstamo latino manifiesto en
euskara desde animam (en euskara con disimilacion ha dado también la
fórmula arima). SEKO (seco) > zekor; rechazabakle su origen vasco –
por no aceptar el evidente castellano seco-; en la proposición de *zekor
-además de una semántica diferente ( “ternero” en euskara)- es
preciso justificar la presencia de la vibrante final. ANDARI (quien
lleva los cadáveres) > ender; en nuestra opinión, se trata de una
etimología claramente románica desde el castellano anda, más el
sufijo –ari. Cfr. J. Corominas, Breve Diccionario Etimológico, 50.
I b) Aspectos fonéticos.
Es preciso tener en cuenta de cerca las leyes y constantes de la
fonética vasca. Antes de atribuir un origen vasco a muchas palabras
bereberes sería de esperar el considerar antes la realización de las
oclusivas, los cambios vocálicos, la presencia de la sibilantes, la
desaparición de las nasales intervocálicas y otros fenómenos
fonéticos específicos . He aquí, a continuación, algunas etimologías
problemáticas desde la fonética en el libro en cuestión:
BARA-IZEM (su nombre) > en bereber warisem; no conocemos ninguna
variante dialectal euskérica del pronombre bere, que haya sufrido
tal asimilación vocálica. UDA (agua) > udu; tampoco conocemos una
variante en u / u geminada de ur, a menos que se haya dado
asimilación vocálica no constatada hasta el presente. IGERI (nadar)
> sigef; no es aceptable tal resultado fonéticamente, pues en la voz
vasca no aparece la sibilante inicial de la voz bereber. SU-ATAN
(Satán) > Cidan; al euskara Satán ha llegado desde la biblia, al
igual que a los idiomas de al rededor, siendo el compuesto lexical
propuesto -de raíz vasca- pura intuición; igualmente, resulta
inadmisible fonéticamente (como ocurre en muchos otros casos del
libro) el proponer la fórmula sincopada “atan” en lugar de at(e)an.
AKUK (mira) > aka; no conocemos en euskara la fórmula propuesta con
ese significado, a menos que AKUK sea variante sincopada de un
hipotético *ikus ezak; tal cambio no es aceptable desde el punto de
vista del vocalismo.
II) Tablas de las páginas 60-61
II a) Aspectos lexicales
KUBA (jarra, cuba) > kubas; no se puede desechar su origen
castellano desde cuba, siendo en su raíz un derivado del lat. cuppam
(que en euskara da también la variante upa). MOKO (pico, punta) >
magut; no es posible aceptar tal etimología, ya que la voz bereber
carece de las vocales o; en origen el moko euskérico es románico
teniendo en cuenta el fr. bec, el gallego bico entre otros. Cfr. REW
61-1, 82 n.20. KALE (calle) > akal; calle es manifiesto préstamo
castellano, proviniendo en origen del lat. callis. Cfr. Corominas,
Breve Dic. Et. 121. GURGURAI (murmullo del arroyo) > gemgum; gurgur
en euskara parece tener un origen onomatopéyico (y, por tanto,
ligable necesariamente al euskara la voz bereber). MENDEBAL (oeste)
> ataram (presenta claras dificultades fonéticas, y en su etimología
procede del románico vendabal, con el cambio de fonemas en labial
inicial). Cfr. LEEE (Latina eta erromanikoaren eragina euskaran
(Influencia del latín y del románico en el euskara), 162, 169). BALA
(ballena) > gaga; la fórmula vasca (balea) procede el lat. ballaenam,
con al caiía de la nasal intervocálica. Cfr. L. Michelena FHV ,320.
AZERI (zorro) > ucen (se da un salto fonético inaceptable dentro del
vocalismo de los dos idiomas); es aceptado comúnmente que azeri en
origen procede del lat. asinarius. Cfr. ZRPh 41,564; de sinarius
proceden los apellidos Azenar, Aznar. KAMARRA (cangrejo) > kamairu.
No parece admisible el ligar kamairu (acaso, en relación con camarón
en su origen) y kamarra (variante probable del eúskaro amarra
(diez), aunque no es desechable el camino del lat. cammarus. Cfr.
LEEE, ll3. ZIAPE (mostaza) > ziber;la fórmula vasca procede del
lat. sinapem, con cambio a la predorsal en la sibilante inicial. Cfr.
Michelena FLV 6, 197.
II b) Aspectos fonéticos
ATXAMARTA (anzuelo) > bereber tasenart (etimología inaceptable,
tanto desde el punto de vista del consonantismo, como del
vocalismo). EZE (verde, planta) > uzzu ( el vocalismo desde un
préstamo vasco es inaceptable). SIETS (laguna, ciénaga) > sif (en
lengua bereber no está justifica la africada final vasca). UDU
(hurón) > berran (fonéticamente la voz bereber está alejada de la
proposición vasca).
III) Tablas de las páginas 62-63
III a) Aspectos lexicales
AZAGARI (zorro) > azagaz ( la fórmula vasca ha desarrollado una
consonante entre vocales; etimológicamente comporta el rastro del
azari arriba indicado desde el lat. asinarius. Cfr. L. Michelena FHV,
119. TXITXAR (cigarra) > bziza (aunque en origen pueda ser voz
onomatopéyica, mejor emparentarla directamente con el cast. antiguo
chicharra, REW 1897. KAKA (excremento) > kakan; la voz puede tener
un substrato expresivo infantil, que se encuentra en múltiples
idiomas, además del euskara. ABEL (ganado) > belu / afelu; para la
fórmula vasca el más próximo el lat. habere, cuya fórmula en
composición da abel- (de ahí abeletxe, abelbide). Cfr. L. Michelena
FHV, 226. GALDA (arado) > galla (semánticamente ianceptable el
confundir golde (arado) y galda (calor intenso), proviniendo éste
del lat. cal)i)dam; golde deriva del lat. culter con oclusiva sonora
inicial y apertura de vocal. GERRA
(guerra) > gura (inverosímil pues su origen es el castellano guerra
–fonéticamente siendo más próximo el gudua vasco al gura bereber
propuesto, aunque sean de origen distinto). ZILLAR (plata) > cellel
(el vasco zillar/ zidar ofrece posibles entroncamientos con lenguas
indoeuropeas teniendo en cuenta, entre otros, el godo silubr o el
silver inglés. Cfr. L. Michelena FHV, 316.
