TARTESSOS: LA IBERIA BEREBER

 
 

 

“EGIPCIOS, BEREBERES, GUANCHES Y VASCOS”,

¿está  su clave  en el euskEra?   

 

 

Luis María  MUGICA URDANGARIN

 

 

 

 

 

 

Introducción
 
Desde hace tiempo está resultando la lengua euskara –a causa de su antigüedad- clave para la interpretación de ciertos idiomas aislados y extraños. Sin duda, hoy el euskara –a causa de su aislamiento y el desconocimiento de su origen- resulta para muchos un resorte cómodo para solucionar cualquier misterio lingüístico, aunque tales soluciones supongan, a menudo, corrimiento hacia meras soluciones intuitivas, falsas o atrevidas (1).

Las opiniones ligadas al tubalismo y al vasco-iberismo en el ámbito euskérico provienen de la edad media, y, desde el siglo XVIII, en particular, de mano de autores como Larramendi, y, más tarde en en el siglo XIX, a través de los escritos de Hervás, G. Humbolt y Astarloa. Posteriormente han llegado hipótesis de interrelación entre el euskara y las lenguas caucásicas en la pluma de de Dumezil, Lafon y K. Bouda. Otros lingüistas han extendido sus opiniones a lenguas africanas como el bereber en el caso de K. Mukarousky. A. Tovar publicó en 1980 el original Mitología e ideología sobre la lengua vasca,  en el que ofrece su visión sobre la teoría tubalista y el vasco-iberismo; tales hipótesis incluye Tovar dentro de la mitología sobre nuestra lengua. “La mitología terminó por convertirse en ideología, y la rutina y la ignorancia, en circunstancias desfavorables y peligrosas” (11). Aun cuando A. Tovar efectúa parámetros referenciales entre el vascuence y otros idiomas antiguos (en nuestra opinión, más bien, escasos) y repudia, sin recelo, el precientifismo de la opinión vasco-iberista. Añade el autor: "Los autores vascos, en sus apologías, no se distinguen por el rigor de su crítica. Humillados por la consideración del vascuence como inculto y rudo, lo que hacen primordialmente es defender su lengua y buscar en su antigüedad patente de nobleza... En el siglo XVIII el fanatismo y la beatería del clima de que son síntoma los falsos cronicones impidieron todo progreso” (12).


En nuestra opinión, el hecho de que nuestro idioma en su origen siga siendo tan misterioso y oscuro como antes ( y su aislamiento en la clasificación de los idiomas) no faculta a nadie para levantar teorías desde pretendidas conexiones especiales de algunos idiomas con el euskara. En todo caso, lo mismo que en otros terrenos, únicamente la ciencia tendrá la última palabra, y solamente resultarán pruebas definitivas aquellos paralelismos bien estructurados sobre textos concretos.


Nuevamente, los profesores Antonio Arnáiz Villena y Jorge Alonso García se han acercado al ámbito vasco, afirmando que el vascuence parece ser la clave de interpretación de lenguas como el bereber, el guanche y el egipcio. A primera vista, se da ahí una extensión geográfica ingente -y, sobre todo, alejamientos espaciales demasiado patentes entre el euskara y las lenguas mencionadas- como para aceptar sus teorías sin más. Hoy en día aún están en sus preliminares las investigaciones filológicas sobre la cultura pre-indoeuropea, el egipcio, las lenguas del Norte de África y el guanche, y, por ello, resulta temeroso el aceptar muchos de los contenidos del original Egipcios, bereberes, guanches y vascos, pues sus conclusiones derivan hacia idiomas de extensión geográfica muy alejada y antigüedad manifiesta. La pretensión del original de interpretar a través del euskara idiomas tan aislados y distantes en el tiempo como el guanche, bereber y el egipcio (como expresión de un couche cultural más amplio) queda, de momento, sin pruebas definitivas, en nuestra opinión.


Nuestra crítica tiene, únicamente fines filológicos, porque nos vamos a limitar al espacio lingüístico, y no a aspectos de tipo antropológico, religioso, y sobre todo, genético, que tanto aporta el libro en cuestión. En los terrenos indicados –excluido el lingüístico- la investigación de los autores merece todo respeto. Además, como hipótesis, puede resultar digno de consideración la diferenciación de aspectos en el campo de la etnia vasca por una parte, y del idioma por otra. Nuestra crítica aquí se desarrollará aquí en el campo de los rasgos filológicos, y, especialmente, lexicales.


 

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