III b) Aspectos fonéticas
Las siguientes voces, entre otras, presentan problemas fonéticos:
UGARAIO (rana) > garut (en la fórmula bereber falta la vocal inicial
vasca; el ugaraio vasco hace referencia a ur (agua). ABEREKUME (cría
de ganado) > aberhuc (fonéticamente no se justifica el segundo
componente; el primero hace referencia al lat. habere, que en
composición da en euskara abel-). NARRAZTI (reptíl) > menrad. La
fórmula bereber carece de la vibrane geminada vasca, y asimismo, de
la vocal final. EGAA (?) (vuelo) > agug. La voz bereber no respeta
el vocalismo vasco, y la euskérica carece de la velar final. AGER-ZAN
(aparecer, difunto) > agezzan (aunque fonéticamente el término
bereber está bastante próximo, al vasco, mantiene dificultades de
carácter morfológico –pues, el primer elemento pierde la vocal que
refleja el participio (ager-i) , lo que no es usual-. ZAN-ITA
(difunto, segado) > sanit (parece fruto de una mera intuición por
unir el verbo en flexión zan y el participio ita (fórmula
pretendidamente sincopada de *ebagita); en sintaxis correcta vasca
el verbo auxiliar zan habría que colocarlo detrás de ita (como en
aita zena = el difunto padre), debiendo darse aquí un *ita (ebagita)
zan = lo que era segado). EGON (hallarse) > ekkim (propuesta
inadmisible fonéticamente por que no está justificada debidamente la
vocal segunda).
III) Tablas de las páginas 64-65
IVa) Aspectos lexicales.
ESKLABU (esclavo) > asekkeli (esklabu es claro préstamo latino en
euskara; la fórmula bereber se aleja manfiestamente de tal origen).
SEGIZI (cortejo, acompañamiento) > segili. La fórmula euskérica nos
lleva directamente al castellano seguir, siendo la fórmula correcta
segizio, con el sufijo románico –io, el mismo que está presente en
txikizio, amorrazio, ukazio, etc. ERRU (culpa) > arrut (el vasco
erru en relación, duda, del castellano yerro, cuyo origen está en el
latino errare. Cfr. LEEE, l56. NEKE (penalidad, hecho penoso) > negi
(el neke euskérico procede del lat. necem, manteniendo la velar
antigua; neke tiene, además, la semántica de “fatiga”. Cfr. LEEE,
l6,41, 68, L. Michelena FHV, 51, 409. ABERE-GIZA (ganado-hombre) >
abergaz. Parece puro sonsonete; casi todos los romanistas aceptan la
derivación del verbo latino habere de nuestro abere; tal como hemos
ya afirmado, el lat. habere ofrece en composición la fórmula abel-,
así como gizon > giza. Cfr. L. Michelena FHV, 226. ABATA (asceta,
anacoreta) > abet. Nuestro abata es claro préstamo latino desde un
abbatem, siendo la variante abadea románica o tardía por la
presencia de la oclusiva sonora, por lo que es próximo al cast.
abad. Cfr. LEEE 104, Gavel RIEV 12, 314. GANIT (cuchillo) > genui
(resulta una etimología inaceptable, pues nuestra fórmulaes
románica, vía el gascón-francés canif. En opinión de Corominas el
término tiene origen germánico. Cfr. DCELC 1, 648. EMAKUME (mujer) >
amettut. En opinión de muchos romanistas eme- es préstamo
proveniente del lat. femminam, a través de los derivados femma
romance navarro, hemme bearnés, femme francés, etc. Cfr. FEW 4,4449.
El segundo componente es el euskérico ume / kume (cría). ABA (padre)
> abba. El propuesto abba en origen es hebráico (de ahí el
neologismo vasco de aberria); por el contrario, abbax / abbatem son
latinos, en referencia al significado de “padre (religioso)”. Cfr.
LEEE, l04,ll2, L. Michelena FLV 6, l67. GOILARE (cuchara) > jgelt.
La fórmula vasca es románica, esto es, un derivado tardío del lat.
cochlearem; los derivados románicos son coillara aragonés y el
culhère bearnés, entre otros. Cfr. LEEE, 172-173. KAPA (capote) >
kebut. Nuestro kapa BESO (brazo)
> fus / bus; en la correspondencia lexical bereber no justifica el
vocalismo vasco. SU-UR-ARTIM > sertin; las dificultad mayor reside
en el corrimiento de la vocal e hacia u; sí es posible una síncopa
desde *atean (en la puerta hacia atin, pero es preciso probarlo.
ANA-AMA-ATA > anemad. Es problemática una sincopación tan grave;
según las leyes fonéticas del euskara no se admiten oclusivas
sonoras en término de dicción, y tampoco es aceptable la confusión
-presente en casi todo el libro- de ana en vez de anaia / anae
“hermano”. ARRESI (muro, pared) > arrab. La segunda y tercera vocal
no coinciden con la voz bereber, y tampoco está justificada la
presencia de nuestra sibilante. BURU (cabeza) > qeru. No es normal
el cambio del fonema b a q (tal como sería b > p); por otra parte,
no se legitima en bereber la vocal vasca en primera posición.
IV) Tablas de la páginas 66-67
Va) Aspectos lexicales
MOMO (fantasma, espíritu) > mumu. Tanto momo,como mumu, parecen
expresivos, siendo la segunda fórmula conocida, al menos , en el
catellano de siglo XVI. Cfr. Corominas, Breve Dic. Et. 400-401.
BALANTZA (desequilibrio, lucha) > bellant. Sin duda alguna, nuestra
fórmula está en relación con el cast. balanza, procediendo, asimimso,
del mismo origen zalantza. Cfr. L. Michelena Apellidos Vascos, 65;
el bereber bellant bereber no explica una procedencia vasca, entre
otras razones por la presencia de la consonante africada. BABA
(habas) > bawen. Su etimología es tardía en euskara, procedente del
lat. fabam, siendo baberrun un compuesto lexical desde *faua romana.
Cfr. Rohfls RIEV 24, 342. MARRUBI (fresa) > urumi. La fórmula vasca
nos lleva al latinismo marrubium direcamente, siendo sus variantes
dialectales mallubi, malubi AN,BN. Cfr. LEEE, 87. PIKU (higo) >
tikurmas. Incostestablemente, las variantes biku, piku, fiku
proceden del lat. ficum, e iko B. del románico fico por su vocalismo
tardío, con las consabidas variantes en la labial inicial. No es
necesario decir que el tikurmas bereber se aleja demasiado de la
fórmul euskérica. Cfr. L. Michelena FLV 6, 188. ATUN (atún) > attun..
Atún es préstamo castellano en euskara, siendo en origen el ár. tûn
-o bien el lat. thunnus-. Cfr. Corominas, Breve Dic. Et. 72. GABARRA
(barco de carga y descarga) > garabu. El gabarra eúskaro tiene
origen en el lat. garabus con metátesis, pero el latino, a su vez,
proviene del griego karabos. Cfr. Corominas, Breve Dic. Et. 286.
ANIL (colorante azul) > anir. Es préstamo castellano en euskara; la
voz bereber ppuede provenir de la misma fuente, pero no –
necesariamente- a través del euskara. ARKU (arco) > erkaus. Procede
del lat. arcum –o bien de una variente románica suya-, dándose en
nuestra onomástica Arkupe, Arkueta desde un mismo origen. BARA
(traba, trabado) > agar. Inadmisible. Nuestro baratu “parar,
detener” procede del lat. paratum; el parare latino significa,
además de “preparar, disponer”, detener” (y de ahí en euskara la
semántica de “colocar” y de “ detener” de la voz baratu (paratu). En
el libro aquí en cuestión aparece tanto la fórmula bara como baratu.
Cfr. LEEE, 99, Corominas Breve Dic. Et. 440. Albardatu (albardar) >
berda. Nuestro albardartu procede, sin discusión, del castellano
albardar, que, a su vez, está en relación con el árabe bárdaca. Cfr.
Corominas Breve Dic. Et. 56.
Vb) Aspectos fonéticos
ADATS (cabellera) > azzar. Fonéticamente no son concomitantes en
euskara los fonemas d y z, a no ser vía hipotética *dz africada;
pero, aún es menos aceptable la presencia de una vibrante bereber
por africada vasca. SUDUR (naríz) > genjur. El resultado bereber es
improbable desde el euskara por la lejanía del vocalismo.
Igualmente, no es posible unir ESNE (leche) > efki, porque la
fórmula bereber carece de sibilante y nasal vascas. BI-OTZ (corazón)
> ul. Absolutamente desechable porque los fonemas mutuos están
alejados, y por, otra parte, la etimología de bi-ots “dos ruídos”
es fantasiosa; el resultado del ul bereber está muy distante de la
africada vasca. ABA-ATA (sepultura-puerta) > aabad. Difícilmente
aceptable el retrotraer el aba bereber desde nuestro aoa / ahoa /
aboa (boca), a menos que se hay dado una apofonia inusual -y una
sincopación especial-. El resultado ata desde atea (tal como se da a
lo largo de todo el libro) es posible en la toponimia ( pues, ahí
están Ata y Ataburu en Nafarroa), pero de manera excepcional. KAR-ABA-ATA
con significado de “llamas-boca-puerta” parece una interpretación
vía sonsonete. A BERATSI (riqueza) > adarim; el derivar desde un
hipotético vasco *aberatsi el término adraim resulta poco probable
dada la distante del consonantismo –en concreto, la fórmula bereber
carece de la africada en la sílababa final euskérica; además, el
aberastu (o el factitivo vasco aberastarazi, pero no el propuesto *aberatsi)
en origen es préstamo latino desde habere –más el sufijo vasco -ats.
ARIDIR (alba) > arfeyr. El vocalismo está my alejado, aunque es
posible el desarrollo de la e hacia la i, como en semea > semia,
ortzea > ortzia; sin embargo, lexicalmente argidir (acaso, como
posible síncopa del compuesto vasco *argi-dirdira) parece, más bien,
una intuición.
VI) Tablas de las páginas 68-69
VIa) Aspectos lexicales
BAZKARI (comida, banquete) > akarred. Préstamo latino desde el
lat. pascere (pacer, comer), manteniéndose el componente sc en la
fórmula vasca; -ari es sufijo latino presente, por ejemplo, en voces
latinas aurARIA, argentARIA. Cfr. L. Michelena FHV, 246, LEEE 88,
269-270. Sin duda, el akarred bereber y el bazkari vasco están muy
distantes fonéticamente. KARRASKA (crujido) > karras; la voz nos
conduce a una onomatopeya, y, por tanto, aplicable a otros idíomas,
sin ligarse necesariamente al euskara. ZANGA (foso, zanja) > zanda.
La fórmula vasca sugiere el castellano zanja “excavación alargada,
constatado ya para el año l595 en castellano y sanja en portugués.
Cfr. Corominas, Breve Dic. Et. 621. ARABA (uso, derecho) > araba
(castigo, venganza). parecer, Araba, al parecer, es variante
consonantizada de araua. Michelena lo tiene por préstamo románico,
aunque lo mantiene como hipótesis. Cfr. L. Michelena, BAP 10, 375.
ARROA (arroba) > erbaá. Nuestro arro(b)a proviene directamente del
castellano arroba, siendo la voz castellana originaria del árabe
rubc; en euskara es frecuente la caída de la labial intervocálica.
Cfr. Corominas, Breve Dic. Et. 54. AIZKORA (hacha) > askor. Algunos
autores derivan aizkora desde la etimología euskérica aitz (roca);
sin embargo, en nyuestra opinión el camino más directo es el lat.
asciolam, con el cambio l / r y la velarización del grupo sc. Cfr.
LEEE 70, 85, L. Michelena FHV 319. KARDATU (cardar) > gardasz.
Mientras no se pruebe otra cosa, el camino más recto parece ser el
del cast. cardar, con sonorización de la oclusiva inicial, siendo su
origen el lat. cardus “peinar la lana antes de hilarla”, pues para
tal menester se efectuaba sirviéndose de la cabeza del cardo
silvestre. Cfr. Corominas, Breve dic. Et. 132. GARDEN
“transparente”, probablemente, en relación con cast. cárdeno,
siguiendo el camino de lat. cardus / cardinus. Cfr. L. Michelena,
FLV 2, 68 s.
VIb) Aspectos fonéticos
ESARI > eqqar. La ausencia de la sibilante en bereber desecha toda
relación con la fórmula euskérica. IZAR > izri. No es aceptable
desde el punto del vista vocalismo y desde la posición de la
vibrante, a menos que se haya dado metátesis. ATEBAN (“cada una de
las puertas”) > adeban. At(e)ak en euskara presenta oclusiva sorda,
y el hecho de que el segundo elemento no esté en caso determinado
–esto es, como *ban-bana- hace no probable tal proposición. ZUBI
(puente) > zegger. Tanto el vocalismo, como la labial, desaconsejan
tal origen (además de tener teniendo en cuenta la velar doble –gg-).
ZAKAR (basura) > zakubaix. La presencia de la africada en bereber no
admite un nexo fonético con el euskara. MUNAI (donde) > mana. Dentro
del vocalismo vasco no es permisible el paso de la u a la a. Además,
no es admisible semánticamente confundir munai con nuestro nunai (nonahi).
V) Las tablas de la página 70
VIIa) Aspectos lexicales.
ODOL (sangre) > idim. Rechazable, pues no es posible una
equivalencia entre las vocales i / o. Además, la fórmula idim no
justifica la presencia de la lateral de nuestro odol. ABU (boca) >
abae (palabra). Si bien es posible el camino de a(h)o hacia a(b)ua,
en la fórmula bereber faltan tanto la vocal o, como la u. IRI
(ciudad) > iri (raza, pueblo). Esta voz –junto con las ya indicadas
zillar y landa- refleja un substrato antiguo más vasto que el vasco;
como es sabido, en epigrafías ibéricas aparece iri / illi (Illiberri,
Iriberri, Illunberri). Cfr. L. Michelena, Apellidos Vascos, 107.
2.b) Comparación con topónimos
En el libro que aquí examinamos no faltan comparaciones entre
topónimos vascos y bereberes. Nuestra toponimia tuvo mayor extensión
antiguamente dentro de Iberia, pero es preciso delimitar cada caso.
En todo caso, la equiparación debe de obviar todo camino que lleve
al mero sonsonetismo teniendo en cuenta de cerca los elementos
fonéticos (pues, de otra forma, cualquier idíoma de estructura
distante –por ejemplo, el húngaro, filandés, turco o búlgaro
respecto al euskara- podría resultar significativo , significativo,
pero de forma equivocada, tal como veremos). El hecho de que le
euskara sea una lengua exótica -por su aislamiento entre las lenguas
de Europa- no puede llevar a ninguno a la creencia de que el
vascuencev sea la clave para la interpretación de raíces
etimológicas desconocidas de campos lingüísticos muy distantes. En
las lista de topónimos propuestos por los profesores Arnáiz y Alonso
hay mucho de carácter problemático.
En primer lugar hay que tener en cuenta que F.Krutwig -en su libro
Garaldea- realizó bastantes propuestas arbitrarias entre el euskara
y las lenguas etrusca, guanche (y entre la toponimia de Euskal
Herria y de los Alpes (valle de Aosta). Asimismo, es preciso
considerar, nuevamente, la teoría del tubalismo, defendido hace
siglos antes por el Licenciado Pozas, Larramendi o Astarloa. Como
ejemplo aportamos aquí algunos topónimos del ámbito ibérico y
celtibérico –casi siempre intepretados desde el euskara por mera
intuicion-. El Licenciado Pozas en su original De la antigua lengua
... (año l587) nos ofrece la siguiente lista de topínimos vascoides,
siguiendo sus prejuicios tubalianos: “Sura, fignifica poblacion de
madera. Surta, fignifica lugar fogos. Oteca, fignifica poblacion
fria. Aguina, aguina luguar, que tiene dientes. Armactica, fignifica
lugar armado o proueydo de Armas. Barrutha fignifica lugar cerrado.
Sedala, Cedala, fignifica contradicion del q. no tiene. Nigas,
fignifica conformidad entre ambos, y de aqui le dixerô los Cunigas...
vos soys conmigo” ( op.c. 21). Semejantes etimologías, no es preciso
decirlo, obedecen a un sonsonetismo rechazable, como en Zu nigaz
(Usted conmigo) > Zuñiga. A considerar aún las páginas l4 al 20 del
original en cuestión. Esta desautorizado todo etimologismo, fundado
en mera semejanza de sonidos. F.Krutwig en su original Garaldea
(sobre el origen de los vascos y su relación con los guanches)
parece haber seguido, a menudo, caminos parecidos. Propone
correlaciones con toponímicos vascos y los del Valle de Aosta,
extendiéndolas, por ejemplo, a casos como Morgex Basson / Bason, Say,
Cogne Cervin, Excenex mediante etimologías euskéricas laxas. Resulta
peligroso el unir en una referencia euskérica topónimos de una
extensión tan vasta como la de las Islas Canarias, Alpes o
Caledonia, actuando en la investigación de forma ligera, pues la
toponimia euskérica comprobada tiene sus límites específicos en los
Pirineos, en la la Rioja o en Burgos. La toponimia de Euskal Herria
(tierra del euskara en su etimología) se extiende desde el ámbito
aquitánico a los Pirineos y por el sur hasta Castilla; es preciso
someter, pues, a la crítica lingüística cualquier proposición como
en el caso de otros idíomas; por ello, el atribuir al euskara –por
ser un idioma esotérico y especial- tanta correlación puede resultar
mera intuición infundada.
A continuación, examirenamos algunos topónimos bereberes de las
páginas 81 al 97 del original en cuestión. Criticaremos las
proposiciones desde las raíces lexicales y las leyes fonéticas,
especialmene, cuando la semántica propuesta tiene poca
verosimilitud. Si bien la onomástica aportada por el Licenciado
Pozas se liitaba a la península, el original aquí en cuestión
propone topónimos de ámbitos más lejanos, y ello resulta aún más
temerario, a veces.
l) Aspectos lexicales
ATUA (el rebaño) > Atua. Atu “bagaje”, “rebaño” en origen es
préstamo catellano (Corominas atribuye un hipotético origen godo a
la voz hato). Otro derivado suyo es “atajo”, “pequeña porción de
ganado” en la dirección de la voz atajar (tajar). Cfr. Corominas,
Breve Dic. Et. 315. ALIMU (ánimo) > Alima. Alimu es fórmula
disimilatoria del latino animus. Cfr. Corominas, Breve dic. Et. 42.
BAGALLA (fruta de la haya) > Bagala. El término latino fagalliam en
relación a fagus, del que proviene al euskara bagalla, con el
consabido cambio de las labiales f > b. Cfr. LEEE, 222, FEW 314a.
BERDOX (de color verde) > Berdi. Sin duda, el componente etimológico
es el románico verde, más el sufijo -os(o). DAIA (guadaña) > Daya.
En euskara no consta una variante daia, pero sí dalla, como derivado
el lat.talliare (que en bearnés ha dado dalha, en castellano antiguo
dalla); en el origen de los románicos dallu/ dallo está el lat.
dacullum / da(cu)llum. Cfr. LEEE, 42, L. Michelena, FLV 6, l94.
GURGURI (gorgojo) > Gurguri. Nuestra fórmula deriva del lat.
curculio con sonorización de la oclusiva inicial. Cfr. LEEE,40,67,85.
GELETA (pesebre) > Guelet. El geleta (gereta) vasco procede del lat.
cletam indicando “cancilla del seto”, con sonorización de la
oclusiva y vocal anaptíctica en el grupo consonántico cl. GETARIA >
Guetar. Según interpretaciones etimológicas actuales, Getaria se
relaciona con el latino cetaria (esto es, en relación a cetaceus >
cetaria, mantenien la oclusiva velar antigua. ERREPIA ( ribera) >
Errebia. El topónimo Erripa (Naf.) deriva directamente del lat.
ripam, con desarrollo de la prótesis antivibrante y ensordecimiento
y mantenimiento de la oclusiva intervocálica. GEZAL (lugar de agua
salada) > Gezula. Como hipótesis Corominas deriva el vasco kresala (gesala)
de una síncopa del lat. aquae sal(is) (salitre). Queda por
confirmarse. IDELEKU (lugar de helechales). El segundo elemento es
claro romanismo desde el locus latino, pasando por el lueco
castellano antiguo. El primer elemento estaría en relación con el
eúskaro ira / ida (helecho). Cfr. LEEE, l33-l36. ISLA (reflejo) >
Isli. Préstamo romanico en euskara desde lat. destilare, dando las
fórmulas (d)istilla, islada, isla, islatu, con significado de
“destellar” (sin olvidar el latinismo istilla “gota”. Cfr. LEEE,
210, Corominas, Breve dic. Et. 211. Kuba (cuna, nicho) > KUBA. El
lino cunam ha dado kua en euskara con significado de “ cuna”, con la
caída de la vocal intervocálica (y consonantizazión secundaria daría
*kuba). Cfr. LEEE, 96. MEZUDUN (mensajero) > Mezudi. La voz vasca
procede del lat. missum, con resultado en e de la i breve latina, y
cambio s > z dentro del grupo de las sibilantes. El sufijo –dun es
el relativo del verbo edun. Cfr. L. Michelena, FHV 281. MIRA
(asombro, milagro) > Mira. Proviene del latino mirare dando en
euskara los derivados mira(garri), mirari, mirail (en este último
caso desde miraculum, expresan el instrumento para mirar o el
espejo). Cfr. LEEE, 37,53,270. MOCOTE (pico pequeño) > Mogot.
Arriba hemos considerado moko, en relación con las variantes
románicas bec, beco, bico. Cfr. REW, l013. URTXILLU (ramas llenas de
fruta) > Ourtillan. Azkue en su diccionario aporta, además, “sostén
de ramas demasiado cargadas de frutas” desde el lat. *furcillum (furcillam),
siendo voz próxima el castellano horquilla. Cfr. LEEE, 69, 79. NATA-BUTHUN
> Natabutun. Azkue en su diccionario nata como variante de nota, con
asimilación vocálica ascendente. En su origen nota / notha “mancha”,
“peca” procede del lat. notam con significado de “mancha”. Las
variantes del libro que examinamos naka (Naka-ata “pecado-puerta”(?)
y nara parecen constataciones dudosas. En el diccionario de Azkue
naka, más bien, aparece con significado de “burla”. Cfr. FEW 7,196s.
LUKUZE > Lucus. En la toponimia de Iparralde Lukutze del lat. lucus
directamente con semántica de “bosque”, tiendo la fórmula vasca lab
agregación paragógica de la e final. En Araba se da el topónimo Luku.
ONGA (medida de granos) > Onga. Parece reducción de Gonga,
procedente probablemente del lat. concham, expresando aquí una
medida concreta. SAGRE (?) (sagrado) > Sagro. Su origen en el lat.
sacrare, siendo sagaratu una variante con anáptixis. Cfr. LEEE, 76
203. TALLA (guadaña) > Taya. Más arriba apareció Daia. Sin duda, en
origen del lat. talliare (siendo formas románicas dalha y dalla, y
derivados del lat. da(cu)llum las variantes dallu y dallo (guadaña).
Cfr. L. Michelena, FLV 6, 194. SEGUR (lugar seguro) > Seggur.
Resulta inverosímil el atribuir un origen vasco a una voz tan
cercana al castellano seguro; lo mismo ha ocurridoen el caso de
otros préstamos manifiestos, ya ì¥ÁY
VÌ(lugar de Alva) > Zarat. Los fórmulas vascas zara, xara, txaga (y
en toponimia los derivados Txaradi, Txagadi, Txarakadi) están
dependencia del castellano xara (jara), procedente, a us vez, del
árabe sacra / sará “matorral, mata”, “bosque”. Cfr. Corominas, Breve
Dic. Et. 343. El segundo componente del topónimo es el vasco ate
(puerta, entrada), el mismo que está presente en topónimos como
Garate, Mendate, Otxate. El topónimo Zarautz parece provenir de la
misma etimología. ZELUA-AN (en el cielo) > Zeluan. Ambos toónjimos
tienen un mismo origen, pero nuestro zeru / zelü S. no es voz del
substrato, sino el lat. coelum, préstamo latino tardío, con todo,
porque el fonema inicial -en vez de la velar antigua- presenta
asibilación. Cfr. LEEE, l7, 49-50. ZAMBRANA (pueblo de Alava). Al
igual que en los topónimos Cemborain y Cenproña parece tratarse del
antropónimo latino Semproniana, con predorsal vasca al inicio de
dicción.(Sobre la importancia de la antroponimia latina en la
onomástica vasca véase nuestro LEEE en las páginas 242 al 265). ZIMA
(greña) > Zima. Nuestro txima proviene del lat. cymam con
asibilación palatalizada inicial, siendo variante más antigu kima (kimatu),
por mantener la velar original; por ello, tampoco aquí es posible
una etimología -vía euskara- para el topónimo berber Zima. Cfr. LEEE,
69. ZARKA (maleza al borde de un río) > Zarisa. Nuestro zarika
proviene del lat. salicem (sauce), con predorsal vasca y cambio l >
r. Cfr. LEEE, 44, 85, 89.
II) Aspectos fonéticos
Para la comprobación de la procedencia de una voz no es
suficiente el profundizar en el examen de los meros componentes; es
preciso, al mismo tiempo, constatar de cerca las constantes
fonéticas para no caer en temeridades -o en meros sonsonetismos-.
Por tanto, en los préstamos latino-románicos ( y en otros) se ha de
terner hay en cuenta las sonorizaciones de las oclusivas iniciales,
las realizaciones sordas o sonoras de las oclusivas, el cambio de
las labiales en comienzo de dicción –y en el ámbito del vocalismo la
realización de cambios verosímiles (como, por ejemplo, el cambio de
la vocal o hacia i, o bien, de la e hacia la u, lo que no es
posible). Tienen, por ello, poca credibilidad aquellos casos de la
tablas o listados, que respetan las constantes fonéticas indicadas.
Resultan problématicas la siguientes voces (aportamos en primer
lugar el topónimo bereber, y a continuación el vasco): Artesoon <
Artzean, Aritxaga < Ariaga (mejor *Aritzaga en este caso), Erasin <
Erasun, Kuerion < Karroin, Gueguz < Gereño, Iguidi < Igedo (Igeldo
?), Ideles < Ideleku, Gueriun < Gerenda, Arg < Argi, Melmut <
Malmusi, Nefusa < Nagusi, Ourtilan < Urtxillu, Urdine < Urdaniz ( en
nuestro ámbito, igualmente, se dan Urdanoz, Urdaneta, Urdangarin,
procedentes, al parecer desde urdano (urde). Zegar < Zekor (en los
préstamos vascos, como hemos afirmado arriba , no es indiferente la
sonorización o el ensordecimiento de la oclusiva intervocálica),
Xiluli < Xilu (zilo). En los casos arriba citados las leyes
fonéticas se tienen en cuenta de forma vaga, y de ahí sus
correlaciones lingüísticas dudosas. Por otra parte, hay dificultades
en cuanto a las raíces vascas propuestas -porque reflejan
inverosímilmente conceptos abstratos y valorativos- como zeregin
“quechacer” (Zerguin), zarabe (?) “materia” (Zerava), nai-il
“voluntad de los muertos” (sintácticamente debería de ser hil-nahia)
(Nail), igida “movimiento” (Iguidi), gur “adorar” (Guir). Fuera de
excepciones muy contadas, los topónimos vascos no reflejan conceptos
abstractos; so, en su mayoría, descriptivos. Si se toman las leyes
fonéticas de forma laxa, desde cualquier idíoma lejano o desconocido
(por ejemplo, desde el fino-húngaro, el turco, el eslavo, o bien, el
uro-altáico) pueden levantarse correlaciones de topónimos
fcómodamente. Ello sería ofrecer espacios al esoterismo, como es el
atribuir la función-clave de interpretación de escritos del bereber,
guanche o egipcio al euskara por su aislamiento peculiar dentro del
nomenclator de los idiomas. Cualquier idíoma antiguo, lejano o
desconocido es susceptible de construir peligrosamente tales
concomitancias aparentes en la interpetación. Nosotros, tomando un
mapa de Europa, recogemos a continuación, topónimos de Turquía,
Bulgaria, Hungría y Filandia, en los que tenemos en cuenta cierta
semejanza fónica de sonsonete, detectando falsamente en ellos
pretendidas relaciones toponímicas euskaroides. I) En el ámbito
hipotético del finlandés y del euskara: Heinola < eusk. *hein
(tanto), -ola (cabaña, lugar); Seinâjoki < *sein (hijo), -joki
(elemento percutor); Muanio < *muino/ muño (colina); Ahatäri < *atari
(portal), Värtsita < *bartza (liendre), -illa (muerto). II) En el
ámbito hipotético del húngaro y del euskara: Orosháza < *oroz aza
(del todo berza), Salgotarjan < *sal (vender), o bien, sara (jaro),
-go(i)tar (alto), -jan (comer). III) En el ámbito hipotético del
búlgaro y del euskara: Musale < *musu (rostro, aunque es de origen
románico), -ale (grano), Veliko < *beltz (negro), -(i)ko sufijo
diminutival; Brka < *praka (voz gala en origen), Karnobat < *gar /
kar (llama), -bat (uno); (Sredna) Gora < *gora (arriba); Zagora < *za(i)
(guardia), -gora (arriba). IV) En el ámbito hipotético del turco y
del euskara: Türbe < *(i)turbe (bajo la fuente); Araxes < *Araxes
(río de Navarra), Ankara < *an (allí), -gara (espiga); Sulusaray < *zulo,
o bien, solo (sembradío), -zara (jaro), -ai (cuesta), Biga < *biga
(dos), vaquilla); Gönen < *goien (el más alto); Agri < *ageri
(manifiesto, alto), Eceabat < *etxe (casa), -bat (uno). Todo esto,
sin duda, es fantasioso e inaceptable por proceder de etimologías de
sonsonete. Muchas de ellas, sin embargo, son comparables a las
vascoibéricas de Larramendi (en principio, más próximas al espacio
físico vasco, que las etimologías turcas o fino-húngaras, como la
famosa Barcelona < Bart-ze-lo-ona, totalmente rechazada). Si la
postura de Larramendi es considerada hoy como mera temeridad, ¿por
qué no en el caso de topónimos más distantes geográficamente?
Exigimos más respeto con el euskara (pues, como afirmábamos más
arriba, lo que es exótico –o si se quiere esotérico- no es admisible
sin más, a menos que no se tomen en serio las constantes fonéticas -
y raíces lexicales- de las voces propuestas. El vascuence posee hoy
una plataforma de investgadora formal, que es preciso conocer y
respetar. 2.c) Inscripciones libias A continuación,
vamos a examinar algunas inscripciones y epigrafías líbias qu
aparecen en el original -haciendo todo por el tamíz del léxico,
sintaxis y fonética vascos, dado que los autores del libro pretender
interpretar tales incripciones otorgando al euskara el rango de
clave desde el euskara-. Los autores, en efecto, atribuyen una
función de clave de interpretación de los textos. Como en páginas
anteriores, ofrecemos la debida importancia el hecho lexical. Para
valorar lo que es más arcáico –y no tan antiguo- en los citados
escritos tendremos en cuenta esp ecialmente los préstamos latinos y
románicos en el léxico euskérico. Como afírmábamos al comienzo de
estra trabajo, más del 65 % del contingente lexical tadicioonal
vasco es latino-románico en origen (esto es, en el corpus lexical
vasco, al menos, la dos terceras partes de las voces en raíz son
latinas, o bien, castellanos, argonesas, gasconas, francesas... De
ahí la dificultad para interpretar una inscripción libia -o un
jeroglífico egipcio de más de dos mil años de antigüedad- desde
voces injertadas en el léxico vasco nada más hace mil cuatrocientos
años -o bien, solametne ochocientos y quinientos años-. Hay está el
nudo del problema. Los autores afirman: “La presencia de dromedarios
con las inscripciones bereberes rupestres indica, que muchas son
antiguas, ¿miles de años antes de cristo?" (97). “Resumiendo, la
dificultad de datar las inscripciones rupestres saharianas ha
inducido a fechas de aparición del alfabeto bereber muy consevadoras
(dentro del primer milenio a.C), pero que podrían en algunos casos
hasta el 2000 a. C.” (98). Si esa es la realidad, parece
problemático el abordar la lectura o interpretación de tales
inscripciones valiéndose únicamente del léxico vasco. Tal tarea
encuentra ingentes dificultades por ser muy vario –en cuanto al
origen- el substrato del léxico tradicional vasco. He aquí algunas
inscripciones libias transliteradas por J. B .Cabot, interpetadas en
el libro por los profesores Arnáiz y Alonso a través del léxico
vasco. Tendremos en cuenta tanto el léxico vasco y como la
traducción al castellano aportados por los autores. No abordaremos
el examen de todos los textos, sino de algunos. MARRA-ATAN-NO.
Traducción (propuesta por los autores) : Más allá-de la
puerta-donde. Existen manifiestas dificultades para aceptar la
traducción porpuesta, ya que la voz marra es préstamo románico en
euskara, procedente del cast. barra (cfr. L. Michelena, FHV 269),
aunque, los autores detenten un *ara / arantz hipotético; por otra
parte, la final de frase en -no quita verosimilitud a la versión,
pues el concepto de lugar (non =donde) suele realizarse mediante el
inexivo al final de dicción (a menos que se siga una fórmula
latinizante -como *non etxera joan nintzen”, y en ese caso el non en
cuestión (nunca bajo la fórmula de no) habría que colocarlo en
posición inicial-. KANALA-AMA-TAKA. Traducción: Pecador (en) el
canal de la madre. En la frase hay dos términos en euskara, esto es,
kanala, sin duda, procedente del cast. canal y *taka, acaso,
variante de nota (nata), presente en el diccionario de Azkue); como
vimos arriba, el lat. notam también la semántica de “peca” en
vascuence, además de la de “mancha”. Cfr. REW 5962s. Por todo ello,
la traducción aportada no tiene verosimilitud completa, al menos,
por la presencia de dos préstamos tardíos. NO-SAKA ATA-SU.
Traducción: Donde (en) la puerta de fuego del barranco. Si la
traducción aportada fuera correcta –aun cuando le falta el nexo de
verbos y declinativos, su correspondencia más exacta en euskara
sería: *Arroa(ko) su-atean. En efecto, el partir de un NO-SAKA -en
lugar del esperado *sakaNean- manifiesta un desatino sintáctico,
como lo sería es castellano *barranco el en (en lugar de en el
barranco). Por otra parte, no esta justificada en la versión la
caída de la nasal final (en vez de los esperados noN y sakaN, aunque
el dialecto suletino suele perder, a veces, tal fonema en esa
posición final (gizoneki > gizonekin).
NO-MAN. Traducción: Donde por mandato. La segunda voz no es en
origen que el castellano man (dar), si bien en euskara el lat.
mandatum dió antes manatu, con reducción del grupo consonántico ND >
N. NO (con semántica de donde, por donde) no es aceptable en esa
posición, tal decíamos arriba.
ARA-KUSA-AMA. Traducción: En el ataúd, tierra de la madre. El
segundo término presenta dificultades por ser préstamo, esto es,
kusa, quizás a través de kutxa, en relación al latino uticam, que en
románico ha dado hucha, huche; nuestro kutxa parece tener la
protética k, como g lo es en el caso de arratoin < g-arratoin. Cfr.
LEEE, 209. Por otra parte, la fórmula correcta en euskara es araN
(valle), y no *ara. KA-TAR-ARATZA-AMA. Traducción: Procedente del
fuego, yace (en) la madre. Es sosprechosa la versión, pues, en lugar
del sufijo -tar sería preferible -dun en euskara (*kardun = poseedor
de la llama). Al verbo aratza “yace” le falta el fonema inicial,
esto es, el prefijo d- objetival d- del verbo etzan (deratza / d-atza).
Para vertir “en la madre” mejor un *amarengan, rechazando el inexivo
-n (si bien, con animados, también son posibles, a veces, las
fórmulas semeetanN, gizonetaN). El significado de la frase propuesta
parece un acervo de voces sin nexo. MAKA-ARAN. Traducción: Valle de
pecadores. No nos consta una fórmula maka (al menos desde el lat.
notam “mancha”, a no ser que sea variante de naka BN “burla”. Sí
existe maka BN,Sal. con significado de “abolladura”; makadura S.
expresa “contusión”. LARRI-NO. Traducción: Asustado-donde. Versión
inaceptable por no respetarse la esperada sintaxis euskérica. En
euskara lo correcto sería *LARRIA-N, con el inexivo al final de
dicción; tampoco sería admisible no (a menos que fuese *noN en frase
de tipo latinizante, y en ese caso la formula sería non / nola-eta
-al comienzo de frase al estilo de Leizarraga, Axular, Etxeberi de
Sara y otros-). NO-AGU. Traducción: Donde (es) nuestro. No tiene
idiosincrasia euskérica, pues parecidos resultados podrían
obtenerse, quizás, desde otro idíomas distantes como el euskara.
Nuestra sintaxis exigiría, al menos un *Non gurea (den) latinizante
-y el propuesto -agu en ningún dialecto vasco es sustitutivo de
gurea. NULA-ITA-BE-TITXA-MU. Traducción: Como abajo segado, dichoso
con una oración. Si bien es posible una frase de rasgos latinizantes
que comenzase por nola (como...) -aunque ello supondría dificultades
para interpretar una inscripción libia desde una sintaxis influída
por el latín en esukara- existen otros problemas de carácter
lexical, como titxa “dicha” - claro préstamo románico-, mu voz
onomatopéyica, al parecer –ya que en castellano también es conocido
lo de “ni mu”-; con tales elementos lexicales surgen confusiones,
pues, es suficiente el valerse de un diccionario vasco para efectuar
versiones al efecto. Como ya hemos afirmado, no se trata únicamente
de los problemas que surgen del léxico latino-románico, es preciso
tener en cuenta, además, la clave de la sintaxis vasca desde el
punto del vista del nexo y la lógica de una frase. ZAN-BE-GIZA.
Traducción: Hombre difunto abajo. Hay dificultades fonéticas y
sintácticas en la versión. El verbo ZAN ( significando “que era”,
“difunto” ) en euskara se ha de colocar al final de la oración (*gure
aita zana / zena = el difunto padre), y de ninguna manera *ZAN aita
(*padre difunto el....” ). Por otra parte, desde el punto de vista
fonético la formula giza se usa como compuestolo (delante de un
sustantivo). En efecto, lo correcto es giza eskubideak -y no *eskubideak
giza-. IKUS-ZAN-BE. Dirección: Mira al difunto abajo. Lo propuesto
en la versión sería legítimo en la frase vasca *IKUS (ezazu) beean
zan (a). Sintácticamente no es posible en euskara el verbo ZAN en
esa posición -y en caso indeterminado- , pues la morfología del
verbo en relativo exige la determinación (zanA = “el que es”, “que
es”). De lo contrario, la frase resulta un disparate sin nexo o
conexión dentro de la versión. LEKU-SU-AMA-IKE-BE-TAKA-AMA.
Traducción: Lugar de fuego de la madre, pecador abajo (en ) la
colina de la madre. En la oración, resultan voces tardías en
vascuence leku (lat.locum < cast. antiguo lueco), taka, acaso,
procedente del románico nata / nota “mancha”. Cfr. L. Michelena,
Emerita 24, 169. Nuestro taka está en relación con el
gascón-occitano taka, fr. tache, it. tacca “falta”, “defecto”. Cfr.
Corominas, Breve Dic. Et. 553. Para la interpretacción de un texto
libio –anterior a Cristo- resulta temerario el servirse de dos
préstamos románicos en una frase de siete palabras. AKA-BE-KUSI-NABA.
Traducción: Mira la difunto abajo en la llanura. En aka y naba
presentan problemas etimológicos. Aka- (aka(ba)tu / akatu = matar,
morir animales) es síncopa del cast. acabar, y, por tanto, algo muy
tardío en nuestro léxico. Naba, por su parte, es préstamo que supera
el ámbito vasco, pues aparece ampliamente en la toponimia de la
península (Navarredonda, Navaleno, Navas de Tolosa, etc.). Corominas
afirma “palabra arraigada en todo el territorio español de lengua
castellana y vasca, de origen prerromano”, acaso, desde un naus
indoeuropeo. Por otra parte, la raíz verbal de ikusi no es *kusi,
sino (i)kus (el mismo que aparece en flexiones sintácticas como
dakust, dakusgu). BI-BAKE-ATA-MAMA-BE-SU UN. Traducción: Doble paz
en la puerta, la madrecita abajo y el fuego pequeño. Problemas
especiales en ese un final. El significado de un no es “profundo”,
sino “espacio, “lugar”, y más tarde “momento”. Si fuese síncopa de (h)un
signficaría “tuétano, meollo” como el présamo latino muin/fuin <
lat. funem. Cfr. LEEE, 106, ll3, 141. La segunda dificultad está en
el préstamo latino bake (lat.pacem, mostrando nuestra fórmula la
antigua velar latina (a diferencia del castellano paz con
asibilación). Cfr. LEEE, 93, 98, 113. MAN-KARAN-BE-ATA.
Traducción: Autoridad-de las llamas-abajo-puerta. Resulta curioso
que en medio de semejante texto aparezca un concepto abstracto como
el de “autoridad”. ¿Qué significa eso de “autoridad de las llamas”?
La segunda dificultad está en -man, que no es sino reducción del
cast. man (dar) (y, por ello, voz tardía para hallarlo en un texto
libio). Fonéticamente lo de genitivo “de las llamas” en euskara
debería de ser > *garren / karren, y no karan (sin vibrante
geminada).
ATA-DALU-AKA-NATU-SU-UR-IU-ATAN-SU. Traducción :
Puerta-cortado-difunto-pecador-fuego-aguas-podrido- en la
puerta-fuego. Parece una versión repetitiva y sospechosa. El texto
libio, quizás, tuviera una interpretación tan laxa como desde el
euskara a través del copto, del godo o del finés... En la versión
tres voces son tardías en el léxico vasco, esto es, de extracción
latino-románica: dalu (lat. da(cu) lum, con caída de la vocal
postónica y con semántica de guadaña -cfr. L. Michelena, FLV
6,194-, aka (difunto), procedente del castellano acabar, en nuestro
léxico también con significado de “matar”, “morir animales”, y natu
desde el lat. notam “mancha, peca” con metátesis vocálica, al
parecer -cfr. Corominas, Breve Dic. Et. 416-; en el diccionario de
Azkue se constatan fórmulas con metátesis como natu “tacha, mancha”,
nato y nata / natadun. ARATZA-IL-ATA-DALU-UKA-DAMU-ATA-BIZIKA-NAKA-AMA.
Traducción:
Yace-difunto-puerta-muerte-rechaza-arrepentidos-puerta-germen-pecados-madre.
Versión inverosímil por problemas de tipo morfológico (aratza en vez
de deratza o datza, bizika por bizitza (?), y la presencia de tres
préstamos latino-románicos como dalu (lat. da(cu)lum), que los
autores del libro traducen por “muerte”, damu (lat. damnum , cuyo
resultado semátncio es “daño” en castellano y “arrepetnimiento” en
euskara -cfr. L. Michelena, FHV, 348-, y naka, acaso, en origen
variante nata “mancha”, a menos que sea la misma voz que significa
“burla”. La frase propuesta en la traducción (si se vertiera al
euskara nos podría dar –de forma hipotética- lo siguiente: *Baderatza
(bizi) zena illaren (heriotzaren) atean, ukatzen duela damuturik
bekatuen (noten = de las manchas o pecados) atea eta azia (bizia?).
Todo esto, en efecto, no sería sino una traducción recreada,
pretendiendo garantizar ciertas leyes sintáctico-morfológicasdel
euskara.
DALU-AKA-ATU-MAN-SU-ATA-BE-GUNE-NATA-BARA-ATA-BARA-TITA. Traducción:
Cortado-difunto-puerta-autoridad-fuego-puerta-abajo-lugar-pecadores-detenidos-puerta-detenidos-pecador.
Una oración de tal guisa resultaría harto difícil para un euskaldun
de hace más de dos mil años (y las mismas dificultades tendrían,
seguramente, un libio...). En frase se dan seis préstamos
latino-románicos, lo que hace que la intepretación desde el euskara
resulte inverosímil. En primer lugar, no es legítimo valerse para el
significado de puerta unas veces de ata (atea) – y otras de atu (no
siendo posible el corrimiento de la vocal a hacia u). He aquí los
préstamos de la frase: 1) Dalu (lat. daculum, gaudaña, que en la
traducción aparece como “cortado”. 2) Aka desde el cast. aca(bar)
“muerto, difunto”. 3) Man desde el cast. man(dar), lat. mandatum >
manu en euskara labortano; en el texto aparece con significado
próximo de “autoridad”. 4) Nata lat. notam “mancha”, en el libro en
una acepción más lata como es,la de “pecado, pecador”. 5) Bara lat.
parare “detener, parar”, además de la semántica ordinaria en euskara
de “proveer” y “colocar”; la fórmula vasca es sonora en la labial
inicial, como en el caso pulsatum > bultzatu, peccatum > bekatu. Cfr.
LEEE, 99, Corominas Breve dic. et. 440. Casi la mitad del texto
libio, anterior a Cristo, aparece leído desde el euskara a través de
prétamos latino-románicos , lo que hace temeraria la citada versión